Un voluntariado auténtico
Se habla de un millón de ciudadanos españoles que participan
como voluntarios en programas de ayuda a necesidades humanas,
sin percibir retribución económica y con duración continuada. Estos
datos emanan de la reunión de directores generales de Asuntos
Sociales, celebrada recientemente en Fuerteventura. El tema está
de viva actualidad por publicaciones recientes de libros y revistas,
interesadas en esta enorme obra social, con sus logros y con sus
interrogantes.
Empezando por el nombre, voluntario es aquel que actúa por
propia iniciativa, en plena autonomía y libertad, sin otra presión que
la propia conciencia. En nuestro caso se sobreentiende que eso
que quieres hacer es una obra buena dentro de una organización
solidaria.
Estamos, pues, ante un grupo humano de los que se acogen al
nombre genérico de ONGs, organizaciones no gubernamentales;
entran en un gran baul, en un Arca de Noé, donde caben escuelas,
ambulatorios o mercadillos, con la única denominación de origen de
"que no son del Gobierno". Muchos se preguntan con motivo,
puesto que se trata de darles un dinero que ha de llegar a los
pobres, quién hay detrás de esa sigla de oenegés y de la otra que
designa a este voluntariado.
Un movimiento noble, donde los haya, pero cuyos componentes,
en lo personal, lo institucional y lo solidario, debe hacerse
transparente por los cuatro costados: Qué hacen, con quién lo
hacen, dónde lo hacen y cómo lo hacen ("Vida Nueva"). "El
voluntario no debe ser ni mano de obra barata, ni suplencia de
profesionales, ni prácticas de carrera. Pero, menos aún un hobby
para ocupar el tiempo libre, una evasión de problemas personales
o un tranquilizante de conciencia. La acción voluntaria exige
preparación, formación, trabajo consciente y acompañado" (P.M.
Piérola).
Dónde enrolarse? De principio, en organizaciones conocidas y
fiables, unas confesionales, otras no, todas respetables. Desde
casa recomendamos a las vinculadas a la Iglesia, Santa Sede o
Conferencia Episcopal, grandes órdenes religiosas o misioneras,
etcétera.