Autor: P. Alfonso
Aguilar
El testimonio humano
¿Puede ser el testimonio humano una fuente válida de conocimiento?
Objetivo
Comprender la importancia del testimonio humano y dar
razón de su validez.
A. El problema: ¿puede ser el testimonio humano una
fuente válida de conocimiento?
1. El origen de la mayor parte de nuestros
conocimientos
Casi todas las verdades que conocemos – nuestros
criterios de vida, valores, ideas, datos, conocimientos prácticos – provienen
de lo que hemos oído y leído, es decir, de lo que hemos recibido de otros a
través del lenguaje. Conocemos quiénes somos y cuál es nuestra trayectoria en
la vida gracias al testimonio de nuestros padres y parientes. Conocemos las
noticias del mundo por los medios de comunicación social, conocemos la
historia por el testimonio de los historiadores, tenemos nociones básicas de
astronomía, matemáticas, política, sociología, religión, y otras materias, por
el testimonio de nuestros educadores y expertos en el campo. Casi todo lo que
pensamos y sabemos se lo debemos a otros: a los consejos y enseñanzas de
nuestros padres, tutores, profesores, a las numerosísimas conversaciones con
otras personas, a los libros, programas de televisión y radio, cassettes,
anuncios, arte, internet, y demás medios de comunicación. Nadie comienza de
nuevo, ab ovo, el camino de la sabiduría. La humanidad va aumentando sus
conocimientos de generación en generación a través del testimonio humano, es
decir, a través del acto por el cual un testigo (uno que sabe) transmite a
otro lo que sabe, bien sea una doctrina o enseñanza (testimonio doctrinal),
bien una información sobre un hecho o evento (testimonio histórico).
2. El problema: ¿Por qué fiarnos del testimonio de
otros?
Nosotros tenemos certeza de evidencia objetiva de todo
lo que captamos inmediatamente a través de los sentidos y de la inteligencia.
De este modo, sé con certeza absoluta que yo existo, que estoy leyendo este
libro aburrido de gnoseología, que tengo una mesa delante de mí.
Ahora bien, de todo lo que me dicen los demás, de
palabra, por escrito o por imágenes, yo no tengo casi nunca experiencia o
evidencia objetiva inmediata. Simplemente me fío de ellos. Les creo. Pero,
¿qué tal si se equivocan? ¿Y si mienten? ¿Puedo tener certeza acerca de las
verdades que me transmiten? ¿O son tal vez juicios con un determinado grado de
probabilidad, pero nunca ciertos? ¿Deberíamos, en definitiva, seguir fiándonos
del testimonio ajeno para progresar en la verdad?
B. La credibilidad del testimonio humano
1. Naturaleza de la credibilidad
La credibilidad es la suma de las características que
hacen que la verdad propuesta resulte, de hecho, creíble. Consta de dos
elementos:
a. El hecho del testimonio dado, que debe ser
claro, coherente, lógico, propuesto como verdadero.
b. La autoridad del testigo, que debe tener dos
cualidades: primero, ser competente en su campo, saber de qué está hablando;
segundo, ser honesto, pretender decir la verdad y no desear manipularla o
engañar.
2. Cuatro signos de credibilidad
a. La verdad comunicada
No tengo experiencia ni evidencia intrínseca del hecho
o de la doctrina transmitida. Sin embargo, lo puedo aceptar porque tiene
sentido, es coherente, importante, lógico, conecta bien con otras verdades
conocidas, etc. Me resultaría creíble, por ejemplo, que me dijeran que Madrid
tiene 3 millones de habitantes, dado que es la capital de España y es una
metrópolis. No creería, en cambio, a quien me dice que tiene 30 millones, pues
sé por otras fuentes que en Madrid no reside la mayor parte de la población
española y que no supera en número de habitantes a México, D.F., New York o
Tokio.
b. La competencia del testigo
Resulta creíble el testimonio de quien conoce su
campo, ha adquirido un a cierta reputación o posición de respeto, ha mostrado
ser competente, aunque no pueda certificar que no se equivoca. Testigos
competentes son, por ejemplo, un padre de familia con respecto a lo que
conviene a sus hijos, un turista sobre lo que ha visitado, un científico o un
maestro respecto a su ciencia, un testigo ocular de un evento, un amigo
respecto a su propia historia.
c. La veracidad del testigo
Si bien no pueda demostrar que no me está mintiendo,
puedo confiar en la ley moral de la naturaleza que me asegura que nadie miente
sin motivo y puedo confiar también en la prudencia, honestidad, modestia,
dedicación a la verdad, buen nombre del testigo.
d. El número de testigos
Con su número aumenta proporcionalmente la
credibilidad del testimonio, sobre todo cuando coinciden numerosos testimonios
independientes entre sí acerca del mismo hecho o de la misma doctrina.
3. El último criterio de la credibilidad
Todos estos signos de credibilidad motivan mi
inteligencia a acoger como verdadero lo que no ha sido intrínsecamente
evidente para mí ni experimentado por mí. Acepto el testimonio con una
evidencia extrínseca. Entonces, ¿cuál es el último criterio para aceptar el
testimonio humano? En realidad, lo que hago es un acto de fe humana, ya que no
poseo ni evidencia sensible ni intelectual. Sé que el hombre suele conocer la
verdad en muchos campos. No tengo razones positivas para dudar de su
testimonio. Esto basta para alimentar mi certeza moral o fe humana.
C. La validez del testimonio humano
La validez del lenguaje humano en su relación con el
pensamiento y la realidad fundamenta la validez del testimonio humano, que
consiste en la transmisión interpersonal de verdades. El hombre es capaz de
comunicar lo que sabe a través del lenguaje. Su testimonio es una fuente
necesaria y fructífera de verdades que uno no puede experimentar por sí mismo
. Dada la limitación de cada persona, el testimonio humano nos proporciona, de
hecho, la mayor parte de nuestros conocimientos, sean estos ideas (testimonio
doctrinal) o datos (testimonio histórico). Cuanto mayor sea el número y la
calidad de los signos de credibilidad, tanto más creíble será el testimonio
transmitido. Por razón de estos signos puedo usar el testimonio humano como
fuente de nuevas verdades, si bien debo ser cauto y juzgar la lógica interna
del testimonio, la competencia y honestidad del testigo. Con todo, la
experiencia nos enseña que la humanidad progresa en el conocimiento de las
verdades morales, científicas, sociales, religiosas, técnicas, y demás,
basándose en el testimonio histórico y doctrinal de generaciones pasadas.
Algo análogo podríamos decir acerca de la fe
cristiana. Aceptamos las verdades reveladas por Dios a través del testimonio
de ciertos hombres escogidos, los apóstoles y hagiógrafos, que nos legaron su
testimonio de palabra (la Tradici ó n) y por escrito (la Sagrada Escritura).
Aceptamos en la fe teologal el testimonio de los sucesores de los apóstoles,
especialmente del Vicario de Cristo, en lo que se refiere a la auténtica
interpretación del «depositum fidei». Nuestra fe consiste, pues, en creer a
ciertos testigos privilegiados que nos han transmitido en lenguaje humano,
pura y completamente, el Testimonio del Testigo de Dios, Jesucristo.
Conclusión
El testimonio humano – doctrinal e histórico – es la
fuente más fecunda de nuestros conocimientos. En el fondo el hombre hace un
acto de fe humana para creer a los demás, pero puede confiar en ellos
basándose en los signos de credibilidad por parte del testimonio (coherencia
lógica) y por parte del testigo (competencia, honestidad y número). De este
modo, el hombre puede progresar en el conocimiento de la verdad, si bien debe
ser cauto y prudente al aceptar el testimonio.
Términos claves
Tes timonio humano: el acto por el cual un testigo, o
sea, una persona que sabe algo, transmite su conocimiento a otras personas,
bien sea de palabra, por escrito o por cualquier otro medio.
Testimonio histórico: la transmisión de una
información o verdad sobre un hecho o evento.
Testimonio doctrinal: la transmisión de una idea,
doctrina o enseñaza.
Credibilidad: la capacidad de ser creíble que posee
una persona o un testimonio gracias a las características que lo hacen tal.
Autoevaluación
1. ¿Qué es el testimonio humano y qué tipos de
testimonios hay?
2. ¿Cuál es la importancia del testimonio humano para
el progreso práctico en el conocimiento de la verdad?
3. ¿Qué motivos podemos tener para dudar de la
veracidad del testimonio ajeno?
4. ¿Cuáles son los signos de credibilidad?
5. En el fondo, ¿qué es lo que hacemos cuando
confiamos en lo que nos dicen los demás?
6. ¿Qué pre supone o en qué se basa la validez del
testimonio humano en relación con el lenguaje?