Se debe soñar
 

• María de la Fe Torres, semanario.com.mx
 

Si alguna vez se han imaginado obteniendo o logrando algo, este texto está dirigido a ustedes.

Quizás en alguna ocasión ha-yan escuchado frases como: «No sueñes», «¡eso ni en sueños sucedería!», «esos son sueños guajiros», «soñar no cuesta nada», etcétera. Mas la pregunta es: «¿Qué es un sueño?».

La Real Academia de la Lengua Española lo define así: «Una ilusión, un deseo o una esperanza».

Algunas personas dicen que los jóvenes somos soñadores por naturaleza, ya que la mayor parte del tiempo estamos pensando en aquello que nos gustaría tener o hacer en el futuro; si bien lo anterior tiene algo de cierto, también es cierto que los jóvenes de hoy pertenecemos a la que ha sido «bautizada» por los sociólogos como la «Generación X», debido a que no tenemos en claro qué es lo que queremos, y quienes lo saben, no luchan por lograrlo.

¿Con qué sueñan los jóvenes?

Los sueños dependen en gran medida de la situación específica de cada quien, de su carácter, de su edad, de sus necesidades primordiales, de sus ambiciones, etcétera; aunque, debemos anotarlo, los sueños en los que frecuentemente coinciden los jóvenes de México son los siguientes:

Estudios profesionales: Son diferentes los motivos que impulsan a los jóvenes en la actualidad a estudiar una carrera universitaria; algunos consideran que eso les proporcionará estabilidad económica en un futuro; otros consideran que con ello obtendrán un prestigio social que no tendrían nunca en caso de no cursar por lo menos una licenciatura, y otros más, ven esto como parte de su realización humana.

Familia: A pesar de la crisis de valores por la que atraviesa la célula fundamental de la sociedad, muchos jóvenes sueñan con poder formar una familia sólida, en la que se pueda vivir un ambiente cordial; algunos expresan que quisieran vivir en un ambiente agradable familiar, como el que ha privado en su familia, y a otros más, les gustaría poder dar a su familia el afecto o la convivencia que a ellos les faltó.

Un empleo estable y bien remunerado: Tal vez, la difícil situación económica que se vive en el País sea la causante de que la estabilidad laboral sea visualizada por los jóvenes, más como un anhelo, que como un hecho cercano a la realidad; la búsqueda de este sueño es, en algunos casos, independientes, y en otros, como parte de una empresa.

Fama: Aunque suene extraño, son numerosos los jóvenes que ven en los actores y cantantes de la farándula, a grandes ídolos a seguir, y para muestra, basta mirar a los miles de chavos que se dan cita cada vez que se hace un llamado a un casting para llegar a ser «estrellas».

Manos a la obra

Debemos recordar que nada se logra por sí solo y que si en realidad queremos alcanzar alguna meta, es importante que planeemos la estrategia a seguir.

• En muchas ocasiones, tenemos en mente muchas metas y planes, que por ser tan numerosos acabamos por olvidarlos; por ello, es recomendable escribirlos y colocarlos en un lugar donde podamos ver y recordar con frecuencia aquello que anhelamos.

• Una buena opción es establecer un plan de vida con metas a corto, mediano y largo plazo, en el que se encuentren bien definidos cada uno de nuestros objetivos en los diferentes ámbitos de nuestra vida.

• Recordemos que de nada sirve la teoría, si no hay práctica, y que el tiempo y el trabajo que dediquemos serán directamente proporcionales al resultado que obtendremos. Es necesario que hagamos un análisis detallado de nuestras actividades diarias y el espacio que le dedicamos a cada una de ellas, para así poder administrar mejor nuestro tiempo.

• Otro punto importante que hay que tomar en cuenta es la perseverancia en combinación con la paciencia: No esperemos que todo se logre de la noche a la mañana sin esfuerzo; en muchas ocasiones es necesario intentar más de una vez o forjar hábitos que nos ayuden a llegar al fin deseado. Los grandes sueños necesitan constancia para ser alcanzados.

• El compartir nuestros sueños con otras personas puede resultar benéfico, porque de esta manera damos oportunidad de que otros nos puedan ayudar.

Si tenemos claro nuestro sueño y tomamos en cuenta los puntos anteriores, ya la llevamos de ganar; ahora será cuestión de que hagamos el firme propósito de emprender el camino, de mantener el sentido del humor, de estar seguros de nosotros mismos y de poner en Dios nuestra fe y esperanza, pues siempre será Él un camino infalible para alcanzar nuestros anhelos.

“Meta + sacrificio = éxito”, Roberth Schuller.

Diez puntos a considerar en la lucha por realizar un sueño:

1 Nunca rechazar una idea porque la creamos «imposible».

2 Nunca anular un pensamiento porque entrañe problemas; o esperar a solucionar todas las posibles dificultades que implique esta empresa, antes de comenzar algo.

3 Nunca oponernos a una idea porque no la hayamos imaginado, no obstante que no sepamos cómo llevarla a cabo.

4 Jamás rechazar un plan sólo porque exista el riesgo de su fracaso.

5 Nunca ser derrotistas ante una sugerencia potencialmente buena, porque vemos que un aspecto de la misma no nos cuadra.

6 Nunca sofocar una idea creativa porque nadie antes la pudo realizar.

7 Nunca declarar que una idea es imposible de ejecutar no obstante sus complicaciones, falta de tiempo, dinero, inteligencia, energía, talento y habilidad para traducirla en obra.

8 Nunca descartar un plan o proyecto solamente porque es imperfecto.

9 Nunca oponernos a una buena propuesta sólo porque no se nos ocurrió a nosotros, porque no se nos reconocerá el mérito de la idea, porque no nos beneficiaremos personalmente con ella, o porque no vayamos a vivir para disfrutarla.

10 Nunca detenernos al final del sendero, más bien ¡busquemos otro sendero y sigamos adelante!