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Aciprensa | Fuente: Aciprensa
El P. Gabriele Amorth reflexiona sobre la nueva ola satánica
Reflexiones del P. Gabriele Amorth, famoso exorcista, sobre la creciente acción de Satanás en formas culturales de hoy
Con
ocasión de la captura de los miembros de la secta satánica “Bestias de
Satanás”, responsable de numerosos asesinatos rituales en el norte de Italia,
el vaticanista del semanario L’Espresso, Sandro Magister, entrevistó esta
semana al más famoso exorcista del mundo, el P. Gabriele Amorth, quien a sus
ochenta años de edad evalúa la creciente acción de Satanás en formas
culturales de hoy.
Magister pregunta al P. Amorth sobre los crímenes del norte de Italia, y luego
examina la situación del satanismo y la acción del demonio en la cultura
actual. Aunque con algunas duras generalizaciones, el exorcista italiano,
quien confiesa que se encomienda a la Virgen María “para que me proteja bajo
su manto” antes de cada exorcismo, explica cómo la principal victoria del
demonio es la de hacer creer que no existe.
Padre Amorth, primero las tres niñas de Chiavenna, después Erica y Omar, y
ahora la banda juvenil de Somma Lombardo. ¿Es Satanás quien actúa en ellos?
Seguramente sí, los dos primeros casi los he estudiado bien. Esos muchachos
estaban entregados al demonio, leían libros satánicos. ¡Y qué ferocidad
inaudita en sus actos! Cuando una hija da noventa y siete cuchilladas a su
propia madre no se puede no ver en acción al príncipe de las tinieblas.
¿Existen momentos en que está más activo que en otros?
En términos generales Satanás está siempre activo. Es el tentador desde el
principio. Hace de todo para que el hombre peque y cada vez que se realiza el
mal, él está detrás, dejando en claro que es el hombre quien decide libremente
sus actos. Pero también existe una acción extraordinaria del maligno: y ésta
es la posesión diabólica.
¿Son frecuentes los actos de posesión?
No, son raros. Me es imposible dar cifras precisas. Los casos de verdadera
posesión diabólica que yo atiendo son numerosos, pero es porque a mí llegan
los casos más difíciles, no resueltos por otros exorcistas. En los primeros
años de mi actividad, cuando acogía a todos sin filtro, la gran mayoría eran
enfermos psíquicos, sin el demonio de por medio.
¿Cómo se da cuenta que alguien está endemoniado?
Lo sé durante la curación, no antes. Un síntoma inequívoco es la violentísima,
visceral aversión a todo lo que es sagrado. Recuerdo un padre que temía que su
hijo estuviera poseído por el demonio y un día, mientras estábamos juntos en
la mesa, dije mentalmente por él un Ave María. El muchacho prorrumpió en un
grito: ¡Papá, no, cállate!’. Después está el hablar en lenguas desconocidas,
la explosión de una fuerza sobrehumana, la levitación: todas son cosas que
suceden durante los exorcismos.
¿Entre una crisis y otra cómo vive un endemoniado?
De manera normal. Va a su trabajo y ninguno lo sabe. Tiene bien escondido su
estado. Cuando siente que le llega una crisis se aleja, se encierra en el
baño, se descarga, y luego regresa impasible a su lugar. Esto sucede con mayor
razón con los endemoniados en curación, a los cuales el exorcismo da la fuerza
para regresar plenamente a una vida normal. Una cosa debe destacarse: la
posesión diabólica no es ni hereditaria ni contagiosa.
¿Qué cosa une a los endemoniados con los satanistas?
Sucede frecuentemente que un endemoniado se convierta en tal después de haber
ingresado a una secta espiritista o satánica. Entre aquellos que estoy
tratando hay pocos de esos, porque quienes vienen a pedir el exorcismo son los
satanistas arrepentidos. Pero pienso que entre los satanistas existan muchos
más. A las sectas satánicas es muy fácil entrar pero muy difícil salir. En
algunos casos se arriesga la vida.
¿Y qué vínculo tienen los satanistas con el demonio?
Hay de dos tipos: aquellos que adoran al demonio, celebrando misas satánicas,
tienes sus sacerdotes y su jerarquía; y aquellos que no creen en la existencia
personal de Satanás, pero se entregan a acciones torpes y contra natura. Este
otro satanismo es el más peligroso.
Juan Pablo II realizó exorcismos sobre tres endemoniadas. ¿Se curaron?
La tercera no. La vengo tratando desde 1998 y es un caso verdaderamente
doloroso.