El problema del relativismo moral contemporáneo
Autor: Adolfo J. Castañeda
Introducción
El relativismo consiste en la postura que dice que la verdad de todo
conocimiento o principio moral depende de las opiniones o circunstancias de las
personas. Como las opiniones y las circunstancias son cambiantes, ningún
conocimiento o principio moral, según esta postura, es objetivo o universal. Es
decir, el relativismo postula que ningún conocimiento o principio moral es
verdadero independientemente de las opiniones de las personas o de sus
circunstancias, ni tampoco, por esa misma razón, es válido para todos en todo
tiempo y lugar. En realidad, el relativismo, en cuanto al conocimiento de la
realidad en general, deviene en agnosticismo (la negación, o la puesta en duda,
de la capacidad del ser humano de conocer la verdad objetiva); y, en cuanto al
conocimiento de lo moral, en individualismo o subjetivismo.
Aquí nos vamos a limitar a analizar un poco el relativismo moral. Dejaremos de
lado el relativismo filosófico y el relativismo religioso.
Creemos firmemente que uno de los problemas de fondo del mundo contemporáneo es
el relativismo moral. El mundo se está dividiendo rápidamente en dos campos: los
que creen que todo es relativo y los que creen que no todo es relativo, sino que
existen unos principios morales objetivos, universales y absolutos; es decir,
principios que gozan de existencia propia y que son aplicables a todos los seres
humanos en toda circunstancia y lugar.
Las categorías de "liberal" y "conservador" cada día son menos relevantes. En la
práctica, las personas que se suscriben a una u otra clasificación lo hacen por
motivos principalmente políticos, más que éticos. Y lo político, aunque es
importante, no toca el fondo del problema, que es de índole moral, ya que la
crisis actual es de valores y los valores deben ser el fundamento de todo actuar
humano. Por otro lado, cada día hay más personas "conservadoras" que aceptan
principios "éticos" relativistas. Por ejemplo, en EEUU hay personas del Partido
Republicano, considerado en general un partido "conservador", que o no
consideran que el problema del aborto es fundamental o que aceptan el "derecho"
al aborto, aunque en privado lo rechacen. Dentro del campo "liberal" (casi
siempre representado por el Partido Demócrata), hay personas que, en una especie
de "ética alternativa", enarbolan ciertos principios como si fueran absolutos:
la tolerancia, el derecho a hacer cualquier cosa mientras "no dañe a nadie", la
privacidad y el derecho a la libre opinión, entre otros.
Características del relativismo moral
¿Cuáles son algunas de las características por medio de las cuales podemos
identificar el pensamiento relativista moral contemporáneo?
Una de ellas es el fallido intento de considerar que todas las opiniones morales
gozan del mismo nivel de validez, sin importar que algunas de ellas sean
contrarias entre sí. El relativismo moral le tiene un odio visceral a las
jerarquías de las ideas. El relativista no puede aceptar que unas ideas sean
superiores a otras, en el sentido de tener más probabilidad de ser ciertas que
otras, o el que unas ideas sean definitivamente verdaderas y otras no. Si el
relativista llegara a aceptar, por ejemplo, que la idea de que el aborto es malo
para todo el mundo es la verdadera y que la idea contraria es falsa, dejaría de
ser relativista.
Ello nos lleva a otra característica del discurso relativista.El relativista
confunde el deber de respetar a la persona que opina y su derecho a opinar con
el deber de respetar toda opinión. Todos tenemos el deber de respetar a los
demás y también su derecho a opinar. Pero no tenemos por qué respetar todas las
opiniones o, dicho de un modo más adecuado y respetuoso (para no faltar a la
caridad), no tenemos por qué aceptar todas las opiniones, por el simple hecho de
que no todas las opiniones son válidas. Incluso, hasta tenemos el deber, si las
circunstancias lo permiten, de refutar las opiniones falsas y dañinas. Por
ejemplo, si un hombre dice que él opina que los maridos pueden abusar de sus
esposas, yo tengo el deber de respetar a ese individuo, pero al mismo tiempo
tengo el deber de decirle que su opinión es absolutamente falsa y dañina.
Una tercera característica del relativismo es el individualismo o subjetivismo.
La razón por la cual el relativista tiene la confusión que acabamos de señalar
es porque en el fondo, como ya también indicamos, el relativismo es
individualista o subjetivista por naturaleza. El individualismo o subjetivismo
consiste en creer que lo que es verdad para mí no necesariamente lo es para ti y
viceversa. Es decir, el subjetivismo pone el énfasis en el sujeto que opina y no
en la realidad objetiva acerca de la cual se está opinando. Por ello es que el
relativista insiste con frecuencia en que "todo el mundo tiene el derecho a
opinar", que "hay que respetar la opinión de todo el mundo", que "¿quién es
usted para decir tal cosa", etc., etc. Si analizamos bien cada una de estas
expresiones, sobre todo la última, nos daremos cuenta de que todas ponen el
énfasis en el sujeto que opina y no en el objeto o la realidad que se está
analizando. Por ejemplo, en un debate sobre el aborto, lo más importante no es
quién es el que dice tal o más cual cosa, sino qué es lo que dice, es decir,
cuáles son las razones por las cuales lo que dice es cierto o falso. Al centrar
su discurso en el sujeto o individuo que opina, el relativista desvía la
atención del asunto en sí a las personas que opinan y trata de crear un ambiente
emocional favorable a su postura.
Una cuarta carácterística del relativismo es su énfasis unilateral en una
presunta "sinceridad" u "honestidad". Es decir, lo que importa es la sinceridad
subjetiva de la persona y no tanto su conducta. Si la persona cree sinceramente
que hacer tal cosa está bien, entonces el hacerlo también lo está. Por ejemplo,
para un relativista, si un joven cree que tener relaciones sexuales con su novia
sin casarse con ella está bien porque la "ama mucho", entonces está bien que
fornique con ella. Ante este tipo de cosas el relativista no dice ni una palabra
sobre el deber de buscar la verdad (que en definitiva es lo que significa ser
sincero). Tampoco hace la distinción entre una presunta sinceridad subjetiva y
la maldad intrínseca del acto que se está llevando a cabo, en este caso el acto
de fornicación (recordemos que al relativista no le gustan las distinciones,
para él todo es igual o todo está al mismo nivel).
En el fondo el relativismo se contradice a sí mismo. El principio de que todo es
relativo no es relativo, sino absoluto--es decir, es una pretensión velada de
carácter absoluto. Apartémonos por un momento del tema central que nos ocupa,
que es el relativismo moral, y echemos un vistazo al relativismo espiritual del
"New Age". El "New Age" plantea que la verdad es relativa, es decir, lo que hoy
es verdad mañana puede ser falso. Y el "New Age" no se está refiriendo aquí a
cosas que sí son relativas, como puede ser que en la actualidad el tránsito de
una ciudad en particular no sea un problema, pero que en un futuro sí. El "New
Age" se está refiriendo a cuestiones fundamentales para el ser humano, como lo
son la espiritualidad, la paz interior, etc. Pues bien, si lo que hoy es verdad
mañana puede ser falso, eso mismo le puede pasar al propio "New Age", ¡y se
acabó el "New Age"! Este ejemplo nos muestra que el relativismo es una soberana
insensatez, un insulto al intelecto humano y un ataque directo al sentido común
(que hoy en día se está convirtiendo en el menos común de los sentidos).
CATHOLIC.NET-2005.02