Cuadernos Compartir nº 1

 

 

 

MARIANISTAS. Madrid - Zaragoza (SM) y España (FMI). 2001

Selección de textos: Enrique Aguilera.

 

http://www.marianistas.org/espiritualidad/Cuadernos_Compartir/encomun_yenlosecreto.rtf

 

 

Sumario

  1. Comunidad. Una comunidad es (San Agustín). Haznos una comunidad alegre. Oración por la comunidad. Oraciones ante de una reunión.

  2. Padre nuestro. Carlos de Foucauld, San Anselmo, Tagore, Santo Tomás de Aquino, D,Bonhoeffer, San Agustín, Cristina Kauffmann, Santo Tomás Moro, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, José Luis Martín Descalzo…

  3. Jesús es Señor. San Patricio, Roger Schutz, Lope de Vega, Angelus Silesius, Santa Teresa de Lisieux, Orígenes, Olegario González de Cardedal, Luis Rosales...

  4. Espíritu de amor. Himno de Pentecostés, Kart Rahner, L. Deiss, San Juan de la Cruz, Sn Anselmo, Beata Isabel de la Trinidad…

___________________________________________________________________

 

1. COMUNIDAD

 

HAZNOS UNA COMUNIDAD ALEGRE

Señor, Jesús,
haznos una comunidad abierta, confiada y pacífica
invadida por el gozo de tu Espíritu Santo.
Una comunidad entusiasta,
que sepa cantar a la vida,
vibrar ante la belleza,
estremecerse ante el misterio
y anunciar el Reino del amor.
Que llevemos la fiesta en el corazón
aunque sintamos
la presencia del dolor en nuestro camino,
porque sabemos, Cristo resucitado,
que Tú has vencido el dolor y la muerte.
Que no nos acobarden las tensiones
ni nos ahoguen los conflictos
que puedan surgir entre nosotros,
porque contamos - en nuestra debilidad-
con la fuerza creadora y renovadora de tu Espíritu Santo.

Regala Señor, a esta familia tuya,

una gran dosis de buen humor

para que sepa desdramatizar las situaciones difíciles

y sonreír abiertamente a la vida.

Haznos expertos
en deshacer nudos y en romper cadenas,
en abrir surcos y en arrojar semillas,
en curar heridas y en mantener viva la esperanza.
Y concédenos ser, humildemente,

en un mundo abatido por la tristeza,

testigos y profetas de la verdadera alegría.

ORACIÓN DE LA COMUNIDAD


Señor, tú me llamas a vivir en comunidad.
Y quieres que edifique la comunidad.
Me quieres en comunión con los otros,
no para estar mejor, ni ser más fuerte,
sino para que sea yo mismo.
La comunidad es fuerte si espera.
La comunidad es verdadera si ama.
La comunidad es santa si cada uno es santo.
Ser comunidad es existir para los demás.
Es encontrarse con los otros.
Es rezar con ellos.
Es dar muestras de la propia esperanza.
Sólo así podremos acercarnos
a los que no recibieron la fe
y ponerlos en tus manos.
Sólo así podremos sostenerla
en los que a duras penas la conservan

Seremos tus testigos

no por lo que digamos

sino por lo que seamos

y por todo lo que hagamos

por mostrar tu rostro

a los ojos de los hombres.

UNA COMUNIDAD ES…

Rezar juntos, 
pero también hablar y reír juntos. 

Intercambiar favores, 
leer juntos libros bien escritos. 

Estar juntos bromeando 
y juntos serios. 

Estar a veces en desacuerdo 
para reforzar el acuerdo habitual.

Aprender algo unos de otros 
o enseñarlo los unos a los otros. 

Echar de menos a los ausentes con pena, 
acoger a los que llegan con alegría 
y hacer manifestaciones de este estilo y del otro,

chispas del corazón de los que se aman y atraen, 
expresados en el rostro, en la lengua, en los ojos, 
en mil gestos de ternura, 
y cocinar los alimentos del hogar 
en donde las almas se unan en conjunto 
y donde varios no sean más que uno.

SAN AGUSTÍN

ORACIÓN POR MI COMUNIDAD

"Donde están dos o tres reunidos en mi nombre,

Allí estoy yo en medio de ellos."

Estas palabras son nuestra fuerza.

Nosotros nos reunimos en tu nombre.

Somos grupo, porque nos has llamado Tú.

Tú has pronunciado mi nombre y los de mis compañeros:

Carlos, Rosa…, ven, sígueme.

Tú nos has agrupado en una comunidad:

"vosotros sois mis amigos"

Tú nos has señalado lo alto de la montaña.

"Ánimo, que mi yugo es llevadero y mi carga ligera."

Tú te has puesto en cabeza de nuestro grupo.

"Estoy con vosotros día a día"

Ahora, en medio de la marcha, te decimos con toda el alma:

Acaba en cada uno de nosotros la obra que has empezado.

Haznos tierra buena, honda y mullida,

Para que tu semilla encuentre fondo y fructifique.

Haznos sensibles a tu voz,

no fríos y cerrados cual nuevo fariseos.

Empástanos en tu amor,

Para que seamos un grupo cálido y dinámico.

Acaba en cada uno de nosotros la obra que has empezado.

Acábala, Jesús, en mí y en mis compañeros/as.

 

ORACIÓN AL PADRE POR LA COMUNIDAD

Padre, hoy quiero pedirte por mis hermanos de comunidad.

Tú los conoces personalmente: conoces su nombre y apellidos,

sus virtudes y sus defectos, sus alegrías y sus penas,

su fortaleza y su debilidad, sabes toda su historia;

los aceptas como son y los vivificas con tu Espíritu.

Tú Señor, los amas, no porque sean buenos,

Sino porque son tus hijos tuyos.

Enséñame a quererlos de verdad, como amaba tu Hijo Jesús;

No por sus palabras o sus obras, sino por ellos mismos,

descubriendo en cada uno, especialmente en los más débiles

el misterio de tu amor infinito.

Te doy gracias, Padre, porque me has dado hermanos.

Todos son un regalo para mí, un verdadero sacramento,

signo sensible y eficaz de la presencia de tu Hijo.

Dame la mirada de Jesús para contemplarlos,

y dame su corazón para amarlos hasta el extremo,

porque también yo quiero ser para cada uno de ellos

sacramento vivo de la presencia de Jesús. AMÉN.

ORACIONES PARA INICIAR UNA REUNIÓN

  1. Dios, Padre nuestro, haznos sentir hoy de nuevo tu presencia,

    abre nuestro corazón y danos tu Espíritu, lleno de vida y de fuerza,

    para que descubramos la vida que Tú quieres para cada uno de nosotros.

    Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.

  2. Padre bueno, fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas

    Y concédenos, inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda.

    Por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.

  3. Señor Jesús, tú estás presente en medio de nosotros,

    pues nos hemos reunido en tu nombre.

    Danos un corazón atento y abierto, humilde y generoso,

    para que diálogo fraterno sepamos crecer en la verdad y en el amor.

    Tú que vives y reinas y estás con nosotros por los siglos de los siglos. AMÉN.

  4. Espíritu Santo, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras,

para que nuestro trabajo comience en ti como en su fuente,

y tienda siempre a ti como a su fin. Por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.

 

 

2. PADRE NUESTRO

ORACIÓN DE LA ENTREGA

Padre,
me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo;
lo acepto todo
con tal de que tu voluntad
se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te entrego mi vida.
Te la doy con todo el amor
de que soy capaz.
Porque te amo
y necesito darme:
ponerme en tus manos,
sin medida,
con una infinita confianza.
Porque Tú eres mi Padre.

CARLOS DE FOUCOULD

 

 

CARA A CARA

Oh Señor de mi vida,

estaré ante ti cara a cara.

Con las manos juntas, oh Señor de todas las palabras,

estaré ante ti cara a cara.

Bajo tu gran cielo, en soledad y silencio, con humilde corazón,

estaré ante ti cara a cara.

En este mundo laborioso, de herramientas y luchas

y multitudes con prisa,

estaré ante ti cara a cara.

RABINDRANATH TAGORE

 

¿DÓNDE TE BUSCARÉ, SEÑOR?

Señor,
si no estás aquí,
¿dónde te buscaré estando ausente?
Si estás en todas partes,
¿cómo no descubro tu presencia?

Cierto es que habitas en una claridad inaccesible.
Pero, ¿dónde se halla esa inaccesible claridad?
¿Quién me conducirá hasta allí para verte en ella?
Y luego, ¿con qué señales,
bajo qué rasgos te buscaré?

Nunca jamás te vi,
Señor, Dios mío;
no conozco tu rostro…

Enséñame a buscarte
y muéstrate a quien te busca
porque no puedo ir en tu busca
a menos que tú me enseñes,
y no puedo encontrarte
si tú no te manifiestas.

Deseando,
te buscaré;
te desearé buscando;
amando
te hallaré;
y encontrándote,
te amaré.

SAN ANSELMO 1035-1109)

TODO PARA TI

Señor, tu voluntad será la mía.

Amárgame, Señor toda alegría, que no se alegre en ti.

Cualquier deseo, oh Dios, que en mi surgiera,

hazlo imposible de cualquier manera,

si no se centra en ti.

Y haz mi descanso in cómodo y penoso,

si acaso mi reposo no reposa en ti.

SANTO TOMÁS DE AQUINO

 

EL MÁS ALLÁ DE TODO

«¡Oh Tú, el más allá de todo!,
¿cómo llamarte con otro nombre?
No hay palabra que te exprese
ni espíritu que te comprenda.
Ninguna inteligencia puede concebirte.
Sólo tu eres inefable,
y cuanto se diga ha salido de ti.
Sólo tu eres incognoscible,
y cuanto se piense ha salido de ti.
Todos los seres te celebran,
los que hablan y los que son mudos.
Todos los seres te rinden homenaje,
los que piensan y los que no piensan.
El deseo universal, el gemido de todos,
suspira por ti.
Todo cuanto existe te ora,
y hasta ti eleva un himno de silencio
todo ser capaz de leer tu universo.
Cuanto permanece,
en ti solo permanece.
En ti desemboca el movimiento del universo.
Eres el fin de todos los seres;
eres único.
Eres todos y no eres nadie.
Ni eres un ser solo ni el conjunto de todos ellos.
¿Cómo puedo llamarte,
si tienes todos los nombres?
¡Oh Tú, el único a quien no se puede nombrar!,
¿que espíritu celeste podrá penetrar
las nubes que velan el mismo cielo?
Ten piedad, oh Tú, el mas allá de todo:
¿como llamarte con otro nombre?».

Himno atribuido a SAN GREGORIO NACIANCENO

 

NOS HAS CREADO PARA TI

Señor,
Tú eres infinitamente grande,
y no hay ninguna alabanza
que pueda hacerte justicia.

Sin embargo,
yo, un hombre,
yo, esta pequeñez que Tú has creado,
me atrevo a cantar tu alabanza.

Y eres Tú, Dios mío,
quien me inspira este deseo.
Eres Tú quien me proporciona
una misteriosa alegría,
cuando proclamo tus maravillas.

Nos has creado para Ti
y nuestro corazón
no descansará en paz
mientras no repose en Ti.

SAN AGUSTÍN

 

EN TI ESTÁ LA LUZ

Reina en mí la oscuridad,

Pero en ti está la luz;

estoy solo pero no me abandonas;

estoy desatendido, pero en ti está la ayuda;

estoy intranquilo, pero en ti está la paz;

la amargura me domina,

pero en ti está la paciencia;

no comprendo tus caminos,

pero tu sabes el camino para mí.

DIETRICH BONHOEFFER

ERES LA VERDAD

Tú oh Dios, eres la verdad

Que buscamos en nuestras vidas.

Buscamos la verdad, la alegría.

Buscamos la libertad.

Tú nos oyes, pero tu callas.

Tú callas ante nuestras palabras

y ante nuestras preguntas,

ante la muerte y ante la vida.

Ante nuestras luchas, tú callas,

y nos es difícil aceptar esto.

Pero tú nos has dicho una palabra.

Tú nos has dicho todo

en el Jesús del Evangelio.

Conocemos el Evangelio,

pero no sabemos vivir como vivió Jesús.

Él hacía siempre lo que tú querías.

Enséñanos a vivir como vivió Jesús.

CRISTINA KAUFMANN

 

TARDE TE AMÉ

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo mas yo no estaba contigo. Me retenían lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no serían. Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y pusiste en fuga mi ceguera; exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed; me tocaste, y me abraso en tu paz.

SAN AGUSTÍN. Confesiones. 10,27

 

ORACIÓN OPTIMISTA

Señor, dame una buena digestión,
y, naturalmente, algo para digerir...
Dame la saluda del cuerpo
y el buen humor necesario para mantenerla.
Dame un alma sana, Señor,
que tenga siempre ante los ojos lo que es bueno y puro,
y no permitas que tome demasiado en serio
esa cosa entrometida que se llama el "yo".
Dame, Señor, el sentido del humor.
Dame el saber reírme de un chiste
para que sepa sacar un poco de alegría a la vida
y pueda compartirla con los demás.
SANTO TOMÁS MORO

 

LLÉVANOS POR EL BUEN CAMINO

¡En el nombre de Alá, el que da la gracia, el misericordioso!

Alabado sea Alá, Señor del mundo,

el gracioso, el misericordioso,

el dominador en el día de la justicia.

Solo te servimos a ti,

a ti solo pedimos ayuda.

Llévanos por el buen camino,

Por el camino de aquellos

A quienes has concedido tu bendición"

CORÁN. Sura 1ª Exordio

 

FUENTE DE SABIDURÍA (Oración para empezar a estudiar)

Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre lo alto del cielo, y distribuiste las partes del universo con suma elegancia.
Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén. SANTO TOMÁS DE AQUINO

 

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas. Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

SAN FRANCISCO DE ASÍS

 

 

 

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO ( De la "Contemplación para alcanzar amor")

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer: Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno, todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.

SAN IGNACIO DE LOYOLA. Ejercicios espirituales  234

SEGÚN TU PALABRA

Dios mío, yo me abandono en tus manos.

Modela y remodela este barro, como arcilla en manos del alfarero.

Dale una forma, y después, si quieres, deshazla.

Pide, ordena. ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres que no haga?

Ensalzado o humillado, perseguido, incomprendido, calumniado,

Alegre, triste o inútil para todo, solo diré a ejemplo de tu Madre:

"Hágase en mí según tu palabra"

ROBERT KENNEDY

ESCÚCHAME, SEÑOR

Que la Santa Trinidad me ayude:

¡Escúchame, oh Señor!

Tú eres mi Dios vivo.

Tú eres mi fuerza, tú eres el justo juez.

Tú eres el médico omnipotente.

Tú eres el sacerdote eterno.

Tú eres el guía hacia la patria.

Tú eres mi luz verdadera.

Tú eres mi dulzura santa.

Tú eres mi sabiduría espléndida.

Tú eres mi cristalina simplicidad.

Tú eres mi alma universal.

Tú eres mi alma universal.

Tú eres mi concordia pacificadora.

Tú eres mi protección plena.

Tú eres mi perfección absoluta.

Tú eres mi salvación eterna.

Tú eres mi inmensa misericordia.

Tú eres mi vida inmaculada.

Tú eres paciencia irremovible.

Tú eres mi redención cumplida.

Tú eres mi resurrección santa.

Tú eres mi vida perpetua.

Te lo pido, te lo suplico, haz que camine por Ti,

que llegue a Ti, repose en Ti, resurja contigo.

Escúchame, oh Señor!

ALCUINO DE YORK

SHEMÁ ISRAEL, ADONAI ELOJENÚ ADONAI EJAD

Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.

DEUTERONOMIO 6,4-7

LO ERES TODO

Padre, de ti hago mi comida y mi bebida;

Tú eres mi lecho, en ti me tiendo;

Tú eres todo lo que soy y todo lo que tomo.

Yo estoy en continua comunicación contigo

Porque tú eres el que estás siempre conmigo,

Tu eres el que está siempre con nosotros,

Y no existe lugar alguno donde no te encuentres.

ANÓNIMO

 

LA ORACIÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS

 

NADA TE TURBE

(Letrilla que llevaba

por registro en su Libro de horas)

Nada te turbe;

nada te espante;

todo se pasa;

Dios no se muda.

La paciencia

todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene,

nada le falta.

Solo Dios basta.

 

HERMOSURA DE DIOS

¡Oh, Hermosura que excedéis

 a todas las hermosuras!
 Sin herir dolor hacéis,
 Y sin dolor deshacéis
 El amor de las criaturas.

 
 ¡Oh, nudo que así juntáis
 Dos cosas tan desiguales!
 No sé por qué os desatáis,
 Pues atado fuerza dais
 A tener por bien los males.
 
 Juntáis quien no tiene ser
 Con el Ser que no se acaba:
 Sin acabar acabáis,
 Sin tener que amar amáis,
 Engrandecéis vuestra nada

 

 

 

 

 

VUESTRA SOY

Vuestra soy, para Vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad,
Eterna sabiduría,
Bondad buena al alma mía;
Dios, alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad,
Que hoy os canta amor así.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criaste,
Vuestra, pues me redimiste,
Vuestra, pues que me sufriste,
Vuestra, pues que me llamaste,
Vuestra, porque me esperaste,
Vuestra, pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor,
Que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le habéis dado
A este esclavo pecador?
Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón,
Yo le pongo en vuestra palma,
Mi cuerpo, mi vida y alma,
Mis entrañas y afición;
Dulce Esposo y redención
Pues por vuestra me ofrecí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:
Dad salud o enfermedad,
Honra o deshonra me dad,
Dadme guerra o paz crecida,
Flaqueza o fuerza cumplida,
Que a todo digo que sí.
¿Qué queréis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno, o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración,
Sí no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme, pues, sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia,
O de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día
Revolvedme aquí o allí
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que esté holgando,
Quiero por amor holgar.
Si me mandáis trabajar,
Morir quiero trabajando.
Decid, ¿dónde, cómo y cuándo?
Decid, dulce Amor, decid.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea viña fructuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Sea Jose puesto en cadenas,
O de Egipto Adelantado,
O David sufriendo penas,
O ya David encumbrado,
Sea Jonás anegado,
O libertado de allí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Esté callando o hablando,
Haga fruto o no le haga,
Muéstreme la Ley mi llaga,
Goce de Evangelio blando;
Esté penando o gozando,
Sólo Vos en mí viví,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para Vos nací
¿Qué mandáis hacer de mí?

ORACIÓN DE ALMA ENAMORADA

¡Señor Dios, amado mío! Si todavía te acuerdas de mis pecados para no hacer lo que te ando pidiendo, haz en ellos, Dios mío, tu voluntad, que es lo que yo más quiero, y ejercita tu bondad y misericordia y serás conocido en ellos. Y si es que esperas a mis obras para por ese medio concederme mi ruego, dámelas tú y óbramelas, y las penas que tú quisieras aceptar, y hágase. Y si a las obras mías no esperas, ¿qué esperas, clementísimo Señor mío? ¿Por qué te tardas? Porque si, en fin, ha de ser gracia y misericordia la que en tu Hijo te pido, toma mi cornadillo, pues le quieres, y dame este bien, pues que tú también lo quieres. ¿Quién se podrá librar de los modos y términos bajos si no le levantas tú a ti en pureza de amor, Dios mío? ¿Cómo se levantará a ti el hombre, engendrado y criado en bajezas, si no le levantas tú, Señor, con la mano que le hiciste? No me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo, en que me diste todo lo que quiero. Por eso me holgaré que no te tardarás si yo espero. ¿Con qué dilaciones esperas, pues desde luego puedes amar a Dios en tu corazón? Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre. Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza, y alcanzarás las peticiones de tu corazón.

SAN JUAN DE LA CRUZ. Dichos del luz y amor 26

 

CANTICO DE LAS CRIATURAS

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa a su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

SAN FRANCISCO DE ASÍS

 

ORACIÓN ANTE EL CRUCIFIJO DE SAN DAMIÁN

¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta

esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor,

para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

SAN FRANCISCO DE ASÍS

 

A TRAVÉS DE LAS TINIEBLAS, CONDÚCEME

A través de las tinieblas que me rodean
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
La noche es oscura
y estoy lejos del hogar:
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
Guía mis pasos: no pido ver ya
lo que se dice ver allá abajo: un solo paso cada vez
es bastante para mí.

Yo no he sido siempre así
ni tampoco he rezado siempre
para que Tú me condujeras. Tú, siempre más adelante.
Deseaba escoger y ver mi camino; pero ahora:
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
Ansiaba los días de gloria, y a pesar de los temores
el orgullo dirigía mi querer:
¡oh!, no te acuerdes de esos años que pasaron ya.

Tu poder me ha bendecido tan largamente
que aún sabrá conducirme siempre más adelante
por el llano y por los pantanos, 
sobre la roca abrupta y el bramar del torrente
hasta que la noche haya pasado
y me sonrían en la mañana esas caras de ángeles
que había amado hace largo tiempo
y que durante una época perdí.
¡Condúceme, dulce Luz!
¡Condúceme Tú, siempre más adelante! 
CARDENAL J.H. NEWMAN

 

SEÑOR, TÚ ME CONOCES DESDE SIEMPRE

Señor, tú me conoces desde siempre; conoces mi vida y mi corazón.

Todo lo bueno que he aprendido y comunicado ha hundido su raíz en Ti.

Tú has sido, a pesar de mis pecados, el Señor de mis alegrías y de mis penas.

Renueva en mí l capacidad de amar y de servir con toda la fuerza del amor primero,

y sorpréndeme nuevamente recogido en tu presencia.

Haz posible lo imposible: compromete mi vida para siempre con un amor fuerte y responsable,

Fiel a los últimos, a los pobres, a los hermanos, en los que Tú, Señor, estás presente. Amén

ANÓNIMO

MI CORAZÓN CANTA AGRADECIDO

Señor, mi corazón rebosa de agradecimiento

por tantos dones y bendiciones tuyas.

No bastaría el canto del corazón y de los labios,

Si no pusiera mi vida a tu servicio,

Para darte testimonio con mis acciones.

A ti la gracia y la alabanza.

Tú me has sacado de la nada y me has hecho tu elegido;

me has hecho feliz con tu amor y tu presencia.

No te conozco bien,

No conozco siquiera mis necesidades.

Pero tú, oh Padre, tú nos conoces por entero.

Soy incapaz de amarme a mí mismo como tú me amas.

Tú, oh Señor, me has creado con un solo corazón,

Para que sea para ti, solo para ti.

Señor, estar ante ti es lo más grato que pensar se puede.

En este momento me presento a ti.

Acéptame cuando y como quieras.

Haz de mi según tus deseos.

Tú eres mío y yo soy tuyo.

Me has creado a tu imagen, de un poco de polvo,

Y me has hecho hijo tuyo.

Honor, gloria y alabanza para ti

Por los siglos de los siglos. Amén.

SUNDAR SINGH

 

¿QUIÉN ES, PUES, MI DIOS?

"¿Te abarcan, acaso, el cielo y la tierra por el hecho de que los llenas? ¿O es, más bien, que los llenas y aún sobra por no poderte abrazar? ¿Y dónde habrás de echar eso que sobra de ti, una vez lleno el cielo y la tierra? ¿Pero es que tienes tú, acaso, necesidad de ser contenido en algún lugar, tú que contienes todas las cosas, puesto que las que llenas las llenas conteniéndolas ? Porque no son los vasos llenos de ti los que te hacen estable, ya que, aunque se quiebren, tú no te has de derramar; y si se dice que te derramas sobre nosotros, no es cayendo tú, sino levantándonos a nosotros; ni es esparciéndote tú, sino recogiéndonos a nosotros.

Pero las cosas todas que llenas, ¿las llenas todas con todo tu ser o, tal vez, por no poderte contener totalmente todas, contienen una parte de ti ? ¿Y esta parte tuya la contienen todas y al mismo tiempo o, más bien, cada una la suya, mayor las mayores y menor las menores? Pero ¿es que hay en ti alguna parte mayor y alguna menor? ¿Acaso no estás todo en todas partes, sin que haya cosa alguna que te contenga totalmente ?

Pues ¿qué es entonces mi Dios? ¿Qué, repito, sino el Señor Dios? ¿Y qué Señor hay fuera del Señor o qué Dios fuera de nuestro Dios? (Sal. 17, 32). Sumo, óptimo, poderosísimo, omnipotentísimo, misericordiosísimo y justísimo; secretísimo y presentísimo, hermosísimo y fortísimo, estable e incomprensible, inmutable, mudando todas las cosas; nunca nuevo y nunca viejo; renueva todas las cosas y conduce a la vejez a los soberbios sin ellos saberlo (Job 9, 5) ; siempre obrando y siempre en reposo; siempre recogiendo y nunca necesitado ; siempre sosteniendo, llenando y protegiendo; siempre creando, nutriendo y perfeccionando; siempre buscando y nunca falto de nada.

Amas y no sientes pasión; tienes celos y estás seguro; te arrepientes y no sientes dolor; te aíras y estás tranquilo; mudas de obra, pero no de consejo; recibes lo que encuentras y nunca has perdido nada; nunca estás pobre y te gozas con los lucros; no eres avaro y exiges usuras. Te ofrecemos de más para hacerte nuestro deudor; pero ¿quién es el que tiene algo que no sea tuyo, pagando tú deudas que no debes a nadie y perdonando deudas, sin perder nada con ello ?

¿Y qué es cuanto hemos dicho, Dios mío, vida mía, dulzura mía santa, o qué es lo que puede decir alguien cuando habla de ti? Al contrario, ¡ay de los que se callan de ti!, porque no son más que mudos charlatanes."

SAN AGUSTÍNConfesiones 1, 3 – 4.

 

 

NO TE PIDO GRANDEZAS

Señor, me cuesta ver cada día tu voluntad de salvarnos

A través de personas, actuaciones y acontecimientos

Que a mis ojos son, a veces, tan limitados y defectuosos.

No te pido grandezas en mi vida.

Quiero fiarme y acoger en lo limitado de todos los días tu voluntad.

Abre mis ojos y hazme sensible.

No me dejes caer en la tentación de buscar la eficacia,

el fruto inmediato, mi éxito, mi satisfacción, mi comodidad.

Que mi empeño sea la búsqueda de mi hermano.

La vida merece vivirse cuando se gasta

Sirviendo y amando según tus planes.

Sé que esto supone dolor y renuncia,

Porque tú siempre pides algún pequeño tesoro

En el que tengo puesto el corazón.

Te pido, Señor, que en mi quehacer cotidiano

Me empujes a darme desde la sencillez a mis hermanos.

Tú nos tienes cariñosamente de la mano.

Esto nos basta.

ANÓNIMO

 

PLEGARIA PARA PEDIR HUMILDAD Y CIENCIA

Me falta demasiada comprensión de todo

y me sobra una multitud de pensamientos inútiles, de ideas falsas.

Echo de menos la fuerza de la virtud.

La necesito para progresar internamente.

Rebusco con toda mi fuerza en la Escritura.

Pero aún así no soy capaz de entender su santa ciencia.

Cuento, sin embargo, con una especial bendición del cielo.

Porque temo que si no me llega, mi vida acabará pronto.

También temo que esté haciendo mal uso de mi humanidad.

He despilfarrado el tiempo: solo puedo esperar para mí el fin de un pródigo.

Mira, cuando añoraba la pureza del corazón

Eché en olvido las lágrimas del temor.

Ahora estoy ante ti de rodillas, en mi homenaje.

Día y noche están colgados mis pensamientos de tu sagrado rostro.

Yo me clavo en tu santo nombre

Y luego me lanzo hacia abajo, a la tierra, ante tu santa presencia.

Inclina, oh Pusa, tus oídos y óyeme.

Por tu amor, sálvame de la desgracia,

Préstame tu misericordia y tu protección,

Haz que brille sobre mí tu espíritu de luz y alumbre mi corazón.

Rocíame con tu escarcha, que es dulce,

y lava en mí toda mancha de odio y mala voluntad.

Purifícame de todo pecado, de todo lo malo,

Y haz limpios mis pensamientos y mis actos.

Guárdame de todo mal en la noche y en el día.

Estate siempre junto a mí,

cuando esté despierto o cuando duerma.

Dame que mi entendimiento se despierte

Bajo los rayos de tu dominio.

Dame que aumente en comprensión y entienda lo espiritual.

Que cuando lea la Escritura queden sus palabras grabadas en mi recuerdo,

Y que si se me exponen las santas verdades,

tenga yo ciencia suficiente para retenerlas.

Que mi entendimiento y mi voluntad estén capacitados para recibirlas.

Que me quepa en suerte larga vida y felicidad y paz.

Que siempre camine con tu verdad en las manos.

Que el mal espíritu se mantenga alejado de mí.

Que yo quiera despertarme al claro conocimiento de la nada.

Líbrame de vivir un solo día sin progreso interior.

Que me muestre agradecido para con todos los que me compadecieron

Y que fueron un regalo tuyo para mí.

Y que siempre, donde se cumpla su ley,

Se encuentren reunidos todos los seres vivos.

En la sabiduría plena que lleva a la paz.

ORACIÓN BUDISTA

 

 

 

"DE LAS CONDICIONES DEL PÁJARO SOLITARIO"

Cinco sonetos comentando a San Juan de la Cruz (Dichos de luz y amor 120)

José Luís Martín Descalzo. "Testamento del pájaro solitario"

 

1. "La primera, que se va a lo más alto"

Si fuera yo, si fuera yo, si fuera

Un pájaro de llama enamorado,

un pájaro de luz tan incendiado

que en el silencio de tu noche ardiera;

si pudiera subirme, si pudiera

muy más allá de todo lo creado

y en la última rama de mi Amado

pusiera el corazón y el alma entera;

si aún más alto, más alto, y más volara;

allí donde no hay aire ya, ni vuelo,

allí donde tu mano es agua clara

y no es preciso mendigar consuelo,

allí –¡qué soledad!- yo me dejara

dulcemente morir de tanto cielo.

 

2. "La segunda, que no sufre compañía

Aunque sea de su naturaleza"

¿Y qué has hecho de mí, pues a desierto

me sabe todo amor cuando te has ido?

Tú lo sabes muy bien: yo siempre he sido

un mendigo de amor en cada puerto.

Tendí la mano en el camino incierto

de la belleza humana: cualquier nido

podía ser mi casa; y he pedido

tantos besos que tengo el labio muerto.

Y ahora todo es sal. Me sabe a tierra

el pobre corazón. Estoy vacío.

El calor de un abrazo es calor frío.

Pues tu amor me redime y me destierra

Y sé que mientras Tú no seas mío

hasta la paz va a parecerme guerra.

 

3. "La tercera, que tiene el pico al aire".

Al aire de tu vuelo está mi vida.

Perdido en el silencio más delgado,

despojado de mí, deshabitado,

abierto estoy como se abre una herida.

Abierto a Ti, mi corazón se olvida

de respirar, y estando tan callado,

escucha los latidos del Amado,

la voz de amor que a más amor convida.

El pico al aire, el viento de tu viento

respirará gozoso en la arboleda,

porque tu voz es todo mi alimento.

Y mientras a tus pies mi canto queda,

en el silencio dormiré contento.

Lejos el mundo rueda, rueda y rueda.

 

4. " La cuarta, que no tiene determinado color"

Al acercarme al agua de tu río

lo que yo fui se va desvaneciendo,

lo mucho que soñé se fue perdiendo

y de cuanto yo soy ya nada es mío.

Ya sólo en Ti y en tu hermosura fío,

soy lo que eres, acabaré siendo

rastro de Ti, y triunfaré perdiendo

en combate de amor mi desafío.

Ya de hoy no más me saciaré con nada;

sólo Tú satisfaces con tu todo.

Un espejo seré de tu mirada,

esposados los dos, codo con codo.

Y cuando pongas fin a mi jornada,

yo seré Tú, viviendo de otro modo.

 

5. "La quinta, que canta suavemente".

Yo que hablé tanto, tanto, tanto y tanto,

que siempre fui un charlatán del viento,

un mayorista de palabras, siento

que no me queda voz para tu canto.

Y hoy que, temblando, mi canción levanto,

se quiebra en mi garganta el sentimiento

y ya más que canción es un lamento,

y ya más que lamento es sólo un llanto.

Adelgázame, Amor, mi voz ahora,

déjala ser silencio, llama pura,

río de monte, soledad sonora,

álamo respirando en la espesura.

déjame ser un pájaro que llora

por no saber cantar tanta hermosura.

 

FE

En medio de la sombra y de la herida

me preguntan si creo en Ti. Y digo

que tengo todo cuando estoy contigo:

el sol, la paz, el bien, la vida.

Sin ti, el sol es luz descolorida.

Sin ti, la paz es un cruel castigo.

Sin ti, no hay bien ni corazón amigo.

Sin ti, la vida es muerte repetida.

Contigo el sol es luz enamorada

y contigo la paz es paz florida.

Contigo el bien es casa reposada

Y contigo la vida es sangre ardida.

Pues, si me faltas Tú, no tengo nada:

ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.

JOSÉ LUÍS MARTÍN DESCALZO

 

TE DEUM

A Ti, oh Dios, te alabamos,
a Ti, Señor, te reconocemos.
A Ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A Ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A Ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti.
En Ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

 

AMÉN, AMÉN

Te he hablado a gusto desde el fondo de mi dicha y de mi angustia y me parece que no te he dicho nada. ¿Me has oído verdaderamente?. No tengo más que la respuesta de tu silencio. Todas las palabras humanas se disipan ante ti, no sabemos demasiado bien dónde. Pero tu tempestad se las lleva y de este modo mis palabras caerán de todos modos en ti. Ahora soy feliz de poder terminar, de poder decir: Amén.

Tú eres Aquel que eres. El necesario, el Todo Bondad, el Eterno. A ti solo, Tú importas. Me alegro y digo: Amén. Que así sea, Tú debes ser, Tú debes ser Aquel que eres.

Y todo lo que es en Ti, Tu misterio, oh Incomprensible, tu inmensa distancia, Tu inabordable luz y tu noche: Amén. Así sea.

Tú eres grande y poderoso, tú lo puedes todo porque Tú eres el Amor: Amén. Pero Tú eres también el Lejano y el Silencioso, Tú eres santo y terrible. Yo digo: Amén, a todo lo que Tú eres. Sélo aunque yo tiemble, aunque yo quiera llorar por ser Tú así. Yo me postro ante la ley de Tu ser, caigo con el rostro en tierra en todas partes en que encuentro la cima de Tu inexorable majestad. Sobre ella planea un eterno silencio, una calma luz, un resplandor incomprensible, que viene a mí a través de la noche y la baña. Tú alcanzas alturas que yo no alcanzaré nunca, distancias que se prolongan sin salida. Pero yo digo: Amén, Amén. Así sea. Tú debes ser Aquel que eres.

PETER LIPPERT (1879-1936)

 

PARÁFRASIS DEL PADRE NUESTRO

Santísimo PADRE NUESTRO
Creador, redentor, consolador y salvador nuestro.
QUE ESTAS EN EL CIELO
En los ángeles y en los santos;
iluminándolos para conocer, porque Tú, Señor, eres la luz;
inflamándolos para amar, porque Tu, Señor, eres el amor;
habitando en ellos y colmándolos para gozar,
porque TU, Señor, eres el bien sumo, eterno,
de quien todo bien procede, sin quien no hay bien alguno,
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
Clarificada sea en nosotros tu noticia,
para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios,
la largura de tus promesas, la altura de la majestad
y la hondura de los juicios.
VENGA A NOSOTROS TU REINO
Para que reines Tú en nosotros por la gracia y nos hagas
llegar a tu reino, donde se halla la visión manifiesta de ti,
el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, la fruición de ti por
siempre.
HÁGASE TU VOLUNTAD, EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.
Para que te amemos con todo el corazón,
pensando con toda el alma, deseándote siempre a ti;
dirigiendo todas nuestras intenciones con toda la mente a ti,
buscando en todo tu honor;
y con todas nuestras fuerzas,
empleando todas nuestras energías y los sentidos del alma
y del cuerpo en servicio, no de otra cosa, sino del amor a ti;
para que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos,
atrayendo a todos, según podamos, a tu amor,
alegrándonos de los bienes ajenos como de los nuestros
y compadeciéndolos en los males y no ofendiendo a nadie.
DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA

Tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Para que recordemos, comprendamos y veneremos el amor que nos tuvo
y cuanto por nosotros dijo, hizo y padeció.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO TAMBIÉN
NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN
Por tu inefable misericordia, por la virtud de la pasión
de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión
de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos.
Y lo que no perdonamos plenamente, haz Tu, Señor,
que plenamente lo perdonemos, para que por ti amemos de verdad
a los enemigos y en favor de ellos intercedamos devotamente ante Ti,
no devolviendo a nadie mal por mal,
y para que procuremos ser en ti útiles en todo.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
Oculta o manifiesta, imprevista o insistente.
Y LÍBRANOS DEL MAL
Pasado, presente y futuro. Gloria al Padre ...

SAN FRANCISCO DE ASÍS

 

 

 

3. JESÚS ES SEÑOR

 

 

"LA CORAZA DE SAN PATRICIO"

o "El grito del venado"

Esta confesión de fe, aunque popularizada, sobre todo por su parte final, como obra del gran San Patricio, uno de los primeros misioneros europeos (389-461), evangelizador portentoso de Irlanda, es difícil considerarla más allá de una atribución. Puede ser incluso un texto del siglo VII u VIII. Pero de cualquier modo, se reconoce detrás de este extraordinario y sobrecogedor "Credo", el espíritu de Patricio, y no cabe duda de que, en su versión original, es uno de los más antiguos testimonios poéticos de la fe en una lengua vernácula europea, el irlandés. Una oración clásica sobre la fe en Jesucristo.

Hoy me alzo
con poderosa fuerza e invoco a la Trinidad
con trinitaria fe,
profesando la unidad
del Creador de todo lo creado.

Hoy me alzo
con la fuerza del nacimiento de Cristo gracias a su bautismo,
con la fuerza de su crucifixión y muerte,
con la fuerza de su resurrección y ascensión,
con la fuerza de su descenso el día del juicio.

Hoy me alzo
con la fuerza del amor del querubín,
obediente a los ángeles,
al servicio de los arcángeles,
en la esperanza de la resurrección para encontrar consuelo,
con los rezos de los patriarcas,
las predicciones de los profetas,
las enseñanzas de los apóstoles,
la fe de los confesores,
la inocencia de las santas vírgenes,
los hechos de los hombres de bien.
Hoy me alzo
con la fuerza de los cielos:

la luz del Sol, el brillo de la Luna, el esplendor del fuego,
la velocidad del trueno, la rapidez del viento,
la profundidad de los mares, la permanencia de la tierra, la firmeza de la roca.

Hoy me alzo
con la fuerza de Dios que me guía :
su grandeza que me apoya,
su sabiduría que me guía,
su ojo que me cuida,
su oído que me escucha,
su palabra que me habla,
su mano que me defiende,
su camino para seguirlo,
su escudo para protegerme,
su eucaristía para librarme
de las trampas del demonio,
de la tentación de los vicios,
de aquellos que me desean el mal, lejos o cerca, solo o en compañía.

Invoco hoy todos estos poderes

para que se alcen entre mí y estos males,
contra todos los crueles e infames poderes que deseen
el mal para mi cuerpo y alma,
contra las invocaciones de los falsos profetas,
contra las nefastas leyes de la paganía,
contra las falsas leyes de la herejía,
contra las artes de la idolatría,
contra los hechizos de brujas y nigromantes y hechiceros,
contra todo conocimiento que corrompa el cuerpo y el alma.

Cristo me proteja hoy
contra el veneno, contra el fuego,
contra morir ahogado, ser herido,
para que así venga a mí, abundante consuelo.
Cristo conmigo,
Cristo antes que mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí,
Cristo bajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando duermo,
Cristo cuando descanso,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de quien hable de mi.
Hoy me alzo

con poderosa fuerza

e invoco a la Trinidad,
con trinitaria fe.

Profesando la unidad
del Creador de todo lo creado.

Amen.

TÚ, EL DIOS VIVO

Cristo, en nuestros días y en nuestras noches,

Tú llamas a nuestra puerta para despertarnos a la realidad del Dios vivo.

Tú nos dices: "¿Por qué preocuparte? Escucha a los pájaros del cielo,

Mira las flores del campo. ¿No vales tú más que ellos? En tu oración,

Siempre pobre, confíamelo todo".

Cristo, Tú te ocupas de lo que nos preocupa"

ROGER SCHUTZ

 

CRISTO, NO TIENES MANOS

Cristo, no tienes manos

tienes solo nuestras manos

para construir un mundo

donde habite la justicia.

Cristo, no tienes pies,

tienes sólo nuestros pies

para poner en marcha a los oprimidos

por el camino de la libertad.

Cristo, no tienes labios,

tienes sólo nuestros labios,

para proclamar a los pobres

la Buena Nueva de la Libertad.

Cristo, no tienes medios,

tienes sólo nuestra acción

para lograr que los hombres

sean hermanos.

Cristo, somos la única Biblia

que el pueblo lee aún,

somos el único mensaje

de Dios-Padre-del-Pueblo,

escrito con obras

y palabras eficaces.

 

ERES TODO PARA MÍ

Mi fuerza y mi fracaso

eres tú.

Mi herencia y mi pobreza.

Tú, mi justicia, Jesús.

Mi guerra y mi paz.

¡Mi libre libertad!

Mi muerte y vida, tú.

Palabra de mis gritos.

Silencio de mi espera.

Testigo de mis sueños

¡Cruz de mi cruz!

Causa de mi amargura.

Perdón de mi egoísmo.

Crimen de mi proceso.

Juez de mi pobre llanto.

Razón de mi esperanza.

¡Tú!

Mi tierra prometida

Eres tú…

La Pascua de mi Pascua.

¡Nuestra gloria

Por siempre,

Señor Jesús!

PEDRO CASALDÁLIGA

 

 

NO ME MUEVE MI DIOS PARA QUERERTE

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

ANÓNIMO. S. XVI

 

¿QUÉ TENGO YO, QUE MI AMISTAD PROCURAS?

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía.

!Y cuántas, hermosura soberana:
"Mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana!

LOPE DE VEGA

 

ALMA DE CRISTO

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

ANÓNIMO 

 

VIVIR DE AMOR

1 En la última noche, la noche del amor,
hablando claramente y sin parábolas,
Jesús decía así:

"Si alguno quiere amarme, que guarde mi palabra,
que la guarde fielmente. Mi Padre le amará,
y vendremos a él, moraremos en él,
será para nosotros una morada viva,
será nuestro palacio.
Pero también queremos que more él en nosotros,
lleno de paz, que more en nuestro amor."

2 ¡Vivir de amor quiere decir guardarte
a ti, Verbo increado, Palabra de mi Dios!
Lo sabes, Jesús mío, yo te amo,
me abrasa con su fuego tu Espíritu de Amor.
Amándote yo a ti, atraigo al Padre,
mi débil corazón se entrega a él sin reserva.
¡Oh augusta Trinidad,
eres la prisionera, la santa prisionera
de mi amor!

3 Vivir de amor vivir es de tu vida,
glorioso Rey, delicia de los cielos.
Por mí vives oculto en una hostia,
por ti también, Jesús, vivir quiero escondida.
Soledad necesitan los amantes ,
que hablen sus corazones noche y día.
Me hace feliz tan sólo tu mirada,
¡vivo de amor!

4 Vivir de amor
no es en la cima del Tabor su tienda
plantar el peregrino de la vida.
Es subir al Calvario
a zaga de las huellas de Jesús,
y valorar la cruz como un tesoro ...
En el cielo, mi vida será el gozo,
y el dolor será ido para siempre.
Mas aquí desterrada, quiero, en el sufrimiento,
¡vivir de amor!

5 Vivir de amor es darse sin medida ,
sin reclamar salario aquí en la tierra.
¡Ah, yo me doy sin cuento, bien segura
de que en amor el cálculo no entre!
Lo he dado todo al corazón divino,
que rebosa ternura.
Nada me queda ya... Corro ligera .
Ya mi única riqueza es, y será por siempre
¡vivir de amor!

6 Vivir de amor es disipar el miedo,
aventar el recuerdo de pasadas caídas.
De aquellos mis pecados no veo ya la huella,
junto al fuego divino se han quemado ...
¡Oh dulcísima hoguera, sacratísima llama,
en tu centro yo fijo mi mansión.
Y allí, Jesús, yo canto confiada y alegre:
¡vivo de amor!

7 Vivir de amor guardar es, en sí misma,
en un vaso mortal, un inmenso tesoro.
Mi flaqueza es extrema, Amado mío,
disto mucho de ser un ángel de los cielos.
Mas si es verdad que caigo a cada paso,
lo es también que tú vienes en mi ayuda
y me levantas
y tu gracia me das.
¡Vivo de amor!

8 Vivir de amor es navegar sin tregua
en las almas sembrado paz y gozo.
¡Oh mi Piloto amado!, la caridad me urge,
Pues te veo en las almas, mis hermanos.
La caridad me guía, ella es mi estrella,
bogo siempre a su luz.
en mi vela yo llevo grabada mi divisa:
¡Vivir de amor!

9 Vivir de amor es mientras Jesús duerme
permanecer en calma
en medio de la mar aborrascada.
No temas, ¡oh Señor!, que te despierte,
espero en paz la orilla de los cielos...
Pronto la fe desgarrará su velo
y habrá sido mi espera sólo un día.
La caridad me empuja, ella hinche mi vela,
¡vivo de amor!

10 Vivir de amor, Maestro amado mío,
es pedir que derrames tu luz y tu calor
del sacerdote en el alma santa,
en su alma elegida.
¡Pueda ser él más puro que un serafín del cielo!
Y protege también a tu Iglesia inmortal ,
no cierres tus oídos, Jesús, a mi clamor.
Hija suya soy yo, por mi Madre me inmolo,
¡vivo de amor!

11 Vivir de amor es enjugar tu rostro ,
es a los pecadores alcanzar el perdón.
¡Oh Dios de amor!, que vuelvan a tu gracia,
que bendigan tu nombre eternamente.
Hasta el alma me llega la blasfemia ,
para borrarla yo canto cada día:
¡Oh nombre de mi Dios, te adoro y amo,
vivo de amor!

12 Vivir de amor
es imitar, Jesús, la hazaña de María
cuando bañó de lágrimas y perfumes preciosos
tus fatigados y divinos pies y los besó arrobada,
enjugándolos luego con sus largos cabellos...
Y alzándose del suelo, rompió el frasco
y tu cabeza María perfumó.
¡Oh Jesús, el perfume que yo doy a tu rostro
es y será mi amor!

13 "¡Vivir de amor, oh qué locura extraña
-me dice el mundo-, cese ya tu canto!
¡No pierdas tus perfumes, no derroches tu vida,
aprende a utilizarlos con ganancia!"
¡Jesús, amarte es pérdida fecunda!
Tuyos son mis perfumes para siempre.
Al salir de este mundo cantar quiero:
¡muero de amor!

14 ¡Morir de amor, dulcísimo martirio,
y es el martirio que sufrir quisiera!
Acordad, querubines, vuestras liras,
siento que mi destierro va a acabar...
Llama de amor, consúmeme sin tregua.
¡Oh vida de un momento,
muy pesada tu carga se me hace!
¡Oh divino Jesús!, haz realidad mi sueño:
¡morir de amor!

15 Morir de amor, es ésta mi esperanza,
cuando vea romperse mis cadenas.
Mi Dios será mi recompensa grande,
otros bienes no quiero poseer.
Quiero ser abrasada por su amor,
quiero verle y unirme a él para siempre.
Este será mi cielo y mi destino:
¡¡¡Vivir de amor...!!!

SANTA TERESA DE LISIEUX

 

 

 

 

 

TÚ EL RESUCITADO

Tú, el Resucitado, como un pobre que no quiere imponerse,

Tú acompañas a cada uno sin forzar la entrada de nuestro corazón.

Tú estás ahí, ofreciendo tu confianza, sin abandonar a nadie,

aún cuando las profundidades gritan de soledad.

Para acogerte necesitamos ser curados.

Para reconocerte, es necesario que tomemos el riesgo

de rehacer a cada momento la opción de seguirte.

Sin esta opción, quedamos rezagados.

Escogerte, es escuchar que nos dices: ¿me amas tú más que cualquiera?

ROGER SCHUTZ

CON TU RESURECCIÓN

Oh Cristo, con tu resurrección has destruido el pecado y la muerte.

Oh Cristo, con tu resurrección has conducido todos los hombres de la muerte a la vida.

Oh Cristo, con tu resurrección has anunciado la alegría a las mujeres y a los apóstoles,

la salvación para el mundo entero.

Oh Cristo, tras tu resurrección has soplado sobre tus discípulos, para que recibieran el Espíritu Santo.

Oh Cristo, tras tu resurrección enviaste a los apóstoles hasta los confines de la tierra.

Oh Cristo, con tu resurrección, tú eres el principio, el Primer nacido de entre los muertos.

Oh Cristo, con tu resurrección reconciliaste todo en la tierra y en los cielos.

 

PARA ANDAR POR ESTE CAMINO

NO SE DEBE TOMAR NADA,

NI ALFORJA NI MANTO,

NI ANDAR CON UN BASTÓN,

NI LLEVAR ZAPATOS EN LOS PIES.

ESTE CAMINO SE BASTA A SÍ MISMO.

EL QUE CAMINA POR ÉL

NO TIENE NECESIDAD DE NADA

YA QUE NINGUNA DESGRACIA PODRÁ SOBREVENIRLE,

CAMINO BUENO

QUE LLEVA

AL PADRE BUENO Orígenes

 

RECUERDO DEL REDENTOR

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos,

porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Aquí, donde tú, Señor,

inocente, fuiste acusado;

el justo, fuiste ajusticiado;

el santo, fuiste condenado;

el Hijo del Hombre, fuiste torturado, crucificado y muerto;

el Hijo de Dios, fuiste blasfemado, insultado y renegado;

tú, la Luz, conociste las tinieblas;

tú, el Rey, fuiste elevado en cruz;

tú, la Vida, padeciste la muerte;

y tú, muerto, resucitaste a la vida.

Aquí queremos recordarte, Señor Jesús;

aquí queremos adorarte, Señor Jesús;

aquí queremos invocarte, Señor Jesús;

Aquí, tu pasión, fue ofrenda prevista, aceptada, querida,

Fue sacrificio del que fuiste la víctima y el sacerdote.

Aquí, tu muerte

Fue la expresión y la medida del pecado humano,

Fue el holocausto del mayor heroísmo,

Fue el precio ofrecido a Dios justo,

Fue la prueba del amor supremo.

Aquí combatieron la vida y la muerte.

Aquí conseguirías la victoria, Cristo,

Muerto y resucitado por nosotros.

Dios santo,

Dios fuerte,

Dios inmortal

Ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, redentor nuestro,

reaviva en nosotros el deseo y la confianza en tu perdón,

haz seria nuestra voluntad de conversión y de fidelidad,

haznos gustar la certeza y la dulzura de tu misericordia.

Señor Jesús, nuestro Redentor y Pastor,

concédenos la fuerza de perdonar a los demás,

para que seamos también nosotros perdonados por ti.

Señor Jesús, nuestro Redentor y nuestra Paz,

que nos diste a conocer tu supremo deseo

de que "todos fuésemos uno",

atiende este deseo, que hacemos nuestro también,

y que se convierte aquí en nuestra plegaria:

"que todos nosotros seamos uno".

Señor Jesús, nuestro Redentor y nuestro Mediador,

haz eficaces ante el Padre de los cielos las plegarias

que ahora le dirigimos en el Espíritu Santo.

Dios poderoso y eterno,

que revelaste a todos los hombres tu gloria en Cristo Jesús,

continúa en la obra de tu misericordia,

para que la Iglesia se extienda por el mundo entero,

y persevere, con una fe fuerte, en la confesión de tu nombre.

Por Cristo nuestro Señor. AMEN

PABLO VI . Oración ante el Santo Sepulcro

REDONDAMENTE

A Pascua sabe el pan, a Pascua viva,

a pan aún, apenas masticado,

y vivo ya, y ya resucitado.

Aún bajo tierra y ya volando arriba.

No hay nada que la muerte no reviva

y nada que, al nacer, no esté enterrado:

el pan ya está en la hoz, y en el bocado

latiendo está la espiga primitiva.

Y Dios es pan, y simultáneamente

el pan ya es muerte y ya la muerte es vuelo;

y el pan, que es pan si lo miráis de frente

es más que pan si levantáis el velo.

Que carne y pan y muerte, y tierra y cielo

juegan al corro en Dios redondamente.

J.L. MARTÍN DESCALZO

 

NADIE NI NADA

Nadie estuvo más solo que tus manos

perdidas entre el hierro y la madera;

mas cuando el pan se convirtió en hoguera,

nadie estuvo más lleno que tus manos.

Nadie estuvo más muerto que tus manos,

cuando, llorando, las besó María;

mas cuando el vino ensangrentado ardía,

nada estuvo más vivo que tus manos.

Nada estuvo más ciego que mis ojos

cuando creí mi corazón perdido

en un ancho desierto sin hermanos.

Nadie estaba más ciego que mis ojos.

Grité, Señor, porque te habías ido.

Y tú estabas latiendo entre mis manos.

J.L. MARTÍN DESCALZO

LO QUE VEO

Ahora que estamos solos, Cristo,  

te diré la verdad: Señor, no creo.  

¿Cómo puedo creerme lo que veo
si la fe es creer lo que no he visto?

Si oigo tu voz en mí ¿cómo resisto?
¿Cómo puedo buscar, si te poseo,
si te mastico, si te saboreo?
Esta es mi fe: Comulgo, luego existo.

No tendré que saltar sobre el vacío
para llegar al borde de tus manos
o poner en tu pecho mi cabeza.

Más dentro estás de mí que lo más mío.
Conozco más tu voz que a mis hermanos.
Que es más cierta tu fe que la certeza.

J.L. MARTÍN DESCALZO

 

HIMNO DE PASCUA

Es la Pascua, la Pascua del Señor.

Oh alegría del universo, festín de gracia!

Tú disipas las tinieblas de la muerte

Y abres las puertas de la vida.

Dios se ha hecho hombre

Y el hombre se ha hecho Dios.

En ti se cumplen las promesas

Y se entonan cantos a la tierra. Aleluya.

Que todo el que ame al Señor

Venga a gustar el encanto de esta fiesta.

Que entre con alegría el servidor fiel

En el gozo de su Señor.

Que aquel que ha soportado el peso del ayuno

Venga ahora a cobrar su recompensa. Aleluya.

Que nadie llore su pobreza:

El Reino está abierto a todos.

Que nadie deplore sus pecados:

El perdón se ha levantado de la tumba.

Que nadie tema a la muerte:

La del Señor nos ha vuelto libres. Aleluya.

Muerte ¿dónde está tu victoria?

Muerte ¿dónde está tu aguijón?

Cristo ha resucitado y tú has sido aplastada.

Cristo ha resucitado y han caído los demonios.

Cristo ha resucitado y los ángeles están alegres.

Cristo ha resucitado y los muertos salen de las tumbas.

Sí, Cristo ha resucitado de entre los muertos,

Como primicias de los que duermen. Aleluya.

Por eso te pedimos, Dios soberano,

Cristo, Rey en el Espíritu y las eternidades,

que extiendas tus manos sobre tu Iglesia y sobre tu pueblo.

Defiéndelo, guárdalo, consérvalo,

combate y libra la batalla por él.

Pues tuya es la victoria

Y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

ANÓNIMO. Siglo III

 

NOVERIM ME. NOVERIM TE

Señor Jesús

Que yo me conozca, que yo te conozca.

Que nada desee sino a ti:

Que nada haga sino por ti;

Que me abaje yo y te glorifique a ti;

Que en nada piense sino en ti;

Que muera yo a mi, y viva yo en ti;

Que todo lo reciba de ti;

Que me niegue a mi, y te siga a ti;

Que camine yo siguiéndote a ti;

Que yo huya de mi, y me refugie en ti,

para estar siempre amparado por ti;

que yo me tema a mí mismo, y te tema a ti,

para estar con los elegidos junto a ti;

que a nadie me apegue sino a ti;

quiero ser pobre por causa de ti;

muéstrame tu rostro, y te amaré;

llámame, y un día te veré

y eternamente te gozaré.¡AMÉN!

SAN AGUSTÍN

 

LA ORACIÓN SCOUT

Señor Jesús:

Enséñanos a ser generosos,

a servirte como tu mereces,

a dar sin medida,

a combatir sin preocuparnos de las heridas,

a trabajar sin buscar descanso,

a darnos sin esperar otra recompensa

que la de saber que hacemos

tu santa voluntad. Amén.

 

BALADA A SANTA MARÍA

"La mujer fuerte.. es como una nave de mercader
que desde lejos trae su pan" (Prov 13,14)

¿De qué tierra lejana nos trajiste el trigo
para damos el Pan de la Palabra:
nos masaste la harina con nueva levadura
para ofrecemos la hogaza de tu Hijo?

Tú surcaste los mares y el desierto
en los que habita Dios con su silencio
y bajaste a los senos de la tierra
para arrancarle virgen su simiente primera.

La cosecha y el trigo, la molienda y la harina
en tu entraña crecieron y en tus senos beldaron;
tu memoria amorosa y tu cuerpo ofrecieron
el agua y el molino, el rescoldo y el horno.

De lejos nos trajiste el pan que da la vida;
de Dios mismo viniendo llegó hasta nuestra tierra;
de ti misma naciendo llegó hasta su presencia,
retoño en vuestra viña de humana sementera.

Tu libertad orante fue el lugar del milagro;
tu carne estremecida dio su fruto granado
para hacer a Dios mismo consanguíneo del hombre,
al hacer a los hombres solidarios del Verbo.

Señora del Pan y la Palabra, abogada de pobres,
tú eres ya para siempre el abismo que enlaza
la pobreza del hombre, floreciendo y granando,
con el Dios que se abisma en la carne del tiempo

Señora de Belén, donde pones con júbilo
la mesa con m pan a los pobres del mundo,
partiéndonos la hogaza de tu entraña entregada,
diciendo en tu silencio la Palabra del Padre;

Soberana Señora, hermana de los hombres,
danos siempre ese pan, que nos torna fraternos,
y dinos la palabra que nos dice quién somos,
¡Tú que, nave ligera, la trajiste de lejos¡

OLEGARIO GONZÁLEZ DE CARDEDAL

 

VIVIR ES SEGUIRTE VIENDO

La lámpara del cuerpo es el ojo,

así que si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso (Mt 6,22).

Verte, ¡qué visión tan clara!
vivir es seguirte viendo,
¡para morir no me sirven
los ojos con que te veo!

no sé si puedo seguirlos,
no sé si seguirlos puedo,
pero me llevan, me empujan,
me arrastran hacia tu encuentro.

Mientras estoy a tu lado
te vivo más que te siento;
no sé mirarte, no sé
mirar quedándome ciego.

Todas las cosas del mundo
te dan reconocimiento:
tuya es el agua que tiene
tu tembloroso espejo,

tuya es la tierra que piso,
tuya es la vida que tengo,
tuyo el corazón que vive
con sol después del encuentro.

Si vives siento tu paso
caminar sobre mi cuerpo;
si faltas puede la luna
equivocarse de cielo;

si vienes todos los astros
se apagarán un momento
y en la noche limpia y clara
tu cuerpo se irá encendiendo;

éste es el pie que tenía
son de granizo en el suelo,
éste es el cuerpo tan niño
que estaba aprendiendo a serlo,

éste es el pecho que miro
sin querer, y el alabeo
de la miel que gateaba
para bajar por tu cuello,

quiero aprender a mirar
tu cuerpo casi sin verlo;
no tengo prisa en los ojos:
vivir es seguirte viendo;

no tengo prisa, tú eres
claustro donde me destierro,
núbil paciencia de playa,
tranquilísimo desierto,

¡verte para amarlo todo
porque si el ojo es sincero
se irá haciendo luminoso
al contemplarte mi cuerpo!

                    * * *

Verte, ¡qué visión tan clara!
vivir es seguirte viendo,
como sólo ve la luz
el ciego de nacimiento.

Caminas junto a mi lado,
y un viento alegre y marcero
para cegarme de ti
me envuelve, me está envolviendo.

La tierra siente tus pasos
tal vez como yo los siento,
la tierra que tú pisares
quiero que cubra mi cuerpo.

¡Verte, Abril, verte tan solo,
y el trigal limpio y moreno
tendrá su candelería
encendida bajo el cielo!

hojas de plata cantora
tendrá el álamo en invierno
y tintinearán mis ojos
levemente con su tiemblo.

No hay sol, no hay luna, no hay
nada sino este silencio
de estar viviendo a tu lado
sin sol, sin luna, sin tiempo.

Viéndote, ¡todo es tan claro!

viéndote todo es tan cierto
que el latido de mi sangre
siente en ti su alumbramiento.

Ya en la vida y en la muerte
Abril, solamente quiero
vivir junto a ti, vivir,
vivir y verte viviendo,

cuando terminan las clases
y dan las doce en el cielo
cuya luz va rodeándote
de un resplandor velazqueño,

allí, junto al ventanal,
volviendo a sentir el vuelco
del corazón que se queda
mirándote tan pequeño,

allí donde todo puede
morir y nacer de nuevo,
no sé si pueden seguirte
mis ojos cuando te veo,

no me sostienen, no sé
casi sostenerme en ellos,
pero me llevan, me empujan
hacia ti, yo no los llevo,

me arrastran, yo no los sigo;
no sé cerrarlos, no puedo
cerrarlos, no sé vivirlos:
vivir es seguirte viendo.

LUIS ROSALES

 

 

4. ESPÍRITU DE AMOR

 

 

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU

Ven, Espíritu Santo

Llena los corazones de tus fieles

Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu y todo será creado

Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos: Oh, Dios que has iluminado

Los corazones de tus hijos

Con las luces del Espíritu Santo:

Otórganos por ese mismo Espíritu

Complacernos en el bien

Y gozar siempre de sus consuelos.

 

 

VEN ESPÍRITU DIVINO

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.

HIMNO DE PENTECOSTÉS

 

ALLÍ ESTÁ ÉL

Donde hay transparencia, está el Espíritu.

Donde hay limpieza de corazón, está el Espíritu.

Donde hay olvido de sí, está el Espíritu.

Donde hay virginidad, está el Espíritu.

Donde hay capacidad de soledad, está el Espíritu.

Donde hay fidelidad de amor, está el Espíritu.

Donde hay obediencia, está el Espíritu.

Donde hay humildad, está el Espíritu.

Donde hay sencillez, está el Espíritu.

Donde hay discreción, está el Espíritu.

Donde hay buena educación, está el Espíritu.

Donde hay convivencia, está el Espíritu.

Donde hay austeridad, está el Espíritu.

Donde hay generosidad, está el Espíritu.

Donde hay pobreza, está el Espíritu.

Donde hay compartir y acogida está el Espíritu.

Donde hay entrañas de misericordia, está el Espíritu.

Donde hay creatividad, está el Espíritu.

Donde hay oración, está el Espíritu.

Donde hay gratuidad, está el Espíritu.

Donde hay estancia amorosa, está el Espíritu.

Donde hay invocación, está el Espíritu.

Donde hay presencia de Dios, está el Espíritu.

ANGEL MORENO

ALIENTO Y VIDA

Espíritu de Dios,

Alienta en mí el aire de la libertad,

Alienta en mí el aire de la justicia,

Alienta en mí el aire de la verdad,

Alienta en mí el aire de la paz,

Alienta en mí el aire de la vida,

Alienta en mí el aire del silencio,

Alienta en mí el aire de la palabra profunda,

Alienta en mí el aire de entrega y santidad,

Alienta en mí el aire de la solidaridad.

Espíritu de Dios,

Aviva en mí, todo lo que está dormido,

Aviva en mí todo lo que está marchito,

Aviva en mí todo lo que languidece

Aviva en mí todo lo que muere en tristeza,

Aviva en mí todo deseo de las cosas de arriba,

Aviva en mí todo anhelo de perfección,

Aviva en mí todo gesto del hermano.

 

ESPÍRITU DE JESÚS

Espíritu de Jesús,

todo cuanto vive,

de ti recibe aliento.

Tú haces en el silencio.

Tú obras en lo secreto.

Tú construyes sin hacer ruido.

Tú estás a la vez profundamente escondido

y profundamente presente

como la levadura en la masa,

como el oxígeno en el agua.

Gracias a ti tenemos ganas de vivir

y de construir un mundo mejor.

Gracias a ti siguen vivos los gérmenes

de fraternidad y de unidad universales.

Gracias a ti, hombres y mujeres

de toda nación, lengua y color

van edificando los cielos nuevos

y la nueva tierra

donde sea posible

entenderse en la diferencia.

Espíritu de Jesús

acelera el día en que la Babel de la desigualdad

quede totalmente destruida

y un nuevo orden de valores

sea la carta magna

de todos los ciudadanos del mundo.

Espíritu del Señor resucitado,

envuélvenos en una paz

donde sea posible llamar a todos hermanos.

Tú que vives por los siglos de los siglos.

VEN, ESPÍRITU… VEN, VIDA

Ven, Espíritu del Padre y del Hijo.

Ven, Espíritu de amor.

Ven, Espíritu de infancia, de paz,

de confianza y de alegría

que brillas a través de las lágrimas del mundo.

Ven, Vida mucho más fuerte que nuestra muerte.

Ven, Padre de los pobres.

Y abogado de los oprimidos.

Ven Luz de eterna verdad

y amor extendido en nuestros corazones.

Nada tenemos que te pueda forzar;

pero aquí radica precisamente nuestra confianza.

Nuestro corazón, en el fondo, teme tu llegada:

tan poco te pareces a este corazón tan tosco,

siempre en busca de sí mismo;

Mas pese a todo, esta es justamente

la más sólida garantía de tu venida.

Ven, pues. Renueva e incrementa

tu presencia en nuestro mundo interior.

KARL RAHNER

LA HORA DEL ESPÍRITU

A nuestros corazones

La hora del Espíritu ha llegado,

La hora de los dones

Y del apostolado:

Lenguas de fuego y viento huracanado.

Oh Espíritu, desciende:

Orando está la Iglesia que te espera;

Visítanos y enciende

Como la vez primera

Los corazones en la misma hoguera.

La fuerza y el consuelo,

el río de la gracia y de la vida

derrama desde el cielo:

la tierra envejecida

renovará su faz reverdecida.

Gloria a Dios, uno y trino,

Al Padre creador, al Hijo amado,

Y al Espíritu divino

Que nos ha regalado;

Alabanza y honor le sea dado. Amén.

LITURGIA DE LAS HORAS

REGALO DE DIOS

Tú das fuerza a todo lo que vive.

Tú obras de modo extraño e inexplicable,

oculto en lo profundo de cada uno,

como un fermento

como una semilla de fuego.

Tú eres nuestra ansia de vida,

el amor que nos hace echar raíces en la tierra

y que nos ata a nuestro Dios.

Eres el regalo que Dios nos ha hecho.

Quédate en medio de nosotros

y sé Dios en nosotros.

HUUB OOSTERHUIS

OH, SEÑOR, ENVÍA TU ESPÍRITU

¡Oh, Señor, envía tu Espíritu,

que renueve la faz de la tierra!

1.¡Oh Señor, que mi alma te bendiga!

¡Oh, Dios tu eres grande,

vestido de esplendor y belleza!

2. Sobre el agua construyes tus moradas,

oh, Dios, en las alturas,

y en alas del viento tú caminas.

3. Es el viento quien lleva tus mensajes,

oh, Dios, por los espacios,

y tienes un esclavo en el fuego.

4. Asentaste la tierra firmemente,

oh, Dios, en sus cimientos,

y no temblará por los siglos.

L. DEISS

ENVÍA TU ESPÍRITU

Desde lo hondo te invoco, Señor, y te pido:

envía tu Espíritu sobre mi aridez,

envía tu Espíritu sobre mi frialdad,

envía tu Espíritu sobre mi tiniebla,

envía tu Espíritu sobre mis miedos,

envía tu Espíritu sobre mis ansias insaciables,

envía tu Espíritu sobre mi cansancio,

envía tu Espíritu sobre mi pobreza,

envía tu Espíritu sobre mis contradicciones,

envía tu Espíritu sobre mis luchas,

envía tu Espíritu sobre mis gritos en la noche,

envía tu Espíritu sobre mi impaciencia,

envía tu Espíritu sobre mi falta de fe…

Envía, sí, Señor, tu Espíritu

que remueva en mí todo lo que no es espiritual

y haga de mi corazón una casa donde puedas morar

hoy y siempre, junto con tu Hijo,

el Resucitado de entre los muertos,

por los siglos de los siglos. Amén.

VÉN, ESPÍRITU

¡Oh, tú, Espíritu de la fuerza,

Que mandas la fuerza!

Tú, que todo lo puedes,

Sin ti yo nada puedo.

Yo que estoy consagrado a ti, Espíritu,

Recibo de ti fuerza y poder, porque tú me los das.

Yo te llamo, Espíritu de la fuerza,

Escucha mi canto: ¡ven, ven, ven!

¡Ven porque yo soy tuyo!

Espíritu, yo soy tuyo y tú eres mío. ¡Ven!

 

PADRE, ENVÍA TU ESPÍRITU

Padre, envía tu Espíritu.

El Espíritu que se cernía al inicio sobre el caos,

el Espíritu que fue dando existencia y consistencia

a todo lo que tu palabra pronunciaba.

Padre, envía tu Espíritu.

El Espíritu que guiaba a tu pueblo,

como nube o como llama,

a través del inmenso desierto

hacia la tierra prometida.

Padre, envía tu Espíritu.

El Espíritu capaz de transformar en carne

los corazones de piedra;

el Espíritu capaz de convocar y dar vida

a los huesos descarnados

esparcidos por el valle del silencio y del olvido.

Padre, envía tu Espíritu.

el Espíritu de tu Hijo Jesús,

porque Él nos lo prometió.

Que fecunde nuestras vidas,

como fecundó las entrañas de la Virgen María;

que nos llene de vida,

como inundó de vida al sepulcro de Jesús;

que nos llene de coraje,

como llenó a los apóstoles miedosos;

que nos llene de fidelidad,

como lo hizo con las legiones de mártires y santos;

que nos recuerde y enseñe las palabras de Jesús,

para entenderlas, vivirlas, y anunciarlas

a los hombres y mujeres, nuestros hermanos.

Padre, envía tu Espíritu a nosotros

y a tu Iglesia extendida por el mundo entero. Amén

 

GRACIAS, PADRE, POR EL ESPÍRITU

Te bendecimos, Padre,

por el don del Espíritu, que por tu Hijo, haces al mundo.

Lo hiciste al principio,

cuando incubabas el universo al calor del Espíritu,

para que naciera un mundo de luz y de vida

que pudiera albergar al hombre.

Te damos gracias porque, mediante tu Espíritu,

lo sigues creando, conservando, y embelleciendo.

Te bendecimos por haber puesto tu Espíritu en cada persona,

y por el don continuo que de Él has hecho en la historia humana:

Espíritu de fuerza en los jueces y gobernantes,

Espíritu rector en sus reyes fieles.

Te alabamos por la acción de tu Espíritu en los profetas.

Te bendecimos sobre todo por Jesucristo,

lo mejor de nuestro mundo,

el hombre "espiritual" por excelencia:

vivió guiado por el Espíritu,

evangelizando a los pobres,

ayudando y fortaleciendo a todos…

hasta que, resucitado, comunicó a su Iglesia

y a los que buscan con corazón sincero,

ese mismo Espíritu…

Que el Espíritu nos dé fuerza para luchar por la verdad,

la justicia y el amor;

luz para comprender a todos,

ayuda para servir

generosidad para amar, paciencia para esperar.

Y finalmente, haznos sensibles a la acción de tu Espíritu

en el mundo y en la historia de los hombres.

Ayúdanos a descubrirla en la ciencia,

en la cultura, en el trabajo, en la técnica,

en todo aquello en que el la persona humana y el Espíritu

preparan conjuntamente

el alumbramiento de los cielos nuevos y la nueva tierra.

Por Jesucristo, tu Hijo Resucitado y Hermano nuestro. Amén.

ANTES DE LA LECTURA DE LA SAGRADA ESCRITURA

Abre mis ojos a fin de que vea

cosas maravillosas en tu Ley.

Quita Señor, el velo de mi corazón,

mientras leo las Escrituras.

Bendito seas, Señor: enséñame tus caminos.

Palabra del Padre, dame tu palabra,

toca mi corazón, ilumina los sentidos de mi interior.

Abre mis labios, y llénalos de tu alabanza.

Permanece, Señor, en mi corazón y en mi boca.

En mi boca, para que con equidad y dignidad

dé a conocer tus palabras,

santificándome

el poder de tu Espíritu santísimo.

Oh Tú, ese carbón de doble naturaleza

que, tocando los labios del profeta, lo purificó de su pecado,

toca también mis labios, que soy un pecador;

líbrame de toda mancha y hazme capaz

de dar a conocer tus mensajes.

Señor, ábreme los labios

y mi lengua proclamará tu alabanza.

LANCELOT ANDREWES (1555-1626) Livre d´Heures

 

ORACIÓN SIMPLE

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.

Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto

ser consolado, cuanto consolar,

ser comprendido, cuanto comprender,

ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,

es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,

es perdonando, como se es perdonado,

es muriendo como se resucita a la vida eterna.

ANÓNIMO (Se suele atribuir a San Francisco de Asís)

 

CONCÉDEME SEÑOR

Dios mío, Tú eres todo ternura para mí.

Te lo pido por tu Hijo amado:

dame la gracia de llenarme de misericordia

y de amar todo lo que Tú me inspires.

Dame la gracia de compadecerme

de quienes viven en la aflicción

y de correr en ayuda

de los que pasan necesidad.

Dame la gracia de aliviar a los desgraciados,

de prestar asilo a los que no lo tienen,

de consolar a los que sufren,

de animar a los deprimidos.

Dame la gracia de devolver la alegría a los pobres,

de servir de apoyo a los que lloran,

de perdonar las deudas

a quien tenga alguna conmigo.

Dame la gracia de perdonar

a quien me haya ofendido,

de amar a los que me odien,

de devolver siempre bien por mal,

de no despreciar a nadie

y de respetar a todos.

Concédeme imitar a los buenos,

renunciar a la frecuentación de los malos,

practicar las virtudes,

y evitar los vicios.

Concédeme, Señor, paciencia cuando todo va mal,

y moderación cuando todo va bien.

Concédeme saber dominar mi lengua

y poner, si hace falta, un guardián en mi boca.

En fin, Dios mío,

concédeme despreciar las cosas que pasan

y la sed de los bienes eternos. Amén.

ANSELMO DE CANTORBERY

 

 

LOS TRES GRANDES POEMAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ

 

 

NOCHE OSCURA

1. En una noche oscura,
con ansia, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

2. A oscuras y segura
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

3. En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

4. Aquesta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía
adonde me esperaba
quien bien yo me sabía
en parte donde nadie parecía.

5. ¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

6. En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo me regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

7. El aire del almena,
cuando ya sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cabello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

8. Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y dexéme,
dexando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

 

 

CÁNTICO ESPIRITUAL (Cántico B)
Canciones entre el alma y el esposo

ESPOSA

1. ¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.

2. Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

3. Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

4. ¡O bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!,
¡o prado de verduras,
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.

RESPUESTA DE LAS CRIATURAS

5. Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.

 

 

ESPOSA

6. ¡Ay!, ¿quién podrá sanarme?
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero
que no saben decirme lo que quiero.

7. Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.

8. Mas, ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?

9. ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?

10. Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.

11. Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.

12. ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!

13. ¡Apártalos, Amado,
que voy de vuelo!

ESPOSO
                                        Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma
al aire de tu vuelo, y fresco toma.

 

ESPOSA

14. Mi Amado las montañas
los valles solitarios nemorosos
las ínsulas extrañas
los ríos sonorosos
el silbo de los aires amorosos

15. la noche sosegada
en par de los levantes del aurora
la música callada
la soledad sonora
la cena que recrea y enamora.

16. Cazadnos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.

17. Detente, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.

18. ¡Oh ninfas de Judea!,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales.

19. Escóndete, Carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas.

ESPOSO

 20. A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores,
y miedos de las noches veladores:

21. Por las amenas liras
y canto de sirenas os conjuro
que cesen vuestras iras,
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.

22. Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos del Amado.

23. Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada;
allí te di la mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada.

ESPOSA

24. Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado.

25. A zaga de tu huella
las jóvenes discurren al camino,
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.

26. En la interior bodega
de mi Amado bebí, y, cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía,
y el ganado perdí que antes seguía.

27. Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.

28. Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.

29. Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me e perdido,
que, andando enamorada,
me hice perdidiza y fui ganada.

30. De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas,
en tu amor florecidas
y en un cabello mío entretejidas.

31. En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.

32. Cuando tú me mirabas,
su gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamavas,
y en eso merecían
los míos adorarlo que en ti vían.

33. No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.

ESPOSO

34. La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes a hallado.

35. En soledad vivía,
y en soledad a puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.

ESPOSA

36. Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte y al collado,
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.

37. Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos.

38. Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día:

39. El aspirar de el aire,
el canto de la dulce filomena,
el soto y su donaire
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena.

40. Que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.

 

 

LLAMA

Canciones del alma en la íntima comunicación,
de unión de amor de Dios.

1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. muerte en vida la has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

_____________________________________________________________

 

PADRE, HIJO Y ESPÍRITU

Dios Padre,

tus manos dan la vida

a todo lo creado,

desde el principio de los tiempos,

pasando por nuestros días,

hasta la eternidad.

Dios Hijo,

tus manos ayudan

al hermano débil,

tocan igual al amigo

que al enemigo,

santifican nuestra vida

y nuestro paso a la eternidad.

Dios Espíritu Santo,

tu fuerza es la plenitud

de los tiempos,

tus manos crean la paz,

tus manos ofrecen amor,

de tus manos se desprende

la eternidad.

PAUL REDING

EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ

El Espíritu del Señor está sobre mí.

Me ha enviado a:

consolar a los tristes,

sanar a los enfermos,

mirar a los abatidos,

ayudar a los cansados,

echar una mano a los caídos,

apoyar a los vacilantes…

El Espíritu del Señor está sobre mí.

me ha enviado a proclamar:

felices los pobres,

felices los hambrientos,

felices los perseguidos,

felices los pacíficos,

felices los de corazón abierto y limpio,

felices los que lloran,

felices los que sufren injusticias…

El Espíritu del Señor está sobre mí:

me ha lanzado al mundo

para proclamar las cosas

que solo pueden entender las personas

de buena voluntad.

ANGEL MORENO

 

QUEDAN MUCHOS MUROS

Ven, Espíritu Santo,

quedan aún muchos muros

que han de ser derribados;

aún no sabemos hablar

lenguas que todos entiendan,

y hay tantas guerras estúpidas…

Ven, Espíritu Santo,

porque no somos hermanos,

no conocemos el nombre

ni del que está a nuestro lado;

seguimos soñando torres

que nos hagan superiores,

y lo maltratamos todo.

Ven, Espíritu Santo,

para enseñarnos a orar

y saber decir "Jesús";

proclamar su testimonio

con la palabra y la vida,

y para que grabes en nosotros

la imagen viva de Cristo.

Ven, Espíritu Santo,

se nuestro mejor perfume,

nuestra alegría secreta,

nuestra fuente inagotable,

nuestro sol y nuestra hoguera,

nuestro aliento y nuestro viento,

nuestro huésped y consejero.

Ven, Espíritu Santo.

Ven, Espíritu amigo.

Ven.

 

ELEVACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

ISABEL DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

21 de Noviembre 1904

 

¡Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayudadme a olvidarme totalmente de mí para establecerme en Vos, inmóvil y tranquila, como si mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Vos, oh mi Inmutable, sino que cada momento me sumerja más íntimamente en la profundidad de vuestro misterio.

Pacificad mi alma; haced de ella vuestro cielo, vuestra morada predilecta, el lugar de vuestro descanso. Que nunca os deje allí solo sino que permanezca totalmente con Vos, vigilante en mi fe, en completa adoración y en entrega absoluta a vuestra acción creadora.

¡Oh, mi Cristo amado, crucificado por amor! Quisiera ser una esposa para vuestro corazón; quisiera cubriros de gloria; quisiera amaros... hasta morir de amor. Pero reconozco mi impotencia. Por eso os pido ser «revestida de Vos mismo, identificar mi alma con todos los sentimientos de vuestra alma, sumergirme en Vos, ser invadida por Vos, ser sustituida por Vos para que mi vida sea solamente una irradiación de vuestra Vida. Venid a mí como Adorador, como Reparador y como Salvador.

¡Oh, Verbo eterno, Palabra de mi Dios! Quiero pasar mi vida escuchándoos; quiero ser un alma atenta siempre a vuestras enseñanzas para aprenderlo todo de Vos. Y luego, a través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas las impotencias, quiero mantener mi mirada fija en Vos y permanecer bajo vuestra luz infinita.

¡Oh, mi Astro querido! Fascinadme de tal modo que ya no pueda salir de vuestra irradiación divina.

¡Oh, Fuego abrasador, Espíritu de amor! Venid a mí para que se realice en mi alma como una encarnación del Verbo. Quiero ser para El una humanidad suplementaria donde renueve todo su misterio.

Y Vos, oh Padre, proteged a vuestra pobre criatura, «cubridla con vuestra sombra», contemplad solamente en ella al «Amado en quien habéis puesto todas vuestras complacencias».

¡Oh, mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad donde me pierdo! Me entrego a Vos como víctima. Sumergíos en mí para que yo me sumerja en Vos hasta que vaya a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas.

 

 

 

 

PLEGARIAS A MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA

Ni el Evangelio ni la auténtica tradición cristiana pudieron nunca separar a María Madre de la Iglesia. La una y la otra están unidas en una misma vocación fundamental: la maternidad.

Señor Dios, tú respondiste a la esperanza mesiánica de Israel, tu pueblo elegido, y a la espera confusa de todos los hombres, tus criaturas amadas, enviando tu ángel a María, hija de Sión. Concédenos esperar siempre tu visita y gozarnos en la espera de tu Reino de gloria, por Cristo Nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Padre de misericordia, tú predestinaste y llenaste de gracia a la Virgen María, para convertirla en Madre de tu Hijo único. Enriquécenos con tus bendiciones en tu Hijo amado, ya que nos has elegido en Él, para que seamos santos e inmaculados en tu presencia, en al amor, por Cristo, nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Dios todopoderoso, tú quisiste que tu Hijo naciera de una virgen pobre, para que en su debilidad y pobreza se manifestasen tu poder y riqueza. Fortalécenos en nuestra propia pobreza, pues no queremos poseer nada, más que los dones de tu mano, por Cristo Nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Dios Santo, tú bajaste a habitar en María, para hacer en ella tu casa, y has hecho también, del cuerpo de Cristo, el templo nuevo y definitivo de tus adoradores. Ven a vivir en nosotros por el Espíritu, para que nuestros cuerpos permanezcan siempre como templos santos de tu presencia, por Cristo Nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Dios de la gloria, tú alegraste a María, tu humilde esclava, por la venida del Mesías y le inspiraste un cántico de alabanza y de victoria. Destruye nuestro orgullo, cambia nuestro poder, para que en la humildad y en la pobreza, podamos encontrar la verdadera fuerza y la única riqueza, por Cristo nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Dios de compasión, tú asociaste a María a los sufrimientos de tu Hijo, para configurar su corazón con la pasión del crucificado. Haznos encontrar la alegría en los sufrimientos por el Evangelio, y completar lo que falta a la Iglesia, por Cristo nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Dios, nuestro Padre, tú hiciste de María la figura de la Iglesia nuestra Madre, y la entregaste al discípulo fiel como madre espiritual. Concédenos la gracia de recibir en nuestro corazón a la Iglesia como madre, y de alegrarnos en la familia espiritual que nos has dado, por Cristo nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

Dios de victoria, tú revelaste a tu discípulo Juan, en la visión, el triunfo último de tu Iglesia. Concédenos contemplar en el cielo la desnudez de todos los testigos victoriosos, para que encontremos el coraje y la fuerza en los combates de este mundo. Recibe nuestra oración, recibe la oración de María, unida a la nuestra en la comunión de los santos. Haznos seguir el ejemplo de fe, de piedad, de constancia y de santidad, de la que es madre y figura de tu Iglesia santa, por Cristo nuestro Señor. VEN, ESPÍRITU SANTO CREADOR

MAX THURIAN

ORACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS

Señor, nuestro tierra es sólo un astro pequeño
perdido en la inmensidad del Universo.
Tarea nuestra es hacer de ella un planeta
donde no vivamos atormentados
por las guerras,
torturados por el hambre y el terror
o desgarrados y divididos por ideologías,
raza o color.
Danos acierto y valor para poner
desde hoy manos a la obra
con el fin de que nuestras hijas
y los hijos de nuestros hijos
puedan un día llamarse con orgullo
"personas humanas".

 

PLANETA TIERRA

Y tú en verdad, no eres la más hermosa

de las estrellas, ni la más luciente.

El padre Sol es infinitamente

más fuerte con su llama poderosa.

Sirio es más brillante. Y la gloriosa

Vía Lactea más jardín y fuente.

Venus más clara, Marte más ardiente.

La misma Luna es más misteriosa.

Mas tú, pequeña, eres de las estrellas

del universo la más importante,

porque eres casa y fuiste cuna.

No tengas nunca, Tierra, envidia de ellas.

Que si tienen más luz, tu vas delante

en ese amor que mueve sol y luna.

JOSÉ LUIS MARTÍN DESCALZO

 

QUE CESE EL DOLOR EN TODO EL MUNDO

Que cese el dolor en todo el mundo.

Que sea desterrado de los hombres, de las cosas, de todo lo que vive.

Que cada uno de los seres que poseen por sí mismos, o lo han tomado,

el sentido incompleto de todo, quiera estar en la paz y en la salud.

Que en las diez partes de la tierra se espere la libertad.

Los seres están ya casi muertos de anemia y enfermedad.

Que ellos aguarden la recuperación, la reintegración a la salud.

Que los amenazados, los aplastados,

por el miedo a reyes, ladrones o soldados,

y los que estos condenaron a muerte,

los que se mueven entre angustia, necesidad y hambre,

todos, crean aún en la liberación.

Los apaleados, los encarcelados y atormentados,

los miserables, los harapientos, los agotados por el esfuerzo,

los enfermos, los envejecidos por multitud de penas.

Todos estos deben esperar aún, ir un día por el mundo, libres de su carga:

los apaleados, de sus golpes; los aterrorizados por la muerte, de sus fantasmas;

los acosados por los jueces, de todo miedo.

Que los muertos de hambre y sed puedan comer y beber hasta hartarse. Que los ciegos puedan llenar sus ojos de formas y figuras. Y los sordos, sus oídos de música agradable. Que no llegue el sufrimiento ni el dolor. Que todos se sientan bien y gocen de lo más hermoso, de lo más agradable, y estén siempre bien llenos de felicidad.

Que en ninguna parte se quiera recordar el dolor, ni oírlo nombrar, ni sentirlo al lado.
Todos deseen que todo sea agradable, bien presentado, brillante. Y que esta felicidad vaya de unos a otros, hasta que les llegue a todos a la medida de sus deseos. Que todos ellos se cumplan y se realicen en magníficos frutos.

ORACIÓN BUDISTA

 

SI CRISTO, MAÑANA, LLAMASE A TU PUERTA...

Si Cristo, mañana, llamase a tu puerta,
¿lo reconocerías?
Será, como entonces, un hombre pobre,
ciertamente un hombre solo.
Será, sin duda, un obrero,
quizá un parado,
o, incluso, si la huelga es justa, un huelguista.
O tal vez irá ofreciendo pólizas de seguros o aspiradoras...

Subirá escaleras y más escaleras,
se detendrá sin fin piso tras piso,
con una sonrisa maravillosa
en su rostro triste...
Pero tu puerta es tan sombría...
Además, nadie descubre la sonrisa de las personas
que no quiere recibir.
"No me interesa", dirás
antes de escucharle.
O bien la criada repetirá como una lección:
"La señora tiene sus pobres",
y de golpe cerrará la puerta
ante el semblante del Pobre,
que es el Salvador.

Será, quizá, un prófugo,
uno de los quince millones de prófugos
con pasaporte de la 0NU;
uno de esos que a nadie interesan
y que van errantes,
errantes por este desierto del mundo;
uno de esos que deben morir,
"porque, a fin de cuentas, no se sabe de dónde vienen
las personas de tal calaña..."
O quizá también, en América,
un negro,
un triste negro,
cansado de mendigar un hueco
en los hoteles de Nueva York,
como entonces, en Belén,
la Virgen Nuestra Señora....

Si Cristo, mañana, llamase a tu puerta,
¿lo reconocerías?
Tendrá un aire abatido,
extenuado.
agobiado como está
porque debe tomar sobre sí
todos los dolores de la tierra...
Y, si le preguntan:
"¿Qué sabes hacer?",
Él no puede decir: "Todo".
"¿De dónde vienes?",
no puede responder: "De todas partes".
"¿Qué pretendes ganar?",
no puede responder: "A ti".
Entonces se alejará,
más extenuado, más agobiado,
con la Paz en sus manos desnudas...

RAOUL FOLLEREAU

AMAR A TODOS

Señor, enséñanos

a no amarnos sólo a nosotros mismos,

a no amar solamente a nuestros amigos,

a no amar a aquellos que nos aman.

Enséñanos a pensar en los otros,

y a amar, sobre todo, a aquellos a quienes nadie ama.

Concédenos la gracia de comprender

que, mientras nosotros vivimos una vida demasiado feliz,

hay millones de seres humanos,

que son también tus hijos, y hermanos nuestros,

que mueren de hambre,

sin haber merecido morir de hambre;

que mueren de frío, sin haber merecido morir de frío…

Señor, ten piedad de todos los pobres del mundo.

Y no permitas, Señor, que nosotros vivamos felices en solitario.

Haznos sentir la angustia de la miseria universal,

y líbranos de nuestro egoísmo. Amén.

RAOUL FOLLEREAU

 

ORACIÓN DESDE EL SUFRIMIENTO

Yo había pedido a Dios la fuerza para triunfar;
Él me ha hecho débil para que reconozca el encanto de las pequeñas cosas...
Yo le había pedido la salud para hacer cosas grandes;
Él me ha dado la enfermedad para que haga cosas mejores...
Yo le había pedido riqueza para ser feliz;
Él me ha dado la pobreza para que sea sensato...
Yo le había pedido el poder para que los hombres contasen conmigo;
Él me ha dado la debilidad para que necesite sólo a Dios...
Yo le había pedido un compañero para no tener que vivir sólo;
Él me ha dado un corazón capaz de amar a todos los hermanos...
Yo le había pedido de todo para gozar de la vida;
Él me ha dado la vida para que goce de todo...
No he recibido nada de lo que le había pedido;
pero tengo todo lo que podía esperar,
porque aunque diga lo contrario
Dios me ha escuchado y soy el más feliz de los hombres…

 

CONCÉDENOS TIEMPO

Dios nuestro, concédenos tiempo.

Impídenos que queramos ir más deprisa de lo que permite el intenso oleaje de nuestro corazón. Haz que tengamos paciencia con nosotros mismos, pues el tiempo actúa a la sombra de nuestras irritaciones; el tiempo prosigue y cicatriza, por más que nos moleste su lentitud y nos inquieten sus vaivenes.

Danos tiempo para tomar y para aprender, pues en modo alguno estamos hechos para vencer sin convencer, para coger sin habitar, ni para recorrer sin permanecer.

Danos la familiaridad que sigue a la curiosidad, y que permite el contacto. Danos la ternura que acompaña al deseo y que permite el amor. Danos la constancia que sigue al descubrimiento y que permite la felicidad. Danos la lentitud que sigue a la brusquedad y que permite la convicción. Danos tiempo para la aproximación y el afecto.

Danos también tiempo para desprendernos y curarnos, pues de ninguna manera estamos hechos para la obstinación en el atractivo del despropósito, de la destrucción y del mal sin más, sufrido o cometido.

Concédenos que demos con el camino de nuestra vidas en medio de los matorrales de nuestras pasiones y de la grava de nuestros desollones. Haz que aceptemos que el tiempo de la convalecencia pase tan despacio como el de la fiebre.

Oh Dios, enséñanos a esperar en el tiempo para nuestras propias vidas y para todo el mundo, pues tú también usaste el tiempo sin acusarlo. Tú también caminas lentamente y reconstruyes de generación en generación. Tienes constancia y anuncias lo que solo se realizará más allá de nuestras maquinaciones.

Tú no eres el encartamiento del instante, ni la inmutabilidad de la eternidad. Tú eres la semilla enterrada en la tierra del mundo, para una cosecha que todavía no ha llegado.

Dios nuestro, danos confianza en el tiempo, en esos días en los que parece que patinamos y retrocedemos. No te pedimos impaciencia ni pasividad, te pedimos que la paciencia del tiempo pacifique nuestros corazones.

En nombre de Jesús, que creció en silencio durante treinta años,

que habló con poder durante tres años,

que lo perdió todo en tres días de abandono,

y que lo recuperó todo para todos, ofreciéndonos el tiempo como esperanza. AMÉN