Iglesia Adventista del Séptimo Día

"'Los adventistas del séptimo día son quizá la secta mundial con una situación de decadencia más acusada con excepción quizá de la Misión de la Luz Divina. En ella han faltado los elementos de originalidad y genialidad que han caracterizado a otras sectas aunque haya sido con fines perversos. En manos de un visionario primero, de una desequilibrada después, se ha ido quedando fuera del reparto al que han ido asistiendo otras sectas.".

César Vidal Manzanares
El infierno de las sectas

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Origen

 

 

El fundador: Willian Miller
La re-fundadora: Hellen White

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Escándalos públicos

 

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Doctrina

 

 

Dios
Cristología

Antropología
Escatología
Soteriología
Moral

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Liturgia y culto

 

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Organización

 

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Situación actual

 

Wbc02tnb.gif (1419 bytes)Respuesta a algunas cuestiones que plantea el adventismo

Wbc02tnb.gif (1419 bytes) Ficha síntesis

 
Siempre que abordamos el intrincado mundo de las sectas y nuevos movimientos religiosos aparece un caso particular que muchas veces se cataloga con fanatismo, y otras con gran tibieza: la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

 

Muchos especialistas e historiadores del fenómeno lo toman como un caso prototípico: estructura rígida, endiosamiento del líder, lenguaje diferenciado, doctrinas particulares que remarcan identidad, proyectos de segregación racial, doble discurso.

Por todo esto, por su particular origen ligado a la "profecía" de la Segunda Venida de Cristo, el adventismo no puede ser seriamente soslayado al abordar el mundo de las sectas.

Quizás, la consideración fundamental que no debemos perder de vista, es que nos encontramos ante un grupo que ya ha superado largamente los 150 años de existencia, y que consiguientemente, hoy estamos asistiendo al resultado de una larga evolución psicológica, social y doctrinal que provoca inevitablemente ún fenómeno muy especial: este grupo ya en la década del '50 era centenario y muy extendido, y lo que se escribía sobre sus metodologías y doctrinas es muy probable que no coincida con la metodología y doctrina de los Adventistas hoy.

Estos cambios son propios de la dinámica intrínseca de los grupos que, según los especialistas, deben pasar por diversas etapas:

  1. Nacimiento: cuando un grupo surge, en general es a instancias de un conjunto de circunstancias culturales, sociales y religiosas que generan una cantidad de ansiedades y expectativas insatisfechas en un sector de la población. La pequeña comunidad se nuclea en torno a la figura dominante de un "profeta", "gurú" o "maestro" . En este período la secta está básicamente devorada por su ansia de expansión. Suele ser el período de mayor conflictividad del grupo.
  2. Consolidación: el grupo, comienza a buscar caminos que le permitan encauzar las irregularidades o excentricidades que pueden haber sido causa de que hayan perdido aceptación social. Esta etapa se da generalmente después de la desaparición del líder o fundador.
  3. Transformación: es una especie de lavado de cara de la secta, de su imagen pública. Se busca cuidadosamente que la opinión pública olvide los acontecimiento más escabrosos de sus primeros años y que los nuevos adherentes ignoren que se trata verdaderamente de una secta y acepten sencillamente que se trata de una iglesia honorable.

Desde esta perspectiva, la Iglesia Adventista del Séptimo Día nos ofrece a los hombres del albor de este tercer milenio, la ocasión privilegiada de hacer un seguimiento efectivo de estas etapas, y de verificar la factibilidad de esta espinosa etapa de transformación que aparentemente está atravesando el grupo.

 

Origen:

El fundador: William Miller (1782-1849)

Nació en Pittsfield (Massachusetts - USA), de familia pobre y poco religiosa, el mayor de 16 hermanos. En su juventud frecuentó ambientes masónicos y leyó autores iluministas como Voltaire y Hume. Cuando la guerra anglo-americana de 1812 se enroló como "no creyente".

A los 35 años se convirtió a la fe bautista y se dedicó fervorosamente al estudio de la Biblia, especialmente los libros de Daniel y el Apocalipsis. De este modo llegó al convencimiento personal de que el regreso de Cristo debería concretarse en 1843.

En 1831 la iglesia Bautista lo reconoció como predicador itinerante. En este apostolado Miller obtuvo una respuesta notable entre los fieles, su grupo dentro de la Iglesia Bautista llegó a tener 200 predicadores.

En 1833 publicó su tratado "Pruebas deducidas de la Escritura y de la historia sobre el retorno de Cristo en 1843 y su personal reino milenario". En 1840 fundó la revista "Signos de los tiempos".

A partir de este momento see dedicará casi exclusivamente a "preparar" la que él creía era la segunda venida de Cristo. De este modo, entre 1842 y 1843 realizó más de ciento veinte reuniones que agruparon a cerca medio millón de oyentes. Lo particular de su doctrina, su dedicación casi exclusiva a predicar sus propia ideas hacen que finalmente sea excomulgado, junto con un grupo de sus seguidores más fieles, por la iglesia Bautista en 1845. De aquí que algunos consideren esta fecha como el nacimiento del adventismo.

Es así como profetiza la segunda venida de Cristo, que según su convicción debería tener lugar el 21 de marzo de 1843. Con esste propósito incita a sus seguidores a llevar una vida penitente que prepara los corazones para el encuentro con Cristo; de esta manera debían abandonar las ciudades, dejar sus posesiones materiales, dedicarse al ayuno y la oración.

Miller reunirá a sus seguidores para esperar juntos a Cristo la noche del 20 al 21 de marzo, acontecimiento que obviamente no ocurrió. Esto no fue obstáculo para que luego de justificar el fallo, renovara las predicciones para el 21 de marzo de 1844, luego para el 18 de abril de 1844, y finalmente para el 22 de octubre de 1844. El último fiasco puso al grupo en una crisis que lo llevó al borde de la disolución.

En cada ocasión los adeptos  se desprendían de todos sus bienes, los entregaban al grupo, y se vestían con túnicas blancas para aguardar la venida de Cristo.

Para realizar estos vaticinios tomaba como punto de partida la profecía de Dn 8,14, en la cual creyó encontrar el anuncio de la fecha del fin del mundo: interpretó los 2.300 días como años, a contar a partir del año 457 a.d.C. fecha que establece de modo arbitrario como el año del regreso de Esdras a Jerusalén. Téngase en cuenta que años después, otro fiel adventista, Charles Russel, el fundador de los Testigos de Jehová, se asentaría en la misma Porfecía de Daniel para profetizar que Armagedón tendría lugar en 1914.

La última de las crisis, la del 23 de octubre 1844, se salvó a partir de los afirmaciones de uno de los adeptos de la secta (Hiram Edson) quien afirmó haber tenido una visión según la cual Cristo llegaba a un altar en el cielo. De allí dedujeron que la profecía sobre la segunda venida de Cristo era cierta, aunque errado el lugar, Cristo no venía a la tierra, sino que entraba en el Templo del Cielo.

Pero los dos fracazos no aplacaron el fervor apocalíptico, oficialmente hubo dos anuncios más del Fin del Mundo, en 1854 y 1873. Posteriormente distintos grupos se han desprendido del adventismo para anunciar una nueva fecha.

Tras la revelación de Edson, un amigo de Miller, Charles Fitch, estableció que todas las iglesias protestantes y la católica eran Babilonia la grande. Luego vendría Hellen White, la gran reformadora, y con ella un vendaval de renovación y estructuración definitiva de la Iglesia Adventista. Algunos historiadores afirman que en sus últimos años Miller trató de oponerse a algunos de los oráculos de la Sra White y combatió su interpretación de la entrada de Jesús en el santuario; pero no tuvo seguidores. La Sra. White se había convertido en el jefe indiscutible.

 

La re-fundadora: Ellen Gould Harmon White (1827-1915)
Segundo Juan Bautista

Hellen White fue una mujer de origen metodista, que ingresa en esta historia con escazos 19 años. Por ser un personaje de relevancia en la história de los movimientos religiosos sectarios de los Estados Unidos ha sido objeto de numerosos estudios, algunos de ellos, de tipo psiquiátrico, según los cuales padecía desde pequeña una enfermedad mental consecuencia de un golpe recibido en la cabeza a los 9 años, y que tendría relación con la epilepsia. Este podría ser el origen real de sus estados alterados de conciencia y sus frecuentes visiones.

A los 13 años entró en contacto por primera vez con el adventismo al asistir a un ciclo de conferencias de Miller en Portland. A partir de allí crecerá su identificación con el grupo. Finalmente, en diciembre de 1844, dos meses después del fracaso de Miller y en plena crisis del grupo, anuncia que ha tenido una visión que le dio a comprender "la importancia de lo sucedido el 22 de octubre".

A partir de entonces todo el grupo comenzará a girar en torno a su figura. En 1846 se casó con el predicador adventista James White. A ella se debe la denominación actual del grupo: Adventistas del Séptimo Día (Seventh-Day Adventists). En general, muchos consideran a Hellen White como la fundadora de los Adventistas, aunque en estricta verdad se debe reconocer que ella es una seguidora de Miller. Indudablemente le cabe el privilegio de ser la gran organizadora del grupo.

En 1863 estableció una autoridad central: la Conferencia General; y durante 50 años gobernó el movimiento con firmeza a través de edictos incontestables que se fundaban en las revelaciones que decía recibir.

En 1865, con la salud debilitada por los continuos enfrentamiento con grupos disidentes, su marido James debe abandonar toda actividad. A partir de aquí Ellen definirá un programa de vida para contribuir a la salud física de los que ella denomina "justos". Aquí nace toda una línea de trabajo propia del adventismo: su preocupación por las terapias de salud, especialmente en lo que see refiere al moderno stress. Es así como en 1866 abrió su "Instituto para la reforma sanitaria", el comienzo de una cadena de hospitales, en uno de los cuales murió su esposo James en 1881.

Hellen murió en Santa Elena (California), el 16 de julio de 1915, luego de haber recorrido con su predicación Europa, Australia y América.

Sus escritos en los primeros años fueron tratado como inspirados, lo que llevó a muchos investigadores a considerarlos para el grupo tan "canónicos" como la Biblia. Hoy, la Iglesia Adventista asegura que nunca han sido considerados de la misma categoría que los escritos bíblicos, aunque se les sigue dando un valor especialísimo, la luz que permite interpretar y ver adecuadamente las verdades contenidas en la Biblia.

Esta autoridad de los escritos de White es fruto de sus propias afirmaciones a partir de las supuestas "visiones", así como de las expresiones de la Conferencia General Adventista. Escribió numerosos libros de "revelaciones"; de entre ellos "El Conflicto de los Siglos" es considerada su obra de mayor importancia, otros títulos son: "Testificaciones", "Experiencias y visiones", "Luces y tinieblas", "Sobre las huellas del gran médico", Jesucristo y la Segunda Venida", "Los hechos de los Apóstoles", "Patriarcas y profetas", "Rayos de Santidad", "El camino hacia Cristo", "Vida y acción" (autobiografía).

Ellen White no sólo es considerada la re-fundadora por haber conducido al grupo a la superación de la crisis generada en 1844 y ser su gran organizadora, sino también porque es la autora del actual armazón doctrinal de los adventistas:

 

Escándalos públicos

Contrariamente a lo que podría esperarse por ser un grupo que rechaza muchos elementos que son distintivos y muy arraigados en la cultura de los cristianos, la Iglesia Adventista no llamará tanto la atención por sus "peculiaridades doctrinales". De hecho, muchos ignoran que los puntos más llamativos de la teología de los Testigos de Jehová son en realidad tomados del adventismo.

En cambio, la Iglesia Adventista sí ha llamado la atención por los reiterados escándalos públicos en los que se ha visto envuelta. No sólo se ha tratado de problemas surgidos a partir de la malversación de los bienes materiales y dineros de los adeptos. También ha sido desde fines del siglo pasado objeto de estudio preferido para los especialistas en técnicas de manipulación. Son numerosos los estudios de tipo psiquiátrico y médico acerca de las técnicas de captación y persuación utilizados por los adventistas.

Entre los hechos más resonantes en los últimos tiempos, podemos enumerar:

 

Doctrina

Básicamente adoptan la doctrina de las iglesias de la Reforma Protestante, aunque viciada en casi todos sus aspectos. 'Prácticamente no existe diferencia esencial entre la teología de los Adventistad del Séptimo y la de los Testigos de Jehová' afirma César Vidal Manzanares en su Diccionario de Sectas y Ocultismo.

Dios

Afirman la existencia de un Dios, Uno y Trino, creador y gobernador del mundo. Afirman el carácter personal del Espíritu Santo, y le dan el título de "Vicario de Cristo" en la tierra.

La descripción que realizan en el site de la Iglesia Adventista de Florida (Pcia. de Buenos Aires, Argentina) es perfectamente compatible con las afirmacions de fe de cualquier confesión cristiana:

"Hay un solo Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas co-eternales. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, sobre todo, y omnipresente. El es infinito y está mas allá de toda comprensión humana, pero es conocido por Su auto revelación. El es siempre digno de alabanza, adoración, y servicio por toda la creación.

"Aunque otras religiones incluyen una "trinidad" en sus panteones, sólo el cristianismo se destaca por una creencia general en un Dios trino, un verdadero Dios viviente (Deut. 6: 4), que existe en una unidad de tres Per-sonas distintas, coeternas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las Personas divinas en esta Deidad triuna son inmortales, omnipotentes y omnisapientes.

"La Deidad es infinita y está más allá de toda comprensión humana. Sin em-bargo se la puede conocer hasta donde ha decidido revelarse. Los miembros de la Divinidad se han revelado a sí mismos por medio de las obras de sus manos manifestadas en la naturaleza, en circunstancias providenciales, en la Palabra escrita: la Biblia, y en la Pala-bra viviente: Jesucristo. Las Escrituras enseñan que el Dios único existe como tres personas distintas, la Trinidad".

Cristología

Es un tema particularmente conflictivo que divide a los especialistas porque, si bien afirman la encarnación y concepción virginal de Jesucristo y admiten su Divinidad, hay algunos textos en los que confusamente sostienen que Cristo es el Arcángel Miguel (afirmación semejante a la de los Testigos de Jehová); por lo que muchos dudan del carácter verdaderamente cristiano del grupo.

Aparentemente hoy día estas afirmaciones han sido dejadas de lado, y la profesión de fe es claramente cristiana. En este sentido parece orientarnos la siguiente profesión de fe que encontramos en el site de la Iglesia Adventista de Florida (Pcia. de Buenos Aires, Argentina):

"Dios el eterno Hijo se encarnó en Cristo Jesús. Por él todas las cosas fueron creadas, el carácter de Dios es revelado, la salvación de la humanidad es realizada, y el mundo es juzgado. Siempre Dios verdadero, se convirtió verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido del Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Vivió y pasó la tentación como todo ser humano, pero ejemplificó perfectamente la rectitud y el amor de Dios. Por sus milagros manifestó el poder de Dios y fue visto como el Mesías prometido de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados. Volverá de nuevo en gloria para la última liberación de su pueblo y la restauración de todas las cosas."

Antropología

Tienen una antropología ambiguamente materialista que niega tanto la inmortalidad del alma y como la existencia del infierno.

De este modo, al igual que los Testigos de Jehová, sostienen que el alma humana no es inmortal por su mismo naturaleza, sino que su supervivencia después de la muerte es un puro don de Dios a los hombres de buena conducta.

Escatología

Han manifestado a lo largo de la historia un empeño muy particular en el anuncio enfermizo de fechas del fin el Mundo; no sólo se trató de la obsesión del fundador, sino que repetidamente han aparecido en el seno del adventismo "profetas" que dan a conocer una nueva fecha. Así ocurrió con Russell al nacer los Testigos de Jehová, y así ocurre aún hoy con numerosos grupos que se separan del tronco adventista.

Miller realizó sus "preofesías" partiendo de una interpretación muy en boga entre grupos milenaristas: Partiendo de Dn 8,14, interpretó alegóricamente los espacios de tiempo enunciados en días como "días proféticos", es decir, años. De este modo estableció la fecha del 21 de marzo de 1843. Ante el fracaso recalculó el acontecimiento para el 21 de marzo de 1844, y luego, tomando como base el texto clásico de la apocalíptico neotestamentaria de Mt 25,1-6 fijó la fecha final del 22 de octubre de 1844.

Para prepararse para estos eventos, los fieles debieron vender sus propiedades a los "incrédulos", interpretando literalmente las expresiones de Lc 21,18, se ratiraon al campo a esperar el comienzo del final entonando cantos de adviento, y vestidos con túnicas blancas como los justos descriptos en Ap 3,4-5. En ese momento, Miller tenía según los cronistas de la época, unos 50.000 seguidores.

El error es explicado luego por Hellen White, quien afirma que no se trató de una profesía falsa, sino de un error de interpretación. Siguiendo las visiones de Hiram Edon y las propias, White afirma que en realidad el 22 de octubre no se produjo el fin del mundo, sino la llegada de Jesucristo ante el altar del Cielo, consumando de esta manera una etapa más de su sacrificio en la cruz. De este modo, Jesús pasó del "lugar santo", al "lugar muy santo", comenzando entonces el juicio de los muertos que es también llamado "purificación del cielo", que estaba manchado por los pecados que Cristo había expiado. Sólo cuando se haya terminado esta tarea sobrevendrá el fin del mundo.

Según muchos autores, mantienen hasta hoy esta espera del fin del mundo. Se preparan para ella con los "cursillos de supervivencia", a través del entrenamiento de jóvenes en técnicas de supervivencia en las montañas, ocultamiento de víveres, etc.

Cuando tenga lugar finalmente este segunda venida de Cristo, los justos resucitarán y disfrutarán de la restauración del Reino en el cielo durante mil años. Pasado este tiempo, Satanás será liberado y los pecadores resucitarán, entonces Cristo con los justos descenderán del cielo y se librará la batalla final, entonces Satanás y sus seguidores serán vencidos y aniquilados para siempre.

Entonces la tierra sería purificada por el fuego para dar lugar nuevamente al paraíso terrenal en el que los justos vivirán para siempre.

Soteriología

Aseguran la salvación se obtiene a partir de la obediencia ciega a una serie de consignas de marcada tendencia judaizantes. Consideran que la expiación de Cristo se realizó en varias fases, la última de las cuales no tuvo lugar en la Cruz, sino en 1844, con la entrada de Jesús en el "santuario del Cielo".

Moral

Es rigurosa y legalista. Insisten particularmente en la distinción entre puro e impuro, adoptando para esto de modo literal las prescripciones de Dt y Lv. Por norma, evitan toda substancia debilitante o estimulante. El uso de tabaco o alcohol son causa de excomunión. Recomiendan una vida simple y austera; aconsejan no usar ropas lujosas.

 

Liturgia y culto

Su principal innovación se refiere al rechazo de la celebración dominical (a la que consideran la principal mentira de Babilonia, es decir, la Iglesia Católica), reemplazándola por la observancia del sábado como día séptimo, recuperando de  este modo la práctica judía.

En general, el culto se celebra los sábados entre las 9 y las 11 hs. Es un rito muy sencillo, al uso de las Iglesias de la Reforma.

Es presidido por el Pastor, y consta de una invocación a Dios, un canto de alabanza (doxología), lecturas de las Escrituras, oraciones, predicación, lavatorio de los pies, reconciliación pública, el rito de la cena (que realizan sólo 4 veces al año) y una doxología final.

El primer sábado de cada mes tienen lugar las que llaman "actividades laicas".

Las comunidades están dirigidas por ancianos y pastores, quienes luego de un período de formación son consagrados por la imposición de manos.

Administran el Bautismo sólo a los adultos, luego de ser instruidos en la fe y haber ,manifestado su arrepentimiento por los pecados cometidos. El rito supone una renuncia al pecado y la proclamación de la propia fe en Jesucristo; se imparte por triple inmersión. En la teología adventista es considerado sólo un "símbolo" de la conversión, por lo que no puede ser considerado válido por los católicos ya que no hay intención de "hacer lo que hace la Iglesia" al no adjudicar una eficacia salvífica al rito.

La verdadera incorporación a la "iglesia", según se puede ver en el artículo 18 del "Manual de la Iglesia", se realiza cuando el adepto responde afirmativamente a esta pregunta: "¿Acepta el espíritu de profecía tal como se ha manifestado en el seno de la Iglesia final por el ministerio y los escritos de la señora White?". Esto en realidad es una aceptación personal de Hellen White como maestra, antes que de Cristo como Salvador.

Celebran la Cena del Señor cuatro veces al año, cada 3 meses, con pan ácimo y jugo de uva sin fermentar. La celebración es precedida por una reconciliación pública y la ceremonia de lavado de los pies. No creen en la Presencia Real de Jesucristo, es una especie de comunión espiritual eficaz sólo por la fe.

Practican una bendición particular a los esposos el día de su matrimonio, y la imposición de las manos a los enfermos.

No tienen como otros grupos, un "libro de oraciones".

Organización

En los comienzos de grupo, se trataba solamente de personas provenientes de diversas confesiones aglutinadas por la fe común en el inminente retorno de Cristo. Pero con el transcurso de los años y los acontecimiento, al ser marginados de sus distintos grupos de origen, se constituyen en grupo autónomo en 1853.

En 1863, bajo la conducción de Hellen White se realizó una conferencia general cerca de la ciudad de Michigan, donde se constituyó formalmente la "Comunidad Adventista del Séptimo Día". Desde entonces están dirigidos por una Conferencia General, cuyo presidente y junta directiva son elegidos cada 5 años. A nivel de cada comunidad existe una Junta de la Iglesia dirigida por los ancianos.

La concepción de la estructura es de tipo congregacionalista, por lo que cada comunidad tiene gran autonomía, si bien las congregaciones radicadas en cada país están confederadas y reciben cierto grado de cohesión de la "Conferencia Nacional"

La formación de los pastores exige en promedio 6 años, al cabo de los cuales se les imponen las manos y se les asigna una comunidad.

Los "ancianos", son los dirigentes elegios por la comunidad entre los miembros de mayor categoría o antigüedad, mientras que "pastores" son aquellos que acceden a la conducción a través de sus estudios.

Los fieles, luego de aceptar el "espíritu de profecía" manifestado en Hellen White, asumen varios compromisos:

A partir de sus convicciones, el grupo mantiene una serie de actividades muy especiales, algunas de ellas, ligada particular y directamente a sus preocupaciones por la salud y la educación; otras referidas a su particular estilo de proselitismo. Es preciso señalar que en la mayoría de los casos todas estas actividades son abiertas a fieles y ajenos, pero siempre requiriendo que quienes quieran participar acepten adaptarse a las normas de vida de los adventistas; en muchos casos, han mostrado ser un eficaz medio de captación.

Ligadas a la salud
Quizás el origen de esta preocupación deba ponerse en relación con las enfermedades que sufriera en su momento el esposo de H. White. Lo cierto es que hoy los Adventistas han desarrollado una extensa red de hospitales, perfectamente equipados; y un sistema especial de salud denominado reforma sanitaria, basado en el régimen de alimentos puros e impusos, preferentemente vegetariano, terapia física, régimen higiénico... Esto los ha hecho populares en el ámbito de las terapias de tratamiento de stress y muy cercanos a los grupos new age que practican terapias alternativas. También son muy conocidos por la producción de alimentos de corte naturista como son jugos sin fermentar y productos fabricados con harinas integrales.

También pueden inscribirse aquí los cursos de todo tipo, para dejar de fumar, curar el estrés, la adicción a drogas o alcohol, etc.

Ligadas a la educación
Han desarrollado también una interesante red de instituciones educativas, que brindan educación formal no sólo a sus fieles sino también a quien lo desee; si bien la actividad catequistica y la exigencia del respeto de las particulares normas de vida adventista no son dispensadas en ningún caso.

En este sentido, son propietarios de más de 4.500 escuelas elementales, cientos de escuelas superiores y algunas universidades, distribuidas por todo el mundo. A esto deben sumarse cursillos de distinto tipo.

Proselitistas
Despliegan una incesante acción misionera en hospitales y escuelas (aún cuando se trate de instituciones confesionales pertenecientes a otros cultos).

A esto se suman las "escuelas sabáticas", los distintos cursos presenciales y por correspondencia, y cientos de publicaciones que abarcan folletos, revistas y libros de todo tipo. También son propietarios de algunas emisoras de radio.

 

Situación actual

Desde hace varios años realizan numerosos esfuerzos tendientes a mejorar su imagen externa, con el propósito aparente de lograr ser encuadrados dentro de las iglesias protestantes clásicas, aunque mantienen un estructura y predicación internas claramente sectarias.

De este modo, prantican un doble discurso que se puede verificar a través del cotejo del material elaborado para la propaganda y el elaborado para el adoctrinamiento interno. "Los adventistas no han cambiado sus doctrinas ni su visión, sólo han variado su táctica" (César Vidal Manzanares, El Infierno de las Sectas).

Sobre estas maniobras se han escrito diversas obras, p.e.:

Van Baalen,    Christianity versus the cults (1957)
Crosbie, G. L. Seventh-Day Adventism in New Zealand and Australia (1958)
Rea, Walter La mentira White y la Iglesia de Cristal (1980)
                        Seventh-Day Adventists answer questions on doctrine. (1957)

En los últimos años, tanto en EEUU, como en Canadá, Australia y España han sufrido numerosas divisiones y han perdido miembros. Sólo en España han sufrido al menos 6 cismas.

Actualmente son menos agresivos respecto del catolicismo. El principal tema de predicación se está  desplanzado suavemente de la observancia sabática (que los hizo muy conocidos en otro tiempo) y la inminente venida de Cristo, a la observancia del Evangelio en términos más genéricos (al menos en su predicación exterior).

 

Respuesta a algunas cuestiones que plantea el Adventismo

El marco original de la doctrina adventista es el patrimonio común de las Iglesias Protestantes, por lo que hay muchas cuestiones comunes con los grupos evangélicos y pentecostales como son la virginidad de María, la necesidad de la confesión, etc., que creemos están ya presentadas en nuestro Informe 1.

Pero por otro lado, de la mano de Hellen White, el adventismo ha desarrollado una serie de afirmaciones particulares que merecen una consideración aparte.

¿Observancia del sábado o del domingo?

El elemento distintivo más conocido del pensamiento adventista es su estricta observancia del sábado como día dedicado al Señor. De aquí viene en muchas regiones la denominación de sabatistas que han recibido a lo largo de años.

Esta observancia es tan estricta que puede llevar al abandono del trabajo (no estamos hablando de cambiar de empleo, sino explícitamente de quedarse sin trabajo), ruptura de los vínculos familiares, etc.. Esto también ha significado en el orden institucional el enfrentamiento con todas las confesiones cristianas, al afirmar que la observancia del precepto dominical es la gran perversión y apostasía.

En su particular comprensión de las Escrituras, la observancia cristiana del domingo es interpretada como el "pecado imperdonable" de Mt 12,32 y Hb 6,4. Estas afirmaciones obedecen a una revelación que habría recibido hacía tiempo Joseph Bates, pero que sólo tuvo repercusión a partir de que el esposo de Ellen, James White apoya este punto de vista en 1868.

Esta doctrina tiene como sustento escriturístico el texto de Ex 20,8-10: "Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahvéh tu Dios...".

Ahora bien. Ante todo ignoran que el vocablo "sábado" significa exactamente "séptimo"; es decir que no se está refiriendo a un día en términos absolutos sino relativos, y que el verdadero sentido del precepto bíblico es acompañar la tarea creadora de Dios que en seis días hizo los cielos y la tierra, y el séptimo descansó (Gn 1,1-2,4). Es decir, la observancia del precepto se da por el reservar 1 día de cada 7 para acompañar la tarea creadora del Señor.

En este sentido la entendieron evidentemente los primeros cristianos, los cuales, según deja constancia el relato de los Hechos de los Apóstoles c. 20, v. 7, se reunían "el primer día de la semana... para la fracción del pan", el primer día de la semana judía, es decir, el día siguiente al sábado. Por esto mismo, porque el primer día de la semana es el día de la Resurrección de Cristo (Mt 28,1), todos los cristianos a lo largo de los siglos han reservado el domingo como el día de precepto. De ahí la misma denominación del día: domingo significa "Día del Señor".

Esto está también corroborado por el testimonio de los escritos cristianos más antiguos: el cap. XV de la Carta de Bernabé; la Carta a Diogneto en su cap. IV y el cap. 8 de la Didajé

Alimentos puros e impuros

Otro aspecto aspecto poco conocido, aunque no menos importante, de las costumbres propias del adventismo, es la discriminación de alimentos puros e impuros. Se trata de una observancia que el pueblo judía mantiene a partir del texto del libro del Levítico, cap. 11, en donde se encuentran las reglas referentes a la pureza e impureza.

Esta cuestión, junto con la discusión acerca de la necesidad de la circuncisión para ser incorporados al Pueblo de Dios agita profundamente la fe de la iglesia de los Apóstoles, y es motivo de serias discusiones. Finalmente los cristianos, a partir del Concilio de Jerusalén narrado en el cap. 15 de los Hechos de los Apóstoles, logran comprender en profundidad las palabras de Jesús "no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre" (Mt 15,10-11), y dejan paulatinamente la práctica de la circuncisión y de la abtinencia de los alimentos considerados impuros. En estos episodios ocupa un puesto fundamental la visión de San Pedro narrada en el cap. 10 del mismo libro de los Hechos de los apóstoles.

Es por esto que entre cristianos choca tanto esta serie de prácticas adventistas que se han dado en llamar "judaizantes", ya que en el transfondo doctrinal suponen un rechazo de la novedad que significa Cristo y el anuncio del Evangelio para regresar a las observancias del Antiguo Testamento.

 

Preocupación para la Segunda Venida

El otro elemento distintivo del adventismo es su preocupación por el Retorno de Cristo. Una preocupación que como hemos visto está inserta en los hechos mismos de su surgimiento, pero que en realidad no es patrimonio exclusivo sino que han transmitido a los Testigos de Jehová, y que contemporáneamente es compartido por un sinnúmero de grupos, tales como los Niños de Dios, diversos grupos New Age, etc.

Mucho del clima de espectación contemporáneo suele ser explicado por los sociólogoso como un fenómeno cultural que en Occidente siempre se presenta alrededor de los cambios de siglo y de milenio. Pero este no es el caso de los Adventistas, cuyo surgimiento se da en la primera mitad del siglo XIX. En este caso quizás debemos buscar la explicación en el clima general de gran fevor religioso y expectativa que vivía la sociedad norteamericana, en plena expansión por entonces.

De cualquier modo, se trata de una obsesión que en el ámbito cristiano recibe una única respuesta: "Días vendrán en que desearán ver uno solo de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. Y les dirán: 'véanlo aquí, vénlo allá'. No vayan, ni corran detrás..." (Lc 17,22-23). Respuesta que se hace aún más contundente en el Evangelio según San Mateo, cap. 24, v. 36: "...de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hiio, sino sólo el Padre...".

Y si ni aún en Hijo de Dios lo sabe, ¿por qué habrían de saberlo Willian Miller, Hellen White, los adventistas contemporáneos, los Testigos de Jehová o cualquier otro?, ¿es que acaso son más que el mismo Cristo?