¿Qué es el gnosticismo?

Por Diego García Bayardo

Una plaga que surgió desde los primeros siglos de la era cristiana es el gnosticismo. Varios magos y filósofos que se acercaron o convirtieron al cristianismo no quisieron renunciar a sus antiguas prácticas y creencias, por lo que intentaron fusionar sus dos doctrinas y crear una nueva fe que les diera los beneficios del cristianismo sin tener que renunciar a sus privilegios y al orgullo de ser miembros de una élite mística e iniciática.

Los gnósticos pensaban que la salvación no venía por la fe en  Jesucristo, sino por la dedicación al estudio y a la meditación (de ahí su nombre: gnosis = conocimiento). Existieron y existen múltiples grupos y sectas gnósticas, las cuales comparten algunas líneas de pensamiento pero se distinguen por proponer un infinito de variantes, contradicciones y aportaciones nuevas.

La base del gnosticismo es suponer que existe Dios, pero es tan lejano a nosotros que nos es completamente desconocido e incognoscible; la Biblia no nos habla realmente de Él y ni siquiera la fe en Cristo nos permitirá elevarnos hasta tal divinidad. La materia es mala, completamente perversa y corrupta, y como Dios no puede hacer cosas malas, entonces Dios no es el creador del universo. Dios, sin darse cuenta, emanó de sí una serie de seres cada vez más lejanos a él y menos perfectos, hasta que uno de ellos, el Demiurgo, acabó por crear la materia, incluyendo a los hombres. El Demiurgo es ignorante y estúpido; por eso creó algo tan vil como la materia. Lo más curioso de la doctrina gnóstica es que pretende que ese Demiurgo tonto, después de crear al mundo, se sintió tan brillante que empezó a creerse Dios. Se reveló a los hombres y es nada menos que el Yahweh del Antiguo Testamento. Según esto, el Dios de Abraham, Moisés y los profetas no es más que un impostor.

Los gnósticos creen que una de las emanaciones del verdadero Dios Padre es un ser espiritual llamado El Unigénito, el cual para devolver la armonía al mundo espiritual (pléroma) emanó a su vez a un Cristo Superior, el cual se metió en el cuerpo de un hombre común y corriente llamado Jesús. Otros dicen que, como la materia es mala, el Cristo no pudo rebajarse tanto como para encarnarse, así que lo que hizo fue formarse un cuerpo aparente; el Jesús que los romanos crucificaron no era sino un fantasma.

La doctrina o doctrinas gnósticas son demasiado complicadas como para resumirlas en un simple artículo. Con lo poco que hemos podido decir hasta aquí, concluyamos diciendo que el gnosticismo no sólo es incompatible con la fe cristiana, sino verdadero enemigo. El gnosticismo aparta al hombre de la fe y la oración para arrojarlo al oscuro mundo de la magia, la meditación orientalista, el ocultismo y el satanismo. El gnosticismo es la base doctrinal del luciferianismo. En fin, todo cristiano hace bien en mantenerse lo más lejos posible de las asociaciones y sociedades gnósticas que pululan en México.