Vocabulario cristiano para el tercer milenio: "GRACIA"
"El cristianismo es gracia,
es la sorpresa de un Dios que, no sólo satisfecho con la creación del mundo y
del hombre, se ha puesto al lado de su criatura, y después de haber hablado
muchas veces y de diversos modos por medio de los profetas, «últimamente, en
estos días, nos ha hablado por medio de su Hijo » (Hb 1,1-2)" (Novo
millenio, 4) Estas palabras del Papa nos parecen fundamentales para afrontar el
reto de la nueva evangelización. No estamos ante una acción meramente
humana, es más, debemos superar "una tentación que insidia siempre todo
camino espiritual y la acción pastoral misma: pensar que los resultados
dependen de nuestra capacidad de hacer y programar." (ibidem, 38).
¿Qué es la gracia? Es el don de Dios, un desbordarse del amor de Dios en
nosotros, es el abrirse de Dios a los hombres. Es una luz que ilumina, una
fuerza que impulsa al hombre y le atrae hacia Dios. La gracia no es una
"cosa" sino que es Dios mismo en cuanto que se comunica a nosotros por
Jesucristo y en el Espíritu Santo, es la comunión personal y de amistad con
Dios. La gracia es "Dios para nosotros" mediante la noche de Belén,
mediante la Cruz en el Calvario, mediante la Resurrección, mediante la Eucaristía,
mediante Pentecostés. La gracia es un don al que debemos abrirnos y
corresponder, porque "ciertamente, Dios nos pide una colaboración real a
su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra
inteligencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del Reino.
Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, «no podemos hacer nada » (cf. Jn
15,5) (Novo millenio, 38). Vicente Huerta .