Autor: Hna. María del Cielo
Fuente: www.dialogoreligioso.org
 
 

El Shabat
Cómo viven los judíos hoy el sábado, día de su descanso semanal

 

Introducción

Shabat o sábado, es un día de reposo para el pueblo de Israel. En el libro del Éxodo podemos encontrar una referencia al descanso sabático, que al parecer ya se celebraba antes de la legislación del Sinaí, la cual lo supone y lo confirma.“Esto es lo que ha mandado Yahvé: Mañana es sábado, día de reposo, consagrado a Yahvé. Coced lo que hayáis de cocer, y lo que hayáis de hervir, hervidlo; y todo lo que sobre guardadlo como reserva para el día siguiente”. (Ex. 16,23)

En el relato de la Creación (Gen.2, 2) el autor sagrado revela que Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, es decir, lo reservó para Él. De ahí que el pueblo de Israel descansara después de sus seis días de trabajo en memoria del séptimo día, en que Dios “descansó” después de la Creación. Así lo afirma el libro del Éxodo: “acuérdate del día sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo, pero el día séptimo e s día de descanso, consagrado a Yahvé, tu Dios…Pues en seis días hizo Yahvé el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto ellos contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahvé el día sábado y lo santificó.” (Ex.20, 8-12).

Más adelante, se hace referencia a la observación del sábado como una señal del pacto perpetuo entre Dios y su pueblo “celebrándolo de generación en generación”. (Ex 31, 16)


Los preceptos de Shabat y sus costumbres

Existe una gran y variada cantidad de preceptos y costumbres: preparación del Shabat, el encendido de las velas, kidush, banquete de Shabat, comidas especiales, vestimentas festivas, utensilios decorosos, estudio de la lectura semanal.

 

·  El encendido de las velas: representa el comienzo del Shabat. Por varios motivos se adjudicó este precepto especialmente a la mujer:

a. La mujer se encuentra en el hogar más que el hombre

b. El encendido de las velas representa la expiación de pecado de Eva - el haber comido del árbol de la sabiduría y de esa manera "apagó la luz del mundo"

Se acostumbra a encender dos velas: una por el precepto de "zajor" (recordar) el Shabat para santificarlo y otra por "shamor" (cuidar) el día del Shabat para santificarlo, hay quienes acostumbran a encender una vela por cada integrante de la familia.

 

·  Bendición de los hijos: Se acostumbra a bendecir a los hijos con una bendición especial. Algunos lo hacen en vísperas del Shabat antes que el padre se dirija a la sinagoga, otros cuando vuelve, coloca las palmas de las manos sobre las cabezas y bendice a los niños.

 

·  Shabat en la Sinagoga: En la oración de la noche del Shabat se acostumbra a pronunciar en la sinagoga seis capítulos de los Salmos como la cantidad de los días de la semana, que relatan sobre la creación del mundo y la grandeza del Creador, y también se recitan poemas, que reciben al Shabat, el más conocido es "Leja dodi likrat kala, penei shabat nekabla", que fue escrito por Rabi Shlomo Alkabetz.

 

·  Kidush: De regreso a casa, el padre pronuncia las bendiciones del Kidush (“santificación”) sobre una copa de vino y sobre dos panes (o jalot), y con esto comienza la solemne cena sabática, animada de vez en cuando por zemirot, unos himnos especiales que toda la familia, reunida entona en honor de la fecha.

El sábado por la mañana se asiste a la Sinagoga para el servicio matutino, donde se lee la Torá (Parashat Hashavúa, el fragmento semanal de cada sábado) seguida por el capítulo de la lectura de los profetas y la plegaria del Musaf. Al atardecer se reza otra vez en la sinagoga la plegaria Minjá (vespertina), en cuyo marco se lee de la Torá el primer fragmento de la Parasha del sábado próximo.

 

·  Avdalá: Así como se recibe el Shabat con la bendición sobre el vino, así también se lo despide con un acto especial "avdalá" también sobre vino. La avdalá o “diferenciación” (entre Shabat Kodesh, “el sábado sagrado”, y los días laborales venideros) se realiza con vino, especies y una vela especial.

En el libro del Éxodo dice Dios a Moisés: “He aquí que Yahvé os ha dado el sábado, por eso en el día sexto os da pan para dos días. Quédese cada hombre en su sitio; no salga nadie el día séptimo de su lugar” (Ex. 16,29). La tradición hebrea interpreta este pasaje como que “está prohibido salir fuera de la limitación sabática: que es el límite en el cual vivimos, que son 2000 amot (1200 metros en la periferia de nuestro poblado).”

 

·  Otra ley muy importante acerca del día sábado es la prohibición del fuego: “En ninguna de vuestras moradas encenderéis fuego en día sábado” (Ex. 35,3) Actualmente, la interpretación rabínica incluye en este término de esh (fuego), también a la electricidad. De allí que ese día no se enciende la luz, ni la televisión, ni radio, ni se usa el ascensor, etc. En algunos edificios, durante el sábado, los ascensores suben y bajan constantemente para impedir que alguien tenga que apretar el botón.

Antiguamente, se invitaba algún vecino de otra religión para realizar algunas tareas que el judío tenía prohibido hacer, como por ejemplo que encendiera las velas, y con el tiempo para encender y apagar la luz eléctrica. Actualmente esta tarea es cumplida por un reloj automático instalado en todos los hogares de judíos religiosos.

En el Talmud se han establecido 39 prototipos de trabajos prohibidos de ejecutar en sábado, y de ellos se derivan todas las demás labores prohib idas ese día. Los prototipos son todos aquellos trabajos que fueron necesarios para construir el Tabernáculo en el desierto en el tiempo de Moisés.

A lo largo del tiempo se fueron multiplicando las prohibiciones originales recargando sobre los fieles interminables preceptos y obligaciones muchas veces difíciles de cumplir en la práctica, atados a la letra y no al espíritu de la ley. Muchas son las intervenciones de Nuestro Señor Jesucristo al respecto que se pueden leer en el Evangelio. Las disputas sobre el sábado y las supuestas “transgresiones” son numerosas, porque buscaban un motivo para denunciarlo.

Así lo relata S. Mateo: “De allí se fue a la sinagoga de ellos; y he aquí que un hombre que tenía una mano seca. Y le propusieron esta cuestión: “¿Es lícito curar el día sábado? – a fin de poder acusarlo-. El les dijo: “¿Cuál será de entre vosotros el que teniendo una sola oveja, si ésta cae en un foso, el día de sábado, no irá a tomarla y levantarla? Ahora bie n, ¡Cuánto más vale el hombre que una oveja! Por consiguiente, es lícito hacer bien el día de sábado. Entonces dijo al hombre: “Extiende tu mano. El la extendió, y le fue restituida como la otra.” (Mt. 12,9)

Al parecer hay una gran controversia en Israel entre la parte tradicionalista u ortodoxa y los laicos. Así lo afirma el Profesor Haber en su libro “Tradiciones judías”: “Todos estos formalismos que la halajá o ley rabínica establece para el descanso del shabat, se desentienden de un factor básico esencial: que la sociedad del siglo XXI, tal como se vive hoy en Israel y en la mayoría de los países de occidente, no puede paralizar todo su funcionamiento un día de la semana. Tomemos el caso de aquel judío religioso que evita prender fuego en su hogar en shabat, porque tiene instalado un reloj automático que a determinada hora enciende las luces de la casa, y después vuelve a apagarlas. La corriente eléctrica que llega hasta su conmutador, ¿acaso no requiere el trabajo de ingenieros, supervisores y obreros en la usina, que controlan el funcionamiento de las turbinas, de las conexiones y de toda la instalación eléctrica que conduce el fluido hasta su casa?

No queda sino el amargo resabio en la mente de quien razona así, de que a semejanza de los no-judíos en la Diáspora, también aquí en Israel, el reducido sector religioso de la población judía está usando a todos los demás como “gentil del día sábado”, el servidor al cual apelan para que ejecute en provecho de ellos todas las tareas que consideran prohibidas por la Torá, y de las cuales se abstienen”.

“El sábado se hizo por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado” (Mc. 2,27)