CRISTIANOS PERSECUCION BENEDICTO XVI

El Papa Benedicto, antes de concluir su servicio al frente de la Iglesia, nos lo recordó varias veces: “Hoy en el mundo los cristianos son el grupo más perseguido, porque no son conformistas, porque están contra las tendencias del egoísmo, del materialismo, de todas estas cosas… Los cristianos se encuentran en una situación de extrañeza; pero esto pertenece también a nuestra vida: es la forma de ser con Cristo crucificado, viviendo no según el mundo en el que viven todos, sino viviendo -o tratando al menos de vivir- según su Palabra, en una gran diversidad respecto a lo que dicen todos. Y precisamente esto es característico para los cristianos. Todos dicen: ‘Todos hacen así; ¿por qué yo no?’ No, yo no, porque quiero vivir según Dios” (8-II-2013).

Y en forma más explícita, dijo: “Las pruebas a las que la sociedad actual somete al cristiano, son muchas y tocan la vida personal y social. No es fácil ser fieles al matrimonio cristiano, practicar la misericordia en la vida cotidiana, dejar espacio a la oración y al silencio interior; no es fácil oponerse públicamente a opciones que muchos consideran obvias, como el aborto en caso de embarazo indeseado, la eutanasia en caso de enfermedades graves, o la selección de embriones para prevenir enfermedades hereditarias. La tentación de dejar de lado la propia fe está siempre presente y la conversión es una respuesta a Dios que debe ser confirmada varias veces en la vida” (13-II-2013).

Vivimos en “una sociedad que considera a menudo pasados de moda y extemporáneos a quienes viven de la fe en Jesús” (13-I-2013). “Quien vive y anuncia la fe de la Iglesia, en muchos puntos no está de acuerdo con las opiniones dominantes en nuestro tiempo. El agnosticismo hoy ampliamente imperante tiene sus dogmas y es extremadamente intolerante frente a todo lo que pone en tela de juicio y cuestiona sus criterios. Por eso, el valor de contradecir las orientaciones dominantes, es hoy especialmente acuciante”. Se requiere valor para “dejarse golpear y enfrentarse a los criterios de las opiniones dominantes. También los sucesores de los Apóstoles han de esperar ser constantemente golpeados, de manera moderna, si no cesan de anunciar de forma audible y comprensible el Evangelio de Jesucristo. La aprobación de las opiniones dominantes no es el criterio al que nos sometemos. El criterio es el mismo: el Señor. Si defendemos su causa, conquistaremos siempre a personas para el camino del Evangelio. Pero seremos también inevitablemente golpeados por aquellos que, con su vida, están en contraste con el Evangelio, y entonces daremos gracias por ser juzgados dignos de participar en la Pasión de Cristo” (6-I-2013).