ORIENTACIÓN FAMILIAR

Enferma de celos

Por Yusi Cervantes Leyzaola
Fuente: El Observador

PREGUNTA:

Soy muy celosa. Me estoy dando cuenta de que con mi actitud estoy dañando gravemente mi matrimonio. Mi esposo ha cometido errores, nada demasiado importante, pero yo actúo como si él me fuera a traicionar a cada vuelta de la esquina. Lo vigilo, lo presiono, hago dramas cuando llega tarde, me enojo si ve a alguna muchacha (él dice que no son transparentes; que, por ejemplo, si haciendo cola en la caja del super hay una chica delante de nosotros, es imposible no verla), le prohíbo que tenga amigas, cosa que él, obviamente, no obedece pero me oculta para evitar mis enojos que, finalmente, se presentan peores cuando lo descubro y le reclamo además por haberme mentido. Es un infierno; pero, aunque me doy cuenta, no lo puedo evitar, una y otra vez hago mis escenas. Mi marido está fastidiado, y no lo culpo. Si tratara de calmarme diciéndome una y otra vez que me ama, me ayudaría a sentirme mejor, pero no lo hace. Al contrario, se enoja él también y peleamos. ¿Qué puedo hacer?

RESPUESTA:

Este es un problema que tienes que resolver tú, contigo misma. No depende de si tu marido deja de ver a las mujeres guapas, renuncia a las amistades femeninas o si busca formas diferentes para calmarte. Nada de eso resuelve el problema de fondo, que es tu terrible inseguridad. Es ese problema el que tú debes enfrentar y solucionar. Necesitas valorarte, amarte a ti misma y ser independiente emocionalmente.

Por independencia emocional no quiero decir vivir sin amor, sino aprender a amar sin colgarte del otro. Que tu felicidad no dependa de si tu marido te ama o no, sino de tú ser una mujer plena, viviendo una vida con sentido. Entonces compartirás esa felicidad con él. Cuando el fundamento de la relación es que lo necesitas, que necesitas su aprobación, su aceptación, entonces depositas en él responsabilidades que no le corresponden. El verdadero amor no nace de necesitar a alguien, sino de la decisión libre de darse a él. Cuando necesitamos al otro para sentirnos bien, nos llenamos de miedo ante cualquier amenaza de que él no esté. Y eso es lo que te ocurre. Pero, mientras más exiges, menos tienes, porque tu marido se siente controlado, prisionero, y eso, obviamente, cansa y enoja a cualquiera. No tiene una compañera: tiene una inspectora. Y parece que tú olvidas que el amor es gratuito, no lo puedes exigir.

Pero todo eso ya lo sabes. Tu pregunta es cómo salir de esto. Yo diría que necesitas comenzar por hacer una distinción: una cosa son los celos; otra, lo que haces con ellos. Es decir, con esa conducta controladora, vigilante, y agresiva, ya estás rebasando los límites del respeto a tu pareja. Lo ideal, y la meta, por supuesto, es superar los celos. Pero, mientras esto ocurre, cuando los sientas, aguántate, cierra la boca y mantén el buen ánimo. Que él no sufra a causa de un problema que es tuyo. Que él no sienta que dudas de su amor.

Si él está limitando su vida a causa de tus celos, está mal. Si ha dejado actividades o compañías honestas para evitar conflictos, se está equivocando. Tal vez de momento las cosas están un poco más tranquilas, pero a la larga él se va a ir sintiendo frustrado y resentido por esto. Así que, en un momento de calma, platica con él respecto a tu problema -estoy suponiendo que ya aceptaste ante tu marido tenerlo- y pídele que te escuche, y si le parece que tú estás equivocada, que haga lo que le dicte su conciencia. Que no se deje atrapar por tus celos, porque eso dañaría todavía más su matrimonio.

Después necesitas crecer, verdaderamente madurar. Tal vez requieras ayuda psicológica para descubrir cómo fuiste adquiriendo esas creencias equivocadas, esos miedos, esa inseguridad, y para ir aprendiendo otra forma de verte a ti misma y de relacionarte con el mundo. No obedezcas a tus miedos. Escúchalos, eso sí, porque te están remitiendo a tu pasado para indicarte cuáles son las heridas que tienes que sanar. Busca esa sanación, y eso depende de ti, no de tu marido ni de nadie más. No es de la noche a la mañana que vas a superar los celos, pero si realmente te lo propones y trabajas en ello, vas a lograrlo.

Nunca olvides que él te eligió como esposa porque para él eres maravillosa. Créelo. ¿O es que acaso se casó obligado, con una pistola al cuello? No caigas en el engaño de la sociedad respecto a los modelos de belleza y del éxito. Sé tú misma, auténtica, viva. No te compares con otras, no consideres que estás en una competencia.

Lo más importante es esto: ama a tu marido, con todo lo que eso implica. Y sé feliz. Goza el amor que das y recibes.