VIDA CRISTIANA/FUNDAMENTO

Amar a Cristo implica dejar "dioses de moda", señala Cardenal Bergoglio

BUENOS AIRES, 2 Ago. 01 (ACI).- El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, explicó que cuando una persona opta por Cristo debe dejar de lado a "los dioses de moda" traídos por las "culturas baratas y el facilismo".

Al presidir una Misa por las fiestas patronales de la parroquia San Ignacio de Loyola e inaugurar una galería con artículos religiosos que sobrevivieron al ataque de los peronistas, el Purpurado aseguró que "optar por Jesucristo es optar por edificar sobre roca", que es "lo sólido, el fundamento del cristiano", cuyo camino es "seguir a Jesucristo hasta dar su propia vida".

Según el Arzobispo, "el camino del amor entraña siempre un despojo; amar a Cristo indica no amar a los ‘dioses’ de moda, los que nos presenta el ‘bolichero’ de culturas baratas y del facilismo".

"¡Cuántos ‘bolicheros’ de moral y vida fácil hay en nuestra ciudad! Y ese no es el camino del despojo; terminas desnudo y te despoja el vicio, el hacer la tuya, se te apolilla el alma", exclamó.

Como jesuita, se refirió a San Ignacio y recordó que el santo "se planteó cuál era el fundamento de su vida y por qué camino tenía que andar el resto de su existencia. Jesús es muy clarito: nos habla de la solidez del fundamento: ‘El que me sigue a mí edifica sobre roca’".

Y después podrán venir las tormentas, las inundaciones, pero esa vida edificada sobre lo sólido de la roca, es inamovible. Y contrasta, porque el que anda en la pavada, edifica su vida sobre arena y cualquier vientecito lo tira al suelo".

Sólo la misericordia

El Arzobispo recordó que "la roca del cristiano no es ni su fuerza, ni su fe, ni sus convicciones; lo que lo mantiene sólido y firme es la misericordia de Jesucristo".

"Si uno edifica su vida sobre la conciencia de la misericordia que Jesús le tiene, esa vida será inamovible; la podrán atacar los vendavales de uno y otro costado, pero no la moverán. La solidez del cristiano es puro regalo, puro don, pura misericordia de Jesús que amó y se entregó por los demás", añadió.

El Cardenal Bergoglio terminó su homilía señalando que "el despojo del cristiano es un continuo peregrinar interior; un continuo salir de sí para darse a Dios y a los demás. Es el camino de la projimidad, de hacerme prójimo con el que me necesita; de proclamar la fe, para misionar, para ayudar, para consolar, para servir. Ese es mi despojo, el despojo cristiano. Eso lo entendió Ignacio de Loyola, y a él le vamos a pedir hoy que nos enseñe a no buscar otra solidez de fundamento que la misericordia de Jesucristo, ni otro camino cristiano que el despojo que entraña salir de mí mismo para servir siempre: a mi Señor y a los demás, en los cuales está mi Señor escondido".