Ama a Dios y
serás feliz
Autor:
Padre Sergio P. Larumbe, I.V.E.
Quien no antepone nada al amor de Dios será la persona más dichosa, ya que en
Dios está nuestra felicidad. La demostración de este principio está en que las
cosas creadas no tienen la capacidad de colmar todas nuestras ansias y nuestras
apetencias de infinito, que sólo Dios puede colmar, ya que solo Él es
infinitamente perfecto, poderoso, bondadoso y lleno de atributos que serían
innumerables y de nunca acabar.
Los santos fueron hombres alegres, y no se conocen santos que hayan sido
frustrados, amargados o tristes, y el motivo es porque supieron no anteponer
nada al amor de Dios.
Dice el salmista "¿Quién nos mostrará la felicidad, si la luz de tu rostro,
Señor, se ha alejado de nosotros? tú has dado a mi corazón más alegría que
cuando abundan ellos de trigo y vino nuevo".(Salmo 4,7-8) Por lo tanto, debemos
afirmar que se aleja la felicidad del alma cuando se aleja el rostro de Dios de
nosotros. Y ¿Cómo se aleja su rostro de nosotros? Cuando anteponemos otros
amores al amor de Dios.
Por eso que la felicidad debe ser conquistada. La felicidad consiste en el
Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. Como dice la carta a
los Gálatas, la alegría, es decir la felicidad, es fruto del Espíritu (Gal.
5,22) , y como tal debe ser conquistado con el amor a Dios sobre toda las cosas.
Si miramos siempre a Dios en todo y en Él ponemos nuestro corazón, la luz de su
rostro no se apartará de nosotros y su felicidad invadirá todo nuestro corazón.
Un alma triste es un alma que algo le esta negando a Dios, como el joven rico
del evangelio, que tras al haber sido invitado a seguir a Cristo dejándolo todo
no quiso porque tenia muchas riquezas y dice el evangelio que al oír esto, "se
puso muy triste, porque era muy rico". (Lc. 18,23)
Cristo el hombre más feliz
Siguiendo este principio, de que la felicidad depende de no negar nada a Dios, y
no anteponer nada a su amor, debemos afirmar que Cristo fue el hombre más feliz
de todos.
Cristo fue el hombre más feliz de todos porque su voluntad humana estaba en
perfecta armonía con el plan divino.
Nada interpuso al Plan de Dios, al Plan de “Su Padre Celestial” y por eso que no
sólo en cuanto Dios, sino que también en cuanto hombre fue el más feliz de
todos.
Él mismo enseñaba a rezar a que se haga la voluntad de Dios por encima de todo:
"Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el
cielo" (Mt. 6,9-10). Enseñaba que lo primero era hacer la voluntad de Dios: "No
todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el
que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mt. 7,21). Y si enseñaba a cumplir
la voluntad de Dios era porque él mismo la ponía por obra porque no enseñaba
nada que antes no practicará él primero. De hecho se decía de Cristo que "les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas" (Mt. 7,29).
Por eso que no sólo enseña a que se haga la voluntad de Dios sino que él mismo
busca cumplir esa voluntad y ese plan con su misma vida. Abundan las citas
Bíblicas en donde se ve el deseo de Cristo de Cumplir con la Voluntad del Padre
celestial: Estando en el huerto de los olivos, momentos previos a su
prendimiento rezaba de esta manera: "Padre, si quieres, aparta de mí esta copa;
pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22,42). Se pueden ver también los
paralelos a este evangelio. Cristo no antepone nada al plan de Dios, su voluntad
humana está en perfecta armonía con el plan de salvación del Padre y por eso a
pesar de sus sufrimientos, Cristo es el hombre más feliz. En el fondo de su
corazón esconde su alegría.
Cristo vino para hacer la voluntad del Padre: "Mi alimento es hacer la voluntad
del que me ha enviado y llevar a cabo su obra."(Jn 4,34)) No vino para sí mismo
sino para el Padre y por nosotros y toda su vida la gasta en esta misión sin
mirarse a sí mismo. Y en otro pasaje dice "no busco mi voluntad, sino la
voluntad del que me ha enviado" (Jn 5,30) . Siempre busca no anteponer nada al
amor de Dios. También leemos en el mismo evangelio de Juan "porque he bajado del
cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta
es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha
dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi
Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le
resucite el último día" (Jn 6,38-40) . La Obra de Cristo está centrada en Dios y
en el prójimo, y Cristo la cumplió a la perfección, por lo que no podemos dudar
de que en él hubo una gran alegría a pesar de sus sufrimientos.
Cristo fue el hombre más feliz porque no le negó nada a Dios olvidándose de
sí mismo preocupándose por los demás.
Cuando Cristo se retiró a un lugar solitario y lo siguieron dice la escritura
que "Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus
enfermos. Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: «El lugar está
deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a
los pueblos y se compren comida» Mas Jesús les dijo: «No tienen por qué
marcharse; dadles vosotros de comer»"(Mt 14,14-16) . Cristo venía ya haciendo
muchas curaciones, y siempre se preocupaba de los demás, ahora podía preocuparse
de si mismo, pero como se ve en el evangelio citado, Cristo se preocupa de la
muchedumbre. En el mismo evangelio, un poco mas adelante Jesús dice a sus
discípulos "Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que
permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no
sea que desfallezcan en el camino" (Mt 15,32). Hace tres días que están con
Cristo. Él esta predicando, curando, haciendo el bien, y sigue preocupándose por
los demás sin tenerse en cuenta a si mismo. Nada antepone al amor de Dios y al
amor del prójimo.
Cristo es el hombre más feliz porque nada antepuso al amor de Dios haciéndose
servidor de todos.
Como él mismo lo dijo: "El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a
servir y a dar su vida como rescate por muchos".(Mt 20,28) Y en el evangelio de
Lucas nos dice: "Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y
los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores; pero no así
vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que
gobierna como el que sirve. Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el
que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como
el que sirve" (Lc 22,25-27).
Cristo es el hombre más feliz porque no le negó nada a su Padre dando su vida
en rescate por el género humano cumpliendo con el plan de salvación.
Así, él entrega su cuerpo y su sangre: "Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo
partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros;
haced esto en recuerdo mío. De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo:
« Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros". (Lc
22,19)
Él mismo entrega su vida: "Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para
recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder
para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de
mi Padre."(Jn 10,17-18) Y al final de su vida dice: "Padre, en tus manos pongo
mi espíritu." (Lc 23,46)
Por estos motivos debemos decir, que aunque Cristo haya sufrido y Dios haya
permitido que por momentos sintiese tristeza de muerte, debemos afirmar que
Cristo fue el hombre más feliz de todos.