Rechazamos el aborto porque somos de izquierda
 

Sr. Director:

 

Solidaridad y Autogestión Internacionalista SAIn, El colectivo Autogestión y El Movimiento Cultural Cristiano lanzan un manifiesto a la opinión pública condenando el aborto y todo atentado a la vida. Recogemos el texto íntegro:

 

“Después de las elecciones del 14 de marzo constatamos, una vez más, que no existen enfrentamientos radicales entre unos partidos y otros. Ninguno pone en tela de juicio los fundamentos del sistema socioeconómico actual, el sistema capitalista.

Puede parecer que sólo existe verdadero enfrentamiento de posiciones en un tema: el aborto. Pero a poco que analicemos eso vemos que no es cierto. En los 8 años de gobierno del PP el aborto ha aumentado un 37%, estando próximos a los 80.000 abortos por año. La política del PP en esta materia ha provocado que el aborto se esté utilizando como método de planificación familiar y que “de hecho” se practique el aborto libre en los primeros tres meses de gestación. Zapatero se hará publicidad a costa del PP legalizándolo “de derecho”, aunque no añadirá nada a lo que se venía haciendo. En realidad lo que pretende es ocultar con medidas “pseudoprogres” como la del aborto su alianza con la extrema derecha económica: por primera vez con Zapatero al frente un partido llamado socialista se ha atrevido a proponer explícitamente un programa político y económico neoliberal.

Queremos salir al paso, ante esta confusión propagandística, porque somos izquierda, pero nos oponemos al aborto, a su legalización abierta o subrepticia. Por la misma razón que nos oponemos a todo atentado a la vida: pena de muerte, torturas, hambre, armamentismo, guerras, destrucción del entorno natural... Sostenemos que la equiparación de izquierda y permisividad ante el aborto es, primero, una mentira de hecho y, después, una contradicción absoluta con los valores que toda la izquierda debe defender.


Nosotros somos izquierda, somos socialistas -de una u otra vertiente del socialismo-, porque defendemos, sin reservas ni dilaciones, la socialización de los medios de producción, porque luchamos contra cualquier explotación del hombre por el hombre, del imperialismo sobre los pueblos. Pero también porque defendemos la vida humana como valor supremo, porque sostenemos que nadie, en nombre de nada, puede suprimirla. Y creemos que precisamente encontrar pretextos y argumentos para suprimir vidas humanas es un signo distintivo de la derecha.

En el mundo han sido innumerables veces regímenes de derecha, supercapitalistas, los que han legalizado el aborto. Han sido hombres como Robert McNamara -el del Vietnam y el Banco Mundial, quienes más han impulsado la aceptación del aborto, los que lo han impuesto como algo conveniente para el dominio del capital multinacional. Hitler lo negó para su "raza" aria, pero lo impuso para los demás bajo su dominio.


Hay vida en el óvulo fecundado


Es una falacia la equiparación izquierda-aborto. Y es también, más aún, una enorme contradicción: hay vida, y vida humana personal en el óvulo fecundado que anida en la madre. Y se destroza una vida humana - casi siempre con procedimientos de una horrible crueldad para el feto humano que siente- al destruirle. No es parte del cuerpo de la madre: es un ser humano distinto. Y como tal ser humano tiene sus derechos: tanto como los ancianos, como los minusválidos, los subnormales, los incurables, lo "antisociales", todos aquellos a los que la permisión del aborto pone en la lista de los futuros condenados, porque no se les va a considerar personas humanas con derecho a la vida, sino partes molestas de una sociedad que no les desea.


No hay en nuestros días una afirmación más reaccionaria -contra todo lo que se diga- que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo. Y es una vergüenza para la izquierda que levante la bandera del ese pretendido derecho. Y más aún, que se deje a la derecha, por fines electoralistas que su meollo de poder económico no siente en absoluto, que monopolice hipócritamente la oposición al mismo.


Nosotros rechazamos esa postura vergonzosa, de la que la izquierda, en la medida que han avanzado los conocimientos de la embriología, tiene que liberarse. No sólo somos izquierda y rechazamos el aborto, sino que lo rechazamos precisamente por serlo. Se trata simplemente de la aceptación del hecho científico de dónde empieza la vida humana, con todas sus consecuencias.


Es necesario que nos planteemos con valentía y rigor de una vez ese tema en la izquierda: la vida humana es un valor supremo desde la concepción hasta la muerte natural. Y a partir de esta afirmación tenemos que desarrollar una acción decidida contra el hecho real del aborto combatiendo las causas, ayudando eficazmente a las familias, asistiendo legal y socialmente a la madre soltera, tanto a la que desee quedar con su hijo como a la que quiera darlo en adopción. Es un campo inmenso de trabajo, en el que la izquierda debe multiplicar esfuerzo sin el fariseísmo de la cúspide económica de la derecha.


El aborto es un odioso acto de violencia realizado contra los no-nacidos y contra las madres. La izquierda debe hacer que el vientre de la madre sea el lugar que la naturaleza ha hecho que sea: el lugar más protegido. Y que la sociedad entera lo sea también, para la madre y para los niños, antes y después de nacer”.


Solidaridad y Autogestión Internacionalista

Colectivo Autogestión

Movimiento Cultural Cristiano