UNICIDAD / UNIVERSALIDAD
VocTEO
 

Estos términos se refieren a la función central de Cristo en la historia de la salvación y a la cuestión fundamental de la teología cristiana de las religiones. En la reflexión cristológica, la unicidad de Jesús es constitutiva del acontecimiento absoluto de la salvación; en ella la conjugación de Jesús y Cristo indica un momento y acontecimiento de la historia (Jesús) y simultáneamente el valor absoluto y definitivo de la historia (Cristo). De aquí se sigue que el hecho "'Jesús de Nazaret" constituye la paradoja original de la fe cristiana y el escándalo del cristianismo, según el cual Dios entra en el tiempo y en el espacio.

"La historia universal se encuentra así sometida al juicio absoluto de una historia particular" (M. Bordoni). La cristología, caracterizada por la dialéctica unicidad/universalidad, tiene que demostrar las dimensiones ad intra que pertenecen a la universalidad del acontecimiento Cristo en sus estructuras soteriológica y teológico-trinitaria, y ad extra en la verificación crítica de los motivos de credibilidad de la revelación para la historia y su eficacia salvífica. Por eso Jesucristo es el universale concretum que constituye la economía de la autocomunicación de Dios al hombre y que es la base de la reflexión teológica. En el Nuevo Testamento se comprende a Jesucristo como el punto único de toda la historia de la salvación, en la que se realizan definitivamente las promesas escatológicas de Dios. El carácter soteriológico queda subrayado por la dimensión universal del acontecimiento pascual cuya unicidad pone de relieve el " por nosotros, es decir, el "por todos" de la salvación.

Las confesiones de fe cristológicas son una sinfonía de las determinaciones histórico-universales de esta salvación. La misma existencia prepascual de Jesús manifiesta el fundamento cristológico de su pro-existencia, que muestra el Ser de Dios como amor infinito. En la ipsissima intentio de Jesús, basada en su persona, se expresa su "pretensión" en la conciencia de ser el salvador definitivo: el anuncio del Reino con que él se identifica, la conciencia filial-mesiánica del Jesús prepascual, el acontecimiento pascual de la muerte y de la resurrección, constituyen los puntos neurálgicos de la misión de Jesucristo, cuya mediación salvífica es absoluta y universal.

De esta mediación brota el valor único y absoluto del cristianismo, religión del Dios-Trinidad en el que el hombre realiza la experiencia de su filiación divina en una "historia de predestinación" suscitada por Dios con vistas a la comunión consigo en Jesucristo. En éste la comunidad eclesial es expresión de la salvación en Cristo, comienzo y signo del Reino que la convierte en universale salutis sacramentum, en el ofrecimiento de salvación a todo el hombre y a todos los hombres. La dialéctica únicidad/universalidad plantea el problema teológico de las religiones y anuncia de antemano el puesto del cristianismo entre las religiones. J Daniélou, partiendo del concepto de revelación "cósmica", piensa en las tradiciones religiosas como huellas de una revelación que encuentra su cumplimiento en la judeocristiana; K. Rahner. sobre la base del principio del "existencial sobrenatural" y de la naturaleza histórico-social del hombre, ve en las religiones no cristianas la concreción histórica de la voluntad salvífica de Dios; las religiones estarían preordenadas por Dios para guiar a los hombres hasta el encuentro con Cristo, "causa constitutiva" y "cumplimiento final de toda experiencia que puede hacer el hombre de la gracia" (P. Knitter). El Vaticano II ha vuelto a proponer la "teoría" patrística de las "semillas del Verbo" (semina Verbi).

En el panorama actual se ofrecen algunos modelos de esta revelación: el modelo exclusivista-eclesiocéntrico, el modelo inclusivista-cristocéntrico, el modelo normativo-teocéntrico, el modelo pluralista en el que Jesucristo es un mediador relativo de salvación, el modelo de la liberación en el que el hombre construye su salvación con la complementariedad salvífica de Jesús.

La peculiaridad del cristianismo se basa en la trascendencia cristológica, en cuyo horizonte las religiones son pedagogía hacia Cristo sobre la base común de la búsqueda religiosa del ser humano, llamado por Dios a participar del acontecimiento de la salvación universal y única.

C Dotolo

Bibl.: K. Rahner Historia dei mundo e historia de la salvación y Cristianismo y religiones no cristianas - escritos de Teología, V, en Taurus, Madrid 1963, 115-134v 135-156; J: Dupuis, Cristo al encuentro de las religiones, San Pablo, Madrid 1991; Íd., Unicidad y universalidad, en DTF 1578-1587: P. Damboriena, La salvación en las religiones no cristianas, BAC, Madrid 1973.