SOTERIOLOGÍA
VocTEO
 

Es el sector de la teología dogmática cristiana que estudia la realidad de la salvación (latín salus, griego sotería) del hombre y del mundo en Jesucristo,

En las voces redención, salvación, satisfacción, se han considerado los contenidos bíblicos y teológicos de la salvación. Aquí prestaremos atención a los modelos que la reflexión teológica cristiana ha ido utilizando especialmente a lo largo de los siglos para captar y explicar la función salvífica de Jesucristo.

Por «modelos" se entienden aquí las formas de experiencia cristiana elevadas a esquemas conceptuales por la reflexión teológica para expresar la función salvífica de Cristo en diálogo crítico (o sea, en coherencia y diferencia/distancia crítica) con las experiencias y coordinadas conceptuales de un determinado contexto cultural. La realidad salvífica cristiana es una y única: Jesucristo en la totalidad de su acontecimiento mistérico. Sin embargo, los modos y las formas de experimentarla y de representarla a nivel conceptual reflejo y orgánico son distintos según los individuos, los grupos, los contextos culturales en los que Jesucristo es acogido, vivido, hecho objeto de elaboración conceptual. Esto permite decir que hay una sola soteriología cristiana, pero elaborada de muchas maneras en el nivel intelectual orgánico por la reflexión teológica.

Ya el Nuevo Testamento ofrece una multiplicidad de "modelos" con los que la comunidad cristiana de los orígenes vivió y expresó sus relaciones con Cristo salvador: Jesús Profeta, Maestro, Señor, Nuevo Adán, Sacerdote, Pastor, Palabra de Dios. etc. La Tradición cristiana, partiendo de estos modelos, en su empeño de inculturación, unas veces los repitió, dándoles un colorido o un acento cultural determinado, y otras veces elaboró otros nuevos, por ejemplo: Jesús Pantokrátor, Divinizador, Satisfactor, Liberador.

No han faltado teólogos que han intentado reagrupar la multiplicidad de los «modelos" soteriológicos bajo categorías dominantes, o bien a partir de las orientaciones epocales de la actualización de la salvación cristiana a lo largo de la historia. Se trata de intentos de síntesis y de esquematización que recogen la verdad, pero que no siempre están exentos del peligro de simplificar las cosas.

En el Nuevo Testamento, por ejemplo, se dan tres aproximaciones fundamentales a la realidad salvífica de Cristo con tres categorías dominantes que corresponden: a} a la vida histórica de Jesús como camino de salvación, donde la categoría dominante es la del Pastor que libera (prevalece en los sinópticos): b} a la cruz/resurrección, donde domina la categoría del sacerdote que intercede y obtiene la misericordia y la reconciliación (prevalece en Pablo en la Carta a los Hebreos): c} a la encarnación, con la categoría dominante del profeta que revela y enseña (prevalece en el cuarto evangelio). Todas estas aproximaciones trazan perspectivas globales que no están necesariamente cerradas en sí mismas, sino abiertas a un enriquecimiento mutuo. Una mirada atenta a la historia de la experiencia y del anuncio cristiano ha llevado a algunos teólogos a captar y a resaltar las perspectivas de aproximación a Cristo salvador, características (es decir, dominantes, pero no exclusivas) de una época determinada: la ontológico-mística, dedicada a valorar el alcance salvífico-divinizador de la encarnación/resurrección de Cristo (prevalente en la reflexión de los Padres, sobre todo de los Padres griegos, pero muy viva también en algunos Padres latinos como Ambrosio, Agustín y León Magno); la jurídica, sensible a la valoración de la dimensión reconciliadora y redentora del acontecimiento Jesucristo (Anselmo, los escolásticos, Lutero); la ética, dirigida a valorar el alcance profético-liberador de la palabra y de la praxis de Jesús (teología política, de la liberación). El teólogo protestante G. Aulén ha señalado tres imágenes de Cristo típicas de estas perspectivas: el Cristo vencedor, el Cristo víctima, el Cristo modelo de vida. Se trata de esquematizaciones que, si no se las fuerza, ayudan a comprender las líneas dominantes de la experiencia y de la reflexión teológica, que tienen por objeto al Cristo salvador.

En nuestra época prevalece sin duda la tercera. La orientación moderna de la cultura orienta al hombre hacia la historia como campo de interés y de acción de la libertad, de la praxis humana. La historia es el terreno en el que el hombre está llamado a crear un reino de libertad donde se sienta realizado, saciado y en este sentido salvado. En este contexto la teología cristiana se ve estimulada a reflexionar sobre la libertad y sobre el proceso de liberación humana a la luz del anuncio de Jesús salvador, a señalar las posibilidades y los límites del empeño de la libertad humana y a elaborar un proyecto de hombre, en el que esté presente Cristo, no sólo como punto de referencia, sino también como condición de un proceso de liberación y de humanización auténticas. Es la tarea que en los últimos años han asumido varios teólogos de Europa y de América Latina: releer el dato tradicional del anuncio cristiano de la salvación en el horizonte del proceso de emancipación del hombre mediante su libertad, alma del mundo moderno occidental o «hemisferio Norte» (teología progresista europea) y del proceso de liberación del hombre a través de la inversión de las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales que mantienen bajo control y que explotan a la mayor parte de la población mundial (hemisferio Sur).

Esta valoración contemporánea de la función salvífica de Jesús, concretamente de los impulsos que brotan de su praxis histórica, sería insuficiente si no incluyese o integrase también -obviamente en el relativo horizonte epocal de comprensión de la realidad- las dimensiones ontológico-mística y jurídica de la salvación cristiana, que tuvo ante los ojos la reflexión patrística y la medieval, para que le ayuden a abrir y a tener presentes las dimensiones estructurales e históricas de la libertad humana, tantas veces olvidadas e incluso negadas por el horizonte cultural moderno y contemporáneo. Para este fin la teología de la salvación (soteriología) contemporánea está llamada a incluir, en su reflexión sobre la liberación y la salvación que trae Jesús al hombre, las realidades de la encarnación y de la cruz/resurrección. Efectivamente, a su luz podrá aparecer con mayor claridad, profundidad y radicalidad su aportación específica a la salvación verdadera del hombre y de la historia, obra de su libertad.

G. Iammarrone

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