SISTEMAS MORALES
VocTEO
 

Doctrinas desarrolladas en la moral postridentina para superar una duda de la conciencia, de manera que el agente pueda llegar a un juicio de conciencia prácticamente cierto sobre la licitud o ilicitud de una acción determinada.

Es doctrina común que, mientras uno está incierto de si un acto es o no pecaminoso, no puede realizarlo, ya que en ese caso correría el riesgo de pecar. Esto lo exige la responsabilidad moral del agente, que hará lo posible para llegar al menos a una certeza práctica sobre la moralidad de los actos que quiere o que tiene que realizar.

El camino normal para superar esta duda de conciencia es el de informarse, el de procurarse aquella instrucción de la propia conciencia que se necesita para el propio estado de vida.

Esto no planteaba graves problemas en unas sociedades relativamente cerradas como la medieval, en la que la vida de los cristianos estaba regulada por convicciones bastante claras. Sin embargo, esta unidad de la sociedad se rompió con el comienzo de la época moderna y surgieron nuevas cuestiones sobre todo en el ámbito social y económico; la legislación (civil y religiosa) se iba haciendo cada vez más compleja y se vivía además una época caracterizada por el nominalismo, en la que el interés se desplazaba del conocimiento de la verdad interior de las leyes y de las normas (fundamentación metafísico-ontológica) a la interpretación de esas leyes como expresión de una voluntad soberana (fundamentación voluntarista). Se sentía por consiguiente una fuerte tensión entre las numerosas leyes (con sus interpretaciones más o menos autorizadas) y la libertad del individuo, por lo que se le proponían ciertos procedimientos para llegar a aquella certeza necesaria para poder obrar sin incurrir en pecado.

En muchos casos no se esperaba va que pudiera encontrarse un principio intrínseco a la ley o a la norma, que pudiera explicar de manera inequívoca la verdad de esta ley sino que se recurría a ciertos principios extrínsecos o reflejos, sacados sobre todo de la jurisprudencia, que permitiese, a pesar de todo, un camino para salir de la duda de conciencia. La preferencia por un principio más que por otro denota también, sin embargo, implícitamente una opción antropológica y religiosa de fondo, no siempre suficientemente clara. Así, el príncipio reflejo "en la duda hay que optar por la parte más segura », válido siempre cuando se trata de bienes que es posible lesionar (la vida y los derechos del prójimo o de los bienes espirituales necesarios para la salvación), si se aplica como regla general para resolver todos los conflictos entre una presunta ley y la libertad del individuo, denota una concepción antropológica y teológica según la cual toda lesión material de una ley aunque sólo sea probablemente existente, coincide con una ofensa a Dios mismo, garantía última del orden (objetivismo moral y religioso en los sistemas del tuciorismo y del probabiliorismo), Pero también las posturas opuestas (los sistemas del probabilismo, con sus variantes de equiprobabilismo y de laxismo), que proponen el principio reflejo según el cual en la duda es posible decidir por la propia libertad, si está sostenida por alguna razón (probabilidad), a pesar de que haya quizás razones más fuertes en favor de la ley a menudo tienen su origen en un modelo que ve la relación entre Dios y la propia libertad en términos de concurrencia. Lo que se necesita, por tanto, es profundizar teológica antropológicamente en la relación entre la conciencia y la norma en clave personalista y espiritual. Los sistemas morales lucharon duramente entre sí, sobre todo en los siglos XVII y XVIII, recurriendo incluso al Magisterio de la Iglesia, el cual se limitó a condenar los excesos del tuciorismo y del laxismo. Pero la oposición entre la tendencia rigorista y la tendencia subjetivista prosigue hasta hoy.

C. Golser

 

Bibl.: D. Capone, Sistemas morales. en NDTM, 1708-1718; L, Rossi, Sistemas morales, en DTI, 1V 323-335; J Leclercq, Las grandes líneas de la filosofía moral. Gredos, Madrid 1956; L. Vereecke - F Murphy, Estudios sobre la historia de la moral, PS, Madrid 1969; B. Haring, La ley de Cristo, Herder Barcelona 1973.