SECTA
VocTEO
 

La palabra «secta» se deriva del latín sequi, «seguir». Como fenómeno religioso, la secta tiene como primer punto de referencia, no ya una doctrina particular, sino la figura del líder y/o la pertenencia a un grupo con una identidad bien definida y distinta del ambiente social más amplio. En este sentido se puede hablar de « movimiento religioso». Este movimiento se convierte en secta solamente cuando se afirma su identidad particular en oposición al ambiente religioso en que ha nacido. La oposición se manifiesta entonces en el plano de la doctrina, de la moral, del ritual y de la disciplina y estructuración del grupo. En los ambientes religiosos donde el consentimiento doctrinal y disciplinar no está sometido a formulaciones precisas, las sectas pueden seguir existiendo en el contexto religioso original, como ocurre con ciertas «nuevas religiones» en el Asia oriental. En las religiones donde existe un magisterio claramente estructurado, es inevitable la separación de las sectas. La transición de «movimientos religiosos» a «sectas» es gradual. La existencia, en un movimiento religioso, de doctrinas esotéricas y de una disciplina arcana conduce casi siempre a la constitución de una secta. El contraste con el ambiente religioso original que se deriva de una separación es característico para una secta.

En cuanto a la tipología de las sectas, se pueden distinguir: a} sectas que aceptan sólo parcialmente la doctrina religiosa original; b} sectas que desarrollan una nueva doctrina sobre la matriz de la religión original; c} sectas que introducen en su doctrina elementos de otra religión o de una filosofía contraria a las creencias de la religión original. En estos casos se puede hablar de herejías más o menos acentuadas y, en el último, de sincretismo, Cuando la causa inmediata de la separación se sitúa a nivel de la disciplina o del ritual, se habla de un cisma que, al menos implícitamente, se asocia a un elemento doctrinal que es irreconciliable con la doctrina común, en cuanto que precisamente las normas de la disciplina o del ritual forman parte de la doctrina.

A lo largo de la historia se han desarrollado numerosas sectas en el seno del judaísmo, del cristianismo y del islam. La proliferación de sectas -en ciertos momentos de la historia va unida casi siempre a profundos cambios sociales y culturales. Bajo esta luz hay que ver también la situación del mundo occidental a finales del siglo xx, cuando la conciencia individual tiene que enfrentarse con una desconcertante pluralidad de culturas y religiones, siendo consciente -a veces de manera exagerada- de su libertad de opción. El peligro mayor para las religiones, y en este caso especialmente para el cristianismo, no consiste en primer lugar en la actividad de las sectas o de las otras religiones, sino sobre todo en el escepticismo del hombre moderno ante la verdad y en el indiferentismo religioso, que se acentúan en la confrontación con el "mercado de religiones y de sectas» y que van a la par con el secularismo en la medida en que estas actitudes se traducen en las costumbres sociales y en las estructuras políticas, crece para la Iglesia la necesidad de una "nueva evangelización».

A. Roest Crollius

Bibl.: J. García Hernando, El fenómeno de las sectas, en Íd. (ed.), Pluralismo religioso, 11, Atenas, Madrid 1983, 25-83; J Martín Velasco, La religión en nuestro mundo, Sígueme, Salamanca 1978; J Bosch, Para conocer las sectas, Verbo Divino, Estella 21994; C. Vidal, Diccionario de sectas y ocultismo, Verbo Divino, Estella '1994; J: M, Mardones, Para comprender las nuevas formas de la religión. Verbo Divino, Estella 1994; F Galindo, El «fenómeno de las sectas» fundamentalistas, Verbo Divino. Estella 21994.