PROPAGACIÓN DEL CRISTIANISMO
VocTEO
 

La propagación del cristianismo comenzó el mismo día de Pentecostés, cuando al oír el discurso de Pedro se convirtieron unas tres mil personas (cf. Hch 12). Desde aquel momento, la propagación del cristianismo no ha conocido tregua. Las principales etapas de esta propagación fueron los viajes misioneros de Pablo, con el nacimiento de las primeras comunidades cristianas, la conversión de los pueblos germánicos, escandinavos, eslavos, etc. en Europa (siglos IV-XIII), los intentos apostólicos de las órdenes mendicantes en los Países Bajos, en Europa oriental, en Asia y en África (siglos XIII-XV), la evangelización de América y el desarrollo de las misiones en todos los continentes en la época moderna (siglos XV-XIX).

En teología la propagación del cristianismo ha sido especialmente estudiada por la apologética, sobre todo a partir del concilio Vaticano I, en el que se la presentó como un «grande y perpetuo motivo de credibilidad » (Dei Filius, cap.3: DS 3013). Efectivamente, para la apologética un atento examen de la manera en que el cristianismo se difundió por todo el mundo permite señalar plenamente las notas características de la Iglesia católica, es decir: la catolicidad, por el esfuerzo constan te que se ha hecho de llevar el mensaje evangélico por todas partes; la unidad, porque, a pesar de las diversas culturas con que ha tenido que coexistir, la Iglesia ha permanecido siempre la misma sin ceder jamás al nacionalismo; la santidad, por el heroísmo constante de sus misioneros, que en algunos casos ha llegado hasta el martirio.

G. Occhipinti

 

Bibl.: H. Kúng, El cristianismo y las otras religiones, Madrid 1987; A. Santos Hernández, Salvación Y paganismo, Santander 1966; J Ewodka, El misterio de la Iglesia históricamente considerado, en F. Holbók T, Sartory (eds,), El misterio de la Iglesia, 1, Barcelona 1966, 463-608.