PROFETISMO
VocTEO
 

En todo tiempo y en todos los pueblos ha habido adivinos, astrólogos , magos que tenían la pretensión de predecir el futuro a través de algunos medios mecánicos y por la interpretación de sueños y señales.

El Antiguo Testamento habla de los profetas de Baal (1 Re lS,19-25.40), de los profetas de Edom, de Moab, de Ammón y de Fenicia (Gn 27,9), de adivinos y de magos (Gn 41,S-24; 1s 9,31 1), en Babilonia (1s 1,20; 2,2) y en Canaán (Dt lS,9-1 1).

Los profetas bíblicos no llegaron al monoteísmo a través de consideraciones filosóficas, sino que establecieron la existencia del único Dios santo a partir de su experiencia directa.

Aunque consideran que Dios es trascendente, hablan de él de un modo antropomórfico. Gn 20,7 declara a Abrahán profeta. Moisés, el mayor de todos Nm 12,6ss, los heraldos de Yahveh, en es ensalzado por encima de todos los profetas, ya que sólo él pudo ver a Dios. Más tarde será llamado el 'zabi (Dt l8,l8; 34,10).

Aarón es el profeta de Moisés, ya que transmitió sus palabras al faraón (Ex 7 1 ss). María aparece como profetisa cuando dirigió el canto de alabanza de las mujeres en honor de Y ahveh (Éx 15,20).

En tiempo de los Jueces sólo se habla de la profetisa Débora, que juzgó a Israel (Jdt 4,4). En tiempos de Samuel surgen las corporaciones de los profetas (1 Sam 10,5-10); estos «hijos de los profetas » constituyen un cuerpo de profetas profesionales. Después de Amós (por el 750 a.C.), va no se habla de ellos en el Antiguo Testamento.

Amós, Jonás (2 Re 14,25), Oseas, Isaías y Miqueas son del siglo VIII; Jeremías, Sofonías, Nahún y Habacuc viven entre finales del sigÍo VII y el 586; Ezequiel se coloca más allá del 586, Durante el destierro vive Daniel; a comienzos del siglo y, Ageo, Zacarías y Abdías; por el 450, Malaquías; más tarde, Joel.

Después del siglo V ya no se menciona a ningún profeta, en aquella época los sabios ocuparon el puesto de los profetas como guías espirituales de Israel. Juan Bautista, que predicó su mensaje de penitencia, es relacionado con los antiguos profetas (Mt 3,7-12) y saludado como profeta (Mt 11,9; 14,5; Mc 11,32; Lc 7 29). Jesús de Nazaret (Mt 4,17. 10,7. Lc 10,9). gracias a su doctrina' (Mt 7, 29; Mc 1,22; 6,2), es considerado también como profeta (Mt 21,1 1. Lc 7 1. 24,19).

El profeta es elegido y mandado.- El profeta habla en nombre de Dios y anuncia que Dios es el Dios salvador y liberador de su pueblo. El profeta está comprometido con el Señor de la historia y con el pueblo que camina con él. Vive en el presente, pero se muestra tenso hacia el futuro.

La experiencia profética tiene a veces mucho de chocante. El conocimiento de Dios por el profeta es una lucha: « Me has seducido, Señor, y yo me he dejado seducir. Tú me violentas y me has vencido» (Jr 20,7).

El profeta llega a encontrarse en la condición de un discípulo o de un escolar, depende únicamente de la voluntad de Dios. La llamada divina es inexorable. Lo vemos en todos los profetas; de manera especial en el profeta Jonás, que no desea permanecer ante el rostro del Señor.

Una experiencia semejante es la que le tocó vivir también a Pablo: «Si anuncio el evangelio, no es una gloria para mí, sino una obligación que se me ha impuesto; jay de mí si no anunciase el evangelio!» (1 Cor 9,16).

El profeta sabe que es un «centinela» (Os g,S), un «servidor de Dios y del pueblo» (Am 3,7; Jr 25,4; 26,5), un mensajero (Ag 1,13), un examinador (Jr 6,27). El profeta habla siempre en términos concretos y comunica el amor apasionado que Siente por Dios.

El profetismo en la Iglesia primitiva.- En la primitiva Iglesia hubo también profetas, que junto con otros carismáticos tenían la misión de «edificar» la Iglesia, cuerpo de Cristo (Ef 4,1 1). El profeta habla con un lenguaje siempre comprensible, edificando, estimulando, sosteniendo, consolando ( 1 Cor 14,3ss).

El profeta bajo el impulso del Espíritu habla con tal fuerza y convicción que permite a los fieles advertir el soplo del Señor y dejarse conquistar para la salvación (cf. Hch 15,32).

El Vaticano II insiste en el hecho de que todos los cristianos están llamados a participar del papel y de la misión profética de Cristo.

A. A. Tozzi

Bibl.: J L. Sicre. Profetismo en lsrael, Verbo Divino, Estella 1992: AA, VV , Los profetas, en Reseña Biblica, n,t' 1, Verbo Divino, Estella 1994: A, Neher La esencia del profetismo, Sígueme, Salamanca 1975: L, Alonso Schokel - J L. Sicre Díaz, Los profetas 2vols., Cristíandad, Madrid 1980: L, Monloubou, l.os profetas del A, T, Verbo Divino. Estella 1993; G. von Rad, Teologia del Antiguo Testamento, 11. Teología de la tradición profética de Israel, Sígueme, Salamanca '1976.