PODER
VocTEO
 

El poder es un fenómeno general que se manifiesta en todos los sectores de la sociedad. Con Max Weber se puede definir el poder como « toda oportunidad de imponer la propia voluntad en el contexto de una relación social, aun encontrando oposiciones, independientemente del fundamento en que se base esta oportunidad". El poder como oportunidad de imponer la propia voluntad se ve facilitado además por la amenaza de una sanción (pena).

Hay diversas formas de poder. económico, espiritual, religioso. Merece una consideración especial el poder político, porque con su potencialidad de violencia se puede convertir en la amenaza más peligrosa para la existencia del individuo. Por esto se impone el control a fin de impedir todos los abusos. Las posibilidades de control se concretan en el reparto de poderes, en la vinculación del poder a un sistema jurídico y especialmente en la intervención de los súbditos, a los que habría que estimular para una continua vigilancia crítica respecto a los titulares del poder. En la sociedad de masa, los medios de comunicación son los coeficientes determinantes en la formación de la opinión; les corresponde por tanto un papel importante de control del poder político, económico y social. Por otra parte, respecto al enorme poder de los medios de comunicación social y de su constante tentación de manipular a la opinión pública, se plantea una pregunta acuciante : ¿quién controlará a los controladores? La respuesta tendrá que buscarse una vez más en el reparto de poderes en los medios de comunicación, insistiendo en su pluralismo, procurando vincularlos por medido de leyes y de prescripciones jurídicas y fomentando el sentido crítico de los consumidores. En otras palabras, exhortando a una continua verificación de lo que se ha oído, visto y leído, en orden a su objetividad y a una información razonablemente completa.

En la relación entre el poder y el derecho se trata de observar el justo medio entre los dos extremos: el derecho desautorizado y el poder ilegal, dos situaciones extremas que, con el correr de los años, están condenadas al fracaso. Desde el punto de vista de la ética cristiana, hay que observar que el poder se le ha concedido al hombre para que lo ejerza en subordinación al amor de Dios y del prójimo; el impulso al poder puede degenerar en ansia de poder y convertirse en un demonio de destrucción. El poder, en cuanto tal, sólo puede resultar sensato si se pone al servicio del crecimiento de la persona y de la sociedad de las personas.

L. Lorenzetti

Bibl.: G. Piana, Poder en DTI, 111, 819-830; R. Hauser, Poder, en'CFT 111, 483-500; K. Hemmerle, Poder, en SM, Y 489-493; R. Guardini, El poder, GuadaFrama, Madrid 1963: G. Ritter El problema ético del poder, Madrid 1972; AA, VV , Poder dominio y servicio, en Concilium 90 ( 1973), número monográfico.