MATEO
VocTEO
 

Desde comienzos de la era cristiana, y de manera más penetrante que los otros sinópticos, el evangelio de Mateo ha ejercido un influjo consistente en la teología, en la liturgia y en los otros ámbitos de la vida eclesial. Entre otras muchas razones podemos mencionar el carácter didáctico y catequético de este escrito, la densidad de vida eclesial que allí se refleja, el equilibrio constante entre el pasado y el presente, el carácter sistemático y esmerado de sus enseñanzas.

1. Cuestiones sobre el autor , la fecha y el lugar de composición.- Los problemas relativos al autor se entrecruzan con los de su retrato teológico. Mateo, a diferencia de Lc 11,1-4 y sobre todo de Pablo, no utiliza nunca el pronombre de primera persona en singular para presentarse a sí mismo.

El testimonio de Papías que recoge Eusebio (Hist. eccl. 3, 39, 16) está en la base de las posteriores especulaciones sobre la identidad del evangelista con la persona mencionada en la lista de los Doce (Mt 10,3; cf. Mc 3,18; Lc 6,15; Hch 1,13). En todo caso, el hecho de que Mateo haya querido esconderse detrás de su escrito nos mueve a considerar sus connotaciones teológicas y literarias como más importantes que sus datos biográficos. Desde este punto de vista, la atención que se reserva a Israel y al cumplimiento de las Escrituras, la ordenación literaria de la obra, la sensibilidad lingüística y algunos otros elementos revelan la mano de un escritor judeocristiano, plasmado en el ambiente greco-helenista de la diáspora, que ha reconocido al Mesías en Jesús de Nazaret.

En cuanto a la fecha del evangelio, podemos trazar el límite temporal inferior en la época de las cartas de Pablo, obligado a defender y a justificar su misión entre los paganos, mientras que para Mateo esto parece ser un dato ya adquirido (cf. 28,16-20). Por arriba, el límite temporal puede establecerse sobre la base del evangelio de Juan, en el que «los judíos" constituyen un frente compacto y los que se han hecho cristianos han sido va expulsados de la sinagoga (cf. Jn-9,22), mientras que en Mateo la situación parece ser todavía híbrida y fluctuante (cf. 10,5b-6). Mt 22,7, con su noticia sobre el incendio de la ciudad, insinúa una fecha posterior a la destrucción de Jerusalén el año 70, mientras que el episodio de la excomunión de los judeocristianos, referida por Jn 9,22, sugiere una fecha anterior al 90. Además, una cierta organización eclesial, que conoce profetas y escribas cristianos (Mt 10,41; 23,34), pero no los ministerios de las llamadas "cartas apostólicas", sugiere una época alrededor del año 85.

El lugar de la composición sigue siendo problemático. No hay pruebas apodícticas en favor de una de las localidades que se han propuesto con el correr de los siglos: Jerusalén y Palestina, Cesarea, Fenicia y Alejandría son los posibles países de origen, aunque Antioquía de Siria parece ser la que goza de más probabilidad.

2. Unidad y estructura del evangelio. Uno de los planes propuestos se basa sobre todo en dos cesuras que se encuentran en 4,17 y 16,21 : Apo tote erxato ho Ieso,{s («desde entonces comenzó Jesús...,,). Esto nos permite dividir la obra en tres partes:

I) 1,1 -4,16: presentación de Jesús;

II) 4,17-16,20: la misión de Jesús;

III) 16,21-28,20: pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Este modelo es el que hoy siguen muchos autores, pero debería profundizarse más mediante la búsqueda de un número mayor de indicios convergentes. El esquema que proponemos sigue fundamentalmente el plan señalado, pero desarrollando sus líneas esenciales.

III-4,16: Preludio 1,1-2,23: generación de Jesús 3,1-4,16: manifestación de Jesús II 4,16-16,20: proclamación del Reino y reacciones.

A. 4,1 7- 1 1 ,1 : la proclamación del Reino 4,17-9,35: palabras y obras 9,35-1 1,1 : encargo de misión a los discípulos

B. 11,2: da serie de preguntas y respuestas III 16,21-28,20: Pasión, muerte y resurección de Jesús A. 16,21-25,46: Anuncio y comienzo de la pasión 16,21-20,34; Anuncio de la pasión 21,1-25,46: Jesús en Jerusalén B. 26,1-28,20: pasión, muerte y resurrección 26,1-28,15. pasión de Jesús, muerte y resurrección 28,16-20: conclusión: la misión de los discípulos.

3. Líneas teológicas fundamentales: Jesús y la Iglesia de los discípulos.- La historia de Jesús se sitúa en un contexto que va desde Abrahán (Mt 1,2) hasta la consumación de los tiempos (Mt 28,20). La frase: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos" (Mt 28,20) pone en contacto a los protagonistas de esta historia: «Yo" y «vosotros", Jesús y la comunidad dé los discípulos; en ellos es donde se concentra esencialmente el interés teológico del escrito mateano.

En primer lugar se presenta a Jesús como el «Hijo de Dios,,-"Dios con nosotros", Las llamadas « citas de cumplimiento", dispersas por todo el evangelio (Mt 1,22-23; 2,15.17-18.23: 4,14-16; 8,17. 12,18-21; 13,35: 21,4-5: 279), tienen la función de demostrar que en él se realiza todo lo que había sido anunciado de antemano por la ley y los profetas, La primera de estas citas es la de Mt 1,22-23 sobre el Enmanuel anunciado por 1s 7,14: de este modo se ha querido crear intencionadamente una inclusión con la frase final: «Yo-estoy-con-vosotros" (28,20). Así pues, para Mateo, Jesús es el Enmanuel, el Dioscon-nosotros, la Shekinah de Yahveh en la tierra: una presencia en la historia de la comunidad, a quien le toca vivir las vicisitudes de los tiempos escatológicos (cf Mt 8,23-27). Mt 1,1 presenta además a Jesús como « Mesías, hijo de David, hijo de Abrahán". En la línea davídica, Jesús es el que lleva a su cumplimiento la historia de Israel que había comenzado con Abrahán ( 1, 1 17); el que tenía que venir (cf 3,1 1 ) para reconstituir en la unidad al pueblo disperso de Israel (15,24). Pero en Jesús-Mesías se cumple también la promesa antigua, que veía a todas las gentes bendecidas en Abrahán (cf Gn 12,3). Con su muerte y resurrección quedaron suprimidas las barreras que separaban a Israel de "los pueblos" (ta ethne: cf. Gn lS,lS; 1s 2,2; 40,17. 52,10); efectivamente, en Mt 2S,19 son llamados a ser discípulos de Cristo hombres de toda raza y de toda lengua (cf. también Mt 24,14)- La mesianidad de Jesús se revela en su enseñanza y en sus obras (cf. Mt 5-7. S-9. 11,4.6)- El anuncio de la buena nueva da un significado a las obras; las obras dan una ejecución al anuncio.

Última observación: Marcos acentúa fuertemente el motivo de Jesús "maestro"; Mateo parece ser de otra opinión, ya que no permite a los discípulos que se dirijan a Jesús llamándolo didaskale (nmaestron), sino siempre y sólo Kyrie ("señor») (cf., por ejemplo, Mc 4,28; Mt S,25), mientas que solamente Judas, el traidor, se dirige en dos ocasiones a Jesús como rabbi (Mt 26,25.49. cf., por su parte, Mc 9,5; 11,21). Sin embargo, es interesante ver cómo el mismo Jesús habla de sí en tercera persona, usando la expresión to didaskalos (23,8). Así pues, él es "el Maestro».

No un simple rabino que guía a sus discípulos a la Torá, sino su intérprete autorizado (Mt 5,17-4S). Su magisterio en la tierra, en el tiempo pospascual, se convierte en el "mandamiento" (2S,19) del Kyrios a su Iglesia.

Por lo que se refiere a la Iglesia de los discípulos, es sabido que en los escritos evangélicos ekklesía sólo aparece en dos ocasiones: en Mt 16,lS y 18,17 Mathetés (discípulo) aparece 'Í3 veces en Mateo, 46 en Marcos y 37 en Lucas. Relacionado con el uso del substantivo mathetés, aparece solamente en Mateo el verbo matheteuo (hacer discípulos): 13,52; 25,57; 2S,19. En 28,19 matheteuo define la misión de "los once discípulos" (2S,16). Ésta es la única vez en que el verbo se encuentra en imperativo activo. El mandato de evangelizar en todos los tiempos a todas las gentes es recogido por Lc 24,47 con un término que parecería más apropiado : kerysso (proclamar). El uso de matheteuo en Mt 28,19 resalta fuertemente el carácter paradigmático y la estilización de la figura del mathetes, ya que el verbo participa de la ejemplaridad del substantivo correspondiente. A diferencia del modelo rabínico, en cuyo centro está la Torá, el modelo cristiano descubre en la relación con Jesús y con su reino el elemento decisivo del seguimiento de los discípulos (cf. Mt l3-52; 27,57). La vida de los mathetai se caracteriza por el bautismo y por la observancia de los mandamientos (28,1 8-20). La constante apelación a una fe más madura (cf. oligopistoi en Mt 6,30; 8,26; 14,31; 16,S y también 1720) no desea ser más que una urgente llamada a vivir plenamente la propia condición de mathetai. Otro rasgo de la Iglesia es el que nos ofrece la teología sobre "los doce y Pedro'". En Mt 10,1 se encuentra por primera vez la expresión hoi dodeka mathetai ("los doce discípulos»). La peculiaridad de Mateo consiste precisamente en designar a "los doce" como mathetai. En 10,1 y 11,1 integra el hoy dodeka de Marcos (Mc 6,7 cf también 3,14) con el añadido mathetai.

En 13,10 (cf. Mc 4,10) elimina el primer término enunciando sólo el segundo. Pero, a pesar de tener los rasgos de la "ejemplaridad», los Doce no han perdido la peculiaridad que proviene de su colocación histórica: son "los doce apóstoles" (10,2), En Mt 2S,16-20 reciben la investidura de " delegados plenipotenciarios ». La exousía del colegio de los Doce se extiende así en la actividad de los misioneros.

Dentro de este grupo se le reconoce a Pedro un lugar de preeminencia especial. Mateo subraya el papel de Pedro más que los otros evangelistas. En la lista estructurada de los Doce, contenida en 10,2-4, se califica a "Simón llamado Pedro» como el "primero'" (protos 10,2). Y el evangelista, a pesar de que no cuenta el cambio de nombre hasta 16,18, desde su encuentro inicial con Jesús, acompaña el nombre de "Simón» con la locución ho legomenos Petros ("el llamado Pedron. 4,18; cf 10,2), Este apéndice tiene la función de establecer una línea de continuidad, por la que Pedro constituye "la roca", el punto de referencia, desde el comienzo de la vida de Jesús (4,18) hasta el tiempo de la Iglesia (cf 16,18). Él es también "el hombre de poca fe" (14,31); pero, a pesar de ello, es elegido: al como el destinatario de una revelación especial de Dios (16,17); b) como el fundamento del edificio formado por los creyentes en Cristo (16,18); c) como el administrador jurídico plenipotenciario ( 16,19).

Los lectores perciben que, mediante la institución de los ministerios, nos adherimos a la voluntad y a la actividad de Jesús y de los apóstoles. A sus ojos, Pedro y los Doce desempeñan la función de garantía de la transmisión fiel del mensaje a las generaciones de los tiempos futuros.

M. Grilli

Bibl.: P. Bonnard, El evangelio según san Mateo, Cristiandad, Madrid 1976; P Le Poittevin - E, Charpentier El evangelio según san Mateo, Verbo Divino, Estella 1994. J. Zumstein, Mateo, el teólogo, Verbo Divino, Estella 31993; W Trilling, El verdadero Israel. La teología de Mateo. FAX, Madrid 1974; M. Quesnel, Jesucristo según san Mateo, Verbo Divino, Estella 1993; R. Aguirre A. R, Carmona, Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles, Verbo Divino, Estella 1994.