JUECES
VocTEO
 

El título de Jueces, en hebreo sopketim, en griego kritai, que se da a este libro y a los personajes que lo pueblan, no tiene nada que ver con nuestros administradores de la justicia forense. El término guarda relación con la justicia en sentido bíblico, entendida como fidelidad Y aceptación de las exigencias del aliado (el prójimo), y en el Nuevo Testamento como capacidad de corresponder a las exigencias de un prójimo ampliado a todos los necesitados (la parábola del samaritano). La justicia es aquí sinónimo de salvación, hasta el punto de que los "jueces» son llamados también «salvadores», «libertadores» En efecto, los «jueces» son caudillos militares suscitados por Yahveh para «salvar» a Israel. Se les presenta con rasgos muy vivos, que el Deuteronomista ha cargado de un sentido histórico-salvífico excepcional. Se trata de los doce jueces con diversa amplitud Y desde diversas perspectivas: pero todos ellos tienen un denominador común : su justicia es salvífica, es liberación política del enemigo conseguida por medio de empresas militares. Entre ellas hay una mujer y uno que no es judío, De algunos se nos narran las gestas liberadoras, de forma más o menos amplia; de otros, por el contrario, sólo se nos dan algunos datos sobre su origen, su familia, la duración de su actividad y el lugar de su sepultura. Pertenecen a la primera serie: Otoniel, de la tribu de Judá, que libera a Israel de la opresión del "rey del país de los dos ríos» (3,7 1 1); Eud, benjaminita, que libera de los moabitas (3,12-30); Débora, efraimita, junto con Barac, de la tribu de Neftalí, que libera de los cananeos (cc. 4-5); Gedeón, de la tribu de Manasés, que libera de los madianitas (cc. 6-8); Jefté, del clan de Galaad (Maquir, Manasés), que libera de los ammonitas ( 10,512,7); Sansón, de la tribu de Dan, que libera de los filisteos (cc. 13- 16); se trata siempre de enemigos históricos del pueblo elegido. Éstos son los "jueces mayores» o "carismáticos", cuyas empresas, patrimonio de la tradición oral que se desarrolló en torno a los santuarios de las tribus de pertenencia, se convirtieron, al llegar la monarquía y al centralizarse el poder Y las instituciones político-religiosas, én gestas nacionales, vistas en función de la nueva realidad institucional y que supusieron la transformación de estos héroes tribales en héroes nacionales.

Los "jueces menores » son; Tolá de Samir (en los montes de Efraín: 10,1 2); Yaír de Galaad ( 10,3-5); Ibsán de Belén (12,8-10); Elón de Zabulón (12, 1 1-12); Abdón de Faratón (aldea cercana a Nablús: 12,13-15): estos jueces figuran en dos listas: 10,1-5 y 12,8-15.

Un caso aparte es el de Sangar, hijo de Anat, no hebreo, que derrota a los filisteos, lo mismo que Sansón; el libro de los Jueces le dedica sólo un versículo (3,31). Estos seis jueces menores debieron de añadirse en un segundo tiempo para formar un libro de «los doce jueces de Israel», que comprende los actuales cc. 3-16. A este cuerpo central se añadieron dos introducciones de tipo distinto. La primera (1,1-2,5) presenta un cuadro de conjunto de la situación de las tribus después de la muerte de Josué. La segunda (2,6-3,6) expresa la concepción de la historia como historia de pecado, castigo, arrepentimiento y salvación.

Los responsables de esta segunda fase redaccional de Jue son los autores de la gran obra histórica deuteronomista. Se trata de un segmento de historia que va del 1200 al 1050, poco más o menos, aunque el uso simbólico que hace Jue de las cifras daría un período de unos 400 años.

Los cc. 17-21 forman un doble apéndice. Los cc. 17- 18 son una historia de la emigración de los danitas; los cc. 1921 narran el delito de Guibeá. Estas páginas abren perspectivas interesantes sobre una época remota y complicada de Israel. En Jue las gestas liberadoras de Yahveh se contemplan en la línea de las acciones salvíficas del éxodo y de la conquista y se narran según el modelo ideológico de la " guerra santa», combatida por Yahveh en primera persona, con el éxito por descontado.

La acción de Yahveh es directa, imprevisible, sobre una historia que procede a saltos, abierta a la irrupción Y a la presencia del Dios artífice de novedades. Los jefes carismáticos son suscitados por Yahveh, movidos por su Espíritu, y muestran su carisma con gestas maravillosas: no son más que instrumentos en manos de Yahveh, que sigue siendo el artífice primero de la historia. En algunos se perciben los rasgos esenciales de la figura del salvador. Finalmente, en el libro de los Jueces se traduce en hechos concretos, más bien que en teorías, el trinomio bíblico central de la justicia-fidelidad-benevolencia de Yahveh.

V. Gatti

 

Bibl.: G. Auzou, La fuerza del espíritu, Estudio del libro de los Jueces F AX, Madrid 1968; J Mckenzie, El libro de los jueces. Mensajero, Bilbao 1972; R. de Vaux, Historia antigua de Israel, 2 vols., Cristiandad, Madrid 1975.