FUNDAMENTALISMO
VocTEO
 

 El fundamentalismo es un movimiento evangélico protestante, activamente antimodemista, que surgió en Inglaterra y en los Estados Unidos a finales del siglo XIX y que, tras un período de decadencia, goza de un nuevo vigor a partir de los años 70. El fundamentalismo atrajo a cristianos de diferentes comunidades cristianas, preocupados por el desarrollo de las ciencias naturales (especialmente, la teoría de la evolución), la adopción del evangelio social por parte de la teología protestante liberal y el reto de los métodos exegéticos histórico-críticos a la verdad literal de la Biblia. Les parecía que con ello se ponían en peligro las certezas religiosas tradicionales sobre las que se basaba la ortodoxia cristiana, La conferencia bíblica del Niágara, en 1895, presentó cinco verdades fundamentales como criterios de ortodoxia: a) la infalibilidad y la verdad literal de la Biblia; b) la divinidad y el nacimiento virginal de Jesucristo; c) la exposición sustitutiva de Cristo por el pecado: d) la resurrección corporal de Jesús: e) la segunda venida de Cristo, que tiene que ir seguida de un reino de paz de mil años, Durante los años 1905-1915 se publicaron doce pequeños volúmenes titulados Los fundamentos: un testimonio por la Verdad. En estos folletos se defendía la inspiración y la infalibilidad de la Biblia y se criticaba la exégesis bíblica más elevada, la teoría de la evolución y el evangelio social. Se enviaron gratuitamente más de tres millones de copias a los Pastores y a las diversas Iglesias de todos los Estados Unidos. En 1919 se formó la Asociación Fundamentalista Cristiana Mundial, que por el 1920 organizaba reuniones en muchas ciudades del norte de los Estados Unidos. Debido al activismo fundamentalista, en algunas partes de los Estados Unidos llegó a declararse ilegal la enseñanza de la teoría de la evolución. En 1925 se intentó un proceso jurídico contra John Scopes, por haber enseñado la revolución en una escuela superior de Dayton (Tennesee). La publicidad negativa engendrada por este proceso contribuyó mucho a debilitar a los fundamentalistas durante varios decenios.

Los fundamentalistas tendían a sospechar de las Iglesias comprometidas en el movimiento ecuménico, temiendo que estuvieran contaminadas de liberalismo y de ser culpables de transformar el cristianismo en un puro activismo social. El Consejo americano de las Iglesias cristianas (1941) y el Consejo internacional de las Iglesias cristianas (1948) se fundaron como alternativas conservadoras frente al Consejo nacional de las Iglesias cristianas (EE. UU) y al Consejo Ecuménico de las Iglesias.

A partir de 1970 se observa un renacimiento del fundamentalismo, que se había ido despertando gradualmente durante los años 50. Este tipo más reciente de fundamentalismo se distinguía de su forma anterior por hacer un amplio uso de los medios de comunicación social, especialmente la televisión, y empezó a funcionar como fuerza política para la transformación de la sociedad. Este nuevo optimismo de los cristianos conservadores sobre la posibilidad de influir en la sociedad tomó una forma organizativa a través de ciertos grupos como «la Mayoría Moral», que emprendió varias campañas, como la lucha contra el aborto legal o la promoción de la moralidad de las transmisiones televisivas. El soporte político de los fundamentalistas sirvió también para la elección de muchos políticos conservadores. De alguna manera este activismo político está en disonancia con la condenación fundamentalista anterior del evangelio social.

La posición dogmática principal del fundamentalismo es la afirmación de que la Escritura viene de Dios y está revelada en cada una de sus partes.

Suscitar dudas sobre los orígenes históricos y humanos de un texto bíblico particular se ve como una asechanza contra la inspiración y la autoridad de la Biblia en su conjunto. La predicación de los fundamentalistas tiende a centrar la atención en los pasajes bíblicos que llaman a la gente a la conversión del pecado y a la aceptación de Jesucristo como su salvador personal.

Generalmente hay un fuerte guía carismático al frente de los diversos grupos fundamentalistas, un guía que a menudo goza de una extraordinaria autoridad en la interpretación del significado de las Escrituras, a veces (por ironía) una autoridad mucho mayor que la que gozan los obispos, los teólogos y los exegetas en las comunidades no fundamentalistas.

La Conferencia nacional de obispos católicos de los Estados Unidos de América publicó una carta pastoral sobre el fundamentalismo bíblico el 26 de marzo de 1987, en la que observa que este movimiento está caracterizado por una obstinada adhesión a rígidas posiciones doctrinales e ideológicas, basadas en el presupuesto de que la Biblia es la única fuente necesaria para la enseñanza sobre Cristo y sobre la vida cristiana. Esta manera de considerar la Escritura, dicen los obispos, aísla a la Biblia de la historia, sobre todo de la historia de la Iglesia con sus tradiciones litúrgicas, devocionales y - doctrinales.

W Henn

 

Bibl.: R. c. Fernández, Fundamentalismo a la derecha y a la izquierda: misiones evangéilcas y tensiones ideológicas, en Cristianismo y Sociedad, en 69-70 (1981) 21-50; J, Pixley, El fundamentalismo, en Estudios econÓmicos 3 (1985) 32-35; J Wicks, Fundamentalismo, en DTF 490-491; F Galindo, El «fenómeno de las sectas fundamentalistas" Verbo Divino, Estella 1994.