ESTOICISMO
VocTEO
 

 Después de la primera transmisión del mensaje cristiano en estructuras semíticas, en el siglo II se difundieron formas de pensamiento helenístico-romano, entre ellas el estoicismo, de tendencia medioplatónica y luego neoplatónica. La influencia de la Stoa se refiere más bien a elementos terminológicos que se transfieren como vehículos del pensamiento cristiano, aunque a veces se advierte una sutil penetración de aquel optimismo espiritual que era propio del estoicismo. Las convergencias y las divergencias entre el estoicismo y los escritores cristianos son de tal naturaleza que hacen vis1umbrar la vivacidad del movimiento estoico y al mismo tiempo el esfuerzo primitivo de los cristianos por lograr un anuncio sistemático, necesitado todavía de categorías y de términos donde concentrar su propio contenido.

Los Padres del siglo II están de  acuerdo con la Stoa en concebir al hombre como «animal racional» , compuesto en una unidad, en contra del dualismo platónico en el que el cuerpo es cárcel del alma; la doctrina estoica le permite a Tertuliano defender la resurrección y recomposición de alma Y cuerpo en contra del gnosticismo platonizante. El estoicismo conoce una especie de Providencia que se expresa inmanentemente en el mundo, en cuanto que la divinidad regula cada una de las cosas: se trata de un concepto adecuado para expresar el dogma cristiano. Se puede registrar una amplia convergencia entre los estoicos y los cristianos en la visión del hombre como centro del cosmos. En relación con el matrimonio, cuya justificación está solo en el fin procreativo, el estoicismo parece más radical aún que la Biblia: se excluye el placer aislado de la procreación, dado que hay que desarraigar todo tipo de pasiones. Todos estos conceptos, presentes en los estoicos Epicteto, Lucano, Séneca, aparecen en los cristianos Justino, Atenágoras, Minucio Félix y Clemente de Alejandría, hasta algunas notables coincidencias con Juan Crisóstomo. Pero las convergencias a menudo son solamente exteriores; y cuando Tertuliano reconoce «Seneca saepe noster", o cuando Jerónimo dice que «Stoici nostro dogmati in plerisque concordant », quieren aludir al uso de unas categorías idénticas de pensamiento, pero no ciertamente a una equivalencia en los contenidos doctrinales.

 G. Bove

 

 BibI.: C. Tibiletti, Estoicismo y los Padres,  en DPAC, 1, 780-783; E, Elorduy El estoicismo, 2 vols., Gredos. Madrid 1972; J Bergua (ed.), Los estoicos, Ed. Ibéricas. Madrid 1963.