DEUTERONOMIO
VocTEO
 

El Deuteronomio es el último de los cinco libros del Pentateuco. En hebreo se le indica con las palabras iniciales él Haddevarfm («éstas las palabras"), En griego se le llama Deuteronomio ( « segunda ley ») , traducción imperfecta del pasaje de Dt 17 18, en el que se ordena al rey que haga para su uso personal una «copia de esta ley», no ya una segunda ley aun cuando «segunda ley» indica el argumento del libro, que es una nueva proposición de la antigua ley mosaica.

- El Deuteronomio está organizado en torno a varios discursos puestos en labios de Moisés poco antes de llegar a la tierra prometida (1,1-5). Después de la peregrinación a través del desierto, Israel guiado por Moisés, llegó a las estepas de Moab y empezó a prepararse para atravesar el Jordán y tomar posesión de Palestina. Ésta es la situación de fe y de vida en que Israel tiene que escuchar en todo tiempo la palabra de Moisés. En el primer discurso ( 1,64,40), introductorio, el Legislador evoca una vez más los acontecimientos desde el Sinaí hasta el momento actual, y pasa luego a exhortar a la observación de la ley. Tras dos noticias de carácter histórico (4,41-43) viene un segundo y largo discurso (4,44-26,19), donde Moisés recuerda de nuevo la ley del Sinaí (Horeb), propone de nuevo el decálogo, se detiene en exhortaciones y advertencias y finalmente presenta el código central (cc. 12-26), que contiene la legislación moral y religiosa. Es la parte más importante del libro, el llamado «código deuteronómico», el «libro de la ley» encontrado en los tiempos del reinado de Josías (cf. 2 Re 22-23), cuyo núcleo se refiere a la ley centralizada en el culto.

En los capítulos 27 y 28 Moisés ordena que -una vez pasado el Jordán- se promulgue la Torá. Sobre todo pronuncia las bendiciones para todos los que la observen y las maldiciones para los transgresores. En los capítulos 29 y 30 Moisés dirige sus últimas palabras a Israel y pasa el testigo a Josué. Es su tercer discurso. Los capítulos 31-34 contienen trozos narrativos, que sirven de marco respecto a los Últimos sucesos de la vida de Moisés, con respecto a la elección de Josué como sucesor y las disposiciones testamentarias para Israel. Finalmente, el Legislador reúne a los ancianos del pueblo, pronuncia su célebre cántico, contempla desde lejos la Tierra prometida, bendice a Israel, muere y es sepultado .

La estructura externa del Deuteronomio se basa evidentemente en la ficción literaria del testamento, que es común en la Biblia. Recordemos el código legal de los capítulos 12-26, que contiene tradiciones que se desarrollaron en el reino del Norte, recogidas sobre todo por sacerdotes y levitas que actuaban en los santuarios del reino de Israel, especialmente en Siquén, y reelaboradas en Jerusalén despuéS del 721 , con añadidos y modificaciones referentes sobre todo a la unificación y centralización del culto. Es un cuerpo precioso de leyes que reúne fecundas tradiciones teológicas y espirituales, además de jurídicas, emparentadas con la corriente elohística y el movimiento profético (cf. Oseas). Promulgado por Josías (622), sirvió a la causa de la reforma religiosa inspirada por Jeremías, en función de la restauración de la unidad político-institucional de la nación. A este cuerpo legislativo central se le añadieron luego los capítulos 1-4.5-11 y 28ss.

La elaboración definitiva del libro tuvo lugar despues del destierro y en la perspectiva del mismo y hace recordar a la escuela o corriente teológica del Deuteronomista, responsable igualmente de la redacción del gran cuerpo narrativo que va del libro de Josué al Segundo libro de los Reyes. El Deuteronomio es un texto legislativo y profético-parenético juntamente. Esto explica su estilo inconfundible, convincente y persuasivo, con continuas transiciones del "tú" al «vosotros», con un tono de peroración elevado, siguiendo el ritmo con la repetición de locuciones corrientes, que ponen de manifiesto el corazón de la ley y los contenidos que la inspiran: la elección, la alianza, el amor de Yahveh que habita en medio de Israel, y al que Israel tiene que devolver su amor y seguir observando la Torá.

El vocabulario no es abundante, pero apropiado. Los contenidos teológicos del Deuteronomio se colocan en el centro de la tradición y de la fe yahvista y señalan una fase de maduración teológico-sapiencial en torno a unos cuantos temas básicos: el monoteísmo como afirmación de la trascendencia, unicidad y soberanía de Dios sobre el mundo y dentro de la historia; la alianza como elemento constitutivo de las relaciones histórico-comunitarias entre Yahveh y su pueblo; la ley como revelación de la voluntad del Dios del éxodo, de su palabra que da la vida. El impacto del Deuteronomio sobre la experiencia de fe posterior es decisivo. Se le cita mucho en el Nuevo Testamento, sobre todo en el evangelio de Mateo y en la carta a los Hebreos. Pablo le debe la teología de la gratuidad de la elección divina y de la gracia salvífica; y Juan, la concepción central del amor como realidad íntima de Dios.

Y. Gatti

 

Bibl.: R. E. Brown, Deuteronomio, Mensajero/Sal Terrae, BilbaolSantander 1969. F García López, El Deuteronomio, una ley predicada, Verbo divino, Estella 1989; Í~., El decálogo, Verbo Divino, Estella 1994,