Santa Sede

Juan Pablo II: La Navidad del Jubileo será "especial"

Cómo vivir estas fiestas desde una dimensión cristiana

CIUDAD DEL VATICANO, 20 dic 2000 (ZENIT.org).- La Navidad, que ya toca a las puertas, será una Navidad muy "especial", advirtió esta mañana Juan Pablo II. Será "la Navidad de los dos mil años de Cristo: un "cumpleaños" importante".

El pontífice, en su última audiencia general del año 2000, al encontrarse con veinte mil peregrinos, que animaron el encuentro con gaitas y violines, ilustró el misterio que revivirán en estos días los millones de cristianos esparcidos por todo el planeta: "En una mísera gruta, contemplamos a un Dios que por amor se hace niño".

El pontífice no cayó en el tópico de criticar el consumismo típico de estos días, fue mucho más allá: "El gran Jubileo, que estamos celebrando --dijo--, nos invita a abrir el corazón a quien nos abre de par en par las puertas del Reino de los cielos".

La condición 
Esta es, por tanto, según el Papa la auténtica Navidad: Dios que viene a nuestros corazones. Una experiencia que requiere una condición indispensable: "una actitud de oración intensa y confiada".

La consecuencia 
Ahora bien, si los cristianos acogen de verdad a Cristo en su interior, el mundo necesariamente tendrá que cambiar, añadió Juan Pablo II: "Hacerle espacio en nuestro corazón exige un serio compromiso para convertirse a su amor".

Cristo da "a quien le acoge la alegría; a los pueblos la reconciliación y a la paz". Por eso, concluyó, la Navidad debe reavivar en cada cristiano "la voluntad de convertirse en un constructor activo y valiente de la civilización del Amor".


25 millones de peregrinos han visitado Roma en el Jubileo

Han contado con la asistencia de 70 mil voluntarios

ROMA, 19 dic 2000 (ZENIT.org).- 24,2 millones de turistas y peregrinos han visitado Roma con motivo del año santo que concluye el próximo 6 de enero.

Para las autoridades de Roma ha llegado, pues, el momento de hacer un balance del Jubileo con sus 3.400 eventos entre celebraciones religiosas y otras manifestaciones, 70 mil voluntarios movilizados.

Se trata de datos que se acercan bastante a las previsiones hechas hace ya varios años, cuando comenzó a operar la Agencia Romana para el Jubileo, una empresa cuyos accionistas son instituciones públicas de Italia.

Entre las actividades realizadas por esta agencia, cuyos directivos se encontraron hoy con al prensa, destaca el trabajo de la Sala de Control, auténtico centro operativo de la ciudad para canalizar esta invasión humana; el plan de adaptación del área de Tor Vergata, en donde se celebraron las Jornadas Mundiales de la Juventud con la participación de 2 millones de jóvenes en agosto; la Sala de Prensa, donde han trabajado los periodistas venidos especialmente a Roma para cubrir el evento de manera permanente o esporádica; y la organización de los voluntarios que han asistido a los peregrinos.

El trabajo de esta última división de la Agencia ha sido uno de los más innovadores. Según ha explicado hoy su director, Donato Mosella, el Centro del Voluntariado del Jubileo ha coordinado a 69.273 voluntarios. Otras 32 mil personas habían dado su disponibilidad para dar una mano a los peregrinos; ahora bien, se quedaron en lista de espera pues sus servicios no fueron necesarios.

Los voluntarios han cubierto unos 400 eventos por un total de 47.440 misiones de servicio.


Mensaje de la Santa Sede a los musulmanes al final del Ramadán

El cardenal Arinze insiste en el deber de "educar en el diálogo"

CIUDAD DEL VATICANO, 19 dic 2000 (ZENIT.org).- Educar en el diálogo es un deber de los cristianos y de los musulmanes. Lo afirma con claridad la Santa Sede en el mensaje que ha enviado a los creyentes en el mensaje del profeta Mahoma con motivo del final del Ramadán.

"Vuestro ayuno con los aspectos y las modalidades que lo caracterizan, participa de una práctica común al cristianismo y a otras religiones. Por lo tanto, este mes constituye un tiempo propicio durante el cual nosotros, cristianos y musulmanes, recordamos "los lazos espirituales que nos unen", según palabras de Juan Pablo II", explica el cardenal Francis Arinze, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en el mensaje enviado con motivo de la fiesta del Id al-Fitr.

El hombre a quien Juan Pablo II ha encomendado el diálogo oficial con las religiones (a excepción de las cristianas y del judaísmo), recuerda: "Las Naciones Unidas han proclamado el 2001 como "Año Internacional del Diálogo entre las Civilizaciones". Brindará la ocasión de reflexionar sobre los fundamentos del diálogo, sobre sus consecuencias, sobre los beneficios que de él podrá obtener la humanidad".

De este modo, la misiva vaticana retoma el tema del Mensaje de Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Paz del año 2001 (1 de enero), que lleva por tema precisamente "Diálogo entre las culturas para una civilización del amor y la paz".

"El diálogo de las religiones, el diálogo de las civilizaciones, el diálogo de las culturas, ¿no son, quizás, encuentros de hombres que edifican una civilización del amor y de la paz?", se pregunta Arinze y responde: "Cada uno de nosotros está llamado a favorecer estos diálogos en sus diferentes aspectos de modo que se puedan apreciar los valores de las otras culturas y de las otras religiones".

En particular el cardenal Arinze propone a los musulmanes insistir en la educación en el diálogo de los jóvenes: "El acompañamiento que se da a lo largo de los caminos de la vida deberá tomar en consideración esa preparación necesaria para vivir en una sociedad de pluralismo étnico, cultural y religioso".

"Una educación así entendida nos pide, en primer lugar, que ampliemos nuestra propia visión abriéndola a una perspectiva cada vez más amplia, que nos permita mirar más allá de nuestro país, de nuestra etnia, de nuestra tradición cultural y que considere la humanidad como una familia, en su diversidad y en sus comunes aspiraciones", explica el cardenal nigeriano

"Es una educación a los valores fundamentales de la dignidad humana, de la paz, de la libertad y de la solidaridad. Inspira el deseo de conocer a los demás, de ser piadosos con ellos, de comprender los sentimientos más profundos que los animan. Educar en el diálogo significa suscitar la esperanza de que es posible resolver las situaciones de conflicto mediante un compromiso a nivel personal y colectivo", concluye.


La Santa Sede ratifica la libertad para la Iglesia en Eslovaquia

Encuentro del Papa con el presidente Rudolf Schuster

CIUDAD DEL VATICANO, 19 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha auspiciado un "profundo espíritu de colaboración constructiva" entre la República de Eslovaquia y la Iglesia católica, al ratificar ayer el concordato firmado por ese país y la Santa Sede.

La ceremonia de ratificación tuvo lugar en el Vaticano y contó con la presencia del presidente eslovaco, Rudolf Schuster.

Con este acuerdo entre la Iglesia y el Estado, subrayó Juan Pablo II durante una audiencia concedida al mandatario, "comienza una nueva etapa en la relaciones recíprocas entre la Santa Sede y la República Eslovaca".

Tras los años del comunismo, añadió, la Iglesia goza ahora de libertad --y el acuerdo viene a ratificarlo-- para "cooperar junto a las demás fuerzas vivas de la sociedad en el bien espiritual y material de la persona y con el bien común".

El Concordato prevé perspectivas de colaboración para la formación de los jóvenes, algo en lo que quiso insistir particularmente el Papa en su encuentro con la delegación eslovaca.

Tras el final de la represión sufrida bajo el régimen comunista, la Iglesia cuenta en la República Eslovaca con 160 nuevas escuelas católicas y cien nuevos sacerdotes ordenados en la última década.

Eslovaquia, república situada en el corazón de Europa, cuenta con 5.392.982 habitantes. Según las estadísticas, el 63,7% son católicos. Los ciudadanos que no se identifican con ninguna religión son el 9,7%, mientras que los protestantes son el 8,4%. Cuenta también con un 4,1% de ortodoxos griegos o rusos. Las estadísticas oficiales engloban con la voz "otros" al 14,1% de la población.

Eslovaquia se separó pacíficamente de la República Checa el 1 de enero de 1993.


El Papa prepara para marzo la beatificación más numerosa de la historia

233 mártires de la persecución religiosa en España

CIUDAD DEL VATICANO, 18 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II firmó hoy el decreto con el que reconoció el martirio de 102 mártires de la persecución religiosa que tuvo lugar en España en los años treinta.

Todos ellos serán beatificados el próximo 11 de marzo junto a otros 116 ya aceptados en diciembre del pasado año y a los 15 aprobados en fechas anteriores. En total, serán 233.

La beatificación de los mártires será la más numerosa en la historia de la Iglesia católica, según ha indicado hoy a la agencia católica AVAN, el vicario episcopal de Valencia en Roma, monseñor Vicente Cárcel Ortí.

El mismo Cárcel Ortí constata que la cifra de 233 mártires constituye el 20 por ciento de todos los beatos que --mártires o no-- han sido elevados a los altares durante los 22 años de pontificado de Juan Pablo II.

Entre los futuros beatos hay 42 laicos de Valencia, lo que demuestra, según dijeron fuentes de esa arquidiócesis, que se trató de una "verdadera persecución religiosa, que fue mucho más allá de los curas y de las monjas".

Según los cálculos de la Iglesia española, durante las "persecuciones religiosas" ocurridas en los años de la Segunda República Española y durante la Guerra Civil fueron asesinadas en todo el país unas diez mil personas, entre sacerdotes, religiosas y laicos.

Todos los mártires reconocidos hoy fueron asesinados en 1936, en los primeros meses de la guerra civil española. La documentación recogida ocupa, según los promotores de las causas, más de 4.000 páginas.

Hasta ahora, Juan Pablo II ya ha beatificado a 230 mártires de la persecución religiosa española que tuvo lugar entre la revolución de Asturias (1934) y la guerra civil (1936-1939). El pasado año canonizó a diez de ellos, que se convirtieron en los primeros asesinados en esos convulsos años que alcanzan la santidad.


Cuatro nuevos santos y 103 nuevos beatos reconocidos hoy por el Papa

Constata las virtudes heroicas de 7 religiosos, incluida una nicaragüense

CIUDAD DEL VATICANO, 18 dic 2000 (ZENIT.org).- En presencia de Juan Pablo II, se celebró esta mañana en el Vaticano la promulgación del reconocimiento de 102 mártires asesinados por odio a la fe durante la persecución religiosa en España.

Al mismo tiempo, el Papa reconoció la santidad de vida de cuatro beatos que pronto serán canonizados, se trata de tres religiosas (una italiana, una francesa y una alemana) y de un obispo italiano. Con la aprobación dada hoy por el Papa también será beatificada una fundadora canadiense.

Asimismo, la Santa Sede, en la misma ceremonia, reconoció las virtudes heroicas de siete siervos de Dios que de este modo dan un paso decisivo hacia la beatificación (para la que sólo les quedará el reconocimiento de un milagro).

En su saludo dirigido al Santo Padre, el arzobispo José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos, se refirió "al martirio histórica y teológicamente certificado" de los 102 sacerdotes, religiosos y laicos, que la arquidiócesis de Valencia ha podido individuar entre más de mil "testigos de la fe".

"Lo que impresiona en este grupo de mártires --explicó en este sentido-- es su extraordinaria fortaleza, su profunda formación religiosa, su mansedumbre, su capacidad de perdón, la disposición gozosa para el martirio, hasta el punto de suscitar incluso estupor entre sus perseguidores que dieron pruebas de una ferocidad increíble y sin el más mínimo de humanidad".

Entre los nuevos modelos de santidad propuestos por la Iglesia, el arzobispo Saraiva Martins presentó al beato Giuseppe Marello, obispo de Acqui (Italia), quien en tiempos del Concilio Vaticano I "comprendió el deber de oponerse con decisión al materialismo, a la masonería, al anticlericalismo que entonces imperaban". Instituyó la Congregación de los Oblatos de San José, confiándolos "con un especial mandato de fidelidad al Papa, el compromiso de un intenso apostolado al servicio de toda la Iglesia".

Los expertos de la Congregación para los Santos han constatado tres milagros atribuidos a la intercesión de las beatas Teresa Eustochio, italiana (1801-1852), fundadora del Instituto de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús; de Francesca Salesia, francesa, (1844-1914), fundadora de la Congregación de las Religiosas Oblatas de San Francisco de Sales y de María Crescenzia, alemana (1682-1744), religiosa de la Tercera Orden Regular de San Francisco.

Otro milagro constatado atribuido a su intercesión, abre las puertas de la beatificación a Emilia Tavernier, canadiense, (1800-1851), viuda, fundadora de la Congregación de las Religiosas de la Providencia de Montreal.

Por último, la Iglesia ha reconocido hoy las virtudes heroicas de siete religiosos, hombres y mujeres. Se encuentran ya, por tanto, en la antesala de la beatificación, según establece el riguroso proceso establecido por la Santa Sede.

Cinco son religiosas. Entre ellas se encuentra una nicaragüense, María Romero Meneses, (1902-1977), religiosa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; de la mexicana Liberata del Sagrado Corazón de Jesús, su nombre de pila era Liberata Orozco Santa Cruz, (1834-1926), fundadora de la Congregación de las Religiosas Franciscanas de Nuestra Señora del Refugio; de la española, María Pilar Izquierdo Albero, (1906-1945), fundadora de la Obra Misionera de Jesús y María; de la italiana María Candida de la Eucaristía (1884-1949), carmelita descalza; Sanzia Szymkowiak, polaca, (1910-1942), religiosa de la Congregación de la Bienaventurada Virgen María Dolorosa.

Los dos religiosos a quienes la Iglesia ha reconocido las virtudes heroicas son Vendelino Vosnjak, esloveno, (1861-1933), sacerdote de la Orden de los Frailes Menores y Giuseppe Ghezzi, italiano, (1872-1955), de la Orden de los Frailes Menores.


Juan Pablo II critica la Carta Europea de Derechos Fundamentales

Recientemente aprobada en la cumbre de Niza

CIUDAD DEL VATICANO, 17 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha dado un suspenso a la Carta Europea de Derechos Fundamentales, recientemente aprobada en la cumbre de la Unión Europea, celebrada en Niza el 7 de diciembre, porque "niega a Dios y a la familia".

Interviniendo ayer por la mañana con un mensaje en el simposio que recuerda los 1.200 años de la coronación de Carlomagno, el pontífice afrontó el reciente compromiso de la Unión Europea de formular una Carta de Derechos Fundamentales para sintetizar, en el inicio del nuevo milenio, los valores fundamentales en los que debe inspirarse la convivencia de los pueblos europeos.

En este sentido no escondió su "desilusión por el hecho de que no se haya incluido en el texto de la Carta ni siquiera una referencia a Dios, en el que está, por otra parte, la fuente suprema de la dignidad humana y de sus derechos fundamentales".

"No se puede olvidar --insistió Juan Pablo II-- que fue la negación de Dios y de sus mandamientos la que creó en el siglo pasado la tiranía de los ídolos, expresada en la glorificación de una raza, de una clase, del Estado, de la nación, del partido, en lugar del Dios vivo y verdadero. Justamente a la luz de las desventuras derramadas sobre el siglo XX se comprende que los derechos de Dios y del hombre se afirman o caen juntos".

Subrayó que, "a pesar de los muchos nobles esfuerzos, el texto elaborado para la "Carta Europea" no ha satisfecho las justas expectativas de muchos. Podía, en especial, resultar más valiente la defensa de los derechos de la persona y de la familia. Es en efecto más que justificada la preocupación por la tutela de los derechos, no siempre adecuadamente comprendidos y respetados. En muchos estados europeos están amenazados, por ejemplo, por la política favorable al aborto, legalizado casi en todas partes, por la postura cada vez más posibilista respecto a la eutanasia y, últimamente, por ciertos proyectos de ley en materia de tecnología genética no suficientemente respetuosos por la cualidad humana del embrión. No basta enfatizar con grandes palabras la dignidad de la persona, si esta es luego gravemente violada por las mismas normas del ordenamiento jurídico".

El Santo Padre concluyó afirmando: "En la búsqueda de su identidad, Europa no puede prescindir de un enérgico esfuerzo de recuperación del patrimonio cultural dejado por Carlomagno y conservado a lo largo de más de un milenio. La educación en el espíritu del humanismo cristiano garantiza la formación intelectual y moral que forma y ayuda a la juventud a afrontar los serios problemas suscitados por el desarrollo científico-técnico. En este sentido, también el estudio de las lenguas clásicas en las escuelas puede ser una válida ayuda para introducir a las nuevas generaciones en el conocimiento de un patrimonio cultural de inestimable riqueza".


Santa Sede y Haider, un escándalo inexistente

Instrumentalizada la entrega del árbol navideño del político austríaco

CIUDAD DEL VATICANO, 17 dic 2000 (ZENIT.org).- La entrega del árbol navideño que despunta en el centro de la Plaza de San Pedro ha estado lamentablemente acompañada por la polémica y algunas manifestaciones callejeras.

Diversas instancias políticas, así como ideologías contrapuestas han tratado de transformar la visita del gobernador de la región austríaca de la Carintia, Jörg Haider, nacionalista y contrario a la inmigración, en un escándalo para la Santa Sede.

Ahora bien, la elección de la Carintia como donante del árbol para la Navidad 2000 fue hecha hace tres años, cuando el gobernador era Christof Zernatto.

Como ha explicado en una entrevista a un diario italiano el secretario de Estado cardenal Angelo Sodano: "Hay que distinguir entre el error y el que yerra. (...) La Carintia es una gran región de profunda religiosidad. Llega una delegación con el obispo, con el gobernador. Está el alcalde de Klagenfurt, hay autoridades académicas de las universidades, además de numerosos representantes locales. Miremos con qué serenidad han pasado por Roma delegaciones de todas las tendencias. He visto con profunda edificación cómo el pueblo romano ha rendido honores a los parlamentarios de todos los partidos, de todas las tendencias, jefes de Estado de todas las formaciones que han venido al Vaticano durante el Jubileo de los parlamentarios y de los políticos".

El secretario de Estado se refería a visitas como las de Fidel Castro al Papa.

Pero lo que es más significativo es que un día antes de que Jörg Haider llegó a Roma, el Santo Padre presentó su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz en el que condena la xenofobia y el racismo, al que pueden conducir las "estrecheces de espíritu" de quien cultiva "el sentido de pertenencia con tonos de autoexaltación y de exclusión de la diversidad".

El Santo Padre aprovechó un breve encuentro con la delegación de la Carintia, que tuvo lugar ayer, para subrayar el mensaje espiritual de la Santa Navidad.

Recibiendo a los 250 delegados de la región austríaca, al obispo Egon Kapellari, a todos los miembros de la nutrida delegación, presente el gobernador federal Jörg Haider, el Papa pronunció un discurso preñado de simbolismo navideño y, en especial, mencionando especial el significado profundo del árbol.

"Ya en mi patria amaba a los árboles", dijo el Pontífice. Y la visión del árbol en la plaza le trajo a la memoria las palabras de un poeta que considera los árboles como émulos de los predicadores, portadores de un "mensaje profundo".

"No predican doctrinas y recetas --ha citado el Papa-- sino que anuncian la ley fundamental de la vida".

Vida que el árbol, con sus cambios estacionales representa bien y cuenta su misterio "en la floración de la primavera, en la madurez del verano, en los frutos del otoño y en el morir del invierno".

"Por esto lo hombres desde los tiempos antiguos --observó Juan Pablo II-- han tomado la imagen del árbol para reflexionar sobre las preguntas principales de la vida".

La delegación de Carintia llegó ayer por la mañana al Vaticano poco antes de las 11, procedente del cercano Hotel Columbus de la Vía de la Conciliación, cerrada al tráfico, y bajo un sol luminosísimo que daba vida a los 33 metros del abeto austríaco, cuya oferta a la Santa Sede --ha subrayado Juan Pablo II-- había sido acordada hace tres años.

Justamente los símbolos del nacimiento y del árbol de Navidad, considerados en su conjunto, han sido la ulterior fuente de inspiración del Papa.

La costumbre de ponerlos uno junto al otro en las casas --dijo el Papa-- alude a la imagen del paraíso, del árbol de la vida, junto a la del árbol del conocimiento del bien y del mal. Recuerda la imagen del Adán de la creación y del nuevo Adán, Cristo, cuya vida se encierra entre el pesebre y la cruz. Arbol y nacimiento, por tanto, símbolos que casi condensan en sí la historia de la salvación.

"Del árbol del paraíso --concluyó Juan Pablo II-- vino la muerte, del árbol de la Cruz, resucitó la vida. Así el árbol pertenece al nacimiento, aludiendo a la Cruz, el árbol de la vida".

Al final de la audiencia, en la Sala Clementina, se distribuyó a las personalidades presentes una cincuentena de copias del mensaje del Papa para la próxima Jornada Mundial de la Paz. En el mensaje, publicado el jueves pasado con el lema "Diálogo entre culturas por una civilización del amor y de la paz", se incluye un llamamiento a la acogida de los inmigrantes y a rechazar la xenofobia.


Construidas ya 39 nuevas iglesias en Roma gracias al Concierto de Navidad

Ayer, la octava edición, tuvo sabor a fiesta universal

CIUDAD DEL VATICANO, 17 dic (ZENIT.org).- El VIII Concierto de Navidad, que tuvo lugar ayer en el Vaticano, tuvo sabor de fiesta universal.

Interpretando un villancico de apertura, se unieron las voces de un niño, un coro de gospel y otro de la renovación en el Espíritu, una orquesta, un grupo de percusionistas africanos y una banda de gaiteros irlandeses, representando a todos los continentes, al mismo tiempo que en el marco del Aula Pablo VI se proyectaban rostros de todas las razas, culturas y lenguas.

Fue un comienzo vibrante, muy aplaudido, que dio el tono de esta tradicional cita de Navidad, que lleva por lema "50 Iglesias para Roma 2000", pues los siete mil asistentes colaboraron con sus entradas y donaciones a construir iglesias para la diócesis de Roma. Son ya 39 las construidas, 10 están en construcción y 12 están en proyección.

El concierto empezó media hora más tarde porque uno de los coros de gospel quedó atrapado en el tráfico de Roma, siempre difícil en estos días navideños, pero agravado por una manifestación contra la presencia en la capital del gobernador de la Carintia (Austria), Jörg Haider.

El concierto de ayer presentó aspectos insólitos como la presencia y la interpretación de un villancico flamenco, "Noche de Luz", por parte del ídolo de la canción pop de gran parte de las quinceañeras de habla española, Alejandro Sanz. Otra nota exótica la dio el japonés Okura Shonosuke con la interpretación de una pieza de la más antigua forma de arte japonés, el "Noh". Muy aplaudida fue también la banda de gaiteros irlandeses New Ross & District Pipe Band que interpretaron una pieza para la fiesta de San Patricio.

En el concierto hubo una buena representación de cantantes y grupos italianos: Gigi D'Alessio, Nek, Syria, Tosca, los Pooh y el Coro de Niños "Ars Canto Giuseppe Verdi".

También fue nutrida la presencia de Estados Unidos con dos estupendos coros de gospel: New York PSRC Gospel Choir y The Original USA Gospel Singers, acompañados por la impresionante voz de la soprano Felicia Weathers.

Sorprendieron también Dee Dee Bridgewater, Dionne Warwick y Randy Crawford. Todos ellos interpretaron canciones navideñas.

A destacar la incorporación del público siguiendo el ritmo con palmas en la canción "O'Happy Day" del coro neoyorquino, y el canto alternado a dos voces, "The voice of Maria", con una pareja insólita: Dionne Warwick y el intérprete de música tradicional sarda Piero Marras, cantando cada uno una parte de la misma canción en su idioma. Fue otra experiencia de diálogo musical universal.

De Canadá, intervinieron Bryan Adams y el cantante de origen italiano Gino Vannelli. Asia estuvo representada, además de por el citado Shonosuke, por la cantante indonesia Anggun, que interpretó su conocida "Still Reminds me", así como la canción navideña "Have Yourself a Merry Little Christmas". Africa en cambio sólo contó con una breve presencia al inicio del grupo Sunu Africa.

Las actuaciones tuvieron como fondo la proyección de imágenes de obras de arte navideñas y de iglesias famosas en todo el mundo, recordando la finalidad del concierto. Dirigió el encuentro Cristiana Parodi, conocida presentadora italiana, y el acompañamiento musical fue realizado por la Orquesta Sinfónica Italiana, dirigida por el maestro Renato Serio, así como por el Coro de la Renovación en el Espíritu y los niños de "Ars Canto Giuseppe Verdi".

Durante el concierto se ofrecieron escenas de la audiencia concedida por el Santo Padre a los intérpretes, organizadores y patrocinadores del Concierto. Juan Pablo II tuvo para ellos unas palabras de agradecimiento, los saludó personalmente y, al final, impartió la bendición apostólica, extensiva a los asistentes, a quienes agradeció su colaboración, y a los televidentes.

El broche de oro a esta noche de anticipada fiesta navideña lo puso la interpretación de "Happy Christmas" por parte de todos los intérpretes.


El Papa "la democracia no se impone ni se improvisa", exige "educación"

Recibe al nuevo embajador de Croacia ante el Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, 15 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pidió esta mañana que "se asegure la libertad y la democracia de todas las naciones de Europa, ya sean grandes o pequeñas" al recibir al nuevo embajador de la República de Croacia ante el Vaticano.

"Este es el camino que lleva hacia un futuro de paz estable y de un auténtico desarrollo, en beneficio no sólo de Europa", aclaró el Santo Padre en su discurso pronunciado durante la ceremonia de presentación de cartas credenciales ante el embajador Franjo Zenko (Zagreb, 1931), un filósofo prestado a la política después de que su país proclamara su independencia en 1992.

"La democracia --recordó el Papa-- no se impone ni se improvisa, al contrario, exige educación y apoyo. Esto requiere un crecimiento constante de la conciencia civil y social y una ininterrumpida participación de todos los componentes del país en la construcción del bien común, teniendo siempre presente la verdad sobre el hombre y la mujer creados por Dios a su imagen y semejanza".

Por eso, al dirigirse al representante de este país situado en la línea divisoria de Europa Oriental y Occidental, que en 1998 contaba con 4.671.584 de habitantes, el 76,5% católicos, Juan Pablo II consideró que "la democracia exige que las estructuras del Estado sean puestas al servicio de todos los ciudadanos, no sólo de algunos grupos y que se desarrolle un diálogo estable entre todos los componentes políticos y sociales en la búsqueda compartida del bien común en el respeto de todos y cada uno".

Según el obispo de Roma, "quien está llamado a servir la comunidad debe tener como referencia en toda circunstancia los principios éticos y las normas morales sobre las que debe apoyarse la sociedad".

Por último, el Papa confirmó que "la Iglesia, por su parte, permaneciendo en el ámbito que le compete, no dejará de ofrecer su contribución, especialmente dando testimonio de esos valores que por su naturaleza no están sometidos a la mutación de las circunstancias sociales e históricas, pues hunden sus raíces en la realidad misma del hombre".


Cierra Chernobyl: Juan Pablo II, "un signo de esperanza"

Aplaude el cierre de la planta nuclear en Ucrania

CIUDAD DEL VATICANO, 15 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que el cierre de la tristemente famosa central nuclear de Chernobyl (Ucrania) constituye un paso significativo "hacia la paz".

El 26 de abril de 1986, a las 4 de la mañana, una tremenda explosión en las instalaciones atómicas provocó muerte y destrucción a su alrededor. Fue el accidente nuclear más grande de la historia. Catorce años después, el gobierno ucraniano ha decidido cerrar la central, en virtud de los compromisos internacionales asumidos en conformidad con el Memorándum de Ottawa en 1995.

Con este motivo, el Santo Padre ha enviado un mensaje al presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, en el que se une a "todos aquellos que en su país y en todo el mundo ven con satisfacción este significativo gesto".

El pontífice, que visitará este país de mayoría ortodoxa el mes de junio próximo, considera que "En este año jubilar, en el que celebramos los dos mil años del nacimiento de Cristo, el Salvador del hombre, es alentador que su país haya dado un paso significativo hacia la paz, ofreciendo así a sus conciudadanos del mundo entero un signo de esperanza para un mundo más seguro y fraterno".

El cierre de la central --afirmó hoy en una rueda de prensa en Roma Nina Kovalska, embajadora de Ucrania ante la Santa Sede-- es para el pueblo ucraniano un símbolo de esperanza". Pero añadió, "no tendrá efectos inmediatos".

El cierre de la central, explicó la embajadora, requiere "un proceso tecnológico sumamente complicado que durará al menos treinta años. Podría decirse que no estamos más que al inicio". Luego tendrán que cerrarse los reactores, estabilizar el sarcófago (la capa de cemento que envuelve en estos momentos el reactor número 4 dañado por la explosión), buscarse una solución para los miles de personas que trabajan hasta hoy en la central y un proyecto para compensar la disminución de producción eléctrica del país.

Todo el proyecto es financiado por la Banca Europea para la Reconstrucción (BER) que ha destinado 769 millones de euros, de los cuales tan sólo "el 27% ha sido confirmado", constató la embajadora con algo de preocupación en su rostro.

Por eso, Kovalska pidió a la comunidad internacional que "mantenga los compromisos asumidos en el Memorándum de Ottawa" y advirtió: "Chernobyl no es un problema nacional, afecta a toda Europa".

Se han atribuido 3,4 millones de muertes desde 1986 a las radiaciones, aunque es casi imposible de calcular el número real de víctimas, pues hay que considerar las "muertes invisibles", dijo esta mañana la señora Kovalska.

"Decenas de miles de personas han caído enfermas tras los efectos de las radiaciones --añadió--. En el caso de los adultos, se han establecido estas consecuencias, pero después los niños han sufrido las consecuencias. En Ucrania se experimenta una elevada mortalidad infantil".

La agencia Reuters informaba hoy que uno de cada 16 ucranianos sufre problemas de salud vinculados al accidente, al igual que millones de personas en las vecinas Rusia y Bielorrusia.


El Papa participa en la meditación de Navidad de un fraile capuchino

El Padre Cantalamessa: La Trinidad no es un asunto académico, es vida

CIUDAD DEL VATICANO, 15 dic 2000 (ZENIT.org).- Al igual que muchos millones de cristianos, Juan Pablo II dejó momentáneamente a un lado sus preocupaciones en este viernes para escuchar la meditación de un fraile capuchino y prepararse así espiritualmente para la Navidad.

El padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia fue al grano: afrontó de lleno la realidad más importante para los cristianos, la Trinidad, misterio insondable, ciertamente, pero con el que el cristiano está llamado a entablar una relación de amor apasionado.

En la primera de las dos predicaciones de Adviento que pronunciará el capuchino en presencia del Papa y de la Curia Romana, profundizó en los horizontes que ha abierto a través de la historia la teología greco-oriental para sondar el misterio de la íntima unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu.

La unidad en el amor de Dios, añadió Cantalamessa es para nosotros un modelo, es decir, "un desafío y una conquista" ya sea para la vida de la Iglesia, para la vida social y para la vida de todos los días.

Algo que el gran apóstol de la historia del Cristianismo, san Pablo, enseñaba a los primeros cristianos, cuando les pedía traducir en la vida, en las propias comunidades, el vínculo que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

En concreto, el apóstol invitaba a los primeros cristianos a cargar mutuamente con el peso de la vida, para cumplir con el gran mandamiento dejado por Cristo. "El peso de los demás, ¿qué es?", se preguntó el fraile capuchino. "Son las enfermedades, son los límites, las cruces, así como los defectos y los pecados. Imitar a la Trinidad significa ensimismarse con el otro, ponerse en su pellejo --como se suele decir--, tratar de comprender y no de juzgar".

"En la Trinidad --añadió--, toda persona habla bien de la otra. ¡Cómo cambia, entonces, la atmósfera en una comunidad religiosa, en un cuerpo social, cuando se trata de imitar estos pensamientos!". Es verdad, reconoció, es un modelo que nunca se puede alcanzar, pero lo importante es "adentrarnos en este camino".

"¡Lo que hoy falta es poner este descubrimiento al alcance de la gente!", y constató con tristeza que en ocasiones la Trinidad se convierte en objeto de la teología académica. "¡Esta separación entre estudios y vida es deletérea!", exclamó.

"Está claro que si la Trinidad se convierte en un asunto de teólogos, acabará siendo marginada, y se podrá decir lo que afirmaba Feuerbach: "Dios es la proyección del hombre"".

Por tanto, concluyó el predicador del Papa, "es necesario hacer que este misterio pase a la vida, de manera que no sea sólo estudiado y rectamente formulado, sino vivido, adorado, gozado. Es necesario que los bautizados aprendan a "convivir" con la Trinidad".


¿Se puede hacer cine "católico"? Congreso Internacional en Roma

Opiniones enfrentadas de Lilliana Cavani y Krzysztof Zanussi

ROMA, 15 dic 2000 (ZENIT.org).- ¿Existe el cine "católico"? Un debate en torno a esta pregunta puso ayer el punto final a un Congreso Internacional de Estudios celebrado en Roma en vísperas del Jubileo del espectáculo.

El encuentro llevaba por tema "Juan Pablo II y el cine: un itinerario de fe y cultura, arte y comunicación". Fue organizado por el "Festival Tertio Millennio", celebrado en estos días en Roma, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Pontificia Salesiana.

Los directores Lilliana Cavani y Krzysztof Zanussi defendieron posiciones opuestas. El debate se inició tras la introducción del arzobispo John P. Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, quien definió al Papa como "un atento estudioso del cine que busca la chispa de lo divino en la experiencia humana y que ama profundamente a los artistas".

"Vengo de una cultura laicista", reconoció Lilliana Cavani, directora del filme "Francesco", sobre la vida de san Francisco de Asís, por el cual dice haber sido "etiquetada en cambio como la disidente católica". La directora, sin embargo, revelando un detalle hasta ahora inédito, cuenta que el 6 de enero de 1990 vio la proyección de esa película junto a Juan Pablo II en una pequeña sala privada.

"Lloró durante el filme y, de vez en cuando, me abrazaba. Ha sido mi espectador más atento y conmovido".

"Me auguro --añadió la directora de cine-- que nadie haga cine católico, no pueden existir estas etiquetas. Me viene a la mente la carta del Papa a los artistas: es bellísima. No pide a los artistas que sean buenos para hacer películas buenas, sino ser ellos mismos".

Krzysztof Zanussi, director polaco, no estaba de acuerdo. Para él el cine católico existe: "Un artista católico encuentra muchas puertas cerradas y se le mira con escepticismo por parte de los colegas y los festivales. No me lamento. No nos engañemos: no tenemos muchas posibilidades. Sin embargo, tenemos algo que proponer al mundo y debemos hacerlo aunque sepamos que esto hará que permanezcamos solos".

En el debate, que se ocupó también de comunicación en general, participaron el presidente de la productora Lux, Ettore Bernabei, y el director del "Corriere della Sera", el diario de mayor tirada de Italia, Ferruccio De Bortoli, quien subrayó que "el secreto fundamental de la comunicación es el respeto por el público. Juan Pablo II, al igual que Juan XXIII, nos ha enseñado a usar bien los medios de comunicación. Ha sabido emplear bien no sólo su cultura y su vida ascética sino también sus dotes de actor. La comunicación es también esto: emplear todo lo que uno es para dar lo mejor".

De Bortoli añadió que "el mensaje de Juan Pablo II en tantos años de pontificado, en su comunicación global y extraordinaria, comprendida también por quien no cree, es el de prestar más atención al hombre, poniéndolo en el centro".

Un discurso éste que vale, sobre todo, para "aquellos que están al margen y de los cuales incluso nosotros periodistas tenemos dificultad para dirigirnos porque están fuera del cono de luz de una cierta dictadura cultural imperante".


Juan Pablo II: A inicios de milenio, la paz exige diálogo entre culturas

Propuesta del Papa para resolver los conflictos nacionalistas y étnicos

CIUDAD DEL VATICANO, 14 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II propone el "diálogo entre las culturas" como condición indispensable para resolver los conflictos armados de origen nacionalista o xenófobo en su mensaje con motivo del Año Nuevo.

Poco tiempo después de que el mundo asistiera impotente a tres auténticos genocidios en tres continentes (Bosnia-Herzegovina, Ruanda y Timor Oriental), el pontífice toma papel y pluma para hacer presente la propuesta cristiana pensando también en otras regiones donde sigue derramándose sangre.

No entra en detalles, pero sus sugerencias bien pueden aplicarse ante todo al drama actual de Oriente Medio, así como en el País Vasco, Chiapas, Molucas, o la región africana de los Grandes Lagos, guerra continental esta última olvidada por el resto del mundo.

El lema que el Papa ha escogido para este año como meollo de su mensaje quiere servir de reflexión para los creyentes de otras religiones y para toda conciencia que no puede quedar indiferente ante la violencia. De hecho, se inspira en el tema escogido por la Organización de las Naciones Unidas para el año 2001, "Año internacional del diálogo entre las civilizaciones".

"No pienso que, sobre un problema como éste, se puedan ofrecer soluciones fáciles", reconoce desde un primer momento. Por eso, el mensaje pontificio afronta los "principios orientadores" que pueden dar vida al "Diálogo entre las culturas para una civilización del amor y la paz".

Los mil millones de católicos del planeta comenzarán el 1 de enero de 2000 de una manera significativa: cuando se reúnan en sus iglesias y capillas extendidas por todo el universo para celebrar la primera eucaristía del año, darán vida a la Jornada Mundial de la Paz, motivo por el cual el Papa envía su mensaje.

Patriotismo, no nacionalismo excluyente. El obispo de Roma constata la íntima relación que tiene el origen de una persona y su visión cultural, fragua en la que forja su sentido de la "patria", que "unas veces más y otras menos, tienen una configuración "nacional"".

"El amor patriótico es, por eso, un valor a cultivar, pero sin restricciones de espíritu --indica el Santo Padre--, amando juntos a toda la familia humana y evitando las manifestaciones patológicas que se dan cuando el sentido de pertenencia asume tonos de autoexaltación y de exclusión de la diversidad, desarrollándose en formas nacionalistas, racistas y xenófobas".

El antídoto. Para que la "pertenencia cultural no se transforme en cerrazón", el pontífice sugiere "un antídoto eficaz", "el conocimiento sereno, no condicionado por prejuicios negativos, de las otras culturas".

"Las diferencias culturales han de ser comprendidas desde la perspectiva fundamental de la unidad del género humano --añade--, dato histórico y ontológico primario, a la luz del cual es posible entender el significado profundo de las mismas diferencias. En realidad, sólo la visión de conjunto tanto de los elementos de unidad como de las diferencias hace posible la comprensión y la interpretación de la verdad plena de toda cultura humana".

Servilismo cultural. Ahora bien, el Papa alerta también ante el extremo contrario, "la servil aceptación de las culturas", en especial algunos "modelos culturales del mundo occidental que, ya desconectados de su ambiente cristiano, se inspiran en una concepción secularizada y prácticamente atea de la vida y en formas de individualismo radical".

"Por su destacado carácter científico y técnico, los modelos culturales de Occidente son fascinantes y atrayentes, pero muestran, por desgracia y siempre con mayor evidencia, un progresivo empobrecimiento humanístico, espiritual y moral", constata el sucesor de Pedro.

El diálogo como exigencia. Ante todos esos polvorines de violencia de corte nacionalista, étnico o xenófobo, que en los albores del milenio sacuden el planeta, el "diálogo entre las culturas surge como una exigencia intrínseca de la naturaleza misma del hombre y de la cultura", afirma el Papa.

"El diálogo --añade-- es un instrumento eminente para realizar la civilización del amor y de la paz". Por eso, recordando a Pablo VI que indicaba este objetivo "como el ideal en el que había que inspirar la vida cultural, social, política y económica de nuestro tiempo", concluye: "Al inicio del tercer milenio es urgente proponer de nuevo la vía del diálogo a un mundo marcado por tantos conflictos y violencias, desalentado a veces e incapaz de escrutar los horizontes de la esperanza y de la paz". 


El Papa no recibirá a Haider, recibirá al gobernador de Carintia

El líder austríaco podría ser reprendido por el pontífice

CIUDAD DEL VATICANO, 14 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II no recibe a Joerg Haider, recibe al gobernador de Carintia (Austria). Así de claro ha sido Joaquín Navarro-Valls, quien ha publicado una declaración en vísperas de la visita a Roma del polémico líder del Partido Liberal austríaco (FPOE).

Haider, hará entrega oficial a Juan Pablo II, el próximo 16 de diciembre en Roma del árbol de Navidad que en este año ha sido regalado precisamente por el Estado federado austríaco del que es presidente.

Navarro-Valls explica que el Vaticano nunca ha invitado explícitamente a Haider. La visita del presidente de la Carintia había sido acordada el 3 de diciembre de 1997, con el entonces gobernador del Estado, Christoff Zernatto. Mientras tanto, sin embargo, Haider ha llegado al poder en Carintia y, por tanto, según lo establecido, a él le corresponde hacer entrega del árbol de Navidad.

"Como ha sucedido en ocasiones anteriores --explica el portavoz vaticano--, la delegación de Carintia, una región de religiosidad profunda, será recibida durante la mañana por el Santo Padre".

Joerg Haider se ha hecho famoso por sus declaraciones xenófobas y, en el pasado, antisemitas. Tras las últimas elecciones austríacas, logró formar gobierno con el Partido Popular del canciller Wolfgang Schüssel, motivo por el cual la Unión Europea impuso sanciones a Austria, que ahora están siendo levantadas.

Navarro-Valls explica, además, que no se trata de un encuentro del Papa con Haider, sino de una simple audiencia de protocolo. "Como es sabido, las audiencias pontificias no se asemejan a los habituales encuentros entre Jefes de Estado o personalidades políticas --dice--. Se rigen únicamente por criterios pastorales. Esto da a los romanos pontífices la completa libertad de recordar a sus interlocutores el respeto de los valores humanos y cristianos, según una línea de conducta caracterizada por un diálogo constructivo y fecundo".

En pocas palabras, el obispo de Roma podría recordar a Haider las verdades de la doctrina social de la Iglesia.

Ayer, el portavoz vaticano aclaró en declaraciones retomadas por el segundo canal de la televisión pública italiana, que el Papa ha recibido en estos 22 años de pontificado a hombres como Fidel Castro, y no por eso nadie pensará que es comunista.

Ha sido el mismo Haider quien ha querido agudizar la polémica. Ayer declaró que Italia es un país demasiado liberal en políticas de inmigración (echándose encima a la opinión pública y provocando una reacción sumamente acertada del presidente de esa República, Carlo A. Ciampi) y afirmó que la Iglesia tiene políticas en esta materia cercanas a las suyas.

Joaquín Navarro-Valls ha respondido hoy en un encuentro con los periodistas, asegurando que estas afirmaciones del político austríaco son una "simplificación" y no "son correctas".

La tradición de colocar un árbol de Navidad en la plaza de San Pedro del Vaticano fue inaugurada por Juan Pablo II, en su primer año de pontificado. Numeroso países del centro y el norte de Europa han querido ofrecer un abeto al Papa como signo de cariño. En ocasiones precedentes, entregaba al pontífice este presente el presidente del país o de la región que hace el regalo. El año pasado lo hizo Vaclav Havel en nombre de la República Checa.


La Santa Sede pide solidaridad para los 22 millones de refugiados

Participa en el aniversario de los 50 años de ACNUR

ROMA, 14 dic (ZENIT.org).- Todavía hoy, en todo el mundo, una de cada 269 personas se ve obligada a dejar la propia casa a causa de guerras y persecuciones.

Para conmemorar aquel 14 de diciembre de hace cincuenta años, cuando la Asamblea General de Naciones Unidas decidía instituir el Alto Comisionado para los Refugiados, se celebró esta mañana una recepción en el Palacio Rospigliosi de Roma.

En el encuentro, intervino, en nombre de la Santa Sede el obispo Michael Louis Fitzgerald, secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, quien recordó el llamamiento hecho por el Papa el domingo pasado en ayuda a los refugiados.

"Este aniversario --explicó-- marca 50 años de experiencias y sufrimientos para millones de hombres, pero también de generosidad, de acogida y de nacimiento de nuevas esperanzas".

El Papa, el domingo pasado, antes de rezar el "Angelus", recordó este aniversario, subrayando que es "una fecha importante para muchos que, obligados a huir de los propios países a causa de la guerra o de la persecución, han encontrado en este Programa protección y asistencia".

Juan Pablo II dio también las gracias a "cuantos, hombres y mujeres, han ofrecido generosamente tiempo, inteligencia, y generosa disponibilidad incluso más allá de sus deberes de trabajo, para llevar ayuda a estos refugiados".

Hoy, los refugiados y otras personas bajo la competencia del ACNUR son más de 22 millones, dos veces más que hace tan sólo hace diez años.

En estos cincuenta años, ACNUR ha asistido a unos cincuenta millones de personas refugiadas en su mayoría fuera de sus fronteras nacionales. Cuenta con un presupuesto de 900 millones de dólares, que es considerado, sin embargo, como insuficiente por sus directivos.

Esta "máquina" humanitaria es movida por un engranaje de cinco mil empleados en 120 países, que en ocasiones tienen que afrontar situaciones de riesgo. Treinta colaboradores de este programa han sido asesinados a lo largo de su historia.

El mayor número de refugiados está en Asia, con 7,3 millones de civiles prófugos causados por conflictos armados. Más de 2,5 millones de afganos viven todavía en Irán, Pakistán e India. África cuenta con 6,2 millones de refugiados sobre todo burundeses, sierraleoneses, somalíes, sudaneses y angoleños.

En América del Norte son más de un millón, mientras que en América Latina y el Caribe hay 90.000. En Oceanía son 80.000.

Europa, con 7,2 millones de refugiados, ocupa el segundo lugar como tierra de asilo después de Asia y supera incluso a África. En un año, desde el 99 hasta hoy, los que no tienen patria en Europa han aumentado en un millón de personas. La distribución dentro de la UE no es homogénea. Se pasa de una relación de 20 refugiados por cada mil habitantes, en Suecia; a la situación de los países de la Europa meridional, donde hay menos de 5 refugiados por mil residentes.


Presentado en Roma el documental "Juan Pablo II, testigo del invisible"

Una síntesis en imágenes de 22 años de pontificado

ROMA, 14 dic (ZENIT.org).- "Juan Pablo II, testigo del invisible". Este es el titulo de un nuevo documental que ha sido presentado esta mañana en Roma.

Producido por el Centro Televisivo Vaticano y realizado por el periodista italiano Alberto Michelini, el programa pensado para la pequeña pantalla quiere presentar la figura del Papa, y su pontificado, como un viaje interior para testimoniar, ante los hombres y mujeres de nuestro tiempo, la presencia de Dios en nuestro mundo.

En un admirable ejercicio periodístico, el documental recoge los temas más importantes del pontificado de Juan Pablo II que han ido apareciendo en sus viajes y, al mismo tiempo, va presentando datos de su biografía. Una biografía marcada por su experiencia en regímenes totalitarios que han convertido a Juan Pablo II en un defensor de la libertad.

Los viajes, además, se convierten en una metáfora del viaje interior del pontífice. Abundan las imágenes del Papa en momentos de oración y contemplación, que ponen de manifiesto su riqueza interior y su capacidad para ver en las personas y en las situaciones los destellos del Trascendente.

Esta primera visión del documental contó con la presencia del realizador, Alberto Michelini, y del arzobispo estadounidense John P. Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.

El documental ha sido presentado en el marco del convenio internacional de estudio sobre "Juan Pablo II y el Cine" que hace de prólogo al Jubileo del mundo del espectáculo que se celebra estos días en Roma. Se trata de una iniciativa organizada por los Pontificios Consejos de Cultura y Comunicaciones Sociales, la Filmoteca Vaticana, la Revista Cinematógrafo y la Facultad de Comunicación de la Universidad Salesiana.

En el encuentro, se ha estudiado la relación entre espiritualidad y cine, debatiendo sobre la importancia de recuperar la presencia de valores en las producciones cinematográficas y televisivas.

Como conclusión práctica de este convenio, las instituciones participantes acordaron crear una fundación, con el nombre de Santa Lucía, para asistir, cada año, a 30 jóvenes para que desarrollen sus cualidades dentro del campo televisivo y cinematográfico