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POLÍTICA

 

RELIGIÓN Y POLÍTICA: EL PAPEL DEL CRISTIANISMO A DEBATE EN GRAN BRETAÑA

¿Deberían las Iglesias implicarse más en la vida pública y social en Gran Bretaña? Según el primer ministro, Tony Blair, la respuesta es sí. El pasado 29 de marzo, Blair habló ante el Movimiento Cristiano Socialista e hizo un llamamiento a las organizaciones humanitarias confesionales a que colaboren con el Gobierno en la promoción de la salud y el bienestar, según informó «The Guardian» el 30 de marzo

Los asistentes procedían de diversas organizaciones cristianas y no cristianas. El líder británico dijo a los representantes de estos grupos: «Vuestro papel, en el sector del voluntariado, trabajando en colaboración con el Gobierno central y local, es legítimo e importante, y donde tengáis el deseo y la capacidad de desempeñar un gran papel, con el apoyo de vuestras comunidades, deseamos veros hacerlo... deseamos que seáis nuestros colaboradores, no sustitutos. Deseamos emprender esta colaboración dondequiera que podamos».

La idea de una colaboración entre el Gobierno y las Iglesias para ayudar a resolver los problemas sociales fue propuesta recientemente en Estados Unidos por la nueva administración del presidente George Bush. En Gran Bretaña, tanto Blair como el líder del Partido Conservador de la oposición, William Hague, se han esforzado en conseguir el apoyo de los grupos religiosos para sus plataformas.

En su discurso, Blair admitió que el Partido Laborista ha sido a menudo muy receloso a la hora de incluir en sus listas a tales grupos, y mantuvo que había un «conjunto de valores equivocado y anticuado» que exigía una elección entre el estado y la ayuda voluntaria. También anunció que se está poniendo en marcha un grupo interconfesional, el Grupo de Lambeth, con el objetivo de ver cómo el Gobierno y los grupos religiosos establecen una gama de lo que describió como intereses compartidos.

Blair es uno de los líderes políticos religiosos más abiertos que Gran Bretaña ha tenido en los últimos años. Su mujer, Cherie Booth, es católica, y sus hijos acuden a colegios católicos. Antes, Tony Blair solía acompañar a la familia a la misa dominical.

Reacciones a la propuesta de Blair

Como sucedió en Estados Unidos, la propuesta de incrementar el papel de la religión en la vida pública ha provocado polémicas. Incluso antes del discurso, algunos miembros del Partido Laborista expresaron su oposición, tal como informaba la BBC el 25 de marzo, El ex líder parlamentario laborista Lord Hattersley dijo que «evangelizar» era peligroso y podía marginar a segmentos de la sociedad.

El «Daily Telegraph», en un artículo de opinión escrito por Daniel Johnson el 30 de marzo, fue más bien escéptico sobre el renovado entusiasmo de Blair por los valores religiosos. Según consideraba Johnson, las declaraciones de Blair tenían que ver más con la próximas elecciones que con cualquier tipo de fervor cristiano del líder laborista.

Además, Johnson afirmaba que «Tony Blair no es tanto un cristiano socialista cuanto un cristiano relativista», subrayando que el teólogo favorito recibido en Downing Street no es otro que el profesor Hans Küng. También indicaba que, poco después de llegar al poder, el Gobierno laborista recortó los privilegios fiscales de las organizaciones humanitarias reduciendo sus ingresos anuales en un 10%. Además, el Gobierno ha promovido con entusiasmo iniciativas tales como eliminar la sección 28, que prohibe que se haga publicidad de la homosexualidad en las escuelas, y ha aprobado recientemente la clonación de fetos humanos.

Si el conservador «Telegraph» se mostró hostil a la propuesta de Blair, también lo fue «The Guardian» de centro-izquierda. En su comentario sobre el discurso, este diario, en su edición del 30 de marzo, expresaba su temor a que la agenda religiosa pudiera limitarse a cuestiones pro-vida, bioéticas y familiares, en las que la posición de las Iglesias cristianas es, en muchos casos, «profundamente conservadora». Además, «The Guardian» opinó que la privatización de los servicios de bienestar social no funcionaría, sin ofrecer sin embargo ninguna evidencia que apoyara tal la afirmación.

Para el «Sunday Times», 1 de abril, el interés de los líderes políticos en la religión «surge de la profunda preocupación por los valores que guían a nuestra sociedad de consumo elevadamente individualista. Existe una creciente sospecha de que el secularismo, o vivir en un mundo sin sentido, puede ser un importante factor de nuestras elevadas tasas de delincuencia, familias rotas, depresión y suicidio».

Sin embargo el «Sunday Times» teme que las iglesias no sean capaces de ayudar a resolver esta situación en Gran Bretaña porque en comparación con Estados Unidos, el fervor religioso es mucho más débil y la Iglesia Anglicana -aún la religión «establecida»-, «es demasiado débil y apologética como para proporcionar un fuerte liderazgo moral; de hecho ella misma se ha secularizado ampliamente», afirmaba el periódico.

El «Sunday Times» también teme que las Iglesias, al cooperar con el Gobierno, se secularicen incluso más. Esta colaboración propuesta por Blair podría de hecho significar un control sobre las Iglesias por parte del Estado, y los «proyectos religiosos serían nacionalizados, perdiendo su independencia y libertad».

El «Sunday Times» también coincidía con el «Telegraph» en cuanto al relativismo religioso de Blair. En las respuestas a las cuestiones planteadas tras su intervención del otro día, el periódico indicaba que Blair dejaba claro que todas las religiones serían tratadas por igual. «Él parece creer en un nuevo tipo de ser humano, una amalgama global sin raíces, que encarna fraternalmente el amor y niega las diferencias fundamentales que nos dividen», observaba el periódico. Tal actitud «devaluará la ética judeocristiana en la que se basan los valores del país», sentenciaba el «Sunday Times».

El documento de los obispos católicos

La semana previa al discurso de Blair, la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales publicó una declaración subrayando algunos puntos que los fieles deben tomar en cuenta antes de votar en las próximas elecciones.

El documento, titulado «Votar por el bien común», está precedido de una declaración del cardenal Cormac Murphy-O'Connor, en la que indica que el compromiso de seguir a Cristo «nunca puede ser algo completamente privado, porque los mandamientos de amar a Dios y a nuestro prójimo van de la mano».

La intención de la declaración de los obispos, añade el cardenal, es ilustrar sobre el modo en que los miembros de la Iglesia ven a la sociedad y evaluar la actuación política. «No es un programa político y los católicos comprometidos se pueden encontrar con razón en todos los principales partidos políticos», declara la introducción.

Sigue una breve exposición de doctrina relativa a puntos clave: solidaridad, bien común, derechos humanos, familia, etc. Sobre temas bioéticos, la declaración es muy clara, observando que «un asunto de suprema importancia es el de la vida humana misma. El primero y más básico deber del estado democrático es proteger las vidas de todos los ciudadanos sin discriminación». Y aunque los obispos admiten que este tema no es el único a tomar en cuenta, juzgan que «una postura determinada sobre ciertos valores clave puede ser muy reveladora del conjunto de valores y prioridades de un candidato».

Entre las reacciones a la declaración, «The Times» (23 de marzo) comentaba que los obispos habían recibido críticas por tomar partido político, dado que es mucho más probable que los candidatos conservadores tengan una postura pro-vida que sus oponentes. Mientras que «The Guardian» (23 de marzo) se muestra bastante más hostil, indicando que «los grupos de defensa de la salud sexual de las mujeres reaccionaron airadamente» a la propuesta de que los católicos deberían votar contra los candidatos pro-aborto.

Las relaciones Iglesia-Estado siguen siendo un asunto difícil. Aunque muchos han sido críticos con el discurso de Blair, sería difícil negar la necesidad de una renovación de los valores morales en la sociedad británica, una de las más secularizadas de los países occidentales. Al mismo tiempo, la recepción hostil de las orientaciones de los obispos para el voto muestra la imposibilidad de dar gusto a todos cuando se trata de reconciliar religión y política. En conjunto, sin embargo, Gran Bretaña tiene mucho que ganar con una recristianización de la sociedad.



SOCIEDAD

 

JUEGO E INTERNET: NUEVOS PELIGROS PARA LOS JUGADORES

Los peligros que presentan los métodos tradicionales de juego se están multiplicando con los servicios on-line. Los problemas causados por las loterías, máquinas de póker y casinos son de sobra conocidos. Sin embargo, ahora cada hogar puede transformarse en un casino simplemente conectándose a Internet, y son muchos los que están cayendo como presas fáciles de las tentaciones ofrecidas.

El Gobierno australiano está preocupado por ello y propone una normativa, que se debate ahora en el parlamento federal, con el fin de evitar que las empresas locales ofrezcan servicios de este tipo. Según el «Sydney Morning Herald», 28 de marzo, los operadores telefónicos australianos están ganando millones de dólares mediante las apuestas domésticas vía Internet.

El Gobierno ya implementó una moratoria que evita que las empresas establezcan nuevas operaciones on-line antes el 19 de mayo. El ministro de Comunicaciones, el senador Richard Alston, admitió que su plan no detendría completamente a los australianos que desean jugar conectados a Internet, pero les obligará a ir a sitios extranjeros.

Como protección adicional, el senador Alston dijo que se pediría a los proveedores de servicios de Internet que ofrezcan a los clientes filtros que eviten el acceso a sitios de juego. Sin embargo, la prohibición no se aplicará a los proveedores de servicios de juego australianos que ofrecen tales servicios a quienes «residen físicamente en el extranjero», añadió Alston.

La expansión del juego vía Internet

La floreciente popularidad del juego vía Internet está captando la atención de muchos países. El «Wall Street Journal», 26 de marzo, informaba sobre el gran número de sitios disponibles en Gran Bretaña que permiten hacer apuestas sobre casi cualquier asunto imaginable. Los jugadores pueden ir a un sitio y apostar su dinero a qué reina de telenovela se casará primero. Otro sitio ofrece apuestas sobre música, por ejemplo cuál será la próxima canción número uno, e incluso, en el mundo de las noticias, si «The Times» de Londres incluirá a un miembro fallecido de la familia real en su portada la próxima semana.

Otros sitios se centran en el mundo del deporte. Según «Merrill Lynch & Co.», las ganancias anuales de las apuestas deportivas ascienden en la actualidad a 152.700 millones de libras esterlinas, 213.500 millones de dólares. Como los consumidores transfieren una gran parte de su gasto por la red, Merrill estima que 100.000 millones de libras esterlinas serán los beneficios, a través de la red, de las apuestas deportivas en 2015. Andrew Burnett, vicepresidente de investigación sobre el juego, estima que las apuestas deportivas vía Internet suponen aproximadamente el 40% de los entre 2.000 y 4.000 millones de libras esterlinas en que se calculan las ganancias actuales del juego en la red.

Y el Gobierno británico está haciendo todo lo posible por atraer más sitios de juego on-line, con la esperanza de obtener más ingresos vía impuestos. Según el «Wall Street Journal», en un intento de persuadir a los corredores para que vuelvan a Inglaterra, el Gobierno del Reino Unido rebajó recientemente los impuestos del juego.

En Hong Kong, la creciente popularidad del juego vía Internet está reduciendo el trabajo de los corredores de apuestas, informaba el «New York Times» del 18 de marzo. Más de un millón de habitantes de Hong Kong apuestan habitualmente a las carreras de caballos y cada año depositan cerca de 11.000 millones de dólares en las cajas del Hong Kong Jockey Club.

Pero el aumento espectacular del juego en la red ha contribuido a erosionar las ganancias del Jockey Club en un 10% desde su máximo de 1997. NetValue Ltd, una empresa de investigación, estima que el 41% de los usuarios de Internet de Hong Kong, es decir 442.590 personas, visitaron al menos un sitio de juego on-line el pasado mes de diciembre. En noviembre fue el 36%, y el 22% en octubre.

Estados Unidos es también un país atrapado por este entusiasmo por el juego vía Internet. Un informe publicado por el «Washington Post» el pasado 28 de enero, comentaba que la explosión de sitios dedicados al juego ha hecho las apuestas más accesibles que nunca. En consecuencia, mayor número de personas tiende a endeudarse a través del juego e incluso a desarrollar verdadera adicción.

Los jóvenes parecen ser especialmente vulnerables. Los adolescentes de hoy son la primera «generación on-line», tan a gusto en el ciberespacio como sus padres lo estaban ante el televisor. Desde que están en la Universidad, se ven asediados por las compañías de tarjetas de crédito, deseosas de firmar un contrato con ellos.

La Comisión Nacional de Estudio sobre el Impacto del Juego, implementada por el Congreso, estimaba que había 6,9 millones de jugadores potenciales en Internet en 1997, con ganancias de unos 300 millones de dólares. Un año después, el conjunto de usuarios potenciales había aumentado a 14,5 millones y los beneficios eran de 651 millones de dólares.

Y se trata potencialmente del peor tipo de juego: «desde el punto de vista psiquiátrico, es más o menos como beber solo, en comparación con beber en un bar», dijo Sheila Blume, presidenta de la comisión de una organización de Pacientes Adictos. «Aquí se trata de alguien sentado ante un ordenador, con la puerta cerrada, y la familia no tiene ni la más mínima idea de lo que está haciendo. Al menos, cuando vas a un bar, estás percibiendo reacciones».

El problema es que muchos estados están demasiado aficionados a los ingresos del juego como para prestar atención a las aflicciones causadas por la expansión del juego a través de Internet. Keith Whyte, director ejecutivo del Consejo Nacional sobre los Problemas del Juego, indicaba que los estados ingresaron 25.000 millones de dólares en loterías sólo en 1999, y que en 2000, los beneficios del juego legal es probable que alcancen los 60.000 millones de dólares cuando sean contabilizados. «Creo que muchos estados son muy reacios a fijarse en los problemas del juego», dijo Whyte.

Según el «Sunday Times» (4 de febrero), se estima que, cada día, un millón de estadounidenses juegan en la red. Hace cinco años, había solamente media docena de sitios así; hoy puede que sumen más de mil, con anuncios inesperados que urgen: «Para ganar, haga clic aquí», o «Ser un ganador nunca fue tan divertido».

Muchos sitios están establecidos en puertos costeros como Belice, Antigua, Granada y Curaçao. Para consternación de los organismos de control, algunos están conectados con sitios infantiles, ofreciendo juegos gratis como una introducción a los sitios de juego tipo casino, que luego piden datos de la tarjeta de crédito.

Si esto ya parece suficientemente nocivo, aún viene más, según el «Business Week» del 14 de febrero. A través de Europa, la expansión de la televisión interactiva y los nuevos teléfonos móviles equipados con protocolo de aplicación inalámbrica (WAP), permitirá, a los que tienen tal inclinación, hacer apuestas en todo momento y lugar. Eventualmente, las tecnologías I-TV y WAP «serán interesantes plataformas» para apostar en todo el mundo, predice Mark Finnie, analista del juego en la rama británica del Deutsche Bank.

Y las compañías de juego ya hacen cola para intentar hacerse con su trozo de la cibertarta, que algunos estiman que aumentará de 1.000 millones de dólares en beneficios en todo el mundo, en 1999, a 12.000 millones de dólares en 2004. Aunque el «e-juego» supone sólo el 10% de los beneficios del juego global, excluyendo las loterías, aún es el sector de la industria de crecimiento más rápido, dijo Marc Falcone, un analista del juego en Bear Stearns.

«Business Week» informaba que Ericsson y el proveedor de aplicaciones de «e-commerce» Netalone están ofreciendo servicios de juego en teléfonos móviles en Suecia, y prevén su expansión en China continental, donde las apuestas en las carreras de caballos es una de las pocas formas legales de juego. Pronostix, de Francia, ofrece apostar con los nuevos dispositivos Palm y los equipados de WAP. La empresa sueca ATG, asociada con Ericsson, ofrece apuestas en las carreras de caballos en todo el continente mediante teléfonos móviles con Internet.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su nº 2.413, indica que las apuestas en sí mismas son permisibles. Sin embargo, no es moralmente aceptable si el dinero empleado en el juego priva a alguien de lo preciso para sus necesidades básicas o de lo que otros pueden necesitar. Además dice: «la pasión por el juego corre el riesgo de convertirse en una esclavitud».

La rápida expansión de las apuestas en la red supone un problema potencial para muchas personas y familias. Solamente se puede esperar que el cebo de los ingresos de los impuestos del juego no ciegue a los gobernantes hasta el punto de que no vean la necesidad de regular este sector.


 

VIDA

 

CLONACIÓN: INCREMENTO DE LOS OBSTÁCULOS CIENTÍFICOS Y MORALES

El tema de la clonación saltó de nuevo cuando en febrero un médico italiano, Severino Antinori, anunció su deseo de ser el primero en clonar un ser humano. Según informaba la CNN (22 de marzo), la declaración de Antinori estaba teñida de retórica anti-católica cuando posteriormente acusó al Vaticano de iniciar una nueva Inquisición contra la ciencia.

El ataque de Antinori a la Iglesia se produjo cuando se le pidió, por parte de la asociación nacional de médicos italiana, que explicara su plan ante un consejo médico en Roma. Aunque Italia no tiene legislación que prohiba la clonación, la asociación de médicos declaró su oposición a los planes de Antinori.

Un miembro del equipo reunido por Antinori, Panayiotis Zavos, experto de Estados Unidos en fertilidad, afirmó que 700 parejas se han ofrecido voluntarias a participar en el proyecto. Zavos declaró que el equipo cuenta con fondos privados ilimitados para crear el primer niño con el mismo patrimonio genético de uno de sus padres.

El debate sobre la clonación de personas

Muchos expertos en ética y científicos han expresado sus dudas sobre la clonación de humanos, pero el apoyo a la idea está aumentando en algunos círculos. Un estudio de la revista «Time» sobre la clonación, publicado el 19 de febrero, informaba sobre el caso de Randolfe Wicker, de 63 años, portavoz de la Fundación de Clonación Humana. Está pensando en conservar almacenadas algunas de las células de su piel para una futura clonación. «Si no yo soy clonado antes de morir, dispondré de mi patrimonio de manera que pueda ser clonado después», dijo. Como homosexual, Wicker está decepcionado porque no puede tener enseguida hijos obtenidos de sí mismo, según «Time».

Otros que apoyan la clonación son libertarios a quienes no gusta que políticos, clérigos o juntas de ética interfieran en lo que ellos creen que deberían ser decisiones puramente individuales. Mientras que algunas personas se mueven por factores emocionales y desean la clonación para reemplazar a un hijo perdido, o incluso a una madre que está muriendo de cáncer, en un caso recogido por «Time».

En la actualidad, la opinión pública general estadounidense no es favorable a la clonación. Según «Time», un reciente sondeo indica que el 90% de los entrevistados piensa que no es buena idea clonar seres humanos.

Sin embargo, muchas de las investigaciones se están llevando a cabo en secreto y sólo tendremos noticias del primer ser humano clonado después de que el hecho haya sido consumado. El equipo que clonó la oveja escocesa Dolly esperó hasta que tuvo siete meses para anunciar su existencia.

Obstáculos científicos

Aparte de las consideraciones morales, quienes desean clonar seres humanos tendrán que hacer frente a considerables dificultades científicas, como han dejado claro recientes informaciones. Un artículo en el «Washington Post» (7 de marzo), explicaba que entre el 95% y el 97% de los esfuerzos para clonar animales acaban fracasando. Sobre la base de la experiencia con animales, el «Post» citaba a expertos que declaraban que de 100 hipotéticos seres humanos clonados, casi todos terminarán en un aborto espontáneo a causa de anormalidades genéticas o físicas, poniendo en peligro la salud y la vida de las madres.

Del puñado de clones que lleguen al final del embarazo, muchos tendrán placentas enormemente engrosadas e hígados grasos. Y de los tres o cuatro fetos que sobrevivan al parto, muchos serán monstruosamente grandes, quizás de 15 libras, y probablemente morirán en la primera o segunda semana por problemas de corazón o de los vasos sanguíneos, pulmones infradesarrollados, diabetes o deficiencias en el sistema inmunitario.

Con el acceso a una unidad de cuidados intensivos, quizá uno de estos cien clones sobrevivirá, dicen los científicos. Llevará el sello distintivo de la mayoría de los clones animales: un enorme ombligo, un residuo del cordón umbilical de gran tamaño que inexplicablemente se desarrolla en gran parte de las preñeces animales de clones.

Según el «Post», muchos sospechan que estos problemas derivan de una impronta genética, un mecanismo molecular todavía escasamente comprendido a través del cual los genes del semen y las células del óvulo se ponen en marcha o no para el oportuno desarrollo embrionario y fetal. Como los clones no proceden de semen y óvulos, con el DNA adecuadamente grabado, ocurren problemas. Además, ninguna prueba en la actualidad es capaz de determinar si los genes de un embrión clonado están adecuadamente grabados, por lo que es imposible eliminar embriones anormales, aún si esto fuera moralmente aceptable.

El «New York Times» examinaba también este problema el 25 de marzo, y según el doctor Brigid Hogan, profesor de biología celular en el «Vanderbilt University Medical Center» en Nashville, e investigador del «Howard Hughes Medical Institute», «es moralmente indefendible» clonar seres humanos dada esta situación.

Otro científico que ha condenado la clonación humana a causa de su alto índice de fracasos entre animales es Ian Wilmut, responsable del equipo que logró la oveja Dolly, informaba «The Guardian» (29 de marzo). Wilmut dijo que sería «extremadamente cruel» para las madres y para los hijos que se obtuvieran.

En un artículo de la publicación estadounidense «Science», el doctor Wilmut denuncia el plan para clonar seres humanos de los especialistas en fertilidad italiano y norteamericano, Antinori y Zavos. Wilmut advertía de que cuatro años de experimentos en animales han mostrado que la técnica de clonación es extremadamente defectuosa y exige un enorme número de víctimas de abortos espontáneos y deformidades. «No hay razón para creer que el resultado de un intento de clonación humana sea distinto», escribe Wilmut.

Testimonios sobre clonación en el Congreso de EE.UU.

En Estados Unidos, la preocupación de que los investigadores puedan tratar de clonar a un ser humano ha movido a los legisladores a considerar la posibilidad de una ley que prohiba tales experimentos. A finales de marzo, un panel de congresistas escuchó a científicos que testificaron que la clonación humana produciría probablemente niños deformes, según informó la agencia Associated Press el 29 de marzo.

La FDA -Food and Drug Administration- dijo que cualquier experimento de clonación humana en Estados Unidos necesitaría su aprobación y, basada en la preocupación sobre la seguridad de la vida, la agencia no aprobaría ninguna solicitud en este momento. Pero algunos temen que la ley federal no sea lo suficientemente fuerte como para respaldar la autoridad de la FDA y desean una prohibición que esté en vigor.

El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer dijo que Bush trabajará con el Congreso en un estatuto federal que prohiba la clonación, y mencionó que Bush apoya la prohibición en vigor desde 1997 de dar financiación federal a este tipo de investigación. La ley es necesaria, según quienes la defienden, porque las restricciones de fondos no afectan a la financiación privada de experimentos de clonación.

Según el «Washington Post» (29 de marzo), un científico afiliado al grupo religioso Raelian, que es favorable a la clonación humana, dijo que su organización ha empezado la investigación sobre clonación en una localidad no revelada de Estados Unidos. El comentario, en el marco de los testimonios ante el panel de congresistas, de Brigitte Boisselier, directora científica de la religión Raelian, pareció coger por sorpresa a varios legisladores, aunque el trabajo que ella describió se refería sólo a células de vaca y sus afirmaciones no pueden ser verificadas.

Boisselier, cuyo grupo cree que los seres humanos son clones de extraterrestres, declaró que no revelaría donde se está llevando a cabo el trabajo de su equipo, aparte de decir que no era en ninguno de los estados que han aprobado legislación anticlonación.

El debate sobre clonación humana ha empezado también en Canadá. El «National Post» (30 de marzo), informaba de que el diario de debates del Gobierno federal propone que se debería permitir a los científicos usar embriones humanos como materia prima para la investigación médica, pero que la clonación de seres humanos para obtener tejidos fetales debería seguir estando prohibida.

Mientras prosigue el debate en esta materia, sólo se puede esperar que el sentido común prevalezca y que los numerosos problemas científicos y morales implicados en la clonación de seres humanos impidan acciones precipitadas en una materia tan delicada como la generación de nuevas vidas.