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Las mujeres, el trabajo y la familia: dificultades en conciliar todo

Durante las últimas semanas han salido en la prensa muchos artículos sobre el tema de los conflictos que pueden surgir cuando las mujeres intentan conciliar los deseos de seguir su trabajo profesional con el anhelo de tener hijos y formar una familia. A continuación presentamos algunas de las opiniones expresadas sobre este argumento.

Gran Bretaña: la familia del primer ministro

El embarazo de la esposa de Tony Blair, primer ministro inglés, ha suscitado un nuevo debate sobre las responsabilidades en la familia. Ya a finales de marzo en el periódico "The Independent" (25/3/00) Natasha Walter declaró que Cherie Booth representaba para ella el modelo del feminismo. Cherie Booth es una abogada que ha tenido mucho éxito profesional, de hecho gana más dinero que su esposo, y al mismo tiempo tiene tres hijos y está esperando el cuarto.

Hace poco la esposa del primer ministro puso a su marido en una posición difícil cuando anunció públicamente que le gustaría que, después del nacimiento del nuevo hijo, Tony Blair tomara un período de ausencia de su trabajo para estar con la familia. Después de un tiempo el primer ministro declaró que durante unos días disminuiría sus compromisos, pero sin dejar de ejercer las funciones de mayor importancia. El debate y las reflexiones en los periódicos sobre el asunto hicieron ver las dificultades que existen en conciliar los papeles de la maternidad con las responsabilidades profesionales.

Además, se oyeron diversas declaraciones que reclamaron una toma de conciencia por parte de los maridos, para que participen más en las tareas de la familia. Aunque Mary Kenny (The Guardian, 23/3/00) declaró que era una esperanza vana intentar convencer a los hombres de que ayuden más en casa. Según ella la naturaleza del hombre y la mujer son muy diferentes y es ilusorio pensar que se puede hacer del varón una criatura más sensible a los compromisos domésticos.

¿Casarse o no?

La solución de otra mujer ha sido distinta de la del caso de Cherie Blair. El periódico "The Times" (29/3/00) publicó un artículo de Bridget Jones en el que se habla de la situación de Kirsty Lang, que escogió ser madre sin casarse. Kirsty Lang se había dedicado a su trabajo en la televisión, prometiéndose que tendría un hijo antes de llegar a los 35 años. Unos seis meses antes de llegar a esa fecha se descubrió embarazada, sin haberlo querido.

Entonces decidió seguir adelante y ser lo que llaman "Single Mother by Choice", o sea una madre soltera voluntaria. Es una categoría de mujeres que ha aumentado notablemente en los últimos años. Actualmente en Gran Bretaña alrededor de la cuarta parte de los niños viven en hogares con un solo progenitor, normalmente la madre. Kirsty Lang explicó que podía tomar esa decisión debido a su situación financiera segura y al apoyo de su familia y amigos. Además, en su puesto de trabajo había beneficios generosos para las nuevas madres y ella ganaba suficiente para poder pagar el cuidado de su niño mientras seguía trabajando.

Ahora, dos años después del nacimiento de su niño, Kirsty Lang está contenta con su situación y no tiene planes para casarse. Afirma que su hijo llegará a tener una opinión positiva del matrimonio, porque los otros familiares están casados. Pero también entenderá que una familia feliz no tiene porqué estar compuesta de padre y madre.

¿Trabajar o cuidar los hijos?

Mientras tanto hace pocos días otro periódico inglés, el "Telegraph" (5/4/00), entró en el debate publicando los resultados de un sondeo de opinión pública sobre las actitudes de las mujeres y si prefieren trabajar o quedarse en casa con los niños. Según opinaron el grupo de dos mil madres y mujeres embarazadas que respondieron a las preguntas, un 81% afirmó que dejarían de trabajar para dedicarse a sus niños si fuera posible desde punto de vista económico.

El sondeo consistía en unas cien preguntas sobre diversos aspectos de la vida de las mujeres. El promedio de edad del grupo era de 30 años, y un 68% estaban casadas, con otro 26% viviendo con sus compañeros. Del grupo entrevistado, el 43% estaban embarazadas y el 76% ya tenía por lo menos un hijo. La directora de la revista "Mother and Baby" que organizó el sondeo, Stephanie Neuman, comentó que es sumamente difícil para una mujer combinar un puesto de trabajo a tiempo completo y ser madre, especialmente cuando llega el segundo hijo. La directora de la publicación no se sorprendió de que tantas mujeres expresaran una preferencia por quedarse en casa con los niños.

También el "Telegraph" citó el caso de una mujer, Pernille Finegan, que tenía un puesto de trabajo importante y bien remunerado en un banco cuando se quedó embarazada de su primer hijo. Al principio había decidido volver a trabajar lo antes posible después del nacimiento, pero después de unos meses de hacerlo se arrepintió y dejó su trabajo. La empresa le negó su petición para poder trabajar a tiempo parcial y en vez de seguir en una situación en que sólo veía a su niño pocos minutos al comienzo y al final del día, se decidió a dejar su trabajo. Se declaró feliz por haberlo hecho y valora mucho el tiempo que puede pasar con su hijo.

Otro artículo en el "Sunday Times" (9/4/00) comentó los resultados del sondeo en el que la mayor parte de las mujeres expresaron su deseo de quedarse con los niños y no trabajar. Según opinó Sophie Gilbert, para la generación post-feminista la actitud de alguien como Cherie Blair, que quiere combinar una carrera importante con el cuidado de los niños, parece una locura. Con eso puede parecer que están abandonando los logros de las feministas, en realidad la victoria de la generación anterior. Sin embargo Sophie Gilbert comenta que la opción de combinar la carrera profesional con las responsabilidades de una familia era una "victoria hueca" que deja a las vencedoras con "nada más que el derecho de quedarse exhaustas".

Las razones para no tener hijos

Este debate no se ha limitado a Gran Bretaña. Durante las últimas semanas también en Australia surgió la cuestión de los factores que influyen en las mujeres para tener hijos o no tenerlos cuando el editor económico del periódico "The Age", Tim Colebatch, publicó un par de artículos (22 y 28/3/00) sobre este tema. Él citó un estudio reciente donde se informó que, según los cálculos de la Oficina de Estadísticas del gobierno, sólo el 72% de las mujeres que ahora están entrando en su edad fértil procederán a tener hijos. Las demás se quedarán sin hijos, a no ser que las tendencias de las últimas décadas cambien. Esto se compara con la situación al inicio de los años cincuenta, cuando sólo el 11% de las mujeres no tenía hijos.

El estudio del gobierno encontró que las mujeres con estudios universitarios, que trabajan y no tienen creencias religiosas son las que más tienden a prescindir de tener hijos. De las mujeres que nacieron en 1951 y obtuvieron títulos universitarios un 20% permaneció sin hijos, en comparación con el 9% de las mujeres sin ese nivel educativo.

El estudio del gobierno citó una investigación en la cual afirmaron que había cuatro razones principales detrás de la decisión de las mujeres de no tener hijos: el hedonismo, o sea la falta de disposición a invertir tiempo y dinero en criar niños; motivos emocionales, no tienen sentimientos positivos hacia los niños; motivaciones idealistas, no quieren añadir a la población global o exacerbar otros problemas parecidos; razones prácticas, prefieren seguir su carrera sin interrupciones.

El estudio sobre las razones de no tener hijos fue realizado por la profesora Fran Baum, de la Universidad de Flinders, que quiere justificar esa decisión. Ella afirma que no solamente resulta difícil desde el punto de vista financiero y emotivo, sino que tampoco añade nada a la felicidad matrimonial.

Los artículos de Colebatch provocaron algunas reacciones críticas. En un artículo del 1 de abril Carolyn Webb declaró que no tiene hijos simplemente porque no se ha encontrado con la persona justa. Además, afirmó que no le gusta cuando las personas critican a las mujeres por no tener hijos y que es una decisión personal y que no debe ser necesario justificar esa opción. Por su parte Fiona Stewart (6/4/00) comentó que la promoción de la maternidad es un tema de los conservadores y un intento de hacer volver a las mujeres a sus casas, destruyendo así los logros de las feministas.

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