Autor: P. Felipe Santos
Etimológicamente significa “legado de los
antepasados”. Viene de la lengua alemana.
Tanto para la persona más carente de conocimientos, como para la persona más
erudita, la fe sigue siendo una muy humilde confianza en Cristo, en el Espíritu
Santo. ES en primer lugar en el corazón, esto es, en las profundidades de uno
mismo, donde se recibe la llamada del Evangelio.
Olaf nació en el 995 y murió en 1030.
Era hijo del rey noruego Herald Greske. Cuando era todavía muy joven le permitió
que fuera a unirse a los Vikingos.
En una de esas incursiones que hacen las tropas, se encontró con Ricardo de
Normandía y Ethelred II que luchaban contra los daneses.
Más adelante,, en 1016, se autonombró gobernador de Noruega.
Olaf había sido bautizado recientemente y lo educaron en una profunda fe
cristiana.
Olf Tryggesson, antes que él, empleó gran fuerza y maestría para destruir el
paganismo e imponer el cristianismo dentro de las fronteras de su país.
Esta medida logró mucha expansión en toda la nación y, sin embargo, estaban
descontentos de sus órdenes.
Esto favoreció la astucia y la política del rey Canuto. Perdió su reino y no
pudo conquistarlo otra vez.
La batalla de Stikkestad fue para él el m omento final, ya que encontró la
muerte en un Fiordo.
Igual que le ocurrió a san Erico en Suecia, Olaf Haraldson se convirtió en el
defensor del cristianismo y murió mártir en una batalla.
Olaf es el símbolo dela independencia de Noruega. Sus reliquias están en una
urna de cristal en la catedral. Es centro de peregrinaciones.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!