17 DE NOVIEMBRE

 

Santa Isabel de Hungría, Marbourg, 1231.

—Santos Alfeo y Zaqueo, ms., Palestina, 303.

—Santos Acisclo y Victoria, hermanos, ms., que fueron decapitados después de muchos tormentos por el presidente Dión, durante la persecución de Diocleciano, Córdoba, principios del s. 111.

—San Dionisio, patriarca de Alejandría, 265. Los griegos le llaman Dionisio el Grande, y San Atanasio, doctor de la Iglesia católica. En su juventud se dio con ardor al estudio de la literatura profana, y su deseo de aprender le trajo al conocimiento del Evangelio. Fue nombrado maestro de la escuela alejandrina en 231, y en 248 patriarca de la ciudad. Durante la persecución de Dacio, sostuvo valerosamente a los mártires, y él mismo, cogido por los perseguidores, fue libértado por un grupo de paisanos. Estuvo en comunicación constante con los pontífices de Roma, condenó el cisma de Novaciano, excomulgó a Sebelio, combatió contra Pablo de Samosata y refutó el milenarismo, Aún tenemos algunas cartas y opúsculos suyos.

—San Aniano, ob. de Orleáns, 453.

—San Hugo, ob., que fue sacado de la Cartuja para gobernar la iglesia de Lincoln, 1200.

San Gregorio, obispo de Tours, 595. Nació en Clermont, de familia senatorial; subió a ocupar la cátedra de San Martín en 575 e intervino en los principales sucesos de las cortes merovingias de su tiempo, sucesos que él acertó a narrar con un estilo lleno de sencillez y encanto. Nos dejó: Los libros de la gloria de los mártires y los confesores; los diez libros de La historia de los francos, el libro De los milagros de San Martín, Las vidas de los Padres, y otras obras hagiográficas, litúrgicas y exegéticas.

—San Eugenio, dc. de San Cenobio, ob. de Florencia.

—Beato Juan Agustín de Lérida, dominico, que extendió por España la devoción al Rosario; murió en Córdoba, s. XV.