27 DE MAYO

 

-San Agustín de Canterbury (605)

-San Juan, senador y cónsul, mártir y amigo del célebre San Boecio; como él poeta y escritor elegante y hombre de Estado, Ravena, s. VI. Boecio, Simaco y el papa Juan I fueron víctimas de las suspicacias seniles de Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos. Una lucha se había entablado entre este rey y el emperador Justino. Justino obligó en todo el Imperio de Oriente a que los arrianos entregasen las iglesias a los católicos. Esta medida exasperó a Teodorico, y para que fuese revocada envió al pontífice a Constantinopla. Es una cosa que Juan no podía pedir, de suerte que el resultado de su embajada fue nulo. Al volver a Italia, fue arrojado en una prisión de Ravena, y allí se le dejó morir de hambre y de sed. Entretanto, el rey había hecho degollar a los dos ilustres senadores y ex cónsules Simaco y Boecio, por parecerle que favorecían las miras bizantinas. Esto fue en 526. Los tres años que sobrevivió Teodorico fueron para él un largo tormento. "Hasta en los peces que le servían a la mesa -dice el historiador Procapio- creía ver las miradas de las ilustres víctimas reprochándole su crueldad.

-San Julio, mártir, Doróstoro de Misia, s. III.

-San Ranulfo, mártir, Artois.

-Santa Restituta, virgen y mártir, Sora, s. II.

-San Eutropio, obispo, Orange, s. I.