Teísmo
 

Del griego Theós, Dios, en un sentido amplio el t. es la doctrina que afirma la existencia de Dios, en oposición al ateísmo (v.). Sin embargo, como el hombre puede llegar a diversas concepciones de Dios, unas verdaderas y otras erróneas, el término t. ha recibido diversas significaciones a lo largo de la historia del filosofar, por lo que conviene precisar más su sentido. Para ello se pueden hacer tres distinciones fundamentales:a) Teísmo como opuesto a ateísmo. Es la distinción que hace Voltaire en su art. Théiste del Dictionnaire philosophique; para él, simplemente es théiste todo aquel que admite la existencia de Dios, frente al athéiste, que la niega; pero no hace ninguna distinción entre las diversas concepciones respecto a Dios a que pueden llegar quienes reconocen su existencia, e incluso parece identificar el deísmo con el t., como era ordinario en el superficial racionalismo del movimiento de la Ilustración (v.). Se trata, pues, de una noción de t. amplia y, por tanto, ambigua.

b) Teísmo como opuesto a deísmo. Es una distinción más precisa, que hicieron más explícitamente Cudworth y Kant, aunque implícitamente ya estaba contenida en la mayor parte de la filosofía. El primero, que pertenece al grupo o movimiento llamado moralistas ingleses del s. XVII (v.), en su obra The True Intellectual System oJ the Universe (Londres 1678), dirá que, para el t., las cosas del mundo no actúan al azar y privadas de orden y gobierno, ni tampoco mecánicamente, como parece que piensa el deísmo (v.), sino que el Dios creador es, además de omnipotente, inteligente y todo lo prevé y gobierna (o. c., pref.). Kant precisará más; el teísta se caracteriza, frente al deísta, por las siguientes notas: 1) Reconocer a Dios como creador del mundo (el deísta sólo le concibe como causa del mundo, ya que para Kant no hay distinción entre deísmo y panteísmo). 2) Afirmar un conocimiento analógico de la esencia y de los atributos divinos (el deísta sólo concede a la razón humana el poder conocer la existencia de un Sumo Ser, pero sin llegar a ninguna ulterior determinación de su esencia). 3) Admitir una teleología (v.) o finalidad en la Naturaleza, en cuanto creada por Dios inteligente (el deísta puede no darse cuenta de este teleologismo). 4) En resumen, Kant dirá que el teísta cree en un Dios vivo, el deísta sólo cree en Dios (Crítica de la Razón Pura, Dialec. trasc., III, sec. 7; Crítica del Juicio, 11,72).

c) Teísmo como opuesto a panteísmo. En este sentido fue considerado en el pensamiento de I. H. Fichte (v.), R. H. Lotze y K. H. Weisse, los cuales, frente al panteísmo (v.) del idealismo (v.) alemán, en especial de Hegel (v.), exaltan y destacan el carácter trascendente de la Divinidad respecto del Universo.

De acuerdo con estas distinciones, se puede decir que el t., en un sentido más preciso, tiene las siguientes características primordiales: 1) Reconocer la existencia de Dios (V. DIOS IV, 2), en oposición al ateísmo (v.). 2) Dios es personal y trascendente (V. DIOS IV, 1 y 3), frente al panteísmo (v.) defensor de una inmanencia de la Divinidad respecto del mundo, y que en consecuencia la considera como impersonal. 3) Dios es creador del Universo. El atributo de la creación (v.) es nota diferencia de Dios en el t., frente al Dios del emanantismo (v.), una de las modalidades del panteísmo; del hecho de la creación, por ser Dios la Causa de los seres del mundo, se deriva la posibilidad y realidad del conocimiento analógico de la Divinidad, en virtud de la analogía (v.) que hay entre la causa y el efecto. 4) Dios es quien conserva en el ser al Universo y es rector del mismo mediante su providencia (v.) y gobierno de los seres creados. En esto, esencialmente, yerra el deísmo (v.), cuya premisa y prejuicio fundamental es la negación de ambos atributos divinos. De la trascendencia divina y al mismo tiempo íntima presencia de Dios en el mundo y de la rectoría universal ejercida por Él se derivan una serie de consecuencias filosóficas de gran interés teológico: la posibilidad de la Revelación (v.), del milagro (v.) y de la profecía (v.), las tres negadas o consideradas imposibles dentro de la superficial concepción deísta de la Divinidad.

Aún se pueden hacer otras precisiones. Teniendo en cuenta la posibilidad de la demostración racional de la existencia de Dios (V. DIOS IV, 2), el t. se opone al fideísmo (v.) y tradicionalismo, que piensan que la razón es incapaz de esa demostración y que sólo se llega al conocimiento de la existencia de Dios por la Revelación sobrenatural y la fe en ella, o por la tradición continuada desde los primeros padres de la humanidad. También, en este mismo sentido, el t. se enfrenta al agnosticismo (v.). Teniendo en cuenta la realidad de la Omnipotencia de Dios (V. DIOS IV, 11), el t. se opone al llamado t. finitista de Stuart Mill (v.) y W. James (v.), para los que la Divinidad estaría dotada de un poder superior al del hombre, de una potencia grande, pero en cualquier caso limitada.

V. t.: DIOS; DIOS-PADRE; CREACIÓN; PROVIDENCIA.


J. BARRIO GUTIÉRREZ.
 

BIBL.: La contenida en el art. DIOS I, y la de los otros artículos de la VOZ Dios, especialmente las bibl. del apartado IV. Después, puede citarse aquí: G. D. HICKS, The philosophical bases of theism, Londres 1937; E. L. MASCALL, He who is: A study in traditional theism, Londres 1943; D. 1. B. HAWKINs, The essential of theism, Londres 1949; M. F. SCIACCA, Filosofia e metafisica, Brescia 1950, 123-238.
 

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991