SOCIOLOGÍA III. MÉTODOS Y TÉCNICAS DE LA SOCIOLOGIA.


Los métodos de la S. son los mismos que los de la Ciencia en general (V. MÉTODO; METODOLOGÍA CIENTÍFICA). Por eso, aun cuando lo discutan quienes no conceden carácter científico a la investigación social, comparte con aquélla las siguientes notas: abstracción, generalización, observación experimental, facticidad o neutralismo ético y objetividad (Q. Gibson, La lógica de la investigación social, Madrid 1964).
     
      En efecto, la evolución de la S. ha ido a la par de las disputas acerca del método que comenzaron en la filosofía europea a partir de F. Bacon (1561-1626) y de R. Descartes (1596-1650). A. Comte constituyó la S. «positiva» a partir de consideraciones metodológicas, si bien fueron J. Stuart Mill y E. Durkheim, y algo más tarde M. Weber, quienes la vincularon a la metodología científica.
     
      1. Historia de los métodos sociológicos. E. K. Scheuch distingue tres épocas. La primera abarca hasta fines de la I Guerra mundial, caracterizándose por investigaciones independientes, sólo relátivamente conectadas con objetivos globales, y por la ausencia de una actividad investigadora sistemática, así como de técnicas específicamente elaboradas. La segunda, el periodo entre las dos Guerras mundiales, en el cual comienzan a desarrollarse la investigación sistemática y las técnicas que posteriormente tipifican a la S., junto con la investigación empírica. Latercera, desde 1945, en la cual se refinan y se desarrollan las técnicas y se llega a tener conciencia de la lógica de la investigación.
     
      2. Teoría de los métodos sociológicos. Teóricamente, toda ciencia modifica sus métodos y procedimientos técnicos de acuerdo con la peculiaridad de su objeto; en este caso, como piensa Sorokin, en conformidad con la naturaleza de los fenómenos socioculturales y de manera especial con sus componentes de sentido valorativo y normativo. Al operar con categorías como causalidad, tiempo, espacio, etc., lo hace en un sentido diferente al de las ciencias naturales. Emplea los métodos lógico-matemáticos y deductivo-silogísticos, explica con moderación la visión intuitiva, controlándola con otros conocimientos y aplica ampliamente la observación empírica en todas sus formas: inducción, análisis estadístico, casos u observación clínica e incluso el experimento, pero adaptándolos, naturalmente, a la especificidad de los fenómenos sociales que son supraorgánicos o culturales. La metodología sociológica tiene como punto de partida los siguientes postulados:Realidad. Existe una realidad objetiva (objeto material), a una de cuyas dimensiones inteligibles (objeto formal) se refiere su intención constructiva. Supónese que existe una realidad exterior, independiente de la mente humana, que la ciencia sociológica intenta estudiar en su forma de realidad social (fenómenos socioculturales). El investigador abstrae ese aspecto de la realidad para interpretarlo sistemáticamente, o sea, dentro de una conexión de sentido.
     
      Probabilidad. Se reconoce lo que hay de subjetivo por parte del investigador social y lo que implica de limitado el método sociológico, por tanto -frente a las tendencias absolutistas del hegelianismo, marxismo, etc-, no se concede veracidad absoluta a lo descrito y explicado. Implica esto un sano escepticismo acerca de las posibilidades del conocimiento sociológico: una teoría es verdadera en tanto en cuanto, según Popper, resulta «falsable», es decir, cuando a pesar de que otra teoría la contradice, muestra, sin embargo, su utilidad como medio para ampliar nuestro conocimiento.
     
      Sistema. Como decía Aristóteles, la ciencia es siempre ciencia de lo general; no existe ciencia de lo particular. De ahí que el conocimiento de los fenómenos socioculturales no puede consistir en una mera acumulación de datos como pretende el empirismo (v.) extremo, sino que exige el propósito de generalizar los resultados metódicos ordenándolos armónicamente en un sistema. Sobre esto disputan los sociólogos, pues algunos no creen que resulte posible por el momento una teoría general. R. K. Merton ha propuesto una vía media notable por su prudente intención que, tomada literalmente, es contraria al espíritu científico. No obstante, alcanza en este momento notable predicamento entre los sociólogos. Se trata de las teorías de alcance medio (theories of middle range). Partiendo del supuesto de que actualmente resulta tan infecundo construir grandes teorías como acumular datos empíricos, propone la elaboración de algunas teorías que ocupan un lugar «entre las hipótesis de trabajo de escaso alcance, pero necesarias, que surgen abundantemente durante la investigación cotidiana y los esfuerzos sistemáticos por desarrollar una teoría unificada que explique todas las uniformidades observadas de conducta social, organización social y cambio social». Se puede objetar que de hecho pertenece a la naturaleza de la ciencia que por una hipótesis que prospera constituyen un número interminable las que resultan inválidas e ineficaces, pero, sobre todo, que no existen teorías de «alcance o rango medio»: se trata de meras hipótesis a las cuales un exceso de prudencia confiere el rango de teorías provisionales o, inversamente, las considera bastante probables.
     
      Causalidad. Según este postulado, para establecer teorías explicativas de la conducta humana se requiere establecer conexiones causales (v. CAUSA). La causalidad constituye un principio objetivo de referencia metodológica obligada. No es que toda la realidad social se rija causalmente o que sólo existan relaciones causa-efecto, más aún en la realidad social opera la libertad. Pero en la ciencia se buscan las conexiones necesarias, gracias a las cuales las ciencias humanas, cuyo principio orgánico fundamental es el de la indeterminación (libertad) de los individuos, pueden constituirse. La causalidad permite situar la indeterminación dentro de módulos comprensibles y establecer conexiones de sentido.
     
      Coherencia. Este postulado permite comprobar el grado de aceptación que merece una generalización descriptiva y explicativa. Al someter cualquier hipótesis a comprobación se determina su consistencia lógica y su adecuación causal. La consistencia se rige por las normas de la validez lógica para evitar contradicciones entre hipótesis pertenecientes al mismo sistema. La adecuación implica la comprobación empírica de las consecuencias después de establecer la consistencia.
     
      3. El método hipotético deductivo. Es el que emplea la S. basándose en esos postulados; coincide con el deductivo inverso que expusiera J. Stuart Mill y que, en parte, propuso E. Durkheim. Este método consiste en el conjunto de procedimientos mediante los cuales el investigador establece generalizaciones causales coordinando las técnicas de observación, inferencia y comprobación. Lógicamente se descompone en los siguientes niveles o fases metódicas:a) Observación y clasificación de datos referentes al tema que se investiga. La S., en cuanto ciencia, es empírica, ya que tiene que tomar en cuenta datos materiales (empíricos). Los hechos observados mediante la aplicación de las técnicas adecuadas se clasifican en virtud de semejanzas significativas, aunque siempre puede ocurrir que el investigador interprete esos datos demasiado subjetivamente.
     
      b) Formulación de las hipótesis. Los hechos individuales se presentan ordenados, clasificados; resulta posible así una visión de conjunto al perfilarse los paralelismos, las conexiones, las discrepancias, etc. Se da como una suerte de explicación elemental, o, en realidad, cuestionable, del fenómeno, pues, mientras no sea posible atribuir relaciones causales, sólo tiene valor de apariencia. Puestas éstas, queda establecida la hipótesis que explica -aun cuando no definitivamente todavía- los fenómenos observados. Según algunos, también es misión de la ciencia sociológica predecir hechos futuros, apoyándose en que eso sucede en las ciencias naturales y tomándolas a éstas erróneamente como modelo. Se cae así en el sociologismo (v.), y se confunde la predicción con la conjetura de que, en las mismas condiciones, es previsible que se repita determinado fenómeno. Se olvida que se trata aquí de una afirmación intemporal apoyada en una referencia al pasado, y que, por tanto, su recurrencia -si se repetirá o no en el futuro- no puede saberse, y el hecho de la libertad. De ahí que MacIver y Rose sólo hablen de expectativas fundadas, pues resulta indudable que establecidos determinados supuestos quepa esperar que mientras no se alteren, las cosas marcharán en la dirección deseada. Pero esperar no equivale a predecir.
     
      c) Comprobación de hipótesis. Una hipótesis es todavíauna suposición. Para que se convierta en teoría es necesario comprobarla, o sea, probar su conexión con la realidad. Aquí la S., como toda ciencia del hombre, adolece de una dificultad: al estar constituido su objeto por materia humana, sólo muy restringidamente, y en casos muy limitados, resulta posible acudir al testimonio decisivo e irrefutable de la experimentación. Mas simplemente el hecho de saberse parte de un experimento modifica la actitud humana y, a veces, lo invalida. De ahí que -con las excepciones (relativas) del sociodrama y otras experiencias realizadas con grupos artificiales- la capacidad de comprensión del investigador sea decisiva. Pero en esto sólo le pueden guiar un buen adiestramiento y mucha experiencia. El sociólogo gana mucho en ese punto recurriendo a la comparación y a la historia.
     
      K. R. Popper propone otro método de comprobación que considera no sólo complementario, sino decisivo: establecer una o varias hipótesis contradictorias de la primera con la misma corrección, de manera que constituyan, a su vez, teorías; si efectivamente se pueden establecer teorías correctas contrarias, éstas « falsan» la primera y confirman su validez científica en la medida en que amplía nuestro conocimiento de la realidad, advir. tiéndonos de paso que el hallazgo no constituye una verdad inamovible, sino una simple teoría científica. Las hipótesis secundarias, a su vez, son «falsadas» por la primera y consideradas como científicas en el mismo supuesto. Ahora bien, a efectos sistemáticos sólo se integrarán aquellas que armonicen con los supuestos básicos del mismo sistema. Puede suceder que resulte más útil una hipótesis que no encaje en éste: en tal caso se deberán modificar los supuestos del sistema; constituye una incorrección, que puede tener graves consecuencias, conferir a la nueva teoría un carácter simplemente complementario.
     
      d) Generalización. Consiste en integrar conceptualmente las hipótesis elevadas a teorías mediante la comprobación. Se trata de establecer unas leyes a las cuales se ajusten todas transversalmente y en profundidad. Sobre el significado que tiene la palabra ley en los estudios sociológicos, v. ir; digamos aquí solamente que la S. utiliza tanto la deducción como la inducción, combinándolas. A partir de inducciones abstrae los elementos formales que le interesa examinar, constata esa inducción y, mediante inferencia, generaliza los datos obtenidos estableciendo regularidades de sucesión y coexistencia. Para decidir acerca de las posibles fuentes de errores se emplean los criterios de la validez y de la formalidad. Esta consiste en el empleo correcto de los medios. Aquélla puede ser lógica o empírica. La validez lógica significa que la definición operacional puede ser considerada como expresión correcta del concepto que la teoría quiere probar; la segunda se refiere a que el hecho establecido mediante la revisión de la teoría debe poder ser medio y su posibilidad predicha. Lo cual no equivale a decir que la validez de una predicción pueda ser mayor que la de su formalidad.
     
      4. Técnicas. La S. participa de todas las técnicas que emplean las distintas ciencias sociales particulares, además de las que ha elaborado por su cuenta. Las de aquéllas, naturalmente, son reelaboradas para adaptarlas a las específicas necesidades de la Sociología. Kónig y Scheuch enumeran las siguientes técnicas sociológicas de investigación; un,is, propias de esta ciencia, y otras adaptadas a ella: entrevista; observación; experimento; análisis de contenido; escalas; gráficos; sociometría (v.); casuística, o estudio de casos aislados; muestreo; experimentos de grupo (F. Pollock, Th. W. Adorno); encuestas (aplicación de la entrevista a amplios sectores de población) como instrumento principal de los sondeos de la opinión; investigación de actitudes, mediante la técnica del panel y el análisis de situaciones (L. Carr). De manera más sistemáticamente abarcadora, M. Duverger distingue dos grandes sectores: el de las técnicas de observación documental y el del análisis sistemático. De esta manera conecta el empirismo simple y la mera búsqueda y observación de hechos que prescinde en su propio nivel de toda sistematización o comparación, con la teorización propia del saber científico.
     
      Otra clasificación distingue entre las técnicas de observación indirecta mediante el análisis de documentos en los cuales han dejado huella los hechos sociales (escritos, filmes, fotografías, grabaciones, etc.) y las de observación directa de la realidad social por el mismo investigador mediante encuestas, entrevistas, cuestionarios, etc. Dentro de ellas hay que distinguir entre el estudio llevado a cabo en grandes comunidades que se analizan según muestras representativas cuya elección constituye una operación preliminar fundamental, y el realizado en pequeñas comunidades e incluso individuos, lo cual permite ganar en profundidad en la misma medida en que se pierde en extensión. No obstante, a veces, son difusos los límites entre ambas categorías.
     
      a. La observación documental o indirecta comprende los escritos de todas clases, los ficheros, archivos públicos y privados, la prensa, las estadísticas, la documentación iconográfica y la fonética, así como la llamada documentación técnica, o sea, los objetos que el hombre utiliza, desde enseres muebles hasta los inmuebles, todos los cuales pueden constituir un motivo de análisis material (el objeto en sí mismo) o de análisis tecnológico (su uso práctico) o bien de análisis simbólico que investigue los significados y los valores que los hombres les atribuyen. Todos estos documentos pueden ser analizados mediante las técnicas clásicas, es decir, análisis interno examinando su base racional y su carácter subjetivo, o bien análisis externo, reponiendo el documento en el contexto que proceda a fin de precisar su grado de veracidad y su resonancia o el efecto que pretendía causar. Por lo demás, no existe un análisis de documentos peculiar de las ciencias sociales y, por tanto, de la S., empleándose, en consecuencia, procedimientos análogos a los del análisis histórico más o menos adaptados y completados con la peculiaridad de que, en S., no es necesario plantearse la cuestión de veracidad del documento: basta que sea auténtico. En cambio, es esencial reponer los documentos de esta naturaleza en el conjunto del proceso de comunicación social del cual constituyen un elemento. Lazarsfeld resume el método sociológico elaborado en Estados Unidos para analizar documentos de este tipo, diciendo que los problemas a resolver son del tipo «¿quién dice qué, a quién, con qué resultado?», pero distinguiendo el resultado deseado del conseguido. Hay que mencionar aquí una serie de técnicas complementarias particulares subordinadas al análisis de la índole material: análisis jurídico, psicológico, estadístico. Al lado de los modelos clásicos existen los cuantitativos, que no pueden pretender sustituir a aquéllos, sino completarlos. Su inconveniente consiste en que desarticulan los textos desdeñando la construcción interior, la disposición de las ideas y los vínculos entre ellas, etc. Al análisis racional y orgánico contraponen un análisis mecánico que suele ser superficial, por lo menos por el momento. Duverger enumera como métodos cuantitativos el semántico y el análisis de contenido, que es una forma simplificada y esquematizada del semántico cuantitativo. Mientras éste se atiene más al estilo del texto,aquél se fija en las ideas que expresa. Se trata en realidad de un método de estudio de comunicaciones sociales (v. COMUNICACIÓN SOCIAL).
     
      b. La observación directa extensiva. La técnica más empleada es la de los sondeos: se estudia una parte previamente escogida de una comunidad y las conclusiones se generalizan al conjunto. La dificultad radica en que la muestra sea verdaderamente representativa. Comprende tres fases: el muestreo o selección de las muestras (determinación de la colectividad a interrogar), encuesta (v.) propiamente dicha (el interrogatorio de esa muestra comunitaria) y la interpretación de los resultados y sus consecuencias. La determinación de la muestra puede hacerse siguiendo el método de las cuotas: se elabora primero un modelo reducido determinando las categorías sociales en función de la encuesta que se quiere efectuar, cuyo concepto hay que definir previamente de manera muy clara y completa. Se reduce todo lo posible la proporción de personas integradas en cada categoría. Estas categorías se refieren a la persona o a la familia, a la profesión, al domicilio, a la región, a la localidad, etc., combinándose después. Las ventajas del sistema de cuotas son la simplicidad y la rapidez, pero presenta muy graves defectos.
     
      Es posible emplear también métodos probabilistas, como el sorteo, para determinar las cuotas. En este caso la representatividad de la muestra se basa en la ley de los grandes números y en el cálculo de probabilidades. A su vez, el sorteo puede llevarse a cabo utilizando los censos o registros de la colectividad o, si esto no fuera posible, mediante sondeos de superficie utilizando mapas o fotografías para determinar áreas de unidades homogéneas entre las cuales se sortean las áreas muestra. Cabe también el sondeo por «racimos». De hecho se trata de diferentes procedimientos cuya característica común es que, en vez de sortear cada uno de los elementos, se sortean grupos de éstos. Una cuarta forma de seleccionar la muestra es el sorteo de varios grados: después de obtener los racimos, dentro de cada uno de ellos se sortean las unidades que deben ser interrogadas. Finalmente, los sondeos de varias fases, combinando varios sondeos efectuados sobre fracciones variables de la colectividad. Diferente del sondeo por cuotas es el sondeo estratificado, que introduce un factor no probabilista en los sondeos al azar. La idea base es que cada categoría o estrato debe ser lo más homogénea posible, empleándose frecuentemente para la elección criterios estadísticos, geográficos, etc. Aparte de esta determinación de la muestra al llevar a cabo la encuesta, existen ya modelos previamente elaborados.
     
      c. La observación directa intensiva. Se sirve de tres técnicas fundamentales: las entrevistas, los tests y la medición de las actitudes y la participación.
     
      La entrevista es procedimiento común a la observación intensiva y a la extensiva. Debido al frecuente uso periodístico de la misma, los sociólogos no le han prestado seguramente toda la atención que merece. Según el fin que persiguen, las entrevistas pueden ser de opinión o de personalidad para conocer los puntos de vista y las actitudes de la persona interrogada, y documentales. En éstas no se les interroga sobre lo que hacen, sino acerca de lo que saben. Asimismo se distingue entre entrevistas de líderes (de opinión o documental) y del hombre de la calle u hombre común. Existen técnicas particulares de entrevistas, como las repetidas en diversos intervalos de tiempo (paneles), las cuales descansan en dos ideas: la repetición de las mismas cuestiones a intervalos y entre las mismas personas (muestra homogénea). Las entrevistas en profundidad apuntan a la personalidad global del individuo interrogado. Pueden ser sueltas o únicas, del modelo convergente ideado por Merton, o del clínico y multiplicadas, clasificables éstas en entrevistas-memorias, de detenidos y presos y psicoanálisis.
     
      El método del test resulta sumamente orientador. Debe reunir una serie de cualidades: fidelidad, validez y sensibilidad. Pueden ser de aptitudes y de conocimientos o de personalidad (tests objetivos o de proyección, como el Rohrschach; v. TESTS PSICOLÓGICOS). El test se emplea mucho, sobre todo en Psicología social; también en selección de personal (Y. SOCIOLOGÍA INDUSTRIAL Y DEL TRABAJO).
     
      Finalmente, el método de participación consiste en examinar el grupo en sí mismo, como colectividad. En cierto modo equivale a una observación global o de conjunto. Implica que el observador intervenga en la vida del grupo adoptando a veces una actividad pasiva, otras activa. La participación puede ser individual o por equipos restringidos. Cabe distinguir entre la observación reportaje (estudio de reuniones, manifestaciones y asambleas, o bien estudio de la estructura y comportamiento de las colectividades) y la observación antropológica. También es posible un método de observación colectiva.
     
      d. El análisis sistemático. No basta describir la realidad mediante alguna de las técnicas expuestas; hay que explicarla ordenadamente. De ahí tres posibles niveles: el de descripción, el de clasificación y el de explicación o establecimiento de leyes. Conocidos los hechos, se establecen las hipótesis que reúnen elementos conocidos del problema de modo completo y sistemático, comparándolos con otros. De ahí que, en la fase de comprobación de la hipótesis, resulte preciso acudir a nuevas técnicas: en primer lugar la experimentación, aunque, dada la dificultad de realizar una experimentación en las ciencias humanas, hay que sustituirla muchas veces por la comparación, método del cual constituyen formas perfeccionadas las técnicas matemáticas y gráficas. La experimentación, pues, consiste en una observación provocada y dirigida. Al desarrollarse el fenómeno se introducen uno o varios factores artificiales comparando su resultado con el que se obtendría en su ausencia. En S., las técnicas más próximas a las experiencias de laboratorio son la creación de grupos artificiales (sobre un grupo único o varios) y, de modo especial, el sociodrama (v.). Se han intentado asimismo experimentos sobre el terreno, bien de forma pasiva (provocada o posterior a los hechos), bien activa: directa sobre grupos específicos o sobre grupos ordinarios e indirecta (técnica de los casos aberrantes).
     
      El método comparativo distingue la comparación próxima, establecida entre tipos de estructura análoga y a partir de los cuales intenta formular la previsión, y la remota, la cual, en realidad, constituye una violación de las reglas del método comparativo. Aplicaciones importantes son los llamados estudios de áreas, la S. electoral, la elaboración de decisiones y otra serie de técnicas de estudios de comunidades, de organizaciones, de casos concretos, etc. Este método comparativo tiene gran aplicación en el plano histórico y en el de la macrosociología para comparar sociedades globales especialmente. Además, esta comparación histórica permite la comprensión profunda del sentido (el método Verstehen preconizado por M. Weber) de las instituciones, estructuras, cte., actuales. No obstante, esto excede ya al campo estricto de la S. y requiere la apelación a la Historia, por lo que más bien el estudio del método histórico comparativo y de la comprehensión corresponde a la teoría sociológica general como una más entre las ciencias de la conducta humana.
     
      Las técnicas matemáticas pueden ser empleadas para cuantificar hechos materialmente innumerables (demográficos, cte.) y, por tanto, sólo aproximadamente mensurables. En ambos casos se trata de expresar matemáticamente los fenómenos. Otro aspecto importante de aplicación de estas técnicas lo constituye el análisis matemático, el cual abarca tres subclases principales: el análisis de las asociaciones y de las correlaciones, basado en la noción de unión estocástica, el análisis factorial y la investigación operativa o «ciencia de la decisión».
     
      Finalmente las técnicas gráficas consisten en representar mediante figuras los fenómenos sociales a fin de compararlas cómodamente. Deben ser simples y precisas. Hay gráficos matemáticos como diagramas, que utilizan un sistema de coordenadas, diagramas que utilizan superficies, sectores o franjas y figuras que representan más de dos variables con numerosas subdivisiones. Para la representación de series de frecuencias existen algunas modalidades algo distintas y gráficos no matemáticos, como mapas y figuras imaginarias.
     
      V. t.: MÉTODO; METODOLOGÍA CIENTÍFICA; CIENCIA VII, 3; INVESTIGACIÓN VI.
     
     

BIBL.: J. REX, Problemas fundamentales de la teoría sociológica, Buenos Aires 1968; M. COHEN, E. NAGEL, Introducción a la lógica, y al método científico, Buenos Aires 1968; R. MACIVER, Causación social, México 1949; J. MAcKINNEY, Tipología constructiva y teoría social, Buenos Aires 1968; J. CASTILLO, Introducción a la sociología, Madrid 1968; S. DEL CAMPO, Sociología científica moderna, Madrid 1965; F. KAUFMANN, Metodología de las ciencias sociales, México 1946; E. GREENWOOD, Sociología experimental, México 1951; M, DuVERGER, Métodos de las ciencias sociales, Barcelona 1962; H. ZETTERBERG, Teoría y verificación sociológica, Buenos Aires 1968; P. V. YOUNG, Métodos científicos de investigación social, México 1960; G. LUNDBERG, Técnica de la investigación social, México 1949; A. PERPiÑÁ RODRfGUEZ, Métodos y criterios de la sociología contemporánea, Madrid 1958; íD, Nueva y vieja Sociología, Madrid 1967; G. GURVITCH, Dialéctica . y sociología, Madrid 1969; 1. M. BOCHENSKi, Los métodos actuales del pensamiento, 7 ed. Madrid 1971.

 

D. NEGRO PAVÓN.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991