PEDRO NOLASCO, SAN


Fundador de la Orden de Santa María de la Merced (militar-clerical-mendicante) para la redención de cautivos cristianos en la España meridional y el Norte de África (v. MERCEDARIOS). Se distingue por su caridad heroica eri beneficio espiritual y corporal de los cautivos. N. hacia 1180, en Provenzals, próximo a Barcelona. si bien algunos críticos de solvencia permanecen en la creencia generalizada desde Gaver (1445) de haber nacido en Mas de las Santas Puellas, en la Provetiza (Francia).
      En muy temprana edad fijó con sus padres su residencia en Barcelona, donde formó su personalidad y había de morar toda su vida. Sin padre a los quince años y sin madre poco después, dueño de un caudaloso patrimonio, antes de cumplir los 23 años tomó la decisión de seguir a Cristo en todo. Tras emitir el voto de celibato y repartir entre los pobres casi toda su fortuna, inició su tarea redentora, rescatando en Valencia más de 300 cautivos, probablemente en varias veces y no todas en persona, por ser muy joven, sino por medio de exeas o mercaderes. No consta que actuara en esta fase inicial bajo la influencia de alguna revelación, como pretende la falsa crónica, p. ej., con la visión de la Jerusalén Celestial, sino siguiendo el impulso de su vocación, las luces de la fe y del evangelio y el ejemplo de S. Lorenzo.
      El Señor premió su abnegación con auxilios divinos. El primero lo recibió en 1203 con la visión de la Oliva misteriosa. Este importante dato biográfico procede de Zumel, su primer expositor. La frondosa oliva destrozada por gentes incultas y renaciendo de sí misma figuraba la Iglesia perseguida en sus miembros cautivos. Nolasco, sentado bajo sus ramas, la defendía con ayuda de gravesy gallardos varones, enviados por el Gran Rey. Reanimado con esta maravillosa visión y seguro del beneplácito divino, apresuróse a formar una Asociación de varones piadosos para que trabajasen con él en la obra de la redención. En esta tarea fundadora jugó un papel relevante S. Raimundo de Peñafort (v.), prebendado de la catedral de Barcelona y sacerdote conspicuo, según documento de 1204. Su intervención, tan debatida desde el s. XVI en adelante, viene abonada por una venerable tradición. Nolasco necesitó su dirección, consejo y amparo para organizar canónicamente la vida común, a modo de Orden religiosa. La Aparición de la Madre de Dios, hecha solamente a él -según la crítica hodierna más autorizada- la noche del 2 ag. 1218, constituye su segundo y definitivo auxilio divino conocido. Con él dio María cumplimiento a sus anhelos redentores, mandándole fundar la Orden de la B. María de la Merced consagrada a la liberación de cautivos a perpetuidad y en todo el mundo, como el siervo de Dios quería, con el fin supremo de salvaguardar la fe, entregándose en rehenes cuando fuere preciso. (Las voces excambitrna y rafena, refene, eran ya usuales en los fueros de Castilla y Aragón).
      Conocido y aceptado el divino decreto en virtud de la santidad de mandatario por cl Rey y sus Consejeros, post tractatus aliquos, tomadas las medidas necesarias, verificóse la solemne fundación de la Orden de la Merced en la catedral barcinonense el 10 ag. 1218. Hizo Nolasco su profesión, añadiendo a los tres votos esenciales el cuarto de redención v, a su vez, recibió allí mismo a los primeros religiosos y. co-fundadores.
      La biografía de P. se identifica en este periodo (121849) con la de la Orden. Fue el primer General, perpetuo y laico. Hasta 1232 tuvo su curja en el Hospital de Santa Eulalia; y a partir de esa fecha en el convento de Barcelona, donde celebraba los capítulos anuales, hacía nombramientos, señalaba las contratas o baylías, erigía cofradías, nombraba cuestores, etc.
      No conocemos ningún documento referente a sus redenciones, aunque consta que las verificaba cada año, como también su asistencia a los hospitales anejos a los conventos. Veinte fueron fundados por él en la corona de Aragón y Francia. Nolasco debía de realizar las redenciones en calidad de exea o alfaqueque, ya que hasta 1240, al no haber tratados amistosos entre Jaime I y los Estados Musulmanes, el único medio de penetrar en éstos era ejerciendo el comercio. Según antiguos escritos, Nolasco fue mercader, pero ello ha de entenderse no de profesión, que contradice a su biografía, sino de ocasión, mercader a lo divino, para poder efectuar tratos y contratos en los países árabes, sin excesivo riesgo y aumentando de paso el caudal redentor. Existe la tradición de haber acompañado a Jaime I en Baleares y Valencia, recibiendo espléndidas donaciones. Su mediación en el hallazgo de la milagrosa Virgen del Puig fue recompensada con el suntuoso monasterio mandado erigir allí por Don Jaime. De su estrecha familiaridad con éste existen pruebas documentales bastante numerosas. Falleció en Barcelona el 13 ó 14 de mayo de 1249, después de haber comenzado la construcción de la iglesia de la Merced. Incoado en 1612 el proceso de culto inmemorial, fue canonizado el 30 sept. 1628 por Urbano VIII, y el 12 jun. 1664, a petición de Felipe IV, incluido en el misal y breviario. Su fiesta se celebra el 28 de enero. En el VII centenario de la fundación de la Orden (1918), un grupo de eminentes investigadores: Gazulla (Faustino), Serratosa, Vázquez Núñez, Nolasco Pérez, Monroy y otros dieron comienzo a la crítica histórica, cuyo primer resultado fue desechar los apócrifos y dotar al gran Padre de la Familia Mercedaria de una biografía digna, convincente y documentada, que van completando recientes investigaciones.
      Bossuet (Panegírico de San Pedro Nolasco), San Antonio María Claret (II egoísmo vinto) y Balmes (El Protestantismo comparado con el Catolicismo), realzaron la acción social de Nolasco.
     
     

BIBL.: P. N. PÉREZ, San Pedro Nolasco, Barcelona 1915 (aunque escrita a base de apócrifos, esta obra contiene muchas noticias de interés); R. SERRATOSA, ¿Dónde nació San Pedro Nolasco?, «Estudios», VII (1951) 513-522; Muerte del Santo Patriarca (13 de mayo de 1249) «Estudios» (1956) 205-222; A. PALMA, La verdadera patria de San Pedro Nolasco, Barcelona 1959; P. V. IGNELZI, Famiglia e Patria di San Pietro Nolasco, «Boletín de la Orden de la Merced», 36 (1964) 16-25; íD, Pietro Nolasco, en Bibl. Sanct. 10,844-852A.

 

LÓPEZ QUINTÁS.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991