PEDRO GONZÁLEZ, BEATO (San Telmo)


Dominico español del s. XIII; n. en S. Martín de Frómista (Palencia) ca. 1180-90, según algunos autores (Sampayo, 1190; Rehac, 1180; Flórez, 1185); está por determinar históricamente la clase de estudios que P. G. realizó en Palencia. Sampayo y los bolandistas (v.) sostienen su n. en Astorga, lo que no parece exacto, pues ignoran algunas fuentes básicas. En Frómista existe la tradición de su nacimiento en esta villa. Perteneciente a la aristocracia castellana y sobrino del obispo de Palencia, Tello Téllez de Meneses, fue nombrado, muy joven aún, canónigo de la Catedral de Palencia, y, en seguida, por designación de Roma, elevado a la primera dignidad después del obispo: eJ Deanato.
      Un sencillo hecho cambiaría el rumbo de su vida: el ridículo que sintió ante sus convecinos por la caída de su caballo en el barro de una de las plazas de la ciudad, el primer día que paseaba como Deán, ricamente engalanado. Decide entonces cambiar de estado e ingresa en la recién fundada Orden dominicana; estudia Teología y se convierte en predicador incansable; como confesor de Fernando III el Santo, le asiste en una de sus campañas militares y, a continuación, es asignado al convento de su Orden en Santiago de Compostela. La región de Galicia se convierte, desde entonces, en objeto de su actividad apostólica; Lugo, Ribadavia, Bayona, Gondomar, Tuy, son los lugares habituales de su predicación. Durante un viaje a Santiago, en Santa Columba se siente enfermo, prediciendo su inminente muerte; vuelve a Tuy donde muere en 1246, «poco después de Pascua» (Legenda Beati Petri Gundisalvi, en Flórez, XXIII, 131-176 y 245-263). Existen muchos hechos de carácter sobrenatural, tanto antes como después de su muerte, que difícilmente pueden precisarse como históricos o como legendarios; destacan los milagros realizados en favor de náufragos, narrados en las fuentes, por la influencia que han podido tener en el nombre de S. Telmo, con que el beato P. G. ha pasado a la posteridad.
      Nombre de S. Telmo. Nada seguro puede decirse sobre el tiempo o el motivo de esta adición al nombre de pila de P. G.; la advocación no aparece en las primeras fuentes y se desconoce antes del s. xvi. Se da como probableetimología, la de Sant Anselmo, Sant Hermes, S. Thermes, Sant Eramo-Ermo-Elmo, nombres de distintas advocaciones de santos antiguos que gozaban de especial popularidad y devoción entre los marineros; al propagarse entre éstos la devoción al beato P. G., se mezclaron cultos viejos con el nuevo culto y se produjo una confusión de advocaciones, cuyo final fue que se hiciese general llamar S. Telmo a P. G. (Cfr. Flórez, XXII1,153-160).
      No consta su proceso de beatificación; si es cierta la noticia de que se hizo por Bula de Inocencio IV (1254) sería la primera beatificación mediante proceso conocida; un informe sobre P. G., debido al obispo de Tuy en 1741, no habla de ella, y la contestación de Roma la ignora también. Existe una relación, con testimonio jurado, de milagros, enviada en 1258 por el obispo de Tuy al capítulo general dominicano de Tolosa; en un segundo proceso (1607) abierto en Portugal para canonizarlo, se pide copia de la Bula de beatificación; la contestación, afirmando que P. G. había sido beatificado no menciona, sin embargo, la Bula. El obispo fr. A. Gómez (1690) pedirá que el beato tenga oficio propio, acompañando su petición de un Memorial. Entre tanto testimonio inseguro, poseemos en fin un hecho indiscutible: el decreto de aprobación de culto inmemorial como beato, dado por Urbano VIII el 13 en. 1741. La capilla de P. G., existente en la catedral de Tuy, fue edificada por el obispo Diego de Torquemada, y los restos del beato fueron trasladados allí el 27 abr. 1579. Su fiesta se celebra el 14 de abril.
      Es arriesgado un juicio valorativo de las fuentes; la vida recogida por Flórez, aunque escrita poco después de la muerte de P. G., tiene mucho de literario y retórico; la relación de milagros, 180 en total, posee el aval de los testigos bajo juramento; el manuscrito de G. Franchet, del que existen múltiples copias y ediciones, tiene a su favor su sencillez sin amaños, la cita de fuentes de información y no pretender presentar lo falso como cierto. La vida escrita por Sampayo es, en cambio, duramente ridiculizada por Flórez.
     
      V. t.: DOMINICOS.
     
     

BIBL.: Legenda Beati Petri Gundisalvi, Miracula post mortem Servi Dei, Decretum canonizationis..., en Flórez, XIII,245-285; P. ÁLVAREZ, santos Bienaventurados, Venerables de la Orden de los Predicadores, 1, Vergara 1920-121-77; G. FRANCHET, Vitae fratrum Ordinis Praedicatorum, Biblioteca de la Univ. de Madrid, ms. 147; fD, íd. Salamanca, ms.2.33; P. GALINDo, La Baja Edad Media en Tuy, Santiago de Compostela 1924; M. GELABERT, santo Domingo, Madrid 1947, 505 ss.; E. SAMPAYO, Vita Beati Petri Gundisalvi, Braga 1586; Act. Sanct. Abr. 11,389399; A. SILLI, González, Pietro, en Bibl. Sanct. 7,108-109.

 

GRACILIANO ROSCALES.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991