PASCUAL BAILÓN, SAN
Franciscano español del s. XVI, que se distinguió, de modo particular, por su
devoción a la Eucaristía.
N. el 16 mayo 1540 en Torrehermosa (Zaragoza), villa dependiente, a la
sazón, de la diócesis de Sigüenza. Tuvotres hermanos y fueron sus padres Martín
Bailón e Isabel Jubera. Desde los siete años hubo de cuidar las cabras y las
ovejas de su padre, colono en el monasterio del Cister de Puerto Regio. Supo
rodear de piedad su vida de pastoreo, piedad que aumentó sensiblemente desde el
día en que recibió la primera comunión. Tendría unos 12 años cuando su padre le
puso al servicio de un vecino llamado Martín García. Éste le ofreció con el
tiempo sus rebaños, su hacienda y su propia hija; pero P. estaba firmemente
decidido a seguir la vocación religiosa: llamó a las puertas del convento
alcantarino (v. PEDRO DE ALCÁNTARA) de Monforte (Alicante) y vistió el hábito
franciscano en Elche, el 2 feb. 1564.
A los pocos días volvió al convento de Nuestra Señora de Loreto, de
Monforte. P., habituado al sacrificio y a la oración, se adaptó de inmediato a
la vida alcantarina. Podía allí ejercitarse en sacrificios y pasar largos ratos
arrodillado ante el sagrario: «Pascual -dice el texto francés de Le palmier
séraphique, V,311- tenía una tierna devoción de la divina Eucaristía. Pasaba
horas enteras postrado ante el Tabernáculo».
De los ocho años de formación que pedía la Regla, siete los pasó en
Monforte; el octavo, entre Elche y Villena. En 1573 pasó a Valencia, donde
residió unos tres años, ocupándose del refectorio, de la portería, de la cocina
y de pedir por los pueblos para la manutención de sus Hermanos y de los pobres.
Su celo consiguió afamadas conversiones. No obstante, hubo de pasar por el
crisol de las tentaciones y de la noche oscura. En misión de obediencia realizó
un viaje, a pie, a Jerez de la Frontera y, otro, a la capital de Francia en
1576. Cerca ya de París, le detuvo un hereje y le preguntó: «Fraile, ¿dónde está
Dios?» «En el cielo», respondió Pascual; y el otro le dejó en paz. « ¡Desdichado
de mí! , se decía luego. Debía haber contestado: en el cielo y en el Santísimo
Sacramento del altar».
Más tarde le nombraron Maestro de novicios del convento de Almansa. Luego
residió en Elche. De Elche pasó al convento de Jumilla, donde le eligieron
Superior. Al hacerse precaria su salud, fue enviado a Ayora y, de allí, a la
ciudad del Turia. De Valencia marchó a Játiva y, más tarde, al convento de
Nuestra Señora del Rosario, en Villarreal (Castellón), donde, al cabo de tres
años, m. el 17 mayo 1592. Sus restos se conservaron allí hasta su destrucción
durante la guerra civil de 1936.
Sus biógrafos lo describen como de mediana estatura y de aspecto amable.
Tenía en la frente unas arrugas y era ligeramente calvo; su color era moreno y
los ojos pequeños y chispeantes.
Juan Ximénez -para recompensar de alguna manera, como se lee en Acta Sanct.
IV,48, «el trabajo que se tomó en traerme a la religión»- y el italiano P. F.
Cristóforo de Arta (ib. 89 ss.) escriben largamente de los prodigios que obró P.
en vida y en muerte y también de su don de consejo (Anuales minorum, o. c. en
bibl., XXIII,4): al espíritu de profecía unió Dios en él el don de la ciencia.
El propio Inocencio XIII, al examinar el dictamen de los teólogos con motivo de
la canonización, reconoció en el santo el carisma de la ciencia infusa.
P. escribió unos apuntes en su «cartapacio», que J. Sala publicó con el
nombre de Opúsculos de S. Pascual Bailón (Toledo 1911). El arzobispo de
Valencia, S. Juan de Ribera, los admiró (Anuales minorum, ib. 5). Leemos en
ellos una muestra de fervor eucarístico:«Pan divino, verdadero, / sácame, Señor,
de mí. / Recíbeme, Dios, en Ti; / que en Ti vivo y en mí muero». Aparte las
distintas virtudes, como la caridad, la huImildad, la abnegación..., que
practicó con sencillez evangélica, P. fue muy especialmente un enamorado de la
Eucaristía. Como puede verse por sus escritos, se deshace en tiernas expansiones
eucarísticas. Teniéndolo en cuenta, León XIII dio al santo el título de Patrono
particular de los Congresos eucarísticos y de todas las asociaciones
eucarísticas en el Breve Providentissimus Deus, de 28 nov. 1897 (v. EUCARISTíA
V).
A los seis meses de su muerte, se incoó la causa de beatificación en el
obispado de Tortosa. Acudieron testigos sin número y de toda condición. Así se
explica que las actas del proceso de su canonización, que se conservan en Roma,
sumaran ocho volúmenes de mil páginas en folio cada tomo con pruebas
testimoniales de todos sus milagros (cfr. Geografía general del reino de
Valencia, o. c. en bibl. 468). El 23 jul. 1611 se comprobó que su cuerpo seguía
incorrupto. Paulo V le beatificó el 19 oct. 1618, y Alejandro VIII le canonizó
el 16 oct. 1690. Se celebra su fiesta el 17 de mayo.
BIBL.: J. XIMÉNEZ, Chronica del beato fr. Pascual Baylon, Valencia 1601; Annales minorum, Quaracchi 1934; Acta Sanct. Maii, IV,48-131; C. SARTHON CARREREs, Geografía general del reino de Valencia: provincia de Castellón, Barcelona; Actas del XXII Congreso eucarístico internacional celebrado en Madrid en 1911, 2 vol. Madrid 1912; O, STANIFORTH, The Sannt of the Eucharistie, 1908; A. GROETEKEN, Paschalis Baylon, Einsiedeln 1929; L. A. PORRENTRUY, St. Pascal Baylon, Patron des oeuvres eucharistiques, París 1899; F. RUsso, S. Pasquale Baylon, Nápoles 1935; L. GUIm CASTRO, S. Pascual Bailón: celestial patrono de los Congresos Eucarísticos, Vich 1953; N. DEL RE, C. M. CELLETTI, Pasquale Baylon, en Bibl. Sanct. 10,358-364.
GREGORIO LABACA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991