Nepotismo
 

La excesiva protección o preferencia que algunos dan a sus parientes para los empleos públicos se ha manifestado también en los Papas de algunos periodos. Aunque apareció ya en tiempos de Adriano I (772-795), el gran n. comenzó con Celestino III e Inocencio III (v.), que otorgaron feudos y cargos relevantes a sus parientes. En el s. XIII son famosos los favores concedidos por Inocencio IV (v.) a los Fieschi, por Nicolás III a los Orsini y por Bonifacio VIII (v.) a los Caetani. Los papas de Aviñón (v.) distribuyeron los principales cargos entre franceses de Occitania; favorecieron especialmente a sus parientes Clemente V (v.), Juan XXII (v.), Clemente VI e Inocencio VI. El cisma de Occidente (v. CISMA III) cooperó al n., pues nunca como entonces necesitaron los Papas de personas de su confianza (una de las causas históricas del n.). En el s. xv con Martín V (v.) vino el engrandecimiento de los Colonna; Calixto III (Alfonso de Borja) fue generoso con sus dos sobrinos cardenales, Rodrigo de Borja y Juan Luis del Milá, con Pedro Luis de Borja, duque de Espo~leto, y en menor escala con una multitud de catalano-aragoneses (la conquista de Nápoles por Alfonso V favoreció tal emigración). En la misma línea siguieron Pío II (v.) favoreciendo a los Piccolomini, Sixto IV a los Della Rovere, León X (v.) y Clemente VII (v.) a los Médici (v.). Con Inocencio VIII (1484-92) había comenzado un abuso más grave: la protección de los hijos del Papa, habidos antes del pontificado. Este género de n. incitará a la creación de Estados principescos. Inocencia se contentó con el matrimonio de su hijo Franceschetto Cibo con Magdalena de Médici (sus descendientes obtendrán el ducado de Massa-Carrara), pero Alejandro VI (v.), además de dar amplia acogida a parientes y connacionales, alcanzó para sus hijos Pedro Luis y Juan el ducado de Gandía, para Lucrecia el de Ferrara, para Jofré el principado de Esquilache, y para César creó el ducado de Romaña por medio de la unificación de una serie de dominios feudales del Pontificado. El hecho se repite con Paulo III (v.), quien de acuerdo con Carlos V (v.) entregó a su hijo Pedro Luis los ducados de Parma y Plasencia. Ese n. feudal cesó por mandato de S. Pío V en 1567. Paralelamente desde Sixto V se había 'ido creando un n. político, con el nombramiento de un cardenal-nepote o «cardinale-padrone», un sobrino del Papa encargado de los negocios de la Santa Sede. Tal práctica tenía en su favor, durante el periodo del absolutismo, la circunstancia de que los embajadores preferían tratar los asuntos con un pariente del Papa, que no con simples emplearlos de curia. Hubo cardenales-nepotes de altas prendas religiosas y políticas, como S. Carlos Borromeo (v.), nepote de Pío IV (v.), y el cardenal Bonello, sobrino de S. Pío V (v.); pero, en general, el prestigio de ese cargo quedó ensombrecido por el abusivo ambiente nepotístico que se creó en torno a casi todos los Papas de los s. XVI y XVII, sobre todo en tiempos de Paulo IV (v.), Sixto V (v.), Clemente VIII (v.), Paulo V (v.), Urbano VIII (v.) y Alejandro VII (v.). Ello no dejó de reflejarse en la literatura polémica de los protestantes contra el papado (G. Leti, p. ej.). La reacción antinepotística comenzó seriamente con el b. Inocencio XI (v.), coadyuvado por su secretario, card. Cibo, y fue llevada a cabo por Inocencio XII y por su secretario, card. Albani; la constitución Romanum decet Pontificem del 22 jun. 1692 puso fin a este abuso de la curia romana, delimitando los favores que los Papas podrían conceder a sus parientes. El n. reaparecerá sólo esporádicamente con Pío VI (v.) y aún tendrá algún rebrote en los siglos siguientes; pero el n. como institución abusiva murió en 1692, dando paso al cargo de secretario de Estado, en sustitución del cardenal-nepote.


MIGUEL BATLLORI.
 

BIBL.: G. LETI, Il nipotismo di Roma, 2 vol. Amsterdam 1667; C. SFONDRATI, Nepotismus theologice expensus, Sankt Gallen 1962; G. BRUNENGO, Alcune riflessioni sobre il nepotismo dei papi, «La civiltá cattolica» (1868), II, 395-407; B. JUNGMANN, Dissertationes selectae in historiam ecclesiasticam, VI, Ratisbona 1886, 431-436; J. RIUs SERRA, Catalanes y aragoneses en la corte de Calixto III, Barcelona 1927; M. BATLLORI, Alejandro VI y la casa real de Aragón, Madrid 1958; J. GRISAR, Püpstliche Finanzen, Nepotismus und Kirchenrecht unter Urban VIII, «Miscellanea historiae pontificiae», VII (1943) 205-366; A. KRAUS, Amt und Stellung des Kardinalnepoten zur Zeit Urbans VIII. (1623), «Romische Quartalschrift» 53 (1958) 238-243; G. B. SCAPINELLI, Il memoriale del P. Oliva S. 1. al card. Cybo sul nepotismo (1676), «Rivista di storia della Chiesa in Italia» 2 (1948) 263-273.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991