MARTÍN DE DUMIO (O DE BRAGA), SAN


Obispo de Braga (v.) y apóstol de los suevos. N. en la Pannonia (actual Hungría) -«Pannoniis genitus» confiesa- en eJ principio del s. vi y marchó, aún joven, al Oriente, deteniéndose bastante tiempo en Palestina, donde conoció la vida de los eremitas del desierto y de otros religiosos, adquiriendo una vasta cultura que le hizo ser uno de los mayores eruditos de su época (v. ERUDITOS FILÓSOFOS DE LA ALTA EDAD MEDIA).
      Ca. 550, por inspiración divina -según confiesa él mismo-, fue a Galicia y desembarcó tal vez en Portucale, al mismo tiempo que llegaban de la Galia las reliquias de S. Martín de Tours solicitadas por el rey de los suevos Carrarico para obtener la curación de su hijo. Este providencial encuentro marcó el destino de M., ya que fijó su residencia en Dumio (alrededores de Braga), junto a la corte. Llegó a ser el apóstol de los suevos (v.), hasta entonces arrianos, ayudado por el rey Teodomiro en la conversión de su pueblo. Por este motivo, Venancio Fortunato, obispo de Poitiers, le denomina «Galli-Sueva salus». Fundó varios monasterios, siendo el principal el de Dumio (citado por el X Conc. de Toledo, 656), del que fue abad. Este monasterio fue un importante centro de vida religiosa y cultural, donde escribió diversas obras y tradujo del griego las Aegyptiorum Patrum sententiae, y el monje Pascasio las Verba seniorum.
      Como gratitud por su labor con los suevos, M. fue consagrado obispo de Dumio el 5 abr. 556, cuya iglesia fue inaugurada en 558. Esté pequeño obispado, constituido por el monasterio y sus dominios, corresponde exactamente a la actual feligresía y es el único caso de su género en la Iglesia Occidental. La erección de esta diócesis-monasterio parece debida a influencia celta, porque el obispo-abad de Dumio, además de gobernar el monasteriodiócesis, mandaba en los otros monasterios de Galicia y hasta de otras provincias, constituyendo con ellos una especie de federación monástica, que alcanzó su apogeo con S. Fructuoso (v.). M. tomó parte en el I Conc. de Braga, en mayo de 561, presidido por el obispo Lucrecio. A la muerte de éste (569) le sucede M., sin dejar por ello su obispado de Dumio. Se dedicó, con gran celo, a la extirpación de la herejía priscilianista (v. PRISCILIANO), realizóalgunas innovaciones litúrgicas, preparó y dirigió el II Conc. de Braga (1 jun. 572) y escribió diversas obras para orientación de sus súbditos, del rey y de los obispos sufragáneos. El aumento de la vida religiosa y el crecimiento del reino suevo le obligó a erigir nuevas parroquias y diócesis. M. el 20 mar. 579. Desde el s. XII, por lo menos, es el patrono de la feligresía de Dumio y uno de los protectores de la archidiócesis de Braga. Su fiesta se celebra el 20 de marzo.
      Escritos. Sus obras pueden dividirse en tres grupos: 1) Ascético-morales: Formula vitae honestae, escrita a petición del rey Teodomiro, es un excelente tratado de moral natural sobre las cuatro virtudes cardinales, y obra muy influida por Séneca; De ira, escrita a petición de Vitjmiro, obispo de Orense, resume la obra del mismo título de Séneca; en Opus tripartitum expone la moral cristiana sobre la jactancia, la soberbia y la humildad; para orientación de sus monjes traduce del griego Aegyptiorum Patrum sententiae; en respuesta a Polemio, obispo de Astorga, escribe De correctione rusticorum, una instrucción pastoral a los obispos en su visita a las diócesis, de gran valor para conocer las costumbres y la vida religiosa del s. VI. 2) Canónicas: Epistola de trina mersione, en donde combate la costumbre de bautizar con una sola inmersión; Capitula Martini, colección de 84 cánones (clasificados por algunos autores como Conc. III de Braga) dedicada al obispo de Lugo Vitigio, en donde se procura adaptar la disciplina tradicional de la Iglesia a las necesidades y al particularismo de la Iglesia sueva. Por haber tomado parte M. en los dos concilios bracarenses, se le atribuyen la redacción de las respectivas Actas, que entraron con los Capitula en la Colección Hispana. 3) Poéticas: Tres poesías de sabor clásico, con un total de 38 hexámetros: In basílica, In refectorio y su Epitaphium. Se ha perdido su Volumen epistolorum, citado por S. Isidoro, que contendría tal vez su desaparecida correspondencia con Venancio Fortunato, S. Radegunda, la abadesa Inés y otras religiosas de Santa Cruz de Poitiers. Se le atribuyen los opúsculos De paupertatae, Libellus de moribus y otros, aunque son de autenticidad muy dudosa. Le fue erróneamente atribuido el tratado De Pascha, que es de autor priscilianista. Según E. Amann, el mérito principal de M. como escritor estriba en ser el último superviviente de una civilización que desaparecía y el precursor de tiempos nuevos.
     
     

BIBL.: Ediciones: PL 72,21-52; 73,1025-1062; 74,381-394; 84, 574-586; 130,575-588; C. W. BARLOW, Martini Episcopi Bracarensis Opera Omnia, New Haven 1954. Estudios: FLóREZ, XXV,383-449; A. C. Do AMARAL, Vida e opusculos de S. Martinho Bracharense, Braga 1803; íD, Colepáo de capones de S. Martinho Bracharense, Braga 1803; C. P. CASPARI, Martin von Bracara's schritt De correctione rusticorum, Christiania 1883; E. AMANN, en DTC 10,203-207; P. DAVID, Un traité priscilianiste de comput pascal, Coimbra 1951; Actas do Congreso Internacional de S. Martinho de Dume, «Bracara Augusta», V-VIII, Braga 1954-57; E. CUEVAS y U. DomíNGUEZ DEL VAL, Patrologia española, en apéndice a la Patrologia de ALTANER, 5a ed. Madrid 1962, 485-488; J. ORLANDIS, Las congregaciones monásticas en la tradición suevo-gótica, en Anuario de estudios medievales, I, Barcelona 1964, 97-119; G. MARTíNEZ DíEZ, La colección canónica de la época sueva: Los Capitula Martini, «Bracara Augusta» XXI, Braga 1967; J. FERNÁNDEZ ALONSO, Martino di Braga, en Bibl. Sanct. 8,1230-1232; J. MADOZ, Martin de Braga, «Estudios Eclesiásticos» (1951) 219-242 (trabajo bibliográfico)

 

AVELINO DE JESUS DA COSTA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991