En los libros litúrgicos más antiguos de Occidente, la octava de Navidad se presentaba con una coincidencia de intenciones. Por una parte, con el fin de sustituir la fiesta pagana del 1 en. en honor de Janus, cuyos templos se habían multiplicado, y cuya fiesta degeneraba en orgías idolátricas, se instituyó, en la misma fecha, un oficio de carácter penitencial para separar de los ídolos a los cristianos (posiblemente fue esta primera intención lo que dio origen a la celebración litúrgica de la octava de Navidad en muchas partes). Por otro lado, la liturgia romana celebraba desde entonces el misterio de la Maternidad divina de M., Natale S. Mariae; sin dejar esta memoria, acepta, en el s. vi, el oficio penitencial existente en otras iglesias. Independientemente, en el mismo s. VI nace, en otras partes de Occidente, una memoria de la Circuncisión del Señor, para celebrar el hecho histórico narrado por Lc 2,21: «Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron el nombre de Jesús». Desde el s. VII las Iglesias occidentales celebran ya tradicionalmente la fiesta de la Circuncisión, excepto la romana, que no la admite hasta el s. XI.
      En el Misal de S. Pío V se conservan, integrándolas, esas diversas tradiciones: la fiesta tiene como título el de Octava de Navidad, conmemorando así la Circuncisión del Señor; los textos tienen en su mayoría sabor mariano, pero se mantienen algunos de tono penitencial. Hay, además, una fiesta de la Maternidad de M. celebrada el 11 oct. En los libros litúrgicos promulgados por Paulo VI se suprime la fiesta del 11 oct. y la octava de Navidad pasa a denominarse Solemnidad de Santa María Madre de Dios. En los formularios se ha subrayado aún más que en los anteriores el carácter mariano de esta solemnidad litúrgica. Para ello se ha sustituido la oración sobre las ofrendas y para después de la Comunión por dos oraciones eminentemente marianas, tomada la primera del antiquísimo Sacramentario Leoniano o Vernense y la segunda del Sacramentario Gelasiano con una modificación para aludir a la Maternidad de la Virgen sobre la Iglesia. También se han añadido varios himnos de temas marianos, sobre todo, el de vísperas, tomado de Prudencio, y el del Oficio de lecturas de un autor anónimo de los s. VII-VIII.
     
      V. t.: NAVIDAD; CIRCUNCISIÓN II
     
     

BIBL.: M. RIGHETrI, - Historia de la Liturgia, 1, Madrid 1955, 707-715; B. BOTTE, La premiére léte mariale de la liturgie romaine, «Ephemerides Liturgicaen, 47 (1933) 425-430; A. CHAVASSE, Le sacramentaire gélasien, Tournai 1957, 381-383; F. CABROL, Circoncision (Féte de la), en DACL 29 (1913), 1717-1728

A. ARGEMI ROCA