MARÍA IV. MARÍA EN EL CULTO Y LA LITURGIA 4. ANUNCIACIÓN Y VISITACIÓN.


Anunciación del Señor: Esta fiesta, que se celebra el 25 mar., tanto en los calendarios antiguos como en el promulgado por Paulo VI, es una fiesta del Señor. Su contenido, no obstante, es tanto cristológico como mariano, y durante muchos siglos ha sido considerado como fiesta de la Virgen. Por eso se inserta aquí. El anuncio angélico de la Encarnación del Verbo a M. (Le 1,5-25) no sólo está en el origen de todas las fiestas y culto marianos, sino que es el inicio mismo del misterio de la Encarnación. Casi todas las liturgias lo conmemoran en torno a la fiesta de Navidad: Roma lo recuerda el miércoles de Témporas de Adviento; en España se celebraba el 18 dic.; en Milán el cuarto domingo de Adviento; en Constantinopla el domingo antes de Navidad. Los nestorianos llaman Domingos de la Anunciación a todos los domingos de Adviento.
      La fiesta llamada de la Anunciación no aparece, en cambio, hasta el s. vi. Los primeros testimonios explícitos son un sermón de Abrahán de Éfeso y una poesía contemporánea de Román el Melodo (440). En la primera mitad del s. VII el Chronicon Paschale de Alejandría (624) señala el 25 mar. como «dies annuntiationis nostrae Dei Genitricis». El canon 52 del Conc. in Trullo a finales del siglo (692) ordena que en «el santo día de la Anunciación», aunque dentro de la Cuaresma, se celebren los divinos misterios al igual que los sábados y domingos. En Occidente la fiesta del 25 mar. aparece ya, con carácter marcadamente mariano, en el Gelasiano (Mohlberg, 135). El Conc. de Toledo del a. 656, no obstante reconocer que el 25 mar. es realmente el día «en el que el Ángel anunció con palabras a la Virgen la concepción del Verbo, y la confirmó con milagros», fija dicha fiesta el 18 dic., pues en Cuaresma no puede celebrarse convenientemente.
      El título de la fiesta varía según se la considere en primer lugar como misterio de Cristo o como fiesta de M. Adnuntiatio Domini, Adnuntiatio dominica, Conceptio D. N. J. C. Pero también Conceptio S. Mariae de Spiritu Sancto y Adnuntiatio S. Mariae matris D. N. J. C. (Gelasiano). Sin duda, el papa Sergio (687-701) contribuyó a acentuar el carácter mariano de la solemnidad, al dotarla de una procesión al igual que las otras tres grandes fiestas de M. (Asunción, Natividad, Purificación). No obstante, el Liber Ponte f icalis, que nos narra esta institución, denomina la fiesta como Adnuntiatio Domini (Duchesne 1,376). En el Misal de S. Pío V esta fiesta fue incluida como fiesta mariana. En el Calendario promulgado por Paulo VI ha pasado de nuevo a ser fiesta del Señor; sin embargo, por el contenido de los textos litúrgicos se podría considerar también como fiesta mariana, tanto o tal vez más aún que en los libros litúrgicos anteriores al Vaticano II.
      Su fijación en el 25 mar. obedece a su relación con la fiesta de Navidad. Además, según una antigua tradición, en el equinoccio de primavera debían coincidir la creación del mundo y el inicio y fin de la Redención: concepción y muerte de Cristo. En la liturgia de esta solemnidad se hallan admirablemente combinados los elementos cristológicos y marianos.
     
     

BIBL.: J. PASCXER, El Año Litúrgico, Madrid 1965, 670-677; F. CABROL, Annonciation (Féte de 1'), DACL 1,2242; M. RIGHETTI, Historia de la Liturgia, Madrid 1955, 912-914

 

A. M. FRANQUESA GARRÓS

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991