LORENZO JUSTINIANO, SAN
Fundador de la Congregación de Canónigos regulares de S. Jorge in Alga. Primer
Patriarca de Venecia.
Los Giustiniani eran uno de los linajes más ilustres de Venecia (v.).
Lorenzo n. el 1 jul. 1381, cuando la República terminaba una guerra victoriosa
contra Génova, que tuvo como consecuencia dejar huérfano al niño, y viuda, a los
25 años, a su madre Quirina, una mujer enérgica, que bajo las sedas llevaba el
cilicio y el ceñidor de hierro. La juventud de L. no parecía presagiar la futura
trayectoria de su vida. Todo en él eran sueños caballerescos y sed de
conquistas. Pero a los 20 años todo cambió repentinamente. En su Fasciculus
amoris, él mismo cuenta cómo se realizó la transformación: «Era yo entonces como
todos. Con ardor apasionado buscaba la paz en las cosas exteriores, sin poder
encontrarla, hasta que un día se me apareció una joven más bella que el sol y me
dijo con rostro sonriente: Amable joven, ¿por qué derramas tu corazón en tantas
cosas inútiles? Yo te daré lo que buscas si me tomas por esposa. Al preguntarle
su nombre, ella me contestó: Soy la Sabiduría de Dios. Ante esta declaración, me
rendí. Entonces ella me abrazó y me dejó convertido en otro hombre». El cambio
inquietó a Quirina, que había ya preparado para su hijo un matrimonio muy
ventajoso. L., entonces, tomó la resolución de retirarse a la isla de S. Jorge,
donde se recogían algunos sacerdotes y jóvenes venecianos para dedicarse a la
oración y a la penitencia. Con ellos (siendo diácono) fundó la Congregación de
Canónigos regulares de S. Jorge in Alga (1404).
Solía decir L. que la verdadera ciencia consiste en saber dos cosas: que
Dios es todo y el hombre es nada. La humildad era uno de sus temas favoritos. En
su tratado sobre esta virtud la comparaba a un torrente pequeño e insignificante
en verano, grande y poderoso en invierno. «Del mismo modo, la humildad, aunque
escondida en la prosperidad, debe hacerse magnánima en los sufrimientos».
Contra sus deseos vio cómo la obediencia le iba sacando de una vida oscura
y penitente. En 1407 es ordenado sacerdote. En 1413 fue elegido superior general
de su Congregación, y en 1433 Eugenio IV, que había sido religioso en S. Jorge,
le hizo obispo de Castello, una isla del Adriático. Trasladado en 1451 este
obispo a la ciudad de Venecia, con el título de patriarca, L. fue el primero de
ellos. Su trabajo aumentó, pero el rigor de su vida fue el mismo que antes, vida
de penitencia, de caridad, de actividad infatigable en el ministerio y en la
administración de la diócesis. Era sumamente bondadoso, lo cual no le impidió
tomar medidas rigurosas para reprimir el lujo. Sobresaltóse la aristocracia
veneciana, y el mismo dux le intimó que se metiese en la iglesia y dejase la
calle a la vigilancia de la autoridad secular. Pero fue tal la mansedumbre con
que respondió el obispo, que el magistrado se arrojó a sus pies pidiendo perdón.
«No es un hombre quien me ha hablado, decía luego, sino un ángel». Por intuición
L. juntaba la experiencia sutil de las cosas humanas con el conocimiento
altísimo de las cosas de Dios. Predicaba con fervor, hablaba con elegancia,
escribía con facilidad, pero sin erudición libresca. Toda su ciencia procedía de
la S. E. y de sus éxtasis. Su lenguaje escrito, ajeno al esquematismo
escolástico, es una charla fluida, natural y llena de unción. Su latín preludia
el Renacimiento; tal vez excesivamente abundante y florido, no sin perjuicio de
la claridad. Sus sermones, sus cartas, sus diferentes tratados: Matrimonio
espiritual del Verbo y del alma, Combate interior, La agonía triunfal de Cristo
mediador, Desprecio del mundo, El árbol de la vida, Ramillete de amor, La vida
solitaria, Incendio del amor divino, Régimen de los prelados, y de las diversas
virtudes monásticas, disciplina, humildad, obediencia y desprecio del mundo, le
colocan al lado de Gerson (v.) y de los mejores escritores de fines de la Edad
Media. M. el 8 en. 1455, cuando estaba terminando el Libro de los grados de
perfección. Fue canonizado por Alejandro VIII el 16 oct. 1690. Se celebra su
fiesta el 5 septiembre.
BIBL.: S. Laurentii ]ustiniani opera, ed. A. JUSTINIANI, 2 vol., Venecia 1751; Acta Sanct., 8 enero (aparece aquí la fuente de todas las bibliografías posteriores, una que escribió BERNARDO, sobrino del santo); P. LA FONTAINE, II primo patriarca di Venezia, Venecia 1928; J. PÉREZ DE URBEL, Año Cristiano, II, ed. 1959, 429-435; BENEDICTINOS DE PARÍS, Vies des Saints et Bienheureux, IX, París 1950, 124-130; G. DI AGRESTI y A. NIERO, Lorenzo G:ustiniani, en Bibl. Sanct. 8,150-159.
J. PÉREZ DE URBEL.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991