KINO, EUSEBIO FRANCISCO


Misionero jesuita, descubridor y colonizador, de origen austriaco, que tuvo marcada influencia en la conquista espiritual de las tierras situadas al N del virreinato de la Nueva España. N. en Segni (Trieste), cerca de Trento, el 10 ag. 1645. Ingresó en la Compañía de Jesús en Lanndberg (Baviera) en 20 nov. 1665, estudiando en las Univ. de Friburgo e Ingoldstadt, donde fue profesor de matemáticas. Pasó a España en 1678 con el decidido propósito de pasar a las Indias como misionero, afán que realizó en 1681. Durante ese periodo compaginó su estudio lingüístico del español con el aprendizaje de los métodos evangelizadores y el conocimiento de la mecánica administrativa hispánica, así como la astronomía, ciencia en la que consiguió una auténtica especialización. Llegó a Veracruz a finales de 1681 y desde 1686 hasta su muerte, acaecida en 1711, actuó en las zonas de Sonora y la Baja California, regiones poco conocidas, desigualmente pobladas por tribus nómadas o semiprimitivas de extremada belicosidad, que opusieron serios obstáculos a la operación reductora. La acción de K. se realizó en cuatro frentes distintos, aunque paralelos y complementarios: labor evangelizadora, colonizadora, descubridora y publicista. Su primera actuación se realizó como cosmógrafo de las dos expediciones del almirante Isidro Atondo (1683-84) que sirvieron de base de la conquista de la península de California (v. CALIFORNIA 11). Kino recorrió la zona, presentado a las autoridades un estudio en donde se relataban las condiciones etnográficas de la región y su escasa capacidad para la agricultura. En 1687 fue destinado a las misiones jesuitas de Sonora -actuales territorios sonoreños y del S. de Arizona-, región de grandes recursos, junto a zonas desérticas, poblada por pueblos tepahuís, mayos y conicaris al S., que fueron difícilmente agrupados en la primera mitad del s. xvii, los yaquis al O., y los seris, papagos y pimas al N.
      Kino exploró la zona de la Pimería Alta, erigiendo hasta una veintena de misiones, siendo las más importantes Ntra. Sra. de los Dolores y San Javier del Bac (aún existente en Tucson, Arizona). Con una visión colonizadora poco común, intentó la explotación de estos territorios, para afianzar el asentamiento estable y civilización de la región y como salida y conexión con las zonas costeras. Para ello creó centros de producción agrícola y ganadera, con la idea de que la cristianización estable sólo sería factible con una base económica bien fundada, sobre un régimen cooperativo y comunal, de gran tradición ibérica -ya puesto en práctica por los misioneros en el siglo anterior-, complementada con la enseñanza de oficios (carpinteros, pintores, albañiles, herreros, etc.).
      Al mismo tiempo realizaba viajes exploratorios (1700, 1701, 1706, 1709) siempre en dirección NO hacia California, y sus resultados en el terreno de los descubrimientos geográficos son de una gran importancia: Sierra de Santa Clara y bahía del mismo nombre, ríos Gila y Colorado hasta su desembocadura en el golfo californiano, que le dieron el convencimiento de la peninsularidad de California, tenida por isla desde el s. xvi. Diseñó y publicó mapas, en donde distinguía las dos Californias, e incluso pensó en la evangelización y colonización de la Alta California. Pero una serie de causas detienen, retrasan y paralizan este intento, que sería realizado en el último tercio del s. xv11I por Junípero Serra (v.) y sus franciscanos. Una falta de misioneros que sostuvieran y desarrollaran la labor inicial, las implicaciones políticas y económicas internacionales -guerra de Sucesión y falta de colaboración de las autoridades virreinales-, la belicosidad de las tribus nómadas de Arizona (shoshones y apaches) paralizan la labor de K. a su muerte, ocasionando un retraso de medio siglo en la marcha general de la colonización, continuada a partir de 1767 por José de Gálvez (v.). A su labor misional se une su trabajo científico -Relación diaria de la entrada al Noroeste (México 1932-33) y Plan para el desarrollo de la Pimeria Alta, Arizona y la Baja California (ed. E. J. Burrus, México 1961)-; lingüístico, en los idiomas aborígenes, como elemento indispensable de acercamiento; y como cronista -Favores celestes y vida del P. Francisco Saeta (ed. E. J. Burrus, México 1961), donde narra la vida y martirio de un colaborador, así como detalles de la evangelización de los pimas y de los primeros tiempos de la expansión cristianizadora en el N del actual México y en el SO de los actuales Estados Unidos.
     
      V. t.: ESTADOS UNIDOS V; MÉXICO III.
     
     

BIBL.: H. BOLTON, Rin? of Christendom. A biography of Eusebio Francisco Kino Pacific Coast Pioneer, Nueva York 1936; E. 1. BuRRUS, Kino report to headquarters, Roma 1954; F. 1. BANNON, The Mission Frontier in Sonora 1620-1678, Nueva York 1955; L. NAVARRO, Las provincias internas, Sevilla 1966.

 

F. SOLANO PÉREZ-LILA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991