JUSTO Y PASTOR, SANTOS


Mártires de la persecución de Diocleciano.
      En España representaba al emperador el procónsul Daciano. Aurelio Prudencio (v.), en su poema Peristeplianon, describe a Daciano como uno de los más crueles tiranos de la Historia. No es posible dudar de la existencia ni del martirio de los dos pequeños héroes madrileños. Prudencio les dedica en su poema una estrofa que dice: «Siempre será una gloria para Alcalá el llevar en su regazo la sangre de justo con la de Pastor, dos sepulcros iguales, donde se contiene el don de ambos: sus preciosos miembros». En los calendarios primitivos de la España cristiana, los mozárabes, aparecen también J. y P. El testimonio de los calendarios es irrecusable, pues en ellos se registraban las fiestas y conmemoraciones litúrgicas que tradicionalmente venían celebrándose sobre el sepulcro mismo de los mártires, cuya existencia es el hecho tangible y real que no puede falsificarse. ¿Desde cuándo se celebraría esta fiesta? Anteriormente a Prudencio (m. 405), existe el testimonio de S. Paulino, que afirma haber enterrado el a. 392 a un hijo suyo, muerto de ocho días, junto a los mártires de Alcalá. Al menos, pues, desde fines del s. iv, venía probablemente celebrándose con carácter oficial en la Iglesia española esta conmemoración.
      J. y P. dieron su vida espontáneamente y a muy tierna edad. Por ello, causaron honda impresión en los cristianos de su tiempo, y muy pronto se los veneró como mártires. Las actas de su martirio, sin embargo, no son auténticas. Fueron escritas en época visigoda. Su autor recogería las pocas noticias trasmitidas por la tradición y las elaboraría por su cuenta, aunque con indiscutible acierto, desde el punto de vista estético y religioso. Puede, no obstante, aceptarse como histórico, de estas actas, un pequeño núcleo sustancial: J. y P., tiernos escolares, enardecidos por el ejemplo de tantos hermanos que confesaban su fe con la muerte, un día, al salir de la escuela, arrojaron sus cartillas y se presentaron ante Daciano a confesarse discípulos de Jesucristo, y el procónsul los mandó degollar. Un himno de aquella liturgia dice: «Justo apenas contaba siete años; Pastor había cumplido los nueve». Es muy probable que así fuera. La tradición de Alcalá ha trasmitido la noticia de que los mártires fueron ejecutados en la periferia de la ciudad.
      En la archidiócesis de Madrid-Alcalá se celebra su fiesta el 6 de agosto. Tanto la archidiócesis como la ciudad de Alcalá de Henares les invocan como patronos.
     
     

BIBL.: EUSEBIO DE CESÁREA, Historia eclesiástica, VIII, 1 (Kirch 444-450); AURELIO PRUDENCIO, Peristephanon, 968,41-44 (PL 60,364); Flórez 6,1; V. LAFUENTE, Historia eclesiástica de España, I, Madrid 1873, 137; Misal Mozárabe (PL 85,809); M. SOTOMAYOR, Giusto e Pastore, en Bibl. Sanct. 7,53-54.

 

J. M. ABALOS CUERVO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991