JERUSALÉN, REINO DE
Historia política. El reino fue fundado el 22 jul. 1099 por un grupo de
príncipes y señores occidentales como consecuencia de la primera Cruzada, siete
días después de la ocupación de J. Se eligió como primer soberano a Godofredo de
Bouillon (1099-1100), que se tituló «Defensor del Santo Sepulcro». El nuevo
reino quedó consolidado al vencer a los egipcios en la decisiva batalla de
Ascalón (12 de agosto). Godofredo de Bouillon reinó sólo el tiempo suficiente
para iniciar la conquista del nuevo reino latino de J. y su organización, según
el modelo estricto del feudalismo francés, como Estado vasallo de la Iglesia. La
formación del R. de J. era, como la de los principados da Edesa y Antioquía, una
clara violación de los compromisos adquiridos en 1097 por los jefes cruzados con
el Emperador bizantino; por esto se rechazó todo ligamen con el Imperio de
Oriente, así como también con el de Occidente. En su origen, el reino estaba
formado únicamente por la ciudad de J. y un escaso territorio circundante, pues
eran independientes el condado de Edesa y el principado de Antioquía. Pero ya
Godofredo de Bouillon intentó dar a su Estado una línea de defensa oriental,
apoyándose en el Jordán, entre el mar Muerto y el lago de Genesaret, y ocupando
algunos puertos seguros en la costa mediterránea. Su hermano Balduino I de Edesa
(1100-19) fue elegido para sucederle; aunque se hallaba falto de soldados y
dinero, logró apoderarse de los puertos de Arsuz, Cesarea, Acre, Beirut y Sidón.
Estos éxitos se debieron en gran parte a las flotas de las ciudades italianas
mercantiles. Durante este reinado se construyó el importante castillo de
Montreal sobre la ruta del mar Rojo, pero se paralizó el avance debido a la poca
armonía entre el nuevo reino y los bizantinos.
Balduino II (1119-31), guerrero veterano, gastó sus mejores energías en
acudir en ayuda de los tres Estados latinos del Norte, Antioquía, Edesa y
Trípoli, ya que dependían de J. por vasallaje. En 1123, cayó prisionero mientras
defendía Edesa y liberado al cabo de un año, en 1125 fortaleció dicha frontera
derrotando al emir de Mosul. La mayor conquista de su reinado la realizó en 1124
su regente Grenier, que capturó Tiro con auxilio de la flota veneciana. A su
muerte, fue elegido rey Fulco de Anjou (1131-44), yerno del anterior, el cual,
en constante guerrear con los turcos, complicado con la agresiva rivalidad del
emperador Juan Comneno por la soberanía feudal de Antioquía y Edesa, mantuvo el
reino en su mayor extensión. La defensa de los Estados latinos era cada vez más
difícil, debido a los choques entre el rey, la aristocracia y los grandes
príncipes del Norte, ansiosos de reafirmar su independencia. Esta situación se
complicaba por el deseo de Bizancio (v.) de restaurar la dominación imperial
sobre toda Siria, según los acuerdos de 1097. Manuel I llegó a reafirmar la
soberanía imperial sobre Antioquía; pero los reyes de J. sólo consintieron en
aliarse con Bizancio, después de agravarse la situación por la presión musulmana
en 1159.
El reinado de Balduino III (1144-62), hijo de Fulco, comenzó con la
pérdida del Norte de Siria frente al activo Zangi, atabek de Mosul, que
conquistó Edesa, comenzando así la conquista musulmana del condado, baluarte del
reino de J., que fue completada por su hijo el sultán Nur al-Din ( 1146- 73). La
noticia de la caída de Edesa motivó la formación en Occidente de una nueva
Cruzada (v.). Balduino tomó Ascalón (1153), la última posesión egipcia de
Palestina, de manos de los decadentes fatimíes, pero al fracasar en la toma de
Shaizar, en poder de Nur al-Din, necesitó la cooperación bizantina, pactando una
alianza con Manuel Comneno, soberano de Antioquía Amalrico (1162-73), hermano y
sucesor de Bal- duino, mantuvo dicha política, que le valió contener a Nur al-Din;
intervino con desigual fortuna en los conflictos internos de Egipto, pero en
1169, en un intento de tomar el puerto oriental del Delta del Nilo, Damieta,
ayudado por la flota bizantina, sufrió un desastre, hecho que comenzó a marcar
el auge del nuevo caudillo egipcio, Saladino. Balduino IV (1173-85), soberano
muy joven, tuvo como oponente al genial Saladino, que unificó Siria y Egipto, y
así pudo atacar a los latinos por dos frentes, mientras que el reino de J. se
desgarraba internamente por las desavenencias políticas y personales de sus
señores feudales. Cuando Balduino IV murió, Raimundo 111, conde de Trípoli, en
calidad de regente del menor Balduino V, concluyó una paz de cuatro años con
Saladino. Pero el niño Balduino V murió al año siguiente (1186), y los
partidarios de la guerra forzaron la elección de Guido de Lusiñán ( 1186-92) y
Sibila, madre del rey.
El 4 jul. 1187, Guido de Lusiñán llevó sus tropas a la batalla en las
peores condiciones y fue derrotado en Hittin. Guido y sus barones supervivientes
quedaron prisioneros. El reino latino quedaba así desmantelado de defensas. J.
cayó el 2 de octubre y la única ciudad que no fue conquistada, Tiro, se debió al
valor del marqués Conrado de Monferrato. El rey Guido de Lusiñán recuperó la
libertad en 1188, e intentó reconquistar el reino. Con la ayuda de los cruzados
en 1189 puso sitio a San Juan de Acre, reconquistada el 12 jul. 1191 por Ricardo
Corazón de León (v.), convirtiéndose dicha ciudad en el centro latino de
Palestina, en espera de reconquistar los territorios del interior y J. Pero
todos los esfuerzos hechos en 1192 por los cruzados fracasaron. El R. de J.
existía sólo por conservarse la costa y algunos puertos. A la isla de Chipre,
conquistada a los bizantinos por Ricardo Corazón de León, y entregada a Guido de
Lusiñán, se trasladó por obra del sucesor de Guido, Amalrico 11, la nobleza
latina de Siria que había quedado sin feudos; de esta manera, el título de rey
de J. fue adoptado por los monarcas de Chipre (v.). Durante el s. XIII, se
efectuaron diversas tentativas para recomponer el R. de J., pero sin ningún
resultado; en la segunda mitad del siglo, los sultanes de Egipto (v. MAMELUCOS)
ocuparon los puertos de Siria que todavía representaban el R. de J., destruyendo
las ciudades para impedir su nueva reconquista; el 23 mayo 1291 cayó la última
ciudad, San Juan de Acre, y de este modo desapareció todo vestigio del reino
fundado por Godofredo de Bouillon.
Instituciones y organización del reino. Las instituciones políticas del
reino fueron, en su mayoría, feudales. A la cabeza del Estado estaba un monarca,
que cimentaba su autoridad en la decisión tomada en 1099 por los jefes de la
primera Cruzada, gobernando como primus inter pares; el acto de la consagración
representaba el reconocimiento de los derechos del rey. Aunque en el s. x11
prevaleció el principio hereditario, la monarquía nunca pudo destruir la
situación que hacía de los feudatarjos señores casi independientes, a
consecuencia del mismo origen del Estado, compuesto por una hermandad espiritual
de peregrinos combatientes. Aunque los feudos surgieron por las concesiones de
tierras hechas por Balduino I y Balduino 11, no estuvieron nunca ligados a la
monarquía. Los reyes organizaron una corte según el uso francés, dependiendo
todos los cargos de la voluntad del rey.
El ejército era la única institución vital del reino y estaba formado por
todos los vasallos que tenían feudo y la obligación de servicio; quedaban
dispensados los vasallos que tuvieran el feudo ocupado por el enemigo. Los reyes
disponían de mercenarios sirios, armenios y occidentales, pero siempre los
ejércitos fueron poco numerosos. Económicamente se contaba de escasos medios, ya
que estaban libres de tributos la Iglesia y los mercaderes de las colonias
occidentales, limitándose los ingresos a los derechos aduaneros y a la tierra.
El estado de guerra casi continuo impedía que se cobrasen los peajes de las
caravanas que iban de Damasco a El Cairo. Por esto se aprovechó hasta el máximo
el derecho de botín y de confiscación. En lo referente a la justicia, el rey
tenía sólo el derecho de convocar el Alto Tribunal (Haute Cour), que debía
juzgar; por esta razón, el rey no podía actuar contra ningún vasallo, ni ordenar
la confiscación de sus bienes. Formaban barreras infranqueables para el rey los
privilegos de la Iglesia, de las órdenes Militares y las colonias de mercaderes
occidentales, que a modo de pequeños Estados se habían enquistado en el reino.
Legislación. La tradición afirma que el primer volumen de leyes fue
redactado por mandato de Godofredo de Bouillon, pero aquella compilación se
perdió. El tratado más antiguo conservado, el Livre du roi, data de cerca del
1200; y las leyes de los burgueses, de 1229-44. Todas estas leyes se conocen por
medio de un códice llamado los Assises del reino, redactados en el s. xiii por
algunos juristas latinos de Siria, como Felipe de Novara, Juan de Ibelin y
Godofredo el Fuerte, con la intención de reconstruir las leyes del s. xii. Hoy
la crítica moderna rechaza la atribución a Godofredo de Bouillon de un códice de
leyes, y afirma que debió ser un Liber Feudorum. El Estado de J. tuvo en un
principio sólo el Derecho consuetudinario de los países de origen de los varios
príncipes, situación que cambió con el tiempo.
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SALVADOR CLARAMUNT.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991