ISAAC


Isaac, el segundo de los patriarcas de Israel, hijo de Abraham (v.) y padre de Jacob (v.), encierra en su nombre, según lo interpreta la tradición, peripecias curiosas de su nacimiento: Yishúq, de sahaq, reír. Risa de Abraham ante el anuncio de que en su ancianidad le va a nacer un hijo (Gen 17,17); risa de Sara, la esposa de edad avanzada y estéril, por idéntica razón (Gen 18,12 ss.); risa de alegría de la misma, al recibir el hijo (Gen 21,6), y risa de Ismael (v.), que «juega» con su medio-hermano (Gen 21,9). Es siempre un juego etimológico con el nombre de Isaac; todo alude al imposible natural que rodea su nacimiento, con matices de incredulidad, de sorpresa, de gratitud y de alegría; sólo el reír de Ismael tiene matiz de burla, y es el único que no ríe impunemente. El nombre mismo es conocido en la onomástica más contemporánea como nombre teofórico: Yishaq-'él, Dios sonríe, en sentido de favor.
      La figura de I. es pálida en sus tradiciones, ofuscada por la grandeza de Abraham, el padre paradigmático, y por la de Jacob, el hijo dinámico. Es una figura puente entre ambos; sus mayores títulos están en ser hijo del primero y padre del segundo; las tradiciones de 1. se reparten, efectivamente, entre esos dos catalizadores. A 1. directamente se refiere sólo, sin envolvimiento de otros, Gen 26, un relato, por lo demás, con duplicados en las tradiciones de Abraham (Gen 12,10-20; 20; 21, 25-31). Isaac tiene su centro de residencia al sur de Canaán (v.), en la zona de Beerseba (Gen 26,23.33) y Lahay Ro'¡ (Gen 24,62); por aquí se mueve también el clan de Ismael; sus tradiciones se tocan, como hijos ambos de Abraham (Gen 21). Esas conexiones familiares son las que ensombrecen la figura de Isaac. Los duplicados abrahamíticos de Gen 26 son secundarios, pues el centro de Abraham no es Beerseba, sino Hebrón (v.).
      Hijo de Abraham. Como hijo de Abraham, 1. es hijo del milagro, es decir, de la esterilidad y de la ancianidad; es objeto de una promesa de los personajes misteriosos (teofanía), que visitan al Patriarca en Mambré (Gen 18,9 ss.). Según la versión sacerdotal (Gen 17,15 ss.), 1. es prometido como bendición a Sara en signo de lo cual a ésta le es cambiado el nombre (Gen 17,15 ss.). Los relatos yahwista y sacerdotal se unen para referir el nacimiento de I. y su circuncisión, dos factores de la Alianza (Gen 21,1 ss.). Con el nacimiento de I. se agudiza el conflicto entre Sara y Agar, hasta exigir el desenlace. Es objeto de prueba para la fe de Abraham, al pedírselo Dios en sacrificio sobre el monte (Gen 22,1-19). El episodio pertenece más a la historia del padre que a la de Isaac. El hijo que baja del monte nació por segunda vez de la fe de Abraham.
      El tema del casamiento de I., en Gen 24, es, asimismo, historia de Abraham. Es cometido del padre buscar esposa para el hijo en su parentela aramea, al norte de Mesopotamia. De este modo, Rebeca, que juega un papel importante en la prehistoria de Israel, entra así en las tradiciones patriarcales. El relator hace notar que Dios actúa en gracia a Abraham. Sólo al final del capítulo aparece I. como sujeto de la acción: recibe a Rebeca por mujer, la introduce en su tienda, la ama y se consuela con ella de la muerte de su madre (Gen 24,62 ss.). Lo que el historiador sacerdotal llama «historia de Isaac» comienza en Gen 25,19, y es propiamente la historia de su familia, es decir, de Esaú y Jacob. Constante en sus temas y sus líneas, el sacerdotal diseña el árbol genealógico, ascendencia, descendencia, conexiones familiares, para hacer ver cómo se trasmite la vida y la bendición de Dios. Rebeca, la esposa de I., es hija de Betuel, el hijo de Nahor (Gen 25,20; 28,2.5). Los hijos que le nacen son don divino a la mujer estéril, en respuesta a la oración de Isaac. El motivo de la esterilidad de las mujeres acentúa el carácter providencial de todo lo que se refiere a las promesas. Así el oráculo que anuncia la suerte y el carácter de los hijos (Gen 25,21 ss.).
      El cap. 26 del Gen, único que se refiere directamente a l., es un complejo de episodios ensamblados, con intento no del todo logrado de relato orgánico. Aquí 1. es el típico pastor seminómada, que conoce sus caminos y se mueve con sus rebaños en la región de Beerseba. Aunque presedentario, eventualmente siembra y cultiva la tierra, lo que le pone en conflicto con otros seminómadas más avanzados en el proceso de sedentarización, como el clan de Abimelec, rey de los filisterios. Conflicto sobre posesión de tierras, de pastos y de pozos. La alusión a los filisterios (v.) es aquí anacrónica, pues éstos no entran en la región hasta aprox. el año 1200 a. C. En este cap. 26 hay los siguientes episodios: establecimiento de l. en Guerar, a raíz de una teofanía (vers. 1-6); Rebeca es presentada a Abimelec como hermana de Isaac (vers. 7-11); enriquecimiento y salida de Guerar (vers. 12-17); conflicto sobre la posesión de unos pozos (vers. 18-22); pacto con Abilemec en Beerseba (vers. 23-33). El incidente con Rebeca y el consiguiente enriquecimiento es paralelo al de Abraham a propósito de Sara con el mismo Abimelec (Gen 20) y ambos al de Abraham en Egipto (Gen 12,10-20). El tema del enriquecimiento se repetirá a la salida de Israel de Egipto, a expensas de los enemigos (Ex 3,21 ss.; 11,2; 12,35 ss.). El conflicto sobre los pozos y el pacto de Beerseba entran también en las tradiciones de Abraham (Gen 21,22-33). En las dos versiones se da la etimología de Beerseba como «pozo del juramento» o «pozo de los siete». El rito del pacto, en el caso de Abraham, consiste en la presentación de siete corderos, testimonio del pacto concluido. En el caso de 1. el pacto se llama «juramento», tiene por objeto la «paz» entre los que lo concluyen y se sella con un banquete. El relato explica con etimologías populares los nombres de los pozos de Eseq, Sitna y Rehobot. Las diversas tradiciones visualizan la conexión del clan de 1. con el de Abraham y con las gentes de Guerar.
      Padre de Jacob. En cuanto padre de Esaú y de Jacob, I. aparece abiertamente como figura funcional. Por él conectan en su origen dos pueblos parientes, vecinos y rivales: los edomitas de Esaú (v. IDUMEA) y los israelitas de Jacob (v.). En este contexto es importante Gen 27, con el tema de la bendición de 1. anciano para su heredero. El relato yahwista celebra la astucia de Jacob y de su madre para conseguir la bendición que era del primogénito, el heredero natural y el preferido de Isaac (Gen 25,18). La bendición del padre es eficaz, irreversible, cauce de la bendición de Dios. A Esaú, cuando se descubre el engaño, le queda sólo una bendición «pequeña». La estratagema de Rebeca para cambiar al receptor de la promesa tiene un eco, con Jacob por sujeto, en la historia de José (Gen 48,8 ss.). La bendición en el caso implica prosperidad, superioridad, signo de bendición o maldición, herencia de las promesas de Dios a Abraham. El historiador sacerdotal sabe de la previsión de I. para buscar esposa en su parentela para su heredero; refiere también la muerte de 1. y su sepultura en Hebrón, al lado de Abraham (Gen 35,27-29).
      Significado histórico y teológico. Esta figura pálida desempeña una función sociológica y religiosa importante en la prehistoria de Israel. Explica relaciones de clanes y de pueblos, encuadra en la tradición nombres de lugares y, sobre todo, une a Abraham con Jacob, las dos grandes personalidades. Isaac es puente y trasmisor de las promesas; sus tradiciones hacen sentir la presencia activa de Dios tras los sucesos; es el elegido, frente al preferido por la naturaleza, su medio-hermano Ismael; jefe de la familia, trasmite la promesa a Jacob, que tampoco es elegido por la naturaleza; interesa a los clanes del Negev y desde ahí deviene «padre de Israel». El Dios de los Patriarcas recibe con él el título de «terror de Isaac» (Gen 31,42.53) o, si se prefiere interpretar pahad desde el árabe, «pariente de Isaac». Para 1. es el «Dios de Abraham» (Gen 26,23) y desde él será el «Dios de Isaac» (Gen 46,1). En sus tradiciones se relatan dos teofanías caracterizadoras, en las que se le repiten las promesas de Dios a Abraham: tierra, descendencia y bendición. El santuario de Beerseba se legitima como centro espiritual del clan de 1. (Gen 26,25; 1 Reg 19,3; Am 7,9.16; 8,14). La figura de 1. y la de Ismael simbolizan las dos Alianzas en Gal 4,22-31 (v. ALIANZA [Religión] ii).
     
      V. t.: GÉNESIS; ABRAHAM; JACOB.
     
     

BIBL.: J. DANIÉLOU, La typologie d'Isaac dans 1- Christianisme primitif, «Biblica» 28 (1947) 363-393; F. B. GERRITZEN, Isaac, en Enc. Bibl. IV,216-219; H. J. SCHOEPs, The Sacri/ice of Isaac in Paul's Theology, «Journal of Biblical Literature» 65 (1946) 385-392;G. RICCIOTTI, Historia de Israel, I, Barcelona 1945, 13-140; F. SPADAFORA - A. M. RAGGI, lsacco, en Bibl. Sanct. 7,909-916; H. GAUBERT, Isaac y lacob, los elegidos de Dios, Barcelona 1967.

 

A. GONZÁLEZ NÚÑEZ.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991