ICONOSTASIO
En el interior de toda iglesia bizantina pueden distinguirse tres partes
distintas: santuario, nave general y vestíbulo. Nave y santuario van separados
por lo que se llama el i., un tabique de madera o mármol, elevado,bellamente
decorado, adornado con iconos (v.) de Nuestro Señor, de la Virgen o de los
Santos. Lleva tres puertas, una central y dos laterales. La central, más amplia
y ornamentada, es la Puerta Real o Puerta Santa, reservada a los obispos y
sacerdotes oficiantes. Si sus hojas no son lo suficientemente elevadas para
ocultar el altar, se añade una cortina o velo que cierra la parte superior, y
que solamente se descorre en aquellos momentos, previstos por el ceremonial
litúrgico, en los cuales pueden los fieles ver el altar.
El término es relativamente reciente, y al parecer de origen ruso.
Antiguamente se dieron diversos nombres: Katapésmata, indicando su origen de una
gran cortina o velo, en recuerdo del existente en el templo de Jerusalén;
subsiste todavía entre los armenios. Kinklides, constituido por una especie de
reja, que ahora resultaría ya inadecuado. Dryphakta y Diástyla. de los que el
primero indica una barrera de madera, y el segundo es una palabra clásica para
designar una construcción con columnas espaciadas por una determinada distancia;
también son inadecuados en la actualidad. Ha prevalecido el nombre de i. (eikonostasis).
Los griegos lo emplearían para designar cada una de las tres partes en que se
divide el mismo tabique o muro, con sus respectivas imágenes. El término propio
para designar todo el conjunto sería el de Templon. Su evolución puede
explicarse así: parece ser que la excesiva acumulación de iconos fue la causa de
que la primitiva barrera fuera elevándose más y más hasta llegar a las altas
proporciones del i. actual. El abigarramiento de iconos y pinturas que lo cubren
no parece estar a tono con la sobriedad pictórica del arte bizantino.
V. t.: CONSTANTINOPLA IV.
BIBL. : L. OUSPENSKY, La Question de 1'Iconostase, « Contactsn (1964)
83-125; íD, The Problem ol Iconostasis, «St. Vladimir's Seminary Quart.n (1964)
186-219; W. JULIAN, The Origins ot the Iconostasis, «Eastern Churches Review» 3
(1971) 251-267.
Á. SANTOS HERNÁNDEZ.