Jesuita, publicista, historiador y crítico del positivismo y de la
masonería; n. en Kufstein (Tiro¡), el 5 feb. 1851; en Valkenburg
(Holanda), el 18 mayo 1930. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1868. Ya
sacerdote, ejerció el apostolado durante varios años en Arlon y Berna
(188187). Con una sólida preparación y amplia experiencia, se dedicó
plenamente al estudio de las corrientes filosóficas de su tiempo y al del
influjo de las mismas en la política. Así nacieron muchas de sus obras,
dedicadas a un análisis profundo y documentado del positivismo (v.), sobre
todo, en sus vertientes prácticas y concretamente en la masonería (v.).
Buena parte de esos trabajos fueron apareciendo en las más caracterizadas
revistas católicas alemanas, como Stimmen aus Maria Leach, Stimmen der
Zeit, Theologie und Glaube y otras. También colaboró en varias
enciclopedias católicas.
La obra de G. se centra en torno a la demostración del nefasto
influjo de la masonería en la moderna política europea, laicista,
anticlerical y pseudodemocrática. G. no se mantiene en el terreno
meramente especulativo sino que reúne una amplísima documentación y la
interpreta con rigor científico y con valiente sentido realista. En muchas
ocasiones da la clave de la historia europea a fines del s. XIX. Así, p.
ej., su estudio: Mazzini, Freimaurerei und Revolution, Friburgo de Br.
1893 (2a ed. Massoneria e Rivoluzione, Roma 1901), constituye un arsenal
de datos sin los que no puede hacerse la historia contemporánea de Italia
sin falsearla. Los hilos que enlazan París, Londres, Ginebra e incluso
América están movidos con una finalidad concreta: acabar con la Iglesia
católica. Bajo lemas democráticos, como la soberanía del pueblo, lo que
realmente interesa a los artífices de las mayores revoluciones modernas es
destruir el orden establecido en todo aquello que tenga de católico, crear
«la Roma del pueblo, sucesora de la Roma de los Papas y de los Césares»,
idea motriz de «la joven Italia» e incluso de la «joven Europa». Tanto en
la actividad mazziniana (v. MAZZINI), típicamente masónica, como en la de
otros masones europeos, se advierte claramente, según G., una ideología
positivista, cuyas encarnaciones nacionalistas son meramente accidentales.
La honradez documental de G. fue reconocida por sus mismos adversarios y
ello le permitió desenmascarar a diversos personajes y maniobras
masónicas, como el supuesto converso Pablo Rosen en Amsterdam o los trucos
de Leo Taxil.
Sus obras no han perdido actualidad y deberían ser más utilizadas
por los historiadores del s. XIX. Aun cuando la literatura antimasónica ha
sido hábilmente desprestigiada; a veces con razón, las obras de G. son
modelo de seriedad científica y de un honrado método de trabajo. Entre
ellas destacan: Auguste Comte, der Begriinder des Positivismus, Friburgo
de Br. 1889, traducida al francés, italiano y polaco; Der Positivismus von
Tode Comtes bis auf unsere Tage, ib. 1893; Leo Taxils Palladismus-Roman, 3
vols., Berlín 1897-98; Die Freimaurerei und die üffentliche Ordnung,
Friburgo de Br. 1893; Freimaurerei, Weltkrieg und Welfriede, Berlín 1917.
G. aporta muchos materiales para el estudio específico de la masonería
francesa, holandesa, austriaca e italiana, pero ofrece muy pocas
referencias directas por lo que se refiere a las actividades de la
masonería en la península Ibérica; ello explica, en parte, que los
trabajos de G. hayan pasado casi desapercibidos en España.
BIBL.: Datos biográficos en «Mitteilungen
aus den deutschen Provinzen» (de la Compañía de Iesús) 12 (1930-31)
181-183; L. KOCH, en LTK IV, col. 720; C. TESTORE, en Enciclopedia
Cattolica, VI,1188; P. PIRRI, La massoneria americana e la
riorganizzazione della massoneria in Europa, « Civiltá cattolica» (1930,IV)
207-208; íD (1931,I) 21-36; N. NOGUER, en «Razón y Fe» 2 (1902) 393-397.
N. LÓPEZ MARTÍNEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
|