ESPAÑA. Siglos XVI-XVII.


El 31 oct. 1517, ocho días antes de morir Cisneros, clava Lutero (v.) sus tesis contra las indulgencias en la puerta de la iglesia de la Univ. de Wittemberg. Su grito de protesta no encuentra eco en la Iglesia de E. El movimiento de renovación interior y de estructuras, iniciado en el reinado de los Reyes Católicos con un profundo sentido de fidelidad a la Iglesia, se hace en la segunda mitad del s. xvi lo suficientemente caudaloso como para no poder ser ni detenido ni desviado. El entusiasmo por Erasmo (v.) lleva a algunos humanistas castellanos (V. VALDÉS, ALFONSO; VALDÉS, JUAN) a posturas doctrinales peligrosas. El fervor religioso, despertado por la Observancia en las órdenes Mendicantes y a través de ellas en amplios sectores de fieles, degenera en un pseudomisticismo morboso y ajerárquico en los grupos iluministas de los Alumbrados (V. ILUMINISMO). Estos peligros quedan neutralizados de raíz por una teología rejuvenecida metódica y temáticamente y por el esfuerzo continuado de reforma pastoral de la diócesis y la parroquia, estructuras fundamentales de la vida y la acción de la Iglesia. Francisco de Vitoria (v.) y la Escuela de Salamanca (v. SALMANTICENSES) elaboran sobre la Sagrada Escritura y la Patrística (pero sin romper con la mejor tradición de la especulación escolástica) esa teología viva, abierta a los problemas teológico-eclesiológicos suscitados por la Reforma protestante (v.) y a los éticomorales planteados por el,nacionalismo político del Renacimiento y la conquista de América.
     
      La serie de grandes obispos, virtuosos, pastores de sus fieles, preocupados por la formación de su clero y la instrucción cristiana del pueblo, no se interrumpe: S. Tomás de Villanueva (v.), Bernal Díaz de Lugo (1495-1556), Pedro Guerrero (1501-76), Martín Pérez de Ayala (1503?66), etc. De los 45 colegios universitarios que existen en E. al promulgarse el 15 jul. 1563 en Trento el decreto de seminariis, 17 se dedican exclusivamente a la formación espiritual e intelectual de la élite del clero secular español. No es extraño que al aparecer en 1559 insospechadamente dos focos de protestantismo en Sevilla y Valladolid baste una intervención enérgica de la Inquisición para alejar definitivamente el peligro protestante de la Iglesia española. Es más, esta Iglesia es factor decisivo en el éxito del Conc. de Trento (v.) y de la reforma postridentina (V. CONTRARREFORMA): la teología española, llevada a Roma y a París por teólogos jesuitas españoles: F. Suárez (v.), F. de Toledo (v.), J. Maldonado (v.); la espiritualidad española de S. Teresa de Jesús (v.), S. Juan de la Cruz (v.), S. Ignacio de Loyola (v.); los nuevos métodos de apostolado de la Compañía de Jesús constituyen el nervio de la reforma católica. El dinamismo apostólico de esta Iglesia desborda hasta las fronteras dé Europa y lleva a cabo una de las empresas misioneras más impresionantes de la Historia de la Iglesia: la evangelización de América (v. AMÉRICA v).
     
      Todo este esfuerzo renovador y misionero lo realiza la Iglesia en estrecha colaboración con los reyes Carlos 1 (v.) y Felipe II (v.). Tanto ellos como la Santa Sede y la jerarquía española conciben todavía el Estado como instrumento de la cristiandad, con el objetivo político supremo de la salvación de las almas. Los reyes prestan a la Iglesia su brazo secular para la defensa de la fe dentro y fuera de E. Con todo, el Estado español del s. xvi, no inmune a las ideas políticas del Renacimiento (v.), interviene cada vez más masivamente en la vida eclesiástica. La forma y los títulos jurídicos son todavía canónicos; el espíritu, un espíritu de fe y de servicio a la Iglesia. Pero muerto Felipe II en 1598, al palidecer el ideal religioso en las clases dirigentes españolas, lo que hasta entonces habían sido solamente roces, se convierten 'en conflictos abiertos entre la Santa Sede y el rey de E.: en 1639 se cierra la Nunciatura de Madrid. La Concordia Fachinetti (1640) logra restablecer exteriormente la paz, pero no la armonía fecunda del pasado. Esta tensión entre E. y la Santa Sede y la pérdida de la iniciativa espiritual y apostólica en el ámbito de la Iglesia universal caracterizan la Historia de la Iglesia en E. en la segunda mitad del s. xvii.
     
     

BIBL.: R. GARCÍA VILLOSLADA y B. LLORCA, Historia de la Iglesia Católica, 111, 2 ed. Madrid 1967; M. MENÉNDEZ PELAYO, Historia de los Heterodoxos españoles, III y IV, Santander 1947; J. HOFFNER, La ética colonial española del siglo de oro, Madrid 1957; Q. ALDEA, Iglesia y Estado en la España del s. XVII, «Miscelánea Comillas» 36 (1961) 143-354; C. GUTIÉRREz, Españoles en Trento, Valladolid 1951; F. MARTíN HERNÁNDEZ, Los seminarios españoles. Historia y Pedagogía, I (1563-1700), Salamanca 1954; A. M. Rouco VÁRELA, Staat una Kirche ¡in Spanien des 16. /ahrhunderts, Munich 1965.

 

A. M. ROUCO VÁRELA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991